Empezaba una hermosa mañana, en el departamento de Naruto, despertó tarde como todos los días, estaba a punto de salir, cuando tocaron la puerta.

- ¿Quién es?- pregunto Naruto algo asustado.

- Yo- respondió un pelirrojo.

Inmediatamente abrió la puerta y se lanzó a los brazos del joven que acababa de llegar.

- Gaara- grito el rubio emocionado.

- Hola, Naru- dijo el pelirrojo súper lindo.

- Gaara, ¿Por qué no me avisaste que venías?, Hubiera limpiado un poco, ttebayo.

- No te preocupes, tu apartamento siempre está desordenado.

- Oye, no es cierto- dijo un poco molesto.

- Si, si, claro, ¿hoy no trabajas?.

- Si, ¿Por qué?

- Porque entonces vas una hora tarde.

- ¡Queee!- grito Naruto, mientras salía corriendo de allí.

- Ten cuidado- le gritó Gaara, aunque probablemente no haya escuchado.

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Naruto iba corriendo por las calles, cuando se detuvo en una cafetería, había olvidado almorzar, pero de todos modos ese lugar era un poco caro, si tenía el dinero, pero no se podía dar el lujo de gastarlo en solo un almuerzo, por lo que se disponía a irse, cuando escucho una voz, familiar, realmente no sabía nada de él, pero su voz no era fácil de olvidar, parecía ser el azabache, que lo salvó el día anterior.

(¿Qué hacía aquí?, Y ¿cómo lo reconoció?- pensó rápidamente)

Las preguntas siguieron cuando lo invito a almorzar, cosa que agradeció infinitamente, pero le causaba cierta confusión.
El almuerzo termino y se despidieron, yéndose por sus propios caminos.

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- Ho..Hola Iruka- dijo el rubio nervioso.

- ¡Naruto!- grito el amable sujeto.- ¿Dónde estabas?, Estaba preocupado por tí- termino por decir.

- Lo siento, mucho Iruka- decía mientras de rascaba la cabeza.- Se me hizo un poquito tarde- sonrió.

- ¿Un poquito?, UN POQUITO- le regañaba el castaño.

- ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué gritan?- dijo un peliplateado, que acababa de llegar.

- Kakashi- corrió Naruto a esconderse, detrás de él.

- Hola, cariño, lo que pasa en que NARUTO, acaba de llegar, cuando debió entrar hace 3 horas- dijo Iruka.

- Ya dije lo siento, ttebayo.

- Está bien, está bien, mejor ponte a trabajar de una vez, así sales más rápido.

Naruto asintió, se puso su uniforme de mesero y se puso a trabajar.
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-Ya llegue- dijo, un poco cansado.

- Bienvenido a casa- sonrió el pelirrojo.

- Gaara, lamento llegar tarde.

- Está bien, está bien, ven traje comida.

- ¿Enserio?, gracias Gaara, eres el mejor, ttebayo- dijo sonriendo, y dirigiéndose a la pequeña mesa.

Ya estando en la mesa, se dispusieron a comer.

- Bien, Naruto, ahora dime, a quien conociste- dijo el pelirrojo, seguro.

Naruto casi se atraganta con la comida.

- ¿De que hablas?- sonrió nervioso.

- Te conozco, Naru, se cuando estás felíz, y se nota que lo estás, ahora ¿De quién se trata?

- No se de qué hablas, no he conocido a nadie, ttebayo.

- Ajá, si, claro, si no me quieres decir, entiendo, pero ten cuidado.

- Me se cuidar solo, Gaara, gracias.

- Si tú lo dices, aunque esos moretones, no me dicen lo mismo.

- Aaa, eso, fue por qué me caí- dijo con la mirada agachada.

- Bueno, que caída tan más rara, de casualidad te caiste sobre puños, o algo así- dijo riendo un poquito.

- Ja, que gracioso- dijo algo molesto.

- Está bien, Naru, solo me preocupo por ti, sabes que te quiero mucho.

- Yo también, por cierto, ¿Cuanto tiempo te quedas?- pregunto.

- Indefinidamente, lo tomaré, como vacaciones- sonrió.

- Que genial, nos divertiremos mucho, ttebayo.

- Sí, mucho (ttebayo, Naru, ten cuidado).
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(Ya es muy tarde, y no puedo dejar de pensar, en ese azabache, no se porque, pero tiene una mirada diferente, es como si estuviera vacía y fría, pero es muy amable, espero volver a verlo, para que nos entendamos mejor, y tal vez poder ser amigos, solo quiero que sea una buena persona).