EPÍLOGO.

Las puertas de aquella enorme construcción se abrieron; vistiendo la misma ropa con la que había entrado hace ya seis años, el cabello corto, como lo traía cuando tenia 18 años; a sus casi 29 años, seguía luciendo como aquel hermoso chico rebelde y cautivador que conoció en aquel bar.

Sus ojos se toparon y por un segundo ambos creyeron que era un sueño.

"Pellizcame, estoy soñando", pensaban.

No era un sueño. Era real. Estaban ahí, uno frente al otro, después de una larga espera.

—¿Bryan? —logró articular el de cabello rizado.

Bryan caminó hacia él al mismo tiempo que Freddy caminaba hacia él. Cuando estuvieron cerca él uno del otro, reaccionaron. Se unieron en un fuerte abrazo, algunas lágrimas rodaron por las mejillas del menor, mientras Bryan lo apresaba a su cuerpo, como queriendo recuperar así los años perdidos.

—Eres tú... Eres tú...

—lo separó de sí—. Claro que soy yo...

Limpió sus mejillas de todo rastro de lágrimas, rozando sus labios por un momento antes de unirlos en un beso lleno de desesperación, ansiedad, necesidad... Amor.

—Vámonos de aquí... Lejos de aquí.

—Llevame a donde tú quieras.

Subió sus cosas a la cajuela del auto y luego ambos subieron al mismo. Bryan condujo sin rumbo fijo, sólo, como él dijo, lejos de ahí. Llegaron a un lugar demasiado apartado, conocido como el Ajusco. Un lugar rodeado por arboles y demasiada vegetación; llegaron y estacionaron frente a una cabaña, realmente bonita, alumbrada por algunas lámparas. Bajaron del auto y se dirigieron a la entrada, en esta un hombre mayor los esperaba. Bryan y él intercambiaron algunas palabras hasta que él se fue dejándole las llaves de la cabaña.

—Wow, ¿la rentaste? —dijo Freddy cuando entraron a la pequeña sala.

—No —lo abrazó por la cintura, repartiendo besos en su cuello—... La compré... —mordió levemente el cuello de Freddy sacándole un leve jadeo de sus labios—. Es nuestra... Así que ¿qué te parece estrenarla?

Freddy se volteó hacia él y lo beso brusca y desesperadamente, retrocediendo un poco, sin saber a donde ir. Bryan lo recostó en la alfombra, justo frente a la chimenea que tenia el fuego avivado. Sus cuerpos se rozaban creando una especie de electricidad en el otro que daba a entender lo mucho que se necesitaron.

—Te extrañe...

—No hables... Recuperemos el tiempo perdido por un error... hazme el amor.

—se besaron nuevamente—. Te amo, arbustito.

—¿Sigues con eso? Yo también te amo.

*****************

Sus labios se unían y embonaban de forma extremadamente perfecta, al tiempo que Jos embestía de forma suave pero apasionada el interior de Alonso. Él tenia que acallar sus gemidos dado el hecho de que no estaban solos en casa.

Luego de acabar la universidad se mudaron juntos, ahora Alonso da clases de piano en una prestigiosa escuela de música y Jos es licenciado en administración de empresas.

Alonso encajó sus uñas en los hombros de Jos cuando logró alcanzar el tan ansiado orgasmo. Unieron sus labios nuevamente, cuando la puerta se abrió.

—¿Papi?

Ah, olvide decir que adoptaron un hijo.

Usando sus piernas Alonso hizo que Jos se quitara de encima, cabe mencionar que este acabó en el suelo, con una de las cobijas.

—¿Papi Jos, qué le haces a papi Alonso?

—Nada —dijo desde el suelo.

—Cariño, ¿qué haces despierto? —dijo Alonso, abrochandose la camisa de Jos que fue lo mas cercano que encontró, se levantó, luego de cerciorarse que dicha prenda lo cubriría.

—Es que tuve un sueño feo —el pequeño de apenas 4 años se talló sus ojitos, viendo hacia el suelo.

—Vale, vale —dijo Alonso, tomándolo en sus brazos—... ¿Qué dijimos de los sueños feos?

—Son sólo feas pesadillas que quieren hacerme débil —repitieron al mismo tiempo.

—Exacto... ¿y tú no eres débil o sí?

—negó—. No, yo no soy débil.

—Muy bien —llegaron a la habitación del pequeño y lo arropó en su cama—... Ahora, me quedare contigo hasta que te duermas ¿okey?

—Está bien —tomó su oso de peluche y lo abrazo, cubriendo la mitad de su rostro con él. Alonso comenzó a cantarle suavemente una canción de cuna mientras acariciaba su cabello.

Minutos después había caído en un profundo sueño, la voz de Alonso era casi como el cántico de los ángeles a la hora de dormir. Desde la puerta Jos los observaba cruzados de brazos; Alonso cubrió bien a su hijo antes de salir.

—Se durmió al fin.

Jos lo miro en silencio enarcando una ceja, aun cruzado de brazos.

—¿Pasa algo?

—Te amo...

—¿Por qué dices cosas tan de repente? —dijo sonrojándose levemente.

—Es un don —lo cargó a modo princesa a beso sus labios—... ¿Segunda ronda?

—¿Quieres que tu hijo nos cache?

—Aun es un niño, no entendería —comenzó a caminar hacia la habitación nuevamente.

—¿Ah no?

—No —cerró la puerta de una parmtada.

—Shh, despertarás a... —lo calló con un beso.

—Haces más ruido tú que yo... —lo recostó en la cama.

—Es tu culpa.

—entrelazó sus dedos con los de Alonso—. Soy demasiado afortunado... Por tenerte a ti conmigo y a Danny también. No sé que haría sin ustedes.

—Seguramente demasiadas estupideces.

—sonrió agachándose para besar a Alonso—. Te amo, Alonso.

—¿Siempre juntos? —dijo riendo, ya que en que siempre iniciaba aquello, era Jos.

—Siempre.

FIN.

*

AL FIN TERMINE \(^ω^\)

Bueno, esto fue la novela :3
Espero que les halla gustado mucho y
espero poder seguir teniendol@s de lectores, ya saben que aun tengo
mi otra novela, "Salvame" me
gustaría mucho que la leyeran
y apoyaran. ♡

Nos vemos en la próxima.

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