CAPÍTULO 55
**Jos.**
Coloqué a Alonso debajo de mí, sobre el sofá y comencé a besar su cuello con algo de salvajismo. Habíamos vuelto de casa de Emma, apenas y habíamos dejado nuestras mochilas en el suelo. No aguantaba más no tenerlo de nuevo.
El sonido del timbre me hizo detener mis besos por un momento.
—Ignoralo —dijo Alonso jalando mi cuello hacia el para besar mis labios.
—S-sólo... dejame ver... quien es —susurré entre besos. El rodó los ojos haciendo un puchero y me dejó levantarme. El timbre seguía sonando. Abrí la puerta con algo de molestia, descubriendo a mi madre y a Milu, esta última traía unos lentes de sol gigantes y no dejaba que le viera el rostro—. Espero que sea algo bueno, porque me interrumpiste.
Miro hacia el interior de la casa al mismo tiempo que yo. Alonso estaba ahí en el sofá, recostado como normalmente pero con las piernas abiertas. Sentí las ganas de cerrar la maldita puerta en cara de esas dos e ir a hacerlo mío.
—Seré rápida, Miguel —me sorprendí ante su manera de hablar, ella nunca me llama así.
—Pasen.
Entraron a la sala en silencio, Alonso de levantó del sofá y fue a la cocina, no había que decir que no le caía bien ninguna de las dos mujeres que acaban de entrar.
—¿Qué pasó?
—Milu...
Ella asintió y se quitó los lentes levantando su rostro. Trague duro al verla. Su ojo izquierdo estaba morado e hinchado, su labio roto y su mejilla tenia una cortada.
—¿Qué te pasó?
—Alan Navarro manda a decir... —volteó a ver a Alonso —. Que si Alonso no se comporta ira desapareciendo a cada uno de los que aman.
—¿Por eso te golpeó? —negó.
—Diselo Milu —mi madre tenia el ceño fruncido, se veía molesta.
—Quería cerciorarse de que yo no hablara... Que no dijera que...
—¿Qué?
—Yo vi cuando Alan golpeó a Alonso para meterlo a su camioneta... Y no te dije nada.
—¿Qué dijiste? —dijo Alonso acercándose a nosotros con una notoria molestia en su voz—. ¿Lo viste subirme a esa camioneta y no dijiste nada?
—Alonso, lamento que Milu...
—¡No! No la justifique... No imaginas lo que me hizo... ¡Mientras tú seducías a mi novio yo era golpeado y violado por ese imbécil!
—L-lo sé pero... Perdón.
—No... ¡No! —llevó ambas manos a sus oídos, cubriéndolos.
—Alonso —me acerqué a él y lo abracé—. Calmate, no pienses en eso... Creo que sera mejor que se vayan.
—En serio lo lamento, Alonso... Imagino lo que...
—¿Lo lamentas? ¿Lo imaginas? Dejame decirte que no lo haces, no imaginas lo horrible que fue —se quito las muñequeras que traía, porque sí, las marcas de las esposas siguen ahí—, ni siquiera viendo esto imaginarás un poco lo que sentí cuando ese imbécil le tomó. ¡Ahora largate!
—Vamos, Milu —dijo mi madre haciéndola salir de la casa—. Alonso, Hall esta haciendo lo posible por meter a ese maldito a prisión.
—No podrán. No lo conocen.
—asintió—. Fernanda me dijo lo mismo. No podrán. Podríamos si tú testificaras aunque las marcas de violencia ya no están. Sólo esas —Alonso ocultó sus manos detrás de su espalda—, y las psicológicas. Me voy.
Salió de la casa cerrando la puerta tras de sí, dejándonos sumidos en un horrible e incomodo silencio. Oía a Alonso sollozar a mis espaldas, había vuelto a actuar débil, luego de unos meses actuando como si aquello no le importara ya, estaba en el sofá llorando como un niño. Me destrozaba verlo así.
Me senté a su lado y lo abracé, se recargó en mi pecho sujetando con fuerza mi sudadera.
—Ya, mi amor, tranquilizate —le susurré acariciando su brazo—, ya no pienses en eso.
—N-no puedo evitarlo... Las imágenes siguen ahí... Y su... Maldita sonrisa, su tacto, todo...
—Oye —lo hice verme—, olvidalo, me tienes a mí, Alan no volverá a tocarte, jamás. No lo permitiré.
Se quedó viéndome detenidamente sin expresión en su rostro, acarició mi mejilla con la yema de sus dedos, lo mismo hizo con mis labios antes de acercarme a él para besarlo. Sus besos eran demandantes y salvajes, me he dado cuenta que han cambiado con el paso de los días. Lo recosté en el sofá, separando sus piernas con mi cuerpo.
—Tocame... —susurró entre besos—, por favor, tocame.
Desabroche su camisa lentamente sin dejar de verlo a los ojos. Esos hermosos ojos azules llenos de lágrimas por culpa de ese imbécil. Que una vez me vieron sin ese brillo que tanto me gusta, que me enamora, por un momento creí que lo perdía, que jamás volvería a tener al mismo Alonso de antes, del que me enamoré.
**Alan.**
Entré a mi casa arrasando con todo. Me sentía tan frustrado y molesto. No soportaba verlos juntos, la idea de tener que imaginar que justo ahora quizás Alonso y Jos están teniendo relaciones me causa una sensación amarga en la boca.
—¿Qué me hiciste, Villalpando?
Esa sensación de querer tenerlo sólo para mí, de sentir asco al pensar que alguien más lo esta tocando, de querer matar a ese alguien que lo tocó aparte de mí.
—¿Matarlo? Matar a Jos Canela.
***
Ya sé, los capítulos están siendo demasiado cortos
pero es que mi cerebro no da para más y ya quiero acabar esta novela :v
¿Por qué?
Porque no esta teniendo tantas lecturas como esperaba
Porque en serio ya mero acaba (aun quedan varios capítulos pero sí, esta cerca el final)
Porque ya quiero subir la que sigue :v
P.D amo esa foto de Alan 😐❤❤❤❤❤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top