Epílogo
Amy POV:
Amy: Muchas vidas se perdieron allí, nadie creyó en lo que podría pasar, cada bala valió la pena, ya que hoy tenemos grandes avances en la medicina utilizando los mismos principios de los Halcones, así como la fundación de nuestra bella ciudad, que tiene como monumento una estatua en honor a los Libertadores. Y fue así como terminó la guerra.
Todos mis alumnos aplaudieron. Actualmente soy maestra de historia en una secundaria.
Ha costado, pero conseguí que me reubicaran. No fue hace mucho, soy relativamente nueva. Tengo 3 días trabajando aquí.
Amy: ¿Alguien tiene alguna duda sobre la clase?. —Uno de mis alumnos levantó su mano.— ¿Si?.
—Entonces ¿Todo comenzó por la venganza y avaricia, de un niño pequeño?. —Cuestionó entre risas.
Amy: Así es, ese niño creció y lo llevó más allá de lo que imaginamos. Es por eso que es tan importante los valores que reciben aquí y en casa; ustedes son el futuro, son los encargados de cambiar al mundo y convertirlo en algo mejor.
—No lo podemos cambiar porque no hay ropa de su talla JAJAJA. —Escuché hasta el fondo. Yo ignoré el comentario.
Madre, qué chiste tan más malo.
—Cállate, pendejo, a mí siempre me sacan por tu culpa. —Contestó otro.
No le llamaré la atención, yo tenía peor vocabulario en la guerra y prefiero abstenerme de hacer corajes.
Amy: Silencio allá atrás. ¿Alguna otra pregunta?
—¿Aún extraña a el Coronel Sonic?. —Interrogó una alumna.
Amy: Sí, aún lo extraño, después de todo, la vida del muerto perdura en la memoria del vivo.
El timbre de salida sonó, todos tomaron sus cosas y se marcharon. No sin antes desearme un feliz fin de semana.
Agarré mis cosas, había sido mi última clase, podía marcharme.
—¡Señorita, Amy!. —Escuché a mis espaldas.
Se trataba de uno de los maestros de Ciencias. Es mayor que yo por 4 años, venía con la corbata desarreglada.
—¿Está ocupada esta noche?. —Lo miré con confusión. ¿Se trataba de trabajo o de una cita?.— Quisiera invitarla a una cena, ya he reservado en un restaurante en el centro. —Sonrió.
Agradecí el gesto, mas sin embargo, me negué. Subí al auto y me marché. Ya lo he intentado, he tenido más relaciones amorosas después de la de tuya, pero ninguna ha funcionado y no logro entender el por qué. ¿Mi destino era estar contigo únicamente? ¿Ó soy yo a quien le va mal en el amor?.
Iba camino a una reunión con Rouge y el resto de chicos. Aunque decidí hacer una parada.
Paré en el cementerio. Como era de esperarse tu lugar estaba bien cuidado y protegido por el mismo velador de hace unos años. Tenías más flores, deben ser de Sonia de seguro. Tiene tanto que no los veo, apenas cumplieron sus 18 se independizaron.
Amy: Volví. —Solté una risa tristona.— Conseguí trabajo de maestra, hoy tuve que dar una clase sobre ti. Seguro que no te imaginaste que saldrías en los libros de historia.
Luego de un rato, opté por irme, no quería llegar tarde. Caminé entre las tumbas, vislumbré la caseta en la que se albergaba el velador, él no estaba. No le habría prestado importancia si no fuera por el papel enmarcado que estaba colgado en la pared, mi carta.
Pasé sin permiso. Observé cada detalle, quería estar completamente segura de lo que veía.
—¿Se le ofrece algo?. —Cuestionó el cuidador.
Amy: ¿Qué hace esto aquí?. —Apunté con mi dedo índice al cuadro.
—Es una carta que trajo el jefe.
Amy: ¿Jefe?. —Repetí.
—Sí, él. La carta apareció en mi mesa acompañada por un recado.
Seguí hablando con él sobre el tema. No sabía cómo sentirme, ¿enfadada o confundida? La carta era mía y por ende, privada.
Quise irme ya iba con un leve retraso a la reunión. Mas algo me hizo quedarme, el recado.
Amy: Esto no es de tu jefe. —Pronuncié estupefacta.
—¿De quién más si no? Él es el único con llaves de la caseta a excepción de mí.
Amy: No habría razón alguna por la que tu jefe me llamara Ames. —Sonreí nostálgica. Terminé la conversación con un adiós, me marché más contenta de lo habitual.
