No hay en el mundo ser más valioso que tú
El matrimonio Lightwood - Bane se preparaba para dormir cuando el teléfono celular del moreno timbró con un sonido extraño que los hizo sobresaltarse, "soy un cacahuete", se reprodujo a todo volumen haciendo acelerar el corazón de Alexander. Magnus de inmediato repartió caricias para calmarlo mientras hacía una nota mental para echarle la bronca a su retoño por andar manipulando su celular y asustar a su padre.
Suspiró un poco molesto, todo el ambiente romántico de hace un minuto se había esfumado por culpa de quien sea que estuviese llamando, con desgana, se despegó del pecho de Alec y caminó hacia donde se encontraba su teléfono, "tenía que ser el idiota", pensó antes de atender la llamada, — ¿Qué quieres Ragnor? Más vale que sea bueno, estaba a punto de morder...
— .... accidente...
A Magnus se le cayó el teléfono de las manos cuando escuchó de que se trataba la llamada, su mundo brillante de hace unos segundos se tornó gris, su cuerpo tembló y un enorme deseo de llorar se presentó.
Preocupado por el inminente ataque de pánico de su esposo, Alec se apresuró a agarrar las muletas que estaban al lado de su cama para poder caminar y acercarse a ver qué pasaba, cuando de pronto, Camille irrumpió en su habitación sin llamar, sus ojos verdes estaban inundados de lágrimas y su voz entrecortada — Ac, acccidente..., Los..., niños... — Alec se estremeció y lo primero que vino a su mente fueron sus pequeños, ¿Dónde estaban sus hijos?
El camino al hospital fue el más largo que hubiesen recorrido en sus vidas, así lo sentían todos pese a que el centro de salud estaba a solo unas cinco cuadras de casa de Camille. Entraron apresurados al área de información, pero solo les dijeron que no podían ver a sus familiares por encontrarse en cirugía — ...los pacientes entraron de emergencia, deben de esperar a que el doctor salga de sala.
La gente a su alrededor, los miraban extrañados, era poco usual ver extranjeros de cabellos dorados y ojos verdes y menos hombres tan altos como Alexander, además que todo el grupo iba vestido con su ropa de cama y sin zapatos. Los cuchicheos eran evidentes, pero ellos no hicieron caso a las miradas curiosas, estaban desesperados por conseguir algo de información y no había nadie que pudiese proporcionarsela, hasta que a lo lejos vieron a Jace hablando con una enfermera y se acercaron apresurados.
— ¿Que pasó? ¿Dónde están nuestros hijos...? — gritaron todos a la vez
— Papis... — Max, que estaba sentado a unos metros, gritó mientras corría a los brazos de sus padres y se aferraba a ellos con todas sus fuerzas. Ambos padres lo rodearon con sus brazos mientras lo examinaban en busca de algún daño y suspiraron aliviados cuando comprobaron que estaba ileso. Max logró tranquilizarse después de unos minutos, pero aún le era difícil hablar — ...Rafael..., papi, Rafe está... mi hermano... — la desesperación y el llanto volvió mas fuerte que antes y ni siquiera las caricias de sus padres lograban calmarlo.
A los segundos Ragnor llegó junto a Raphael, ambos tenían la ropa sucia y se notaba raspones en sus brazos, pero Magnus ni siquiera lo notó, los miró furiosos, sobre todo a su mejor amigo.
— ¿Que pasó Ragnor? Dijiste que los cuidaras, me prometiste que...
— Es mi culpa papi..., es mi culpa — y Max volvió a llorar, está vez escondiendo el rostro en el pecho de Alec.
Jace permanecía en silencio, no sabía cómo decirles lo que había pasado, hasta que Camille no pudiendo estar sin saber nada gritó preguntando en donde estaba la seguridad de su hijo y entré lágrimas Max empezó a contarles lo que había hecho para que su hermano y mejor amigo tuvieran una cita.
