Observo mi rostro en los espejos de los lavabos. Coloco mis gafas torcidas y me paso la mano por el pelo. Mi aspecto no es precisamente el de una chica estilosa, en realidad suelo intentar imitar a Chloé en la forma de andar y en la forma de maquillarse pero nunca he sabido hacer bien esas cosas.
Las lagrimas vuelven a acudir a mis ojos.

No debería sorprenderme que Nathaniel se fije en Marinette. Ella es bonita, dulce y... perfecta. Todos la adoran. Ese es el principal motivo por el que la envidio. Yo jamás llegaré a ser amiga de nuestros compañeros de clase, ni destacaré por ningún talento como ella que es diseñadora.

Oigo la puerta de los servicios y corro a esconderme dentro del baño. No quiero que nadie me vea llorar.
Quien haya entrado, está lavándose las manos. Ojalá no sea Chloé, me haría víctima de bastantes críticas, y no tengo ánimo para eso en estos momentos. Me tapo la boca con la mano para silenciar mis sollozos.

- ¿Hola? - pregunta esa persona, desgraciadamente me ha oído - ¿Hay alguien aquí?

No, por favor vete, pienso con fuerza. Incluso dejo de respirar para que piense que se ha equivocado y se marche. Pero no da resultado. Me ha localizado. La puerta se abre lentamente y Rose me mira con cara sorprendida.

- ¿Sabrina? ¿Te encuentras bien?

- Eso no es asunto tuyo - admito que soy bastante brusca con ella. Una mala costumbre adquirida de tantos años con Chloé.

- Lo siento - se da media vuelta y se encamina a la puerta.

Seco mis lágrimas con la palma de la mano e intento mostrarme indiferente. Rose duda con el picaporte sujeto en la mano. Vuelve hacia mí el rostro y con gesto decidido regresa donde yo estoy. Tan dulce, creo que no se irá hasta que me ayude. Y creo que necesito alguien con quien hablar.

- No sabía que vosotros dos os conocíais de antes.

Mientras paseamos hacia nuestras casas le voy contando mi pequeña historia de amor con Nathalien. Me siento mucho mejor pudiendo confiar a alguien mis sentimientos. Es una sensación de libertad que me calienta el corazón.

- Fue una época maravillosa - suspiro con tristeza - ahora las cosas son un poco diferentes...

- ¿Porque tú siempre estás con Chloé?

- Sé que todos la odiais, y que a veces puede llegar a ser cruel. Pero está muy sola. Solo me tiene a mí y a Adrien de amigos. Creo... creo que si no fuera por nosotros, estaría muy perdida y con el corazón roto.

- Entiendo. La aprecias mucho y es muy lindo por tu parte preocuparte... pero estas renunciando a muchas cosas por atarte a una persona así. Entre ellas estas renunciando a poder estar con el chico que te gusta.

- De todas formas ya no importa - la voz se me rompe por la pena - porque le gusta Marinette, y si ella se fija ahora en él...

- Por eso no debes preocuparte en absoluto - me contradice Rose mientras me guiña un ojo de forma cómplice - Marinette esta loca por otro chico de clase.

"¿Otro chico de clase? Me preguntó quién será... Espero que no sea Adrien, sino Chloé hará su vida un infierno"

- Solo debes reconquistarle de nuevo y estaréis juntos para siempre. - continua Rose hablando más para si que para mí -  Y yo te ayudare a hacerlo.