Capítulo 11

*

Thomas entrelazo nuestras manos. No podía creer que ya era un mes desde que llegue a el Área, esperaba que fuera una chica lo que estaba llegando.

-estoy ansiosa- dije emocionada.

-tranquila- Thomas besó mi frente.

Estabamos casi todos alrededor de la caja. Con Thomas nos colocamos adelante de todos para ver mejor. Creía que todo saldría mal el día que llegue, sólo eran chicos sudorosos y yo una simple chica confundida. Salió todo lo contrario; tengo un hermano, algunos amigos, y ahora, un bello novio con pestañas más bonitas que las mías.

Newt, Alby y los Docs no estaban allí , ¿Dónde se habrían metido? La caja llegó.

Gally es quien lanzó la soga para sacar al novato.

No supe nada de él desde el incidente del otro día. No parecía ser el mismo Gally de siempre, en su mirada había  algo que no me gustaba, era vacía y sin emoción alguna. Tal vez era más perverso de lo que pensaba.

El Novato salió de ahí, su mirada reflejaba miedo. Nos miraba a todos y se sorprendió al verme, supongo que es porque era la única Larcha en ese sitio. Las burlas de los garlopos, con los que convivía día a día, no tardaron en hacerse presentes.

Ése guey tenia cabello café obscuro, tes blanca, ojos cafés y era alto, más o menos de la estatura de Tom. No aparentaba más de 17.

《Disculpa, ¿Puedes dejar de mirarlo tanto?》

《¿Celos?》

Le transmito toda la burla que mi mente pudo enviarle. Ya iba a comenzar a celarme. Deje de pensar en Thomas y su repentino arranque de celos, me concentre en el Novato que aún estaba en el piso.

Parecía que iba a llorar, sus ojos no se quedaban quietos y sus espasmos corporales se comenzaban a hacer notorios. Sentía lástima por él, también sentí miedo al llegar ahí.

《Ve con él》.

Thomas fue con el Novato. El chico pegó un brinco al verlo a su lado, pobrecillo.

-hola, soy Thomas- lo ayudó a ponerse de pie.

Me fue imposible no mirar el trasero de Thomas cuando se inclino para ayudar al Novato. Chuck me miró travieso, mendigo niño, se dio cuanta que miraba a Thomas.

Los Larchos según murmurando sus burlas y chistes malvados sobre el Novato. Tommy le explicaba las reglas y algún otra cosa a la cual no puse atención.

-¿Y si vuelven a sus trabajos?- propuse-. Puedo mover mis influencias en la cocina y el que no se largue ahora mismo, se queda sin cenar- sentenció lo último.

Algunos me miran desafiantes y con superioridad. No aparte mi mirada, los mire más amenazante.

La presencia de un garlopo con cejas locas hace que aparte la mirada.

-¿Y tú qué?- pongo mis manos en mi cadera.

-tú no eres la lider. Ni tú; ni tu hermano.- se acerca desafiante-. Todos saben que el verdadero lider soy yo.

-¿Acaso me oiste decir eso? No verdad.- respondo irónica-. Newt sí lo es, en ausencia de Alby, y como él no esta en condiciones; Newt se encarga de que sanganos como tu comprenderás hagan su parte.

-¿Y? Tú hermano sigue siendo un inútil. No hace nada bien.

-responde una cosa- me acerqué más. No iba a insultar a mi hermano frente a mis narices-. ¿Qué mide dos metros, tienes cejas locas y esta en el suelo gritando como niña?

-¿Qué?- frunce el ceño.

Lo golpeó en la entrepierna y le doy un derechazo. Cayó al suelo tocando su parte afectada.

《Esa es mi chica》

Sonreí victoriosa. Espero esta vez le haya quedado bien claro el mensaje a Gally.

-largate a oler poplus, o lo que sea que hagan los garlopos como tú.

La furia chisporroteo en su mirada. Se puso de pie y sin decir una sola palabra se fue hacia el bosque. Me acerqué a Thomas que estaba hablando animadamente con el novato.

-volví- anuncié haciendo manls de jazz.

-ho-hola- saluda nervioso.

-hola, Ángel -Tom besó mi mejilla.

Sonrió y volteamos a ver al Novato, quien nos mira con el ceño fruncido.

-¿Qué pasa?- trate de averiguar lo que ocurría.

-¿Tú y Thomas son pareja? -pregunta aún con el ceño fruncido.

-que torpe soy. Peter, ella es Ángela, mi novia; Ángela, él es Peter, el novato -nos presenta Thomas.

-Peter- le dediqué una sonrisa cálida.

-Ángela -dijo en forma de saludo.

Con Thomas le mostramos el Claro y le asignamos un lugar para que duerma, ósea que le dimos mi antigua hamaca.

Comencé a sacar mis propios cálculos y no pareciera que llevará un mes aquí. Era menos, tal vez una o dos semanas.

《Thomas, creo que este novato llego antes del mes》.

《creo lo mismo. Si contamos los días que llevas aqui son como una semana y media》.