Magnus lo miró boquiabierto, al estar tan pendiente de Alec no se había percatado de lo que estaba sucediendo con su hijo mayor, no había estado ahí para él y en su lugar había estado criticando y maldiciendo al niño por el cual Rafe había desarrollado sentimientos. Por otro lado Camille miró a Max comprensiva, ella sabía sobre los sentimientos de Gideon, se había dado cuenta solo con observar a su hijo y aunque estaba molesta con él por haber alejado a su seguridad, decidió dejarlo pasar al imaginarse la felicidad de su bebé.
De pronto el alboroto de un grupo de policías llamó su atención, ellos rodearon a un doctor para luego soltar tristes lamentos, todos le daban el pésame a una mujer con un prominente vientre, le decían que su compañero fue un héroe que frustró un secuestro, pero ella solo podía gritar que le devolvieran a su esposo. Todos voltearon para ver la dolorosa escena, pero Jace carraspeó haciendo que todos lo vieran a él, no sabía como empezar, pero tenía que ser él quien les explicara lo que había pasado antes de que alguno de los oficiales se acercara a ellos.
Magnus se derrumbó cuando les dijo que Rafe estaba muy grave a causa de un disparo, solo en ese momento comprendió el dolor que Camille debió de sentir cuando todos ellos lastimaron a Gideon, era horrible, era terrible no saber nada de uno de los seres que más amabas en el mundo; su pequeño bebe, necesitaba tener a su hijo entre sus brazos, llenarlo de caricias y decirle que todo estaría bien.
Camille permanecía en silencio y con los puños fuertemente apretados, había escuchado todo lo que Jace contó y además su esposo le había dicho que al parecer Isabelle era la que organizó el secuestro, Ed se había acercado al grupo de oficiales cuando escuchó el apellido Lightwood, pero no pudo averiguar casi nada.
— ¿Dónde está Simon? — preguntó de pronto Alec mirando hacia todas direcciones — nos olvidamos de avisarle, él...
— Simon a estado frente a la puerta de cirugía desde que llegamos, nadie es capaz de moverlo de ahí, el personal médico tiene que rodearlo si quieren pasar — Raphael respondió su pregunta mirando preocupado en dirección a la sala de cirugía.
Jace los guió por los pasillos hasta donde se encontraba Simon con la mirada fija en la puerta, Camille se acercó a su lado y apretó su mano con fuerza, ambos derramaron silenciosas lágrimas y compartieron el dolor en su corazón, ambos darian su vida por estar en el lugar de su hijo.
Unas horas después, mientras seguian esperando que la cirugía terminara Max intentó salir del abrazo de Magnus, pero él lo apretó contra él — Quiero ir al baño papi.
— Iré contigo
— Papá Magnus...
Magnus no dio lugar a réplica, se levantó y tomando la mano de Max fueron juntos a los servicios, fue entonces que Alec comprendió que pasaría mucho tiempo antes de que Magnus dejara solo a alguno de sus hijos y estaba agradecido por ello, él no podía moverse con la libertad que lo hacian los demás. Justo en ese momento tenía fuertes dolores en todo el cuerpo por haber estado usando las muletas en lugar de una silla de ruedas, pero no le había dicho a nadie, no quería que lo mandaran a casa hasta que pudiera ver a su hijo y sobrino fuera de peligro.
Cuando las piernas de Alec empezaron a temblar, Jace lo tomó en brazos y lo llevó a enfermería a pesar de sus negativas, justo en ese momento Magnus iba regresando y al ver el estado de Alec corrió a socorrerlo.
El moreno se sentía un inútil por no ser capaz de aliviar el dolor de los seres que amaba, se sentía un mal padre por no haber estado junto a sus hijos cuando sufrieron el atentado y se sentía un mal esposo por haber olvidado que Alec debía de estar en reposo.
