Iba de caminata por el bosque en la tarde, cuando el sol ya comenzaba a menguar. De pronto escuché a alguien pronunciando mi nombre. Paré en seco. Volví la mirada pero no había nadie. Luego el picoteo de un pájaro contra alguna rama de un árbol. Así que alcé la vista y vi un cuervo, me extrañó mucho que un cuervo hiciera eso. Lo ignoré y seguí mi camino.

Supuse que lo de mi nombre había sido cosa mía. Habiendo avanzado solo veinte metros, volví a escuchar el picoteo del cuervo contra una rama, desaceleré el paso mirando a los lados, hasta que lo vi de nuevo entre las ramas de adelante. Luego la misma voz pronunció mi nombre, pero esa vez la escuché mucho más cerca, me volteé y vi de pie a una persona a cinco metros de mí. Noté el cabello negro corto, detallé su vestidura, pero cuando quise hacer lo mismo con el rostro no encontré nada, había solo oscuridad. Sin pensar mucho comencé a correr pero el miedo, por cada paso que daba, me envolvía, entumeciendo mis extremidades, sin saber cómo controlar aquello dejé que el temor secuestrara mi cuerpo y caí. Intenté levantarme pero mi cuerpo no respondía. Ese alguien, que ni siquiera me había fijado si lo tenía cerca o no detrás de mí apareció casi de la nada, no sé si ahora fue una ilusión pero casi lo vi materializarse. Éste se abalanzó sobre mi estómago, tomó una roca que estaba cerca con su mano izquierda y la alzó para darme en la cara, lo único que hice fue levantar ambas manos en defensa cubriéndome.

Desperté de una horrible pesadilla, sudada, sin querer moverme de mi cama. Mis labios temblaban nerviosamente. Mi corazón latía desbocado. Comencé a abrir y cerrar mis manos las cuales tenía empuñadas, un corrientazo corrió por ellas, la sangre volvía a circular. Supe que estaba a salvo del "alguien" en casa. Pero de pronto fuera, por la ventana, vi la sombra de un ave negra pasar a una rama, luego el picoteo. Segundos después alguien pronunció mi nombre con la misma voz seca.

Ya sabía lo que se aproximaba.