Cierto. Esto era raro. ¿Por qué mandarian a alguien antes del mes? El patrón siempre fue el mismo hasta que... llegue yo.

Me acerqué a los larchos junto a la Caja.

-oigan, ¿Qué tienen hay? -pregunté.

-tan sólo comida. No llegó la gran cosa está vez -respondió uno de ellos.

-¿Sólo eso?- mi incredubilidad queda al descubierto.

-sí -respondió otro.

Nada tenía sentido. Newt debía saberlo pero no lo veía desde hace un buen rato. Fui a su cabaña, no estaba. ¿A dónde podría ir?

Unos alaridos espeluznante se escuchan desde la Finca. La piel se me eriza al escuchar semejantes gritos tan desgarradores. Mis piernas comenzaban a ir en esa dirección por vomutad propia. Tenía miedo de lo que iba a encontrar, no obstante, también tenía una chispa de curiosidad.

Lentamente subía los viejos escalones de madera. Su crugir al sentir mi peso le daba un toque espeluznante a la vieja construcción. Con las manos temblorosas, me acerqué a la puerta de donde provenían tremendos gritos. Había cuatro personas ahí dentro. Newt era una de ellas, junto con los Docs y un enfermo.

El enfermo tenía sus ojos inyectados en sangre, las venas las saltadas y gritaba tan fuerte que hasta mi me dolía la garganta. Uno de los Docs se movió y pude ver de quien se trataba, era Alby. ¡Dios mío! ¿Qué le ocurría?

Al verme se volvió más loco, si eso era posible. Gritó más fuerte, forcejeo e intentó llegar hasta la puerta. Lograron contenerlo a duras penas.

-¡¿Qué haces aquí?! No deberías estar aquí -dijo Newt, alarmado.

No tuve tiempo de reaccionar. Él me tomó por los hombros y me arrastró fuera del cuarto, cerrando la puerta tras de sí. Luego me sujeto del brazo y me llevo a la salida.

-¡Oye! -me queje-. Nada más iba a decirte que un nuevo Novato llegó.

-¿Cómo? Aún no es el mes -su entrecejo se fruncio.

-¡Exacto! -exclame-. Querría hablar contigo...

-yo igual, ¿Sí? -me interrumpió-, pero ahora tengo que ayudar a controlar a Alby. ¿Puedes ayudarme con lo de la bienvenida? Gracias, te quiero.

Beso rápido mi frente y volvió a subir. Susurrando un "también te quiero" fui a la cocina. Posiblemente Sartén necesitaría ayuda, aunque lo dudaba, él no era fan de que anduviesen entrando en su cocina. Prefería hacer las cosas solo a que alguien usará sus preciados utensilios.

Como presentía, no quiso mi ayuda. Winston ayudaba a preparar el claro, acomodando la gran mesa en la que Sarten servía todos los platos de comida. Intente ayudarlo y me mandó a descansar.

No parecía que alguien quisiera mi ayuda.

Sólo había una persona que sí querría que estuviera cerca. Busqué a Tommy, encontrandolo con el Novato y Chuck en la huerta. Inconscientemente sonreí al verlo conversar tan animadamente con el Novato, era tan tierno, todo en él me parecía adorable.

-hola -dije, cubriendo sus ojos.

-hola, Angie -saludo Chuck.

-¿Qué hay? -dice Peter.

Peter tenía más confianza. Ya no titubeaba al hablar y tampoco jugaba con sus dedos ni miraba en todas direcciones.

-Ángel -toma mis manos y las besa.

Me senté cruzando las piernas. Thomas pasó un brazo por mis hombros acercándose más a mí. Nos miramos un largo rato hasta que no pude sostener la mirada y volteó al césped. Sonrió y me contagió.

-entonces... ¿Son novios ya? -preguntó impaciente Chuck.

-sí -contestó Thomas de imediato. Lo abracé fuerte.

-Creí que tendría que recurrir al plan B -dijo,  sonriendo.

-¿Entonces, ya puedo decirte cuñado? -moví una ceja.

-¿Eh?

-esto no lo oiste de mí -puse mi mano a un lado de mi boca, como si estuviera diciendo un secreto-, pero Thomas te quiere como un hermano.

Los ojos del pequeño se iluminaron. Miro a Thomas y éste pasó un brazo por sus hombros, lo llamó hermanito e hizo como si la palabra estuviera frente a ellos.

Seguimos hablando de cualquier cosa en lo que llegaba la noche. Peter escuchaba atento las historias que le contábamos. 

La hora de la fiesta llegó. Sarten servía la comida para todos y Chuck lo ayudaba a entregar los platos. Peter se hablaba bien con la mayoría, era un idiota; en el buen sentido de la palabra.

-¿Quién quiere luchar contra Gally? -preguntó Winston, mirando a su alrededor.

Peter se pone de pie, dispuesto a enfrentarlo. Lo tomé del pantalón para detenerlo.

-¿Estás loco? Aquí mi amigo el cejas locas te dobla el tamaño.

-vamos, ¿Qué podría salir mal?

