Capítulo 24
*
Anoche hable con Thomas por telepatía. Quiso unirse, me negué rotundamente, quede con Chuck que solamente seriamos él y yo, y así fue.
Él aún duerme. Se ve más adorable durmiendo, con esos cachetes regordetes parece una ardilla. Me viene a la mente lo que encontramos dentro de aquel Penitente, todavía no se lo he contado a Newt ni a Alby, tampoco creo que Thomas se lo haya dicho sino ya me habría reclamado el neandertal de mi hermano.
Es hora de contárselo, después de todo es el segundo al mando y tiene derecho a saber casi todo lo que pasa dentro y fuera del Área. Abrigo mejor al enano, le quito el cabello del rostro y me dispongo a buscar a mi hermano. Es temprano, aun para Newt. Decido buscarlo primero en su cabaña, no dudo ni tantito que siga acostado mirando al techo y llenándose la cabeza de dudas existenciales.
Doy dos golpecitos a la puerta, escucho un gruñido como respuesta, abro despacio la puerta asomando mi cabeza lentamente. Como sospeche, se encuentra mirando al techo, las sabanas solamente lo cubren hasta la cadera. Por favor que no este desnudo.
-Buen día, hermano mayor.
Levanta un poco la cabeza, al verme me hace una seña para que pase y se incorpora.
-¿A que debo el honor de que me visites a tan tempranas horas? -bosteza.
-Quiero contarte de algo que encontramos el otro día dentro del Penitente que matamos -me siento en el borde de la cama.
Él asiente. Le cuento con lujo de detalles lo que paso, se ceño se frunce conforme avanza mi narración de los hechos.
-¿Por que me lo cuentas hasta ahora? -restriega su rostro, frustrado.
-No lo sé, sólo lo olvide, Newt. El Penitente venía de la Sección siete, tenemos que investigar eego n esa Sección. Pero por alguna razón divina, o como quieras llamarlo, no la hallado.
-Ya la encontraran, recuerda que el laberinto cambia. Quiero que vayan allá, y por favor ten cuidado.
-Lo usted ordene, Capitán -me pongo de pie de un salto.
Me dispongo a marcharme. Antes de cruzar la puerta, Newt vuelve a llamarme. Esta serio y de pie, lo bueno que no esta desnudo, pero si duerme en calzoncillos es casi lo mismo.
-Sarten vino hablar conmigo temprano -informa. Diablos, de seguro atrapo a Chuck ayer-. Dijo que mucha de su comida desapareció, incluida la tarta de zarzamora que daría hoy en el desayuno. ¿Tienes alguna idea de lo que paso?
Técnicamente yo no lo hice, Chuck fue quien los saco y los llevo al bosque. Yo propuse la idea y él ejecuto el plan, ¡pero fue él!. Juego con mis dedos, admiro a un escarabajo que pasa por debajo de la cama. No quiero limpiar de nuevo la cocina, Sarten es malvado y ensucia todo apropósito.
-Ni idea -respondo, meneando la cabeza.
-¿Segura? -levanta una ceja.
-Tan segura como que Minho es peor que una diva.
-Bien -deja caer los brazos a los costados-. Ayer Tommy me comento algo de que Teresa dormiría en tu cabaña porque tú estarías acampando en el bosque con Chuck, y justo hoy en la mañana Sarten vino a decirme éso. Recordé que ustedes dos son a los que ha estado castigando por el mismo motivo.
-¿Lo siento? -levanto los hombros.
Newt niega decepcionado. Le sonrío inocentemente, no me arrepiento de nada, la tarta estaba tan deliciosa y me alegra que nadie más la haya probado. Me despido de él, no sin hacerlo jurar que no dirá nada a Sarten de que fuimos nosotros.
Me dirijo a mi cabaña para tomar mis cosas y mi cambiar mi ropa. Olvido por completo que Teresa estaría allí hasta que la veo de pie a la mitad del cuarto.
-¿Ésa es mi blusa? -señalo dicho objeto.
-Sí. La tome de la caja, las vi ahí anoche y solamente quise ver como se me vería -habla tan rápido que apenas le entiendo la mitad de las palabras-. Pero ahora mismo me la quito.
Agarro mi blusa color vino de tirantes gruesos que tanto me gusta, y lo peor, la luce mejor que yo.
-No, dejatela, se te ve bien -digo.
-Gracias -sonríe.
Hago un intento por sonreír lo más sincera que puedo. Por dentro estoy que echo chispas, ¡cómo poplus es posible que ella la luzca mejor que yo!
-Debes ir a desayunar. Los garlopos te estarán esperando para comenzar con las pruebas -le recuerdo.
-¡Es cierto! lo olvide por completo -golpea su frente con la palma de su mano.
Al salir, me esquiva con mucha habilidad. Espero unos segundos, quiero este bien lejos y que no vea mi berrinche. Jalo mi cabello, pateo lo primero que veo.
