Capítulo 3 "Festival del deshielo"
Nueva actualización, después de mucho tiempo, pero aquí está.
Una de las cosas que hablaré en este capítulo es sobre una explicación "lógica" del porque Astrid no gana en los juegos del deshielo jaja para mí no tiene sentido que Patán sea el ganador, pero bueno, no digo más, disfruten de la lectura.
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POV. Normal
Después de una larga espera, finalmente había llegado la época de los juegos del deshielo a Berk, donde los vikingos se aseguraban de demostrar su destreza, fuerza y coraje. Y desde luego, Hipo no era el más entusiasmado con la llegada de dicho evento, al menos hasta este año. Pues, en los años anteriores, siempre quedaba en el último puesto, mientras que Patán quedaba en primer lugar.
Un hecho bastante extraño cabe decir, ya que todos en la aldea sabían que Astrid tenía un mejor y más preciso entrenamiento que Patán. Estaba más que demostrado que lo podía vencer fácilmente, sin embargo, no lo hacía... ¿había alguna clase de acuerdo entre la casa Jorgenson y Hofferson para que la familia de Patán ganara? nadie lo sabía con exactitud, era simplemente un rumor que corría a voces por todo Berk cada que el evento estaba por realizarse.
Pero volviendo al punto inicial, Hipo presentía que había una ligera posibilidad de que este año las cosas fueran diferentes, debido a que los dragones oficialmente formarían parte de los juegos del deshielo. Ante ese escenario, el castaño no pudo evitar pensar en que podría ganarle a Patán, aunque fuera tan solo una vez.
Y mientras Bocón les explicaba a los chicos las pruebas que se incluirían a los juegos este año, Hipo se emocionó con las modificaciones, al menos así fue hasta que, Patán llegó a la arena de entrenamiento desbordando arrogancia mostrando todas las medallas que había ganado en los años anteriores.
- ¿Saben que me encanta de los juegos del festival del deshielo? -preguntó con altanería acercándose al castaño- ganar- agregó con voz cantarina.
Haddock lo miró tratando de mostrar indiferencia ante su comentario.
-Mi familia nunca ha perdido un festival del deshielo- exclamó Jorgenson creyéndose superior al resto.
Al menos así estaba comportándose hasta que, una risa burlona se escuchó; era de Astrid.
- ¿Qué es tan gracioso para ti Astrid? -preguntó Patán con molestia.
-Tu argumento...- dijo con burla mientras se le acercaba- recuerda la verdad de porque los Jorgenson siempre ganan estos juegos y no los Hofferson- le susurró de tal forma que solo lo escuchara él.
Patán la miró con los ojos bien abiertos antes de que esta saliera de la arena, debido a que Bocón había terminado de explicarles las reglas del juego.
- ¿El gato te comió la lengua Patán? -preguntó Brutacio con burla.
- ¡Cállate cabeza de carnero! -expresó el pelinegro con enojo- como te decía, mañana traeré gloria al clan Jorgenson, mientras que tú, solo vas a volver a avergonzar al tuyo- dijo dirigiéndose a Hipo.
Cuando Haddock lo vio marcharse tras sus palabras, se enfureció y optó por salir de la arena.
-No te enojes tanto Hipo, podrías arrugarte muy pronto a ese paso- comentó Astrid tranquilamente recargada en la puerta de salida de la arena.
Al escuchar la voz de la rubia, Hipo saltó por el susto.
- ¡Astrid! ¿¡Qué haces aquí!? -preguntó recobrando la normalidad de su pulso.
-Cualquier lugar es mejor que estar al lado de Patán- le contestó mientras sacaba una de sus dagas para comenzar a afilarla.
- ¡Lo sé! y no deja de burlarse... al menos no se burla de ti- respondió poniéndose a su lado.
-Eso es porque sabe que no debe hacerlo- contestó la chica con burla.
- ¿Por qué no lo vences Astrid? todos sabemos que el clan Hofferson los supera, tú superas por mucho a Patán...
-Bueno... en realidad, fue por algo estúpido que pasó hace un tiempo por lo que los Hofferson decidimos no ganar los juegos- confesó en un susurro.
