Capítulo 2
*
-¿Por qué no recuerdo nada? -pregunté asustada.
-no lo sé, a todos nos paso eso. Tu nombre lo recordarás en dos o tres días.
-está bien -volví a mirar el Área, así era como la había nombrado este chico.
Parecía un lugar tranquilo. Parece que todos los chicos están bien organizados, creí que por ser chicos tendrían este lugar más horrible que un chiquero de puerco; me equivoque.
-soy Thomas - se presenta el chico. Extendió su mano.
-un gusto -estrechamos nuestras manos.
-igual -apoya sus manos en su cadera-, la caja llegó tarde hoy, no hemos terminado nuestros trabajos y no tenemos tiempo de hacerte la visita guiada, te llevaré con Newt y después irás a conocer a Alby.
-¿quienes son ellos?
Comencé a seguirlo hasta donde supongo están ese tal Alby.
-Alby es el líder y Newt es el segundo al mando.
Habíamos llegado a las huertas. Nos acercamos a un chico de cabello rubio; era alto, se le marcaban algunos músculos y era atractivo. Por lo visto aquí, iba a encontrar puro chico guapo. No me quedaré más.
-hola Newt -dijo Thomas.
-Hola -respondió.
-aquí está la novata. Los dejo para que contestes sus preguntas -dicho esto, se retiró.
Miró por donde se había ido Thomas. Cuando esto algo lejos, volteó en nuestra dirección y me sonrió. Me había descubierto mirándolo, genial, iba a creer que soy una acosadora.
-Hola nuevita- Newt estaba apoyado en la pala y me miraba con una sonrisa divertida.
Santo Díos, ¿ahora qué le decía? Mi cerebro no pensaba en una respuesta y yo sólo lo miraba como si me hubiera comido la lengua el ratón. Respondele algo, pensé.
-ho-hola -dije con algo de nervios. Estúpido cerebro, me grite internamente.
-soy Newt, el segundo al mando.
-si, Thomas me lo dijo.
-bueno tienes alguna duda... espera ya sé tus preguntas y las voy a responder antes de que las digas... - se aclaró la garganta- estamos en El Área. Está rodeada de un laberinto, en este hay Penitentes; los Penitentes son unos bichos enormes que andan en cuatro patas, cuando caminan sueltan baba y salen en las noches después de que esas puertas se cierran -señaló la abertura por la que quería escapar- no hay salida de este lugar, lo que se te ocurra ya lo intentamos, por ahí están los mataderos -señaló un lugar del Área-. Por allí está el bosque, nunca te pierdes y si lo haces sólo sigue hasta que llegues a los muros y saldrás de ahí, como te dije no hay escapatoria.
Me quede boquiabierta, sabía lo que le iba a preguntar y por lo visto las preguntas que le seguirían. Brujo.
-dile a Chuck que te muestre donde estará tu hamaca. Es un niño recordéte de pelo obscuro, tiene chinos... y ese que viene por ahí es Alby -concluyó.
Creo que lo que le iba a preguntar se lo habian preguntado antes, demasiadas veces o sabe leer las mentes. Como dije antes, ¡brujo!
-hola novata -me saludó el que creo que es Alby.
-¿qué hay viejo? -lo saludó Newt.
Me cansé de que me llamen Novata, Nuevita o cómo sea que me digan. Tengo mi nombre propio. Era mejor que alguien me dijera "oye tú", lo prefería mil veces.
-no me llames novata -me cruce de brazos, molesta.
-¿cuál es tu nombre, entonces?- cuestiona.
No tengo la más mínima idea zopenco, quería gritarle.
-ya me voy- comencé a caminar-. Iré por Chuck.