El recado era breve, constaba de 5 palabras, nada asombroso si no se conoce la historia. "Guárdala, es de mi Ames."
Por supuesto que, al reencontrarme con los chicos la carta fue un tema de conversación, la mayoría intentó encontrar otra explicación que la de algo paranormal. Yo tampoco creía mucho en este tipo de cosas, pero preferiría seguir engañada con que tú de verdad hayas escrito eso.
¿Quieres saber por qué nos reunimos? Tails se va a casar. El más joven, terminó por ser el primero en madurar de todos nosotros, Silver también se casó, pero lo hizo por obligación, terminó por ser papá antes de lo planeado.
Yo aún no conozco a la pareja de Tails, pero Rouge dice que es una conejita muy bondadosa, y que existe una muy alta posibilidad en que ella y yo seamos muy buenas amigas. Recordarás el día que conocimos a Rouge y Blaze, hablaron de una amiga suya, era ella. Increíble como es que terminaron juntos.
Han pasado muchas cosas mientras no has estado. Silver ya es papá. Rouge se hizo estilista, es pareja de un oficial de policía. Sip, a Knuckles no le bastó con un disparo, ahora trabaja de ello.
(...)
Pasaron los años, ya todos habían formado una familia, excepto yo, quise adoptar pero debido a problemas con mi hogar, no pudo ser posible.
Me jubilé. Recuerdo lo que me decían: "Por fin tendrás un descanso". Me hacían ver la jubilación como un paraíso.
Lamentablemente no pude disfrutarlo mucho tiempo.
A causa de todo aquel estrés que recibía al estar lavorando, vinieron más secuelas. No quisiera aburrirte con temas médicos y explicaciones sobre todo lo que le pasaba a mi cuerpo.
Ya no era una jovencita. No tenía las mismas fuerzas que antes. Y fue así como mi vida terminó por depender de una máquina en el hospital.
Intentaron animarme diciéndome que todo saldría bien. Y que en unos días, estaríamos todos juntos.
Sabía que era una mentira. La muerte vendría por mí, y sinceramente, ya no sentía miedo alguno por ella.
Pensándolo bien. Estar en mi lecho de muerte no era tan malo, cada día veía a mi familia y amigos, me traían regalos y me deseaban que me mejorara. Era como una fiesta de cumpleaños. Cambiando el pastel por comida de hospital.
Pedí que me desconectaran. Nadie quiso.
Me dolía ver a todos de ese modo, llorándome sin consuelo.
Volví a pedir que me desconectaran al día siguiente. Nadie quiso otra vez.
Pasé todo el mes en esa situación. No se veía mejora alguna, razón por la que decidieron cumplirme mi petición.
En mi último día. Vinieron a visitarme cada uno de mis amigos con sus familias. Muchos habían pedido permiso en el trabajo para poder estar junto a mí.
Al cabo de unas horas. Se sumó mi familia, mis padres, mis tíos, primos, y mi hermano.
Mi madre siempre soñó con ser abuela. Yo lamentablemente no se lo pude cumplir. Pero mi hermano sí, él vino acompañado de su esposa y su niño.
Mi día estaba por terminar. No faltaba mucho tiempo para que me fuera de este lugar. Pero tuve a más gente que decidió venir a cumplimentar, ¿adivinas quiénes fueron?.
Manic y Sonia. Y no venían solos, cada uno trajo a su hijo. Manic tuvo una niña, mientras que Sonia, un niño. ¡Te habían hecho tío!.
Sonia me comentó que aquella actitud ríspida y áspera de Manic hacia ti, había desaparecido. Él solía ir a verte muy seguido, te dejaba flores junto con Sonia, y cuidaban de que tu yacimiento estuviera en buenas condiciones. Ah, y según me cuenta, él también quiso intentar lo de la carta. Le funcionó, ahora hay dos papeles enmarcados en la pared de aquel oficial.
Las visitas terminaron. Qué día tan atareado. Y con ello, llegó mi hora. Pedí que me enterraran lo más cerca a tu tumba. Me desconectaron a las 8:23 pm.
Recibí una luz cegadora a través de mis párpados. Temí que fuera la del hospital, quizá alguien cambió de opinión y retrasó mi fecha de muerte.
Afirmé que no se trataba de eso en cuando sentí unos dedos apartar los mechones de mi rostro, reconocí ese tacto. No era la primera vez que me tocaban tus manos, siempre con un toque tan tenue, dulce, sutil y delicado. Sonreí para mis adentros. Te había encontrado, Sonikku.
Juntos otra vez.
Fin del epílogo.
Relajen la raja. Habrá final alternativo :).
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