Dos vidas diferentes I
Otro día normal en la oficina, Sasuke ya estaba harto de su monótona rutina, siempre lo mismo.
-Sasuke, Sasuke- se oía afuera de su oficina, el estuvo a punto de cerrar la puerta, para que no entrara, pero demasiado tarde.- Sasuke aquí está el informe de la semana- dijo Karin algo nerviosa.
- Necesitas otra cosa- dijo el azabache.
- No, o bueno si usted insiste...
- Entonces lárgate- la interrumpió con molestia.
- ¡Oh! Si, lo siento- respondió, ya acostumbrada a su frialdad, pero notaba algo diferente en el, no sabía que era exactamente, solo que lo conocía desde hace tanto, sabía por todo lo que tuvo que pasar, es por eso que seguía trabajando para el, cualquiera hubiera renunciado pero ella era su amiga, aunque no la considerará así, dejo de considerar amigos a todas las personas, ahora el estaba sólo, y es precisamente por su soledad, que su mirada es fría y vacía, sin embargó ella logro ver una pequeña luz, algo que solo ella podría notar, ¿ Qué estaba pasando por su cabeza?, Se preguntaba y rápidamente salió de la oficina a seguir trabajando.
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Sasuke había salido de la oficina, nuevamente se dirigía a la cafetería, esta vez a la nueva, el café estaba bueno, pero sentía que otra cosa lo llamaba y le decía que fuera a ese lugar, precisamente a la misma calle desolada del día anterior, no pensaba hacerlo, cuando se detuvo y se dió cuenta que ya estaba allí, solo siguió caminando.
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No se encontró con nada en la calle, era obvio el no estaba esperando a alguien o si, por alguna extraña razón quería encontrase con el rubio otra vez, no sabía porque, pero algo en el le intrigaba, sin prestar mucha atención siguió adelante y ahí lo vio, era un rubio, de espaldas, podría ser cualquiera, pero algo le decía que era él, el rubio que no sabía porque estaba buscando.
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- Hola- le dijo lo más casual posible, mientras se acercaba.
- Ho..Hola- le respondió, algo tímido.
Era seguro, era su rubio.
-¿Vas a entrar?- le pregunto.
-No, no- respondió algo nervioso, pero no pudo evitar sonar nuevamente necesitado.
- Vamos, yo invito- dijo el azabache, por alguna extraña razón, sentía que el dinero era el problema.
- Oh, no, no podría- respondió el rubio avergonzado, pero a la vez como emocionado.
Cosa que Sasuke logro notar inmediatamente.
- Perfecto, entonces entremos- le dijo sonando lo más cortes posible.
El rubio solo intentaba avanzar, pero no lo hacía, por lo que Sasuke tuvo que tomarlo de la mano y llevarlo hasta una mesa, tenía que admitirlo su mano era suave.
(¿Por qué se estaba fijando en eso?- pensó Sasuke).
Entraron y se sentaron en una mesa al fondo del lugar, era un lugar muy bonito, muy agradable, Sasuke se quedó callado un rato, hasta que llego una señorita.
- Puedo tomar su orden- dijo amigablemente.
- Sí- respondió Sasuke- quiero un café chico sin azúcar y pan integral, por favor- dijo amablemente.
- Y usted- se dirigió al rubio.
- Este.. yo.. quiero...- simplemente no llegaba a nada.
- Un café normal y un panqué de chocolate- respondió el azabache.
- Correcto- dijo la señorita mientras se retiraba.
- Te gusta el chocolate, verdad- dijo Sasuke.
- Sí, como supiste- pregunto el rubio.
- Porque a todos les gusta- respondió indiferente.
El rubio solo asintió.
- Y dime... Mmm..- Sasuke hizo una seña, que el rubio entendió.
- Naruto.. Uzumaki Naruto- dijo con una sonrisa.
- Y dime Naruto, ¿eres de por aquí?-
- Sí- se limitó a responder.
- Ya veo...
- Aquí está su orden- dijo la señorita entregándoles su comida.
- Gracias- Dijeron al unísono.
- Veo que eres un hombre de pocas palabras- añadió Sasuke.
- En realidad no- contestó- solo es que no suelo hablar con las personas.
- Claro, yo tampoco hablo con las personas, me caen mal, la mayoría.