-Espera... acabas de decir ¿¡decidimos!? -preguntó el castaño con asombro y extrañeza.
-Shh, guarda silencio Hipo. Si te confieso esto en un susurro es porque si lo digo en voz alta, me matan, sé discreto- pidió la rubia tapándole la boca con su mano.
Cuando el chico asintió, Astrid retiró la mano.
-Hace unos años... los Hofferson ganaban estas competencias, pero un día... un Jorgenson y un Hofferson de gran respeto para sus familias, se pasaron con el hidromiel e hicieron una apuesta. Por desgracia, el Hofferson perdió y como hombre de palabra, cumplió con el castigo; no volver a ganar en los juegos del deshielo y eso incluía a toda su descendencia...
- ¿Me estás vacilando, verdad? -preguntó Hipo sin poder creérselo.
-No Haddock- exclamó Astrid con el ceño fruncido mientras le golpeaba el hombro con fuerza.
-Pero... ¿no para ustedes es importante que sepan que son los mejores en combate?
-Sí, pero si te das cuenta, lo hacemos... ¿no notas que quién está al mando de la guardia de Berk es mi familia? ¿no te das cuenta que nos reconocen por ser los "guerreros de la isla"? ¿no has visto que las opiniones de los miembros Hofferson que pertenecen al consejo importan más que la de los Jorgenson?
-Ahora que lo dices, sí...- respondió pensativo.
-Nosotros ya ganamos con eso, Hipo... no presumimos con el pueblo de lo que podemos hacer como los Jorgenson... y por eso, esta competencia solo la vemos como entretenimiento... -dijo con simpleza- aunque, da risa siempre molestar a la familia de Patán sobre contar su secreto no tan secreto- añadió risueña.
- ¿Lo dices por los rumores del pueblo sobre algún acuerdo para que los dejen ganar? -preguntó con gracia y al recibir un asentimiento, rio.
-Es que ellos creen que nadie sabe la verdad- volvió a decir mientras comprobaba que su daga estuviera afilada- pero bueno, los Hofferson cumplimos con nuestra promesa, no ganar y no decir nada. Pero, yo confío en ti... yo creo que el clan Haddock puede ganar este año- le respondió con una sonrisa.
- ¿De verdad lo crees? -preguntó esperanzado.
-Por supuesto...
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El primer día de competencia llegó y teniendo como primera prueba cargar ovejas, el juego fue bastante rápido. Donde se obtuvieron los mismos resultados que el año anterior... Patán siendo el vencedor y Astrid quedando en segundo lugar. Pues, aunque su clan no iba a ganar, la chica tampoco se iba a permitir quedar en último lugar.
Para el segundo juego; el cual consistía en correr sobre un tronco, Astrid se colocó estratégicamente a un lado de Patapez. Debido a que sabía que este al ser algo torpe para moverse a gran velocidad, podría darse la oportunidad de que perdiera debido a un accidente a causa de él, en vez de por haberse rendido. Y efectivamente, las cosas sucedieron como ella esperaba. Mientras competían, Patapez en un momento la empujó por error al tratar de mantenerse de pie, lo que provocó que Astrid saliera disparada fuera del tronco.
Pero, debido a su gran agilidad, cayó de pie y con elegancia. A diferencia del resto de los jinetes que habían caído de sentón o de cara contra el suelo. Y mientras Patán celebraba su victoria, la Hofferson notó que Hipo se dio de bruces contra el suelo al haber caído del tronco a causa de Patán; había estado tan cerca de ganar esa prueba.
-Vaya, pensé que al menos pondrías las manos al caer- dijo la rubia en una burla cariñosa acercándose a él antes de extenderle la mano para ayudarlo a levantarse.
-Lo intenté- respondió el castaño- tendrás que enseñarme a caer de pie, tú al menos caes con estilo- añadió con sinceridad mientras descansaban para el siguiente juego.
-Está bien, después te ayudo con eso- dijo dándole una sonrisa.