No quería buscar a nadie, lo que hice fue que le robe un machete a Newt y me fui esconderme por ahí. Mi primera opción fue el bosque, pero tenía que atravesar todo el lugar para llegar, así que opté por la segunda; ir a la construcción con forma de edificio. Subí a lo más alto. Tuve que subir demasiados escalones, en pésimo estado por cierto. Estaba mirando al Área, cuando me dio un espantoso dolor en el cerebro, si lo leyeron bien, me dolió el cerebro. No resistía el dolor me agaché y tome mi cabeza entre mis manos. Después de unos segundos eternos, el dolor desapareció, me reincorpore y seguí mirando al Área preguntándome ¿qué diablos hice para llegar aquí?
Narra Thomas*
A la novata no la miré desde que la dejé con Newt. Ya estaba por anochecer, ya casi sería la fiesta de bienvenida y ella no aparecía, fui con Newt.
-¿oye y la novata?
-se fue a buscar a Chuck desde hace un buen rato.
-a Chuck jamás lo buscó, Chuck estuvo conmigo todo el día.
-¿entonces? ¿crees que se haya ido al Laberinto?
-no, tenían que haberla visto todos- comencé a pensar en donde estaría-. No pasaría desapercibido, debe estar por ahí. Iré a buscarla.
-te ayudo. Buscaré en el bosque, tu busca por allí- Neet dejó lo que estaba haciendo y se fue al bosque.
La busque por todos lados. Fui a cada rincón que conocía, le pregunté a cada Habitante y nadie supo darme razón de ella. Cuando estaba por decirle a Newt que tal vez sea verdad que se había ido al Laberinto sin que nadie se diera cuenta, literalmente me cayó una señal del cielo.
Una pequeña piedra impactó contra mi cabeza. Mire hacía arriba buscando de donde pudo venir. Estaba al lado de la Finca, así que supongo ella debe estar aquí.
-no está en el bosque- anuncia Newt-. ¿qué tanto miras?
-ya la encontré -sonrió.
Me aleje para ir con la novata, ella se había subido a lo más alto. En cuanto llegué, ella estaba en la orilla apuntandome con un machete.
-tranquila, soy Thomas- levanto mis manos en son de paz.
-perdón- baja el machete-, pensé que era uno de los de allá.
Señaló a los Habitantes.
-descuida ellos son buenos larchos. En realidad Gally no tanto, procura no acercarte mucho a él- le sugiero.
-copiado -asiente.
Me senté en la orilla con ella, balnceaba sus piernas de adelante hacía atrás y miraba a todos. Su ceño estaba levemente fruncido y parecía que estaba analizando algo.
Debo admitir que cuando la vi en La Caja me dio mucha curiosidad. Era extraño que la hubieran mandado a ella, se supone que tenían que mandar a un chico. ¿cuál era el motivo para que este aquí?
-¿y que hacías aquí arriba?
-estaba pensando- me mira con aquellos ajos grises.
Es bonita, eso ni como negarlo. Su cabello largo castaño recogido en una trenza, le cubría algo de su cara. Sus ojos grises eran muy hermosos, inevitable no verlos. Era alta, podría decir que medía casi un metro setenta. Estaba muy blanca, le falta mucho sol, diría que estaba transparente. Tenía buen cuerpo, no estaba exageradamente delgada, lo normal y algo de cintura.
-¿en que pensabas?- cuestionó.
-en, ¿qué es lo que habré hecho para llegar aquí?, tal vez asesine a alguien- humedesio sus labios.
-no lo creo, no pareces asesina.
-¿entonces que parezco? -se cruzó de brazos y sonrió de lado.
-mmh... -me toqué la barbilla y puse cara de pensativo- un ángel, no parece que rompas un plato.
Quería que se sintiera cómoda, recordaba bien lo que era llegar aquí y sentirte confundido por no saber nada de tu antigua vida. Aunque sea por un momento hacerla sentirse bien y que olvide el hecho de que borraron sus recuerdos.
-que lindo
-¿qué?- no había escuchado bien lo que dijo, ya que me perdí en mis pensamientos.
