CAPÍTULO 50
No lean abajo (͡° ͜ʖ ͡°)
puede causar paros cardiacos y comas diabéticos :v
Okno 😂
**Jos.**
¡Aggh! Me siento tan frustrado y armar caminitos con el domino para luego tirarlos no me relaja