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Para el juego de lanzamiento de hacha, todos sabían que era posible que Astrid ganara. Pero, aunque la rubia pretendía lanzar su arma fuera del tiro al blanco, el hacha de Patapez chocó contra la suya; impidiéndole que su arma avanzara siquiera un metro. Pero al menos volvió a verse como un accidente; eso era bueno.
Cuando la rubia vio que solo faltaba que Hipo lanzara su arma, se acercó para darle apoyo. Tenía que enseñarle a luchar en serio, apenas podía levantar esa frágil hacha de un filo. Y al ver que su arma no logró llegar a la zona del tiro al blanco, se dijo así misma: Astrid, al acabar esto, llevarás a Haddock a que tenga un duro entrenamiento.
-Esto se hace así niño dragón- mencionó Patán con burla al tomar su hacha que no logró llegar a la zona de anotación.
Después de eso, la lanzó estando de espaldas y dándole en el blanco.
-Presumido- espectó Hipo con molestia.
Astrid estaba completamente de acuerdo, pero, no podía hacer mucho por esa situación; el pelinegro no cambiaría su manera de ser.
Y mientras pensaba en lo sucedido, Patán volvió a molestar al castaño.
- ¿Hipuelo? ¿En serio? -preguntó la Hofferson al escuchar la combinación del nombre entre Haddock y su dragón.
-Sí, no fue mi mejor respuesta- admitió en un suspiro.
-Hipo, ya sé que fui la primera en decirte que Patán era insoportable, pero ¿por qué permites que esto te afecte tanto?
-Porque, por primera vez, tengo una oportunidad de vencer a Patán- exclamó señalando al pelinegro que volaba en su dragón lejos de la arena- y también de callarlo...
-Está bien, buen punto. Tengo que admitir que sí deseo que alguien más se corone ganador... aunque tenga que dejarlo vencerme para que eso suceda- añadió con burla.
-Por favor Astrid... evidentemente te ganaría en cualquier momento- comentó el castaño claramente con sarcasmo.
-Ya quisieras soñar con eso- dijo risueña- pero no, eso solo se quedará en tu imaginación- agregó por último con una sonrisa antes de volar en Tormenta lejos de la arena.
Hipo sonrió al verla irse... ella lo apoyaba para que ganara. Y, así lo haría.
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Al día siguiente, Astrid iba con una sonrisa al siguiente juego. Ciertamente toda su familia estaba disfrutando de la competencia y ella también, tanto que rio al ver a los Jorgenson estresados por la espera de que Patán ganara.
Pero, su sonrisa se borró en cuanto Hipo ganó el primer juego con los dragones. No quedó desconcertada porque ganara, pues, era evidente que lo lograría, sino que, se desconcertó por la actitud que este tomó.
- ¿Escucharon lo que dijo? fue perfecto... creo que esos fueron mis primeros puntos del festival y en mi vida... ¿¡y que creen!? me acabo de dar cuenta de algo... ¡me gusta ganarle a Patán!... me siento más alto... ¿estoy más alto Astrid?... no te preocupes, no respondas- habló rápidamente y con un cierto tono burlón.
Claramente la actitud iba dirigida a Patán.
- ¿Se está regodeando? -preguntó Patapez en un susurro a la rubia por la actitud de su amigo.
-No estoy segura. Nunca había visto a Hipo regodearse... pero no me está gustando nada- respondió la rubia con un gesto de molestia en el rostro, pero todavía manteniendo un tono de voz tranquilo.
Y después de que Hipo y Patán se burlaran del otro, el castaño volteó a ver a la rubia. Esta le hizo un gesto que se interpretaba como: ¿qué crees que estás haciendo?
- ¿Qué? él empezó- acusó- cuando teníamos 5...
Pero Astrid no dejó de mirarlo con cierta molestia después de su respuesta.
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Y cuando ocurrió el desastre de los anillos mortales de Patán para el juego de realizar una maniobra junto a los dragones, vio a Hipo acercarse al pelinegro, quién miraba el marcador.
- ¡Uy Patán! tu papá se ve muy enojado ahora- exclamó con burla.