El ojiazul miró a Magnus y supo de inmediato lo que estaba pensando y a pesar de que Jace, Max y unas enfermeras estaban presentes tomó la mano de su esposo y lo jaló hacia él, se acercó a su rostro y besó sus labios con infinita dulzura — Te amo, no sabes cuánto..., Eso que estás pensando y que no me dices no es correcto, eres el mejor padre del mundo, a pesar de tu ajetreado trabajo siempre has estado pendiente de ellos y los has educado prácticamente solo, los veo y no puedo creer que esos maravillosos niños que saltaban en nuestra cama y se aferraban a nuestras piernas se estén convirtiendo en hombres humildes, solidarios y respetuosos, todos esos valores y muchos más se los has inculcado tú mi amor — Magnus derramó varias lágrimas silenciosas y Alec las bebió para luego volver a besarlo y continuar — también eres el mejor esposo, me lo has demostrado en más de una ocasión, sobre todo cuando intentaba alejarte de mi lado, te hice mucho daño..., dije palabras hirientes e incluso te empuje he hice caer, lo siento, lo siento tanto amor..., Perdóname por los malos momentos que te hice pasar, siempre estuviste cuidándome, siempre pendiente de mi, al punto que tu salud se vio comprometida, jamás me dejaste solo y luchaste hasta hacerme entrar en razón, me demostraste que me amas más que a ti mismo, eres el mejor Magnus, no hay en el mundo ser más valioso que tú.
En ese punto Magnus se encontraba hecho un mar de llanto y jadeaba tratando de calmarse, Alec lo volvió a besar con delicadeza ante la mirada ruborizada de todos los presentes.
Mientras ellos estaban en la enfermería llegaron inspectores que de inmediato empezaron a tomar la manifestación del agente que estuvo presente en el intento de secuestro, él les relató lo ocurrido y describió a todos los secuestradores a si como también les dijo que los familiares de los heridos estaban presentes en el hospital.
Cuando terminaron con el policía los inspectores se acercaron al área de cirugía y tomaron los datos de Ragnor y Raphael, justo en ese momento Alec regresaba en una silla de ruedas siendo empujada por Magnus, los dolores en su cuerpo eran a causa del cansancio al estar tanto tiempo erguido, sus músculos estaban duros y contraídos, una enfermera iba con ellos ya que fue imposible hacer que se quedará en enfermería hasta que la medicina que le dieron hiciera efecto.
La pareja se estaba acercando a ver qué era lo que estaba pasando cuando vieron a un doctor vistiendo un traje verde que salía de la sala de cirugía.
— Familiares de Gideon Smith — Simon y Camille de inmediato asintieron — el paciente está estable, fue operado de emergencia por ...
Después de una larga explicación les dijeron que Gideon estaba fuera de peligro, pero necesitaría de mucho reposo para recuperarse de una bala que atravesó su cuerpo, además de que por el daño sufrido su columna se dañó aún más. Todas las esperanzas que Camille tenía de que algún día su hijo pudiese ponerse de pie y caminar se desvanecieron.
— En unos momentos trasladarán al paciente a una habitación, podrán pasar a verlo pero de uno en uno y en silencio. La enfermera los guiará.
Simon se apresuró a seguir a la señorita vestida de blanco mientras Camille le arrebató al médico el folder que llevaba bajo el brazo, quería ver por ella misma los resultados de los estudios realizados a su hijo.
— ¿Que cree que hace? — dijo enojado el doctor
— También soy médico, mi hijo sufrió un severo accidente hace poco y necesito saber qué tan grave son los daños causados por el impacto de bala en su organismo
Mientras ella le explicaba al médico los tratamientos a los que había estado sometido su hijo, Ed, su esposo, revisaba el historial de Gideon y verificaba las placas sacadas a su columna así como los medicamentos que le administraron. Ambos padres querían ir con su hijo y verlo, pero en ese momento era más importante ver con sus propios ojos que todo estuviera en orden, el doctor fue comprensivo en ese aspecto y los guió a su oficina para que pudieran ver los archivos que no estaban adicionados a la carpeta que Ed tenía en sus manos.
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