CAPÍTULO 56
**Freddy.**
Bryan no paraba de hacerme cosquillas, estábamos cubiertos por las cobijas de la cama, le gritaba que parara pero era obvio que no lo haría.
—¡Basta, basta! —dije llorando de la risa. Sé que él venia con otra intención pero tomando en cuenta que Emma estaba en casa, no lo deje y empezó a atacarme con cosquillas.
—Bien, bien ¡au! —dijo cuando golpee su entrepierna con mi rodilla.
—Perdón, perdón. ¿Estás bien?
—No —dijo sin aliento—. Creo que no podre usarlo en un largo tiempo.
—Mierda, no me digas eso.
—comenzó a reír—. Tranquilo, estoy bien —dijo ya repuesto. Me crucé de brazos haciendo pucheros—. ¿Qué pasa? —se acercó y besó mi mejilla. Descendió por mi cuello hasta mi hombro.
—Nada... Yo sólo estaba pensando.
—¿En qué?
—En que no sé que fue lo que me enamoró de ti. Eres un idiota.
—rió a carcajadas echando su cabeza hacia atrás—. Pero debes admitir que también soy encantador.
—De serpientes.
—... Te amo, arbustito.
Sonreí bajando la cabeza, recuerdo cuando me dijo así por primera vez. Sinceramente Bryan supero todas mis expectativas de un hombre perfecto.
—Ha pasado mucho tiempo desde que escuché un "te amo".
—¿Ah sí? —me abrazó recargando su mentón en mi cuello—. Pues ahora no te faltaran.
—Eres un cursi —dije riendo.
—Ya casi es tu cumpleaños.
—¿A qué viene eso?
—¿Cómo que a qué? Es un día especial.
—Sólo es un día más.
—Para mí no —lo mire por encima de mi hombro—. Ese día te haré el amor hasta desfallecer.
Me giré hacia delante sintiendo un leve calor en mis mejillas. No puede ser ¿acaso me sonroje? Bryan dijo ¿hacerme el amor? Acaso...
Me recostó tomándome por sorpresa, se colocó entre mis piernas y apartó algunos mechones de cabello que había en mi rostro. Me sonrió sin dejar de ver mis ojos, debo admitir que amo estos silencios en los que nos dedicamos sólo a vernos el uno al otro. Donde no hacen falta palabras y nuestros ojos dicen todo lo que sentimos.
—¿Sabes? —dijo rompiendo el silencio mientras acariciaba mi mejilla con el dorso de su mano—. Cuando te conocí te vi como un chico más que quería estar con mi hermana, nunca imagine que con quien estarías sería conmigo.
—Bueno, si no me atrajeran los chicos definitivamente estaría con ella... Aunque al conocerte botaría mi heterosexualidad a la basura e iría por ti.
—Me consuela saber que soy lo suficientemente sexy para volver gay a un hombre.
—Demasiado sexy —mordí mi labio.
—Sabes como me pongo cuando te muerdes el labio, y Emma esta al lado.
—Seria excitante.
Atrapó mis labios dándome un salvaje beso que inmediatamente me hizo soltar jadeos repetitivos. Metió sus manos por debajo de la playera que traía y beso mi cuello; cuando jaló mi bóxer para quitarlo, Emma tocó la puerta. Bryan se levantó y fue a abrir.
—¿Qué quieres? —dijo con notoria molestia, lo cual me hizo reír desde la cama.
—Alan esta abajo —mi sonrisa se borró—, quiere hablar con Freddy. Ahora.
—Dile que no irá.
—Bryan —dije.
—No, Freddy, sé lo que quiere, estoy seguro.
—Es que eso no lo sabremos hasta que hable con él... Lo más seguro es que se trate de Alonso. Esta obsesionado.
—Pues que vaya haciéndose a la idea de que él esta con Jos...
—Ustedes creen que lo conocen pero no es así. Dile que ya bajo —me comencé a vestir ante la mirada de Bryan—. Deja de verme así, Bryan.
—Tengo miedo, Freddy —lo miré extrañado—. De que te alejes de mí.
—Eso ya me es imposible —terminé de ponerme el pantalón y me acerqué a Bryan para besarlo cortamente—... Ya no hay manera de que te libres de mí.
—¿En serio?
—... Te amo demasiado, Bryan. Daría mi vida por ti.
—No digas eso... No sabia que haría si a ti te pasa algo —acuno mi rostro entre sus manos.
—Entonces, prometeme que no harás cosas estúpidas... Si yo decido que lo mejor es separarnos tú lo... Lo aceptaras sin chistar.
—asintió—. Sólo espero que ese día jamás llegue.
Sonreí y lo besé profundamente antes de alejarme y terminar de ponerme mi ropa. Salí de la habitación y bajé las escaleras para encontrar a Alan viendo las fotografías que estaban sobre una estantería en la sala.
—¿Se te perdió algo? —dio un pequeño salto y volteó a verme.
—Vaya, esperaba que viniera tu novio a correrme.
—¿Qué quieres, Alan?
—Creo que eso ya lo sabes. Es sobre Alonso.
—¿Alonso? Lo sospechaba.
—Quiero encontrarme con él a solas, y tú vas a ayudarme.
—¿Qué? Claro que no.
—Sí, lo harás, porque si no le diré a mi padre sobre tu amorío con Mouque. No creo que quieras que tener que ir a ver como tiran su cuerpo igual que como lo hicimos con Joey ¿o sí? —permanecí en silencio viéndolo con odio. Miré hacia el segundo piso y empujé a Alan hacia fuera.
—Hablemos en otro lado.
—Eso creí —salimos de la casa de Bryan y empezamos a caminar en silencio, sin dirección alguna—. Escucha, son varias cosas las que necesito. También quiero que esos dos se separen.
—¿Quieres separarlos? Eso sera imposible.
—No lo creo... Los padres de Alonso no saben acerca de... Las preferencias de su hijo.
—Cuando Alan Navarro se mete tanto en la vida de un chico es en ese momento en el que hay que temer por la vida de ese chico.
—suspiró—. Me esta volviendo loco, Freddy.
—En su defensa, tú ya estabas loco.
—No empecemos. Ya no quiero problemas contigo, sinceramente no quiero verte infeliz de nuevo. Fue duro ver tu mirada de odio durante esos días después de la muerte de Joey.
—No hables de él... eres el menos indicado para hacerlo.
—Te ves feliz con Bryan... ¿lo amas? —asentí—. Ojala yo pudiese amar a alguien como tú a Bryan o... Alonso a Jos. Para mi el amor se acabó cuando mi madre murió.
—Es la primera vez, desde que murió, que la mencionas.
—Sí... Bueno, llega un momento en el que ya no se puede aguantar más el dolor. ¿Me ayudarás?
—... ¿Cuándo quieres verlo?
No tengo opción. O es esto o ver a Bryan muerto y no estoy listo para volver a perder a la perdona que amo. Espero que Alonso, y sobre todo, Jos puedan perdonarme.
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