Ante eso, Patán miró a su progenitor y al hacerlo, se dio cuenta de que realmente estaba molesto. A pesar de todo, Astrid sabía lo exigentes que podían ser los Jorgenson, al igual que su padre; Erick. Patón también se caracterizaba por exigirle mucho a su hijo, podía ver el estrés y el miedo en la cara de Patán; pues este no quería decepcionar a su padre.
- ¿¡Tú qué sabes!? él siempre se ve así- exclamó el pelinegro- ¿crees que tienes una oportunidad de vencerme?
-De hecho, sí tengo una oportunidad de vencerte... -comentó Haddock con tranquilidad.
-No tienes...
-Sí tengo...
Y antes de que siguiera la discusión, la rubia decidió intervenir.
-Más les vale parar con esta pelea infantil... o yo misma me encargo de que se callen- les amenazó con molestia- y ambos saben que lo puedo hacer...
Después de eso, Patán se fue echo una furia de la arena.
- ¿Qué fue todo eso Hipo? -preguntó la rubia con el ceño fruncido por ver la expresión de satisfacción que este tenía.
-Solo haciéndolo enojar- dijo sin más.
- ¿Y desde cuando a ti te gusta hacer eso? -preguntó la rubia más para sí misma.
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Había pasado un día más del festival del deshielo, donde se realizó la prueba de vuela y dispara. La cual dejó una victoria evidente para el castaño y una derrota aplastante para el pelinegro. El marcador estaba en un empate; Hipo y Patán con tres puntos.
Y cuando anunciaron que se llevaría a cabo una final entre estos, ambos aprovecharon para burlarse del otro en el pequeño escenario que montaron para los finalistas.
-Tienes suerte, ni siquiera perteneces a este escenario- soltó Patán.
-Eso es todo... sigue hablando Patán, mientras lo invicto de tu familia se va como humo, igual que tus anillos mortales de fuego- contraatacó Hipo con diversión.
Astrid estaba al pie del escenario mirando la situación con el ceño fruncido. Pues, también vio cómo tras ese comentario, el pelinegro se enfureció y como el castaño volvió a burlarse de aquel comportamiento.
- ¡Hipo! -habló Astrid disgustada mientras ponía las manos en la cadera.
-Se está derrumbando bajo presión Astrid, lo puedo sentir- le explicó con una sonrisa "malvada" de que su plan estaba saliendo a la perfección.
Pero al mirar a su amiga rubia, vio que esta no compartía su sentir. Esta le miraba molesta mientras le negaba con la cabeza.
- ¿Qué? -preguntó el castaño desconcertado.
- ¿Sabes lo que siempre me gustó de ti Hipo...? -comenzó a decir en un suspiro y suavizando su mirada, para cambiarla a una expresión de lástima- tú siempre fuiste un buen perdedor... quién diría que serías tan mal ganador- añadió dándose la vuelta, dispuesta a irse.
- ¿De qué hablas Astrid? tú también lo molestas así...
Ante eso, se frenó.
- ¡No quieras igualar las cosas! yo le digo esas cosas a Patán solo cuando se pasa de la raya, alguien tiene que decirle a ese cabeza de carnero que no diga o haga tonterías. Nuestra relación es así, los Hofferson y los Jorgenson siempre harán eso. Pero, jamás los humillamos, aún y cuando ellos lo intentan con nosotros. Como te había dicho, nuestra palabra como guerreros, no es que presumamos de lo que somos capaces, no se trata de sentirse superior, no es seguirle el juego a esos imbéciles que solo ven por ellos mismos... y tú Hipo, estás siguiéndole el juego... estás jugando con la misma carta.
- ¡Pero él me ha molestado por años! -exclamó para que lo comprendiera, pues no entendía el porque de sus palabras.
-Lo sé, él molesta a todos. Pero eso no implica que debas responderle igual. Tú eres más inteligente que él. De seguro conoces otra manera más brillante y estratégica para darle a su ego sin ser un mal ganador cómo te lo dije, que lástima que no lo veas así- dijo por último mientras se acercaba a la salida- me voy, estar contigo así ya no se disfruta, es como si estuviera con otra versión de Patán... el Hipo que está delante de mí, no es el mismo con el que hablé hace unos días.
