Capitulo 13
*
¡Dios! La cabeza me va a explotar. ¿Qué había pasado? Lo último que recordaba era ver a Thomas y después nada.
Abrí mis ojos con pesar, la habitación en la que me encontraba era igual a la de la Finca. Por la diminuta ventanilla pasan los Larchos haciendo sus deberes.
《¡Guey, me teletransporto!》
-no te teletransportas. Yo te traje.
Gire mi cabeza, Thomas estaba sentado al otro lado de la cama. No me percaté de las caricias que le hacia a mi mano.
-¿Qué me paso? -pregunté.
-te desmayaste, princesa.
-lo último que recuerdo es un dolor de cabeza -apoye mi espalda en la cabecera de la cama.
-¿Por que te dolio la cabeza? ¿No comiste?
-justamente para eso iba a buscarte, cocine un delicioso caldo de pollo que ni Sarten podrá igualar -hice un movimiento con la mano, dando a entender que estaría delicioso.
-no lo dudo -besa mi mano.
Sonreí como una idiota. Empezamos siendo amigos y terminamos como novios, vaya lío. Pensar que un día todo puede terminar y que perderé su amistad me pone nostálgica. No era momento para pensar en cosas tristes, estabamos juntos y eso es lo que importaba, después habría tiempo para pensar en el futuro.
Iba a decir algo cuando la puerta se abrió de golpe y entraron mis personas favoritas.
-¡¡¡Ya despertó!!! ¿Cómo te sientes? ¿Tienes hambre? ¿Te duele algo? ¿Te quebraste algo? -Newt apretó mi cabeza contra su pecho y aplastó mis mejillas cuando examinó mi cara- ¿Cuántos dedos vez aqui?
-es un dedo. Newt, estoy bien -golpee su brazo.
-esa es señal de que esta bien -dice Chuck. Refiriéndose al golpe que le di a mi hermano.
Reímos. Soy tan amorosa y mi amor duele tanto que se siente como un golpe. Jeff me explico que mi desmayo fue de que no he comido nada, es tarde y lo único que traigo en el estómago es el desayuno. Según Clint, estuve inconsciente una hora.
Hice el intentó de ponerme de pie, enseguida tres pares de manos me volvieron acostar; un par diminuto y los otros más grande que las mías.
-¿A dónde crees que vas? -preguntó Chuck, saltando a la cama y sentándose a mi lado.
-tienes que descansar, hermanita.
-te traeré algo de comer, no te muevas de esta cama. Chuck cuidala -ordenó Thomas.
Ni que estuviera convaleciente para no caminar por mi cuenta. Newt se fue con Thomas. En cuanto la puerta se cerró me puse de pie y busqué mis botas.
-Thomas dijo...
-que guardará reposo, lo sé. Chuck, estoy bien -alboroto sus chinos.
-Newt me matara si ve que te deje salir y Thomas se comerá mi postre.
Era cierto y a la vez no. Newt sería incapaz de hacerle algo al niño por una simple razón: lo mato primero.
Llegando al comedor veo que todos estan comiendo mi caldo de pollo. Ojala y no se enfermen.
Mis amigos se encontraban en la última mesa, todos en silencio y con caras de aburrimiento, le hago falta. El enano se adelantó, fue a la mesa y por su cara deduje que le fue con el chisme a Thomas de que no me quixe quedar. Enseguida Thomas levanto la vista en mi dirección, arrugo el entrecejo y caminaba en mi dirección.
-hey, vean quien volvió ¿Cómo te sientes? -preguntó Winston.
-bien.
-Ángela, te dije que te quedarás en el cuarto -Thomas me sujeta de los hombros.
-y yo te dije que estoy bien -paso mis brazos por su cintura y beso fugazmente sus labios-. No te preocupes tanto, Tommy.
Tom suspiro rendido, sonrió levemente y me devolvió el beso.
-¡Consigan un cuarto! -gritó un imbécil detrás de mi.
Esa voz la conocía bien, ése hijo de la muralla de Minho y sus comentarios sin sentido... un momento... ¿Por qué Minho no estaba en el Laberinto?
-¿Qué haces aquí? Se supone que tienes que estar allá -señalo las grandes puertas.
Vamos a la mesa. Tommy se retiro diciendo que iría haber si Sarten ya tenía lista mi comida que tenía rato pidiéndole.
-pues... me aburro sin mis corredores favoritos -dijo.
-awwww -sonreí con una mano sobre mi pecho, conmovida por las palabras algo dulces de Minho.
-¿Qué te puedo decir? los otros Larchos son aburridos -levantó los hombros.
Se aburre por no tener a quién reprende, Thomas y yo seguimos aprendiendo eso de ser un Corredor y cometemos algunos errores. Thomas depósito mi razón frente a mí, le agradezco y el besa deposita un beso en mi coronilla.
-Angie, deberías ser la nueva cocinera -comenta Winston.
-esperen un momento, ¿cocinas? -Chuck me señala con su cuchara, dejando en claro su confusión.
-sí -asiento.
Minho escupe su comida y tose escandalosamente. ¡Dios, el chino se nos muere! Newt, que es el que esta más cerca, le da unas palmaditas en la espalda. Minho sujeta su cuello y saca la lengua.
-si Angela cocino entonces esto debe tener veneno, ¡la profecía! -vuelve a fingir ahogarse.
Ruedo los ojos. Garlopo, en verdad me la crei y pensé que se ahogaba.
Me preguntaba si llegaría a ser serio en algún momento.