-¿Por que le queda mejor la ropa a ella? -pregunto a nadie en especifico.
-Ángela... ¿qué haces? -pregunta curiosa.
-Ah, nada, nada.
-Se me había pasado decirte que tu hermano hablo conmigo, dijo que podía poner una hamaca aquí ya que somos las únicas mujeres. ¿No te molesta cierto?
-No, para nada -sonrío falsamente.
Voy a matarte Newt.
Termino por calmarme. Cambio mi atuendo: una blusa de manga tres cuartos color azul marino y mi short. Arreglo mi trenza, me pongo mi pechera, me echo la mochila al hombro, tomo mis armas y me voy al comedor.
Sarten sospecha que soy yo, pues me mira de una forma muy peculiar y acusadora. En mi tazón hay cereal con leche y un poco de fruta picada. Vendría con una rebanada de tarta, lastima que me la comí toda anoche.
Mis amigos me guardaron un lugar en la mesa. Básicamente Thomas me guardo un lugar.
-Hola, Shanks -ocupo mi lugar-. Buen día, Tommy.
-Hola, Ángel -deposita un beso en mi mejilla.
"No podrás dormir más conmigo" hago que mi voz suene molesta.
"¿Por?" responde sorprendido.
"Newt tuvo la brillante idea de que Teresa y yo compartamos la cabaña".
"Se me ocurre algo para que podamos solucionar ése problema".
Teresa charla con todos como si se conocieran de toda la vida, Minho intenta llamar su atención a toda costa. No me la creo, mi amigo la diva esta interesado en otra persona que no sea el mismo. ¿Qué les ocurre a las personas el día de hoy?
-Ángela, Chuck, quiero hablar con ustedes -anuncia Alby.
El pobre niño traga su bocado y me mira asustado. Con la mirada intento decirle que se calme que yo tengo todo bajo control.
-Me dijeron que ustedes dos, rufianes, entraron a la cocina y robaron comida -dice el líder.
-Fuiste de chismosa con Alby -lo acuso. Newt levanta los brazos en son de paz-. Eres tan...
-No es la primera vez que lo hacen -continua-. Las otras veces lo deje pasar porque creí que no lo volverían hacer, pero no tienen remedio. No me dejan otra opción más que ponerles un castigo.
Abatida, apoyo mi frente en mis manos cruzadas. Todo lo malo me pasa a mi, ¡no somos los únicos que hemos entrado a robar! Newt, Thomas, Winston también lo han hecho. Mi adorable novio pone su mano en mi pierna y con su pulgar hace círculos lentos, bajo una de mis manos y tomo la suya.
-Que bajo has llegado, Angie. Mira que convertirte en una ladrona, me siento... estoy... -busca las palabras adecuadas- ¡orgulloso!. Llevas un buen futuro, me siento como un padre orgulloso. Te lleve buen camino, sigue así bebe.
¿En verdad?
-Oye, oye, la que la ha enseñado a escabullirse soy yo -protesta Winston.
-Pues no le enseñaste bien, la atrapan cada vez -objeta el corredor.
Van a comenzar con su pelea. Estoy rodeada de neandertales brutos y olorosos.
-Ey, Angie aprendió todo de mí. Llevo en esto de saquear la cocina mucho más tiempo que ustedes -protesta Newt.
La disputa comenzó. Ahora todos alegan haberme enseñado a robar, cuando la verdad es que yo les enseñe todo lo que saben. Hombres, siempre competitivos.
-Ya, dejen de discutir -ordena Alby-. Sea quien sea el que le enseño a robar, lo hecho hecho esta, crearon a una ladrona de comida en potencia.
-¿Cúal será su castigo? -pregunta Thomas.
-Hoy no cenaran. Se les encanta comer, pues hoy no lo hará y espero no enterarme de que entrar a robar algo anoche porque esta vez el castigo será más severo, ¿quedo claro? -pasa su mirada de Chuck a mi.
Asentimos. Tengo que comer algo cada dos horas o me pongo de mal humor, que se espera que me pase cuando llegue cansada del Laberinto con tanta hambre que sería capaz de comer una vaca y un caballo al mismo tiempo. Hago un puchero.
Thomas besa mi mejilla y pasa su brazo por mis hombros. Planto un beso sobre sus labio, pasa su mano por detrás de mi cabeza y profundiza el beso.
-Aww, son tan lindos -dice enternecida Teresa.
-¡Que asco! -espeto Minho. Nos separamos-. Sin demostraciones de afecto, estamos desayunando.
Le lanzo un bola de papel la cual cae dentro de su tazón. Quiero a mis amigos, solo que a veces me dan unas ganas de estrangularlos cuando no me dejan besar a mi novio en paz, siempre sacan sus comentarios sarcásticos o se asquean. Ya los quiero ver cuando tengan una novia.
Terminamos y nos dirigimos a las puertas ya abiertas. Comenzamos una nueva ruta para buscar una salida.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top