Después de eso, se retiró.
Hipo se quedó viendo a la salida de la arena extrañado... ¿mal ganador? ¡no! ...él sería un excelente ganador.
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A decir verdad, Astrid miraba con aburrimiento el inicio de la carrera final. Cuando Hipo la miró en la espera de que le brindara algo de apoyo, solo recibió una mirada plana, además de que le dio un no con la cabeza.
Hipo suspiró con frustración debido a su respuesta. Y pensó que, pasando los juegos, Astrid debería dejar de estar molesta con él.
En el transcurso de la carrera final, Hipo estaba dispuesto a ganar hasta que, escuchó una frase entre susurros por parte de Patán que lo hicieron reflexionar.
"No puedo perder... no puedo perder... papá me hará trizas"
¿Desde cuándo a Hipo le gustaba competir así? es más, en general.... ¿desde cuándo veía las cosas como competencia?
Astrid tenía razón, él no era así. Quizá los Hofferson y los Jorgenson estén en una competencia de por vida, pero, aun pasando eso, la familia de la rubia no le seguía el juego a la familia de Patán. Ellos sabían lo que eran, no tenían que demostrárselos para creerlo... y menos a los Jorgenson.
Y era lo mismo para con él. El castaño ya había ganado... con las acciones que eran suyas, ya había logrado su objetivo. No tenía porque seguir la victoria y meta de Patán...
Con ese último pensamiento y con la voz de Astrid diciéndole "nosotros ya ganamos con eso, Hipo" se dirigió al bosque para que Patán fuera a la línea de meta.
La rubia al ver lo que hizo, sonrió. Ese era el Hipo que conocía y estaba feliz por ver que había hecho lo correcto.
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Para cuando se le dio la medalla de victoria a Patán, Hipo bajó del escenario con una sonrisa. Al menos así fue hasta que sintió como le golpeaban el brazo con fuerza.
Al girarse, se dio cuenta que fue Astrid.
- ¡Auch! ¿Qué? ¿Ahora que hice? -preguntó en un reclamo mientras se sobaba el brazo.
-Tú sabes qué hiciste- le respondió con una sonrisa.
-Sí, perdí... como siempre- dijo tratando de mentir.
-No... lo dejaste ganar- contestó con seguridad.
-No tengo idea de que estás hablando Astrid... hoy Patán simplemente fue el mejor vikingo- respondió con nerviosismo.
-No Hipo, nadie fue mejor vikingo hoy que tú.
Fue lo último que dijo la rubia antes de tomarlo por la camisa para plantarle un beso. Ese era el Hipo que conocía... aunque... ¿por qué lo besó? ni idea, pero no se arrepintió. Y después de que se separaran del beso, Hipo le dio una tímida, pero boba sonrisa.
-Aunque, no estaría mal que me acompañes después para que veas como esa sonrisa de los Jorgenson se les va del rostro... cada que termina un festival, van a tratar de molestarnos... la reacción es épica- dijo risueña.
-Me encantaría- respondió el castaño- ¿y... tú y yo estamos bien, verdad?
-Claro... aunque, podríamos irnos ahorita a seguir conversando... ¿quieres? -le ofreció caminando ya hacia la salida.
-Sí... ¡espérame Astrid! -gritó antes de alcanzarla.
Cuando los jinetes se alejaron de la arena junto a sus dragones, fueron a la cala para hablar con mayor tranquilidad.
-Tu papá se veía feliz- exclamó Astrid cuando se sentaron cerca de un árbol.
-Sí... me di cuenta de que con lo que yo era, le estoy haciendo sentir orgulloso- sinceró rascándose la nuca con nerviosismo.
-Puedo verlo- respondió con una sonrisa- tu papá se tranquilizó mucho en cuanto a sus exigencias, es decir, te ordena las cosas, pero tú las resuelves a tu modo, al modo Hipo...- añadió con una pequeña sonrisa.
-Sí... supongo que sí. Me alegra tener esa libertad- confesó con una sonrisa.
