CAPÍTULO 6
**Alonso.**
Llegamos a mi casa en unos minutos. Aun traía a Jos cargado en mi espalda, el dolor en mi abdomen se fue haciendo presente de un momento a otro. Abrí la reja de mi casa y la cerré, camine hasta la puerta principal y la abrí para entrar, deje a Jos en el sofá y regresé a cerrar la puerta.
—Bien... Veamos que tal esta eso.
Quite la venda y las gasas que su hermana le había puesto. Fui por un maletín que mi padre me había regalado con algunos utensilios de doctor. Le coloque alcohol directamente en la herida y la limpie; saqué una aguja con un hilo especial para sutura, esterilice la aguja y proseguí a coser la herida, que al parecer fue causada porque Jos se apartó repentinamente de los colmillos del perro. Eran dos heridas los cuales correspondían a los dientes del perro. Mientras cosía la herida note que él solo hacia gestos y se mordía el labio para contener el dolor. Reí en mis adentros, esos gestos nadie los veía más que yo, solo a mí me tenia la confianza para todo eso, dolor, tristeza, alegría, todo aquello solo dejaba que lo viera yo.
—Listo —corte el hilo y luego coloque una venda. Lo miré y note que había soltado un gran suspiro ¿acaso estaba conteniendo la respiración?
—Joder... —dirigió su vista a mi conectando su mirada con la mía, a escasos centímetros una de la otra. Yo estaba arrodillado frente a él recogiendo las cosas que había sacado. Él me veía sin expresión alguna en su rostro, ya ni siquiera de dolor, eso fue hasta que me levante y movió el pie—. Ah... Si que duele.
—Mejor eso a que se te infecte —termine de guardar las cosas en su lugar y fui a dejarlas a mi habitación. Ahí, aproveche para levantar mi camisa frente al espejo, un enorme moretón se formaba en mi pecho. Era realmente grande—. Mierda... Maldito seas Freddy.
—¿Alon...? —baje la camisa, no a tiempo para que no la viera Jos— ¿Qué te pasó?—camino hacia mí cojeando un poco.
—N-no es nada —le di la espalda y me abracé a mi mismo.
—¿Cómo que nada? ¿Quién te hizo eso?
—Jos...
—No estoy jugando. Dime.
¿Debería decirle? No quería tener más problemas con Freddy, ni quería ocasionarle más líos a Jos.
—Alonso...
—Me caí...
Alonso, definitivamente eres el peor de todos mintiendo.
—¿Te caíste?
—S-si... Bu-bueno...
—Dime la verdad.
Alce los ojos al ver que estaba a una distancia cercana. Cruzado de brazos y con mirada molesta, me miraba esperando mi respuesta.
—Estoy esperando...
—Fue Freddy —susurré bajando la cabeza, más que nada lo dije para mi.
—¿Qué?
—Freddy me golpeó —conecte los ojos con él, se veía molesto y preocupado—. Hoy a la hora de salida.
—Ese hijo de...
—Jos, dejalo, estoy bien.
—Sí pero... Ese idiota va a conocerme.
—Jos, en serio, él... Bueno, no quiero que vayas a meterte en problemas.
—No, nada Alonso, Freddy ha ido muy lejos, ¡si tiene algún problema conmigo no debe meterte a ti en esto!
—me dejé caer en la cama, comencé a jugar con mis dedos—. No logro entender sus razones para tratarme así... Si dice que...
—Shh... No digas nada de lo que sea que él te haya dicho—se sentó a mi lado y me abrazo haciéndome recargar en su hombro—... Freddy y yo... Bueno, es difícil de explicar.
—Solo quiero que me deje en paz... Es muy impulsivo, podría llegar a hacerme algo a mi o peor... A Emma.
—aclaro la garganta y se separo—. No... Solo quiero una cosa —me enderece y lo mire a los ojos—, prometeme que si ese hijo de puta te hace daño de nuevo, me dirás inmediatamente, no importa si ese idiota te amenace o no... Recuerda, te cuidare por siempre.
Flashback.
—Alonso...
—Dime.
Estábamos recostados en el pasto viendo las estrellas, nuestras cabezas estaban juntas. Llevábamos ya unos meses siendo amigos.
—¿Recuerdas cuando nos conocimos? —asenti—. Te protegí de Freddy.
—Sí...
—Siempre lo haré... Te protegeré siempre—se puso de costado mirándome.
—¿Qué dices? —dije riendo.
—Eso... Siempre que lo necesites —me ofreció su mano a la cual yo entrelacen la mía—... Ahí estaré para cuidarte.
Fin del flashback.
—¿Lo recuerdas?
—suspire—. Claro que lo recuerdo... —me recargue en el nuevamente.
—¿Creíste que era mentira? —levante la cabeza de su hombro y lo mire—. No lo era, no lo es. Es una promesa, pase lo que pase... Te cuidaré.
—Estás loco, Jos —dije entre risas.
Él acaricio mi mejilla y luego nos abrazamos, quede recargado en su pecho escuchando los acelerados latidos de su corazón. Acariciaba mi cabello peinándolo delicadamente. La vista me fue pesando hasta que mis párpados cayeron y... Me dormí.
**Jos.**
Alonso había quedado profundamente dormido, lo dejé recostado en la cama con cuidado de no despertarlo. Ese imbécil de Freddy me las va a pagar.
Salí de la casa de Alonso al máximo paso que mi pierna me lo permitía. Llegué a la casa de Freddy, esta estaba al lado de la mía. Solo espero que Fernanda no este ahí. Mire la hora, las 6:30, lo más probable es que ella este en casa o este por llegar. Me apresure a entrar por el porche de su casa y tocar el timbre. Sabia los horarios de su familia así que aun estaba solo. Espere unos segundos y la puerta se abrió. Una amplia sonrisa adorno su rostro, maldita sonrisa hipócrita. Solté un golpe en su estúpido rostro haciéndolo caer hacia atrás. Entre y cerré la puerta de golpe, lo tome por el cuello de la camisa y lo levante, lo coloque contra la pared elevándolo del piso.
—¡¿Qué carajo te pasa?! —dijo haciendo una mueca de dolor, su nariz estaba sangrando.
—¡Sabes que es lo que me pasa! ¡Te atreviste a pegarle a Alonso! ¡¿En qué demonios estabas pensando al tocarlo?!
—¡Calmate, sólo...! ¡No es para tanto!
—clave mi puño en su abdomen haciéndolo soltar un leve grito—. ¡Claro que lo es! —lo volví a levantar y lo arrastre hasta ponerlo sobre la mesa del comedor—. No te atrevas a volver a tocar a mi amigo, cualquier problema que tengas tratalo conmigo ¡y deja a Alonso en paz!
—Lo haría... Pero Alonso es tan vulnerable que... Me causa demasiado placer.
—¿Asi que te excita golpearlo? No sabia que fueras de esos, Freddy.
—Escondo demasiadas cosas, Canela —sentí sus manos en mi cintura. Vi hacia ellas sujetándome y luego vi sus ojos.
—No dejaré que me toques de nuevo —dije entre dientes para soltarlo luego—. Deja a Alonso tranquilo... Y a mi también.
—Lo dejare... Cuando lo...
Solté otro golpe en su rostro haciéndolo llegar al piso de nuevo para luego salir de ahí, si me quedo un segundo mas frente a él estoy seguro de que lo mataría.
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