Seguimos comiendo. Muy dentro de mi algo me decía que mirara hacia la puerta, eso hice; Peter comía solo cerca de la entrada al comedor. ¿Por qué estaba allá si nosotros nos encontrábamos acá?
-ahora vuelvo -anuncie.
Los muchachos me siguieron con la mirada, podía sentir un cosquilleo a un lado de mi cintura.
-¿Por qué comes solo y no con nosotros? -pregunte al estar frente a él.
Parecía estar en otro mundo, cuando me escucho se sobresalto y trato de sonreír, no se salió.
-ven con nosotros -insistí.
-no aquí estoy bien; pero gracias.
-Peter, vendrás por las buenas o tendré que hacerlo por las malas -advertí, cruzandome de brazos y elevando la cabeza.
Rendido, tomó su tazón y me siguió hasta la mesa. Saludo apenado, tiene mucho que aprender. Seguimos platicando puras babosadas como siempre.
Peter nos conto que estuvo en el matadero y le fue bien, comparamos nuestros resultados, a Peter se le da bien lo de matar animales.
Despues de nuestra "charla" se fueron todos a sus trabajos. Yo fui con Tommy a mi cabaña para "guardar reposo" ya que según él necesito recuperarme bien.
-ya casi llegamos -dijo.
-Thomas, ya te dije que puedo caminar.
Tom insistió en llevarme a mi cabaña cargando, le dije que no, pero es más necio que una mula.
-pero no vas a caminar. Ahora, si fueras tan amable de abrir la puerta -pide.
Abro la puerta. Thomas me dejó en mi cama y se recosto a mi lado. Me recorro hasta quedar bien a su lado, él me abraza y luego besa mi frente.
-gracias -beso su mejilla.
-¿Por qué? -sonrió.
-por cuidar de mi -entrelazo nuestras manos.
-lo que sea por mi Princesa -me abraza más fuerte.
Levante mi cabeza un poco y lo miro a los ojos; tienen ese peculiar brillo de siempre, jamás me cansare de ver esos hermosos ojos cafes.
Nos besamos con dulzura, podría decirse que era un beso a cámara lenta.
-¿Hacemos algo divertido? -mire sus ojos.
-se me ocurren muchas cosas divertidas en este momento -vuelve a besarme.
Eso sonó con doble sentido, ¿no?
Mente sana, mente sana.
-hablo en serio -me pongo de rodillas sobre la cama.
-yo también -me toma de la cintura, poniéndome a orcajadas sobre el.
Momento de parar lo que sea que este pensando hacer. Sujeto mi almohada con fuerza y lo golpee en la cara tres veces.
-con que así quieres jugar, pequeña tramposa.
Thomas agarró otra almohada y me golpeó. Comenzamos a reír, mi cabello quedó hecho un asco, mi cabeza dolía por los almohadazos.
Me levante y corrí por toda la cabaña, Thomas trataba de atraparme, cuando lo logró me lanzó a la cama y empezó hacerme cosquillas y morder mi oreja.
Ignoró mis súplicas, siguió con sus cosquillas, me hacia cosquillas hasta con la boca. ¿Cómo era eso posible? No lo sabía.
Con esfuerzo me libere de sus brazos, corrí hacia el Claro. Me dolía el estómago de tanto reíra, mi cabeza explotaria y todavía sentía como sus dedos recorrían mi estómago y cuello.
-¡Te atrapare! -grita.
-¡Soy más rápida! -aceleró mi carrera. Podía sentir como pisaba mis talones, sus manos intentando alcanzarme.
Era una pista de obstaculos, Larchos y cosas tiradas por doquier. Corrí por todo el claro, Ronco se unió a la causa corría a mi lado y saltaba encima mío. Maldito perro, por su culpa Thomas me atraparia. Pasé por la huerta y Newt al verme correr me siguió.
-¿Que tienes? -preguntó.
-Thomas viene por mi -dije entre jadeos.
Me di el gusto de detenerme un momento a descansar. Newt veía por donde Thomas venía, la última vez que estuve con ambos juntos termine sambutida en el río.
Seguí corriendo. Esta vez me adentre en el bosque, le costaría más encontrarme allí.
Fui al rio, por inercia Thomas también vendría. Me mantuve oculta detrás de un árbol, recuperando el aliento e intentando que mis piernas colapsaran. Ni siquiera en el Laberinto he corrido tanto.
-Princesaaa, ¿Dónde estaaasss? Quiero hablar contigo.
Sus pasos se escuchan cerca. Cierro mis ojos y sonreí. No escuchaba más sus pasos, salí de mi escondite, posiblemente hubiera pensado que no estaba ahí, pero eso cambió cuando sentí sus brazos rodearme por la espalda y hacerme girar.
-te encontre, pequeña -susurró en mi oído, provocando que mo piel se eirzara.
-estas loco -rio.
Me da vuelta y me pega más a su pecho besando mis labios con ternura.
-concuerdo contigo, mi amor. Estoy loco, pero por ti -vuelve a besarme.
-te quiero -lo abrace.
-y yo a ti -dijo contra mi frente.
El resto de la tarde estuvimos ahí, echados en el suelo, hablando de todo un poco. No faltaría mucho para que anocheciera, las puertas de cerrarían y todos irían a dormir.
Thomas se estaba quedando dormido, era casi media noche y no nos habíamos movido de nuestro lugar. Lo invite a dormir a mi cabaña, se negó pero con un par de besos y caricias lo convencí.
Se sentía bien tenerlo aquí a mi lado. Puede que no sea la última vez que duerma conmigo.
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