-que... que lindo es la vista- de nuevo mira a los Habitantes.
-querrás decir que linda ¿no?
-es lo mismo- alzó los hombros.
Nos quedamos un rato más hablando, le contaba anécdotas de cuando llegue aquí, ella solo decía "¿encerio?" o se reía de todo, tenia una risa graciosa, después de cierto tiempo se le salía hacer como un cerdo, no sé que me daba más risa, su cara después de hacer eso o su risa. Cuando menos lo esperé ya era de noche, le dije que tenía que ir a ayudar arreglar algunas cosad para la fiesta de bienvenida.
-oye espera- me detiene antes de irme.
-¿qué pasa?
-gracias.
Con eso supe que había logrado lo que me propuse. Cuando dijo eso me dio un beso en la mejilla, sonrió sin mostrar los dientes y siguió mirando al frente.
-de nada -sonreí ampliamente.
Narra la chica*.
Thomas ya se había ido, me quedé un rato más hasta que me aburrí. Bajé del edificio, Thomas la llamó Finca, me acerqué un poco a la fogata y me recosté en un tronco, éste me dejaba mirar las puertas del "Laberinto", ya que las tenía enfrente.
Alguien se sentó a mi lado sacándome de mis pensamientos.
-hola -saludó Thomas.
-¿qué hay?- sonrió.
-¿quieres?- me extendió una botella de vidrio, que tenía un líquido raro.
La tomé y lo olí, olía raro. Le entregué de nuevo la botella, aún no me fiaba demasiado de estos chicos. Thomas era muy amable, a comparación de los demás.
-no gracias- negué con la cabeza.
-anda bebelo, un pequeño trago.
-no, qué tal si es veneno. No quiero morir.
Él sólo sonrió, y me miró de nuevo, dándole un trago a la botella.
-¿sabes qué?, dame eso.
Tomé la botella y le di un gran sorbo, ese líquido sabía asqueroso, me lo trague e hice una mueca, Thomas explotó en risa.
-¡puaj! ¡puaj!, ¿que es eso?- reí
-la receta secreta de Gally- me guiño un ojo.
-pues dile que la mejore.
Thomas reía más fuerte, le arrebate la botella y le di otro sorbo, sabía peor, ahora sí lo escupi.
-sabe peor la segunda vez- hice otra mueca mientras le devolvía la botella a Thomas.
-luego te acostumbras.
-no lo creo, si mañana aparezco muerta será por tu culpa.
-¿sabes? la fiesta es en tu honor y tú aquí sentadota- se levanto -ven vamos.
Me extendió una mano para ayudarme a levantarme, yo sólo negaba con la cabeza.
-no, aquí estoy muy cómoda.
-claro que no, ven o te llevaré a la fuerza.
-está bien- tomé su mano y me levanté.
Me llevó a la fogata, me presentó a varios chicos. Unos formaban un círculo, mientras otros dos en el centro se empujaban, no los estaba mirando, pero sentí que uno de ellos venía hacia nosotros, pare en seco y extendí mi brazo para hacer que Thomas no caminara, efectivamente un larcho cayó en nuestros pies.
-¡wow!, que buenos reflejos.
-vamos, no es para tanto Thomas- le restó importancia.
-si no me hubieras parado, el que estaría en el suelo, sería yo.
Llevaba conociendo a Thomas no más de veinticuatro horas, es un exagerado. Todo el día trató de hacerme sentir bien, se lo agradecía mucho en verdad, pero no era necesario que le diera mucha importancia a cosas que no lo eran.
-hola novata- pronunció un chico de cejas locas- ¿quieres probar tu fuerza?
Todos se hicieron a un lado dejándome ver al chico que parecía jirafa. No le respondí, me quedé allí parada con mi cara de tonta.
-¿tienes miedo?- caminó a un lado.
Tenerle miedo, JA, por favor daba más miedo una cucaracha que él. Este tipo se cree la gran cosa.