-Y a mí me alegra que te dieras cuenta de quién eras en realidad y no una copia de Patán.
-Gracias por recordarme lo tonto que fui- dijo sarcásticamente.
-De nada, es un placer- contestó la rubia con burla.
-Ja ja... que graciosa Astrid- comentó antes de recordar un detalle- oye As, escuché hace rato a Patón exigiéndole demasiado a Patán... ¿siempre es así?
-Hasta donde sé, sí. Su padre le pide demasiado y cuando no logra algunas cosas, se las ve difíciles. Quizá eso tenga mucho que ver con que siempre quiera andar de presumido e insoportable; tiene miedo a decepcionar a su padre...
- ¿Y nunca lo ha hablado con él? -preguntó el castaño con inocencia.
La chica lo miró un segundo con los ojos bien abiertos antes de soltar un suspiro con una ligera risa.
-Con Patón Jorgenson no se puede hablar; es un vikingo muy terco. Y créeme, si Patán lo hiciera, su padre solo lo vería como un débil... tú tienes suerte de que Estoico no sea así contigo- añadió dándole un ligero codazo.
- ¿Y tu padre? -preguntó mirándola pensativo- ¿te exige de la misma manera?
Astrid no se esperó esa pregunta, pero supuso que había relación.
-Sí, eso no ha cambiado. Es decir, le bajó mucho a su carácter y a su impulsividad tras las consecuencias de haber perdido en el entrenamiento de dragones tiempo atrás, pero nada más... aunque mi padre me diga que está orgulloso por lo que hago y que las peleas que teníamos ya no se dan, yo siento que eso no es suficiente- confesó con pesar.
- ¿Por qué lo dices?
-Sigo viendo en sus ojos que hubiera querido tener un hijo en lugar de una mujer...
-Ay Astrid, también te exiges mucho. Estoy seguro que tu padre y tu familia están orgullosos que, a esta edad, ya hayas logrado mucho. Además, tú eres la mejor guerrera y vikinga que tiene Berk, al menos para mí- dijo tomándola de la mano.
-Gracias Hipo, bueno... si el futuro jefe de Berk opina eso sobre mí, tendré que creerle- dijo guiñándole un ojo.
-Se escucha raro cuando me llamas así- contestó riendo.
- ¿Qué? es la verdad... en unos años dejaremos el techo de los hogares de nuestros padres para construir el nuestro, tomáremos responsabilidades más pesadas y asumiremos cargos importantes... bueno, eso último va más para ti- contestó mientras apretaba el agarre de sus manos.
-Haces que con eso no quiera crecer As- comentó con gracia- pero... ¿vas a seguir a mi lado cuando ese momento llegue, verdad? -le preguntó preocupado al pensar que, con el cambio de sus vidas, Astrid tomara un camino muy diferente y lejos de él.
A pesar de que Hipo era líder de los jinetes y de la academia de dragones, su segunda al mando y mano derecha siempre sería la rubia.
Si tomaba el lugar como jefe de Berk, necesitaría de alguien en quién confiar... y solo podía pensar en la Hofferson que tenía a su lado para ejercer ese rol.
- ¿Dices a cuando seas jefe? -preguntó la chica, y al tener un asentimiento, añadió- claro que sí Hipo. El hecho de que vayas a ser mi jefe, no quita que pueda golpearte sutilmente, regañarte cuando estés comportándote como un tonto al igual que hoy, a decirte que no te estreses y a cuidarte para que no hagas cosas estúpidas- dijo risueña.
-Vaya, tú sí que no vas a seguir mis ordenes cuando sea jefe- comentó con una risa y en broma.
-Sí lo haré, pero de diferente manera. Somos mejores amigos antes que el hijo del jefe y una chica más del pueblo... aunque, ese trabajo debería corresponderle a tu esposa, no a mí- dijo con una mirada de diversión.
- ¿Qué-é? ¡Ay no! ...yo soy un alma libre- respondió con una risa nerviosa.
-Pobre Estoico... tardará años en encontrarte una esposa con esa idea que tienes o, imagínate... tendrás que cortejar a cada chica que te digan que se vería bien como tu compañera en dado caso que no te enamores- atinó a decir mientras reía por la cara sonrojada de su amigo.