Alce mis brazos, rendida. Él quería que le partiera la cara, bien, su se la partan entonces. Gally le explicó lo básico: aguantar dos minutos antes de que lo sacará del círculo. Era su funeral.

Me dio pena ver como Gally logró sacarlo en menos de treinta segundos.  Traté de decírselo, pero no me escuchó. El resto de la noche fue divertida, Winston y Thomas hicieron una carrera de relevó con Minho y Jeff. ¿Adivinen quien ganó? Así es, adivinaron. 

¡Equipo Winston!

La carrera era en que tenían que llevar un huevo en una cuchara que tenía que traer en la boca. A Minho se le cayó el huevo a la mitad de la carrera.

-me iré a dormir -susurre. Besando la mejilla de Thomas.

-esta bien. Descansa -besó ciertamente mis labios.

Arrastraba los pies. Tenía tanto sueño que no me importaba hacerle compañía a Ronco en el matadero o dormir con aquella vaca vieja. Tropecé con mis propios pies al distraerme un segundo para frotar mis ojos.

De milagro logré llegar a la cabaña, arroje mis botas lo más lejos que pude y me lancé a la cama. Por fin dormiria un poco. Cerré mis ojos, pase mis manos por detrás de mi cabeza esperando caer muerta, es decir, metafóricamente. Todo el sueño y cansancio que hace unos minutos me invitaba a hacerle compañía a Ronco, desapareció en un chasquido.

Los habitantes hablan fuerte, hasta acá escuchaba los murmuró de sus comverdaciones. Conforme pasaban los minutos los murmullos desaparecían, supongo que se iban a dormir o hacer lo que sea que ellos hacían en la noche, yo no soy nadie para juzgar.

Vueltas, vueltas y más vueltas, pero nada. Por algún lado había una camiseta de Thomas, la busque hasta debajo de la cama hasta encontrarla; sería perfecta para dormir. Me quedaba ancha y larga, tomé un pantalón y lo corte para hacerlo short.

Posiblemente llendo a caminar un momento el sueño regresaría. El cielo estaba despejado, era habitual en ese lugar; jamás he visto caer una gota de lluvia o nieve, con una leve llovizna me conformaba.

Las pequeñas piedritas me lastimaban la planta de los pies (No quise ponerme las botas) ibas descalza. Me adentre al bosque tenebroso, de noche daba más miedo que de día.

Las hojas y armas secas crujian bajo mis pies. Cada paso que daba hacia un escándalo, varios escarabajos pasaban sobre mis pies y seguían su camino hasta vaya a saberse dónde. 

Me sentía asechada.

Ya no iba para el río ni para un lugar en específico, quería comprobar mis sospechas de sí alguien me seguía o no. Una rama se quebró provocando que mis sentidos se pusieran alerta; alguien me estaba siguiendo y esperaba que no fuera Gally, la última vez intentó matarme.

Tomé una piedra, me escondi detrás de un árbol. Las pisadas se detuvieron, no podía distinguir ninguna silueta que no fueran las de los árboles.

Asomé la cabeza buscando a mí perseguidor, ni una señal, solté la piedra y me dispuse a seguir con mi camino. Avance un par de metros cuando una mano cubrió mi boca y un brazo rodeo mi cintura. Grité, pero la mano amortiguaba mis gritos.

-shh. Soy yo -susurro en mi oído. Retirando su mano de mi boca y abrazandome con ambos brazos.

-casi me matas del susto- golpee su hombro.

-esa era la idea. -sonrió travieso-. ¿Por qué sigues despierta? Creí que ibas a dormir.

-iba. Ya no tengo sueño. -juego con su cabello.

-¿Quieres un beso de las buenas noches? -bromeó.

Levanté los hombros e hice una mueca desinteresada. Thomas sonrió, se inclino, cerré mis ojos esperando aquel beso que jamás llegó. En lugar de eso, me tomo entre sus brazos y comenzó a caminar de regreso al Claro.

-¿Y mi beso? -proteste molesta.

-voy a llevarte a tu cama, te arropare y me asegurare de que te duermas de una vez- dijo.

No tenía de otra que resignarme. No me dejó hacer mi caminata, ¿Cómo se suponía que iba a dormir?

-llegamos, Angelito -anunció. Dejándome sobre la cama. Tal como dijo, me arropo y no se movió de su lugar-. Cierra tus ojos e intenta dormir, piensa en algo bonito.

-Ya lo intente; admitelo, tengo insomnio -extiendo mis brazos.

En vez de responder algo se sentó en el espacio libre de la cama, jugó con mi cabello y masajeo mi cabeza. No dejaba de verme con ternura, mis párpados solos se cerraban, en cualquier momento iba a caer dormida.

Llegó un punto en que los cerré y no volví abrirlos de la pesadez que sentía. El masaje de Thomas cada vez se hacia más lento, provocando que de una vez por todas me durmiera.

-te quiero, bonita -susurro.

Fue lo último que escuché, aún sigo dudando de sí en verdad lo dijo o fue producto de mi imaginación.

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