-¿tener miedo... de a ti?- reí sarcastica-. Tu eres el que debe tener miedo cejas locas.
Algunos rieron por lo bajo al escuchar el apodo que le puse. Vamos más de alguno debió notarlas, todo mi atención la captaron sus cejas.
-si yo te ganó quedas en ridículo ya que una chica te ganó, así que mejor guardate tu fuerza y te ahorró la vergüenza- sonrió de lado y le guiñe un ojo.
-como si pudieras ganarme, niña inútil.
Ya está, éste muere hoy. Estaba por caminar hacía él, cuando Thomas me tomó del brazo y hizo voltear.
-no tienes que hacerlo- susurró.
-¿escuchaste cómo me llamo? Le voy patear el trasero.
-lo dice para provocarte, noble hagas caso.
-vengo en un momento- me solté de su agarre.
Me acerqué al círculo. Varios Habitantes se acercaron, un chico de aspecto asiático llamó mi atención, lo conocía de algún lado, me era familiar.
-son simples las reglas, yo intentaré sacarte del círculo y tú intentaras no romperte tus delicadas uñas- se colocó una mano un el pecho.
Mire a Thomas. Miraba con preocupación en nuestra dirección. Un segundo, sólo eso bastó para que Cejas Locas me arrojará al suelo. Todo el aire se fue de mis pulmones, me dolía la espalda y parte del cuello.
-perdón, ¿te lastime?- finge preocupación.
Me pongo de pie y sacudo mis pantalones. Le hago una seña para que se acerqué, le provocaría más dolor del que siento ahora.
Él venía hacía mí, cuando estuvo lo suficientemente cerca, le di una patada en su entrepierna. Todos exclamaron al mismo tienpo un "uuuh". Se estremeció y cayó de rodillas, lo tomé del cuello de la camisa y comencé a llevarlo fuera del círculo.
Él me golpeó detrás de la rodilla, con la fuerza suficiente para hacerme caer de espaldas. Por segunda vez el aire me faltó e inclusive me comenzó a dolor la cabeza. Aún no lo soltaba de la camisa, así que, rápido me pongo a horcajadas sobre él y le doy un golpe en la mejilla.
-creo que te dolió- le di un segundo golpe.
Me puse de pie. Don Cejas se levanto, lo tomé de su muñeca y le hice una llave. Después lo llevé a rastras hasta la orilla, lo solté y los chicos que estaban más cerca lo agarraron para que no se cayera.
-lo venció- dijo alguien del fondo.
-¿alguien más quiere entrar?- exclamo.
Thomas se me acerca y me toma de los hombros. Me sonrió y todos los presentes empezaron a vitorearme.
-recuérdame no meterme contigo.
-tatuatelo en la frente- le palmeo el hombro.
El dolor de cabeza volvió, pero aun más fuerte, me sujete de Thomas y él me tomó por la cintura.
《Ángela, todo estará bien. Recuerda CRUEL es bueno》
-¿estas bien?- pregunto preocupado.
-Ángela -susurró.
-¿Qué?- me miro confundido.
-¡Me llamo Ángela! ¡ya recuerdo mi nombre! -digo emocionada.
Todos empezaron a aplaudir y gritar mi nombre. Me felicitaron, abrazaron y esas cosas.
-que bonito nombre -sonrió Thomas.
-gracias.
Me dio un abrazo, de todos los abrazos que recibí el de Thomas me gustó más. Un fuerte sonido hizo que sobresalte y abracé a Thomas más fuerte.
-Por favor díganme que eso fue el estómago de alguien.
-eso larcha, fue un Penitente- dice Cejas Locas.
Ya que la bienvenida acabo, Thomas me acomoda una hamaca justo al lado de la suya, me dio las buenas noches y se durmió.
Yo no podía dormir con todo el ruido que hacía el Laberinto, en cuanto menos lo esperé caí dormida.
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