-No Astrid... yo solamente te elegiría a ti como mi esposa- soltó sin pensar, pero al darse cuenta de lo que dijo, se puso totalmente rojo y se cubrió la boca con rapidez.
- ¿Qué dijiste? -preguntó la chica desconcertada, pues, lo último que mencionó el castaño fue en un tono tan bajito que, no lo escuchó bien.
-Nada. Que prefiero no pensar en el momento en que tenga que escoger a una esposa- corrigió con nerviosismo al pensar que Astrid lo escuchó.
-Está bien jefe, luego te molestaré con eso- dijo por último antes de recordar algo- a propósito... vamos, tenemos que entrenarte.
- ¿Qué, ahora? -preguntó con sorpresa.
-Sí, ahora... arriba- le dijo Astrid antes de ir por su hacha.
-Ay dioses... ¿en qué me metí cuando acepté esto? -preguntó Hipo al cielo mientras se levantaba y seguía a la rubia.
¿Por qué había dicho que solo elegiría a Astrid? lo dijo tan naturalmente que se desconcertó... ¿seguía enamorado de Astrid? no lo sabía con exactitud... pero, con los años tendría que descubrirlo; eso pensó Haddock antes de sentir como la rubia se le tiraba encima en un descuido suyo.
-Nunca dejes de ver a tu enemigo a los ojos en un combate- exclamó mientras seguía encima de él.
Pero, al tenerse tan de cerca, el castaño no pudo evitar ruborizarse un poquito... antes de pensar en que quizá sí seguía enamorado de la Hofferson... ¿qué se suponía que debía hacer ahora ante esa posible situación?
Eso le tenía muy confundido y el beso que recibió por parte de esta al final de la ceremonia de premiación del festival del deshielo, le dejó más confundido... ¿Astrid sentiría algo por él?
Mientras que, por el lado de la rubia, pasaba algo similar... ¿desde cuándo el corazón le latía con fuerza al tener al castaño tan cerca? no comprendía porque pasaba y mucho menos entendía el porque lo había besado antes... ¿eso era buena o mala señal?
Agitó la cabeza antes de ponerse de pie para ayudar a que el castaño se levantara. E ignoraría por ahora esas ligeras mariposas que sentía en su estómago para concentrarse en entrenarlo.
-Otra vez Hipo, necesito que te muevas más rápido y te enfoques en tus ventajas y las desventajas de tu enemigo ¿está bien?
-Sí Mi lady, lo que tú digas- comentó Hipo con una sonrisa antes de colocarse en posición de batalla.
Astrid le negó con una sonrisa antes de volver a atacarlo. El día entero se les fue en el bosque y aunque Hipo se sentía muerto, mejoró mucho en su técnica de combate.
A decir verdad, nunca le había tomado importancia a entrenar, pero podía ver lo efectivo que era. Sin duda, era una manera diferente de pasar tiempo con Astrid y eso le encantaba, además de que la chica sabía enseñarle muy bien.
-Bueno maestro de dragones, va bien con su entrenamiento... para cuando sea jefe, estará listo- dijo Astrid en un tono de broma.
-Y dale con el asunto de jefe- dijo mientras se ponía delante de ella mostrándole una sonrisa- gracias por ayudarme Astrid.
-No hay de qué... siempre nos vamos a apoyar- le contestó haciendo el mismo gesto.
-Claro que sí, siempre.
Una vez dicho eso, se acercó lo suficiente para abrazarla. La chica se desconcertó al principio, pero le correspondió a su acción con la misma intensidad.
Y mientras se abrazaban, ambos volvieron a sentir esas mariposas en el estómago, así como el latir de su corazón con fuerza... ante eso, volvieron a preguntarse... ¿qué se suponía que significaba eso?
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Es todo por hoy, espero que les haya gustado. Aviso que la siguiente parte ya estará ambientada en RTTE... ¿tienen alguna idea sobre qué capítulo escribiré? 7u7
Nos vemos pronto :)
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