- Oh, no, no es eso en mi caso, las personas me agradan, pero normalmente me ven como un objeto golpeable, o algo así, jeje- rio nervioso mientras comía.
Aunque Naruto trataba de disimularlo, el azabache noto, cierta desesperación al comer, como si no hubiera comido en años, no sabía porque, pero el rubio le causaba mucha intriga.
- Vives cerca de aquí- se atrevió a decir, tenía que continuar con el interrogatorio, porque eso parecía con tantas preguntas.
- Sí, tengo un.. departamento cerca.
- Aaa, ¿vives solo?.
- Sí- respondió con una sonrisa, aunque sus ojos no dijeran lo mismo- O bueno la mayoría del tiempo.
- ¿La mayoría del tiempo?.
- Bueno es que, aveces, me visita un amigo, y se queda conmigo algunos días, aunque eso casi no pasa.
( ¿Un amigo?, Con que su rubio, no estaba tan solo como pensaba- se dijo internamente)
- Que bien.
Naruto, noto algo forzada su respuesta, fue algo raro. Hubo un silencio incómodo, ninguno de los dos se atrevía a romperlo, ni siquiera la camarera que iba a llevar la cuenta, pero se armó de valor y la entregó.
Sasuke agradecido por su intervención, le pagó y la chica le guiño el ojo, pero el solo la ignoró.
- Creo que tengo que irme- hablo por fin.
- Si, yo también ttebayo- dijo felizmente.
(¿Ttebayo?- pensó)
- Gracias por todo, em...
- Uchiha Sasuke- interrumpió
- Gracias Sasuke- dijo con una amplia sonrisa, como si lo conociera de toda la vida- Yo también tengo que trabajar .
Sasuke solo asintió, también con una sonrisa, solo que muy pequeña, pero una sonrisa, eso ya era demaciado. Y se fueron por caminos diferentes.
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Llegó a la oficina, toda concurrida, iba caminando entre las personas, cuando de pronto una de ellas le sonrió, y el inmediatamente dejo de sonreír y puso su cara sería como de costumbre, fue en ese momento que se dió cuenta de algo.
(Maldición- dijo internamente- Acaso llevo sonriendo desde la cafetería, todo el camino con una sonrisa, que me sucede, pero se imagino a su rubio, ahora conocido como Naruto, y no pudo evitar sonreír un poco, ah,ahaaaa- se golpeó internamente)
De repente llegó un ser despreciable para él, y el otro opinaba lo mismo.
- Sasuke, necesito las llaves de la casa, te trajiste ambas- dijo algo enojado
Inmediatamente la sonrisa de Sasuke se desvaneció y en su lugar frunció el ceño.
- Yo, no me traje nada, de seguro las dejaste en tu oficina, así que sal de mi vista Sai.
- Como quieras.
El azabache no vive solo, aunque lo deseaba, compartía la casa, con su molesto primo Sai, después de todo era el único Uchiha aparte de el mismo, que quedaba, y no tenía más opción que compartir los bienes de la familia, como lo es su casa.
¡Sasuke!- gritaba una pelirroja, ya conocida.
¿Qué sucede?, Karin, ¿Qué se te ofrece esta vez?- dijo muy calmado.
Karin freno en seco y se lo quedó mirando, algo en definitiva le estaba pasando.
- Deja de verme así, que nunca me ha...
- Tu junta empieza en 10 minutos, y necesito que me firmes estos papeles- dijo interrumpiendolo, ella sabía, que era algo que el azabache odiaba.
- Está bien, gracias, vamos- dijo caminando hacia su oficina.
Karin estaba impactada, no solo no se enojo, no azotó nada, no intentó golpear a alguien, no despidió al que se le pasará enfrente, ni siquiera dijo algo al respecto, pero sobre todo, le agradeció, LE AGRADECIÓ, creía que Sasuke no conocía esa palabra, ¿qué estará sucediendo?, no sabía, pero lo iba a descubrir.
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(Y ahí estaba yo, acostado en mi cama mirando al techo, como suelo hacer, esa es mi monótona rutina, me levanto, voy a la oficina, y vivo ahí todo el día, luego regreso a mi casa, reflexiono, sobre la vida, me duermo y a lo mismo. Me preguntó cómo será la vida de mi rubio, de mi Naruto)- se quedó pensando, hasta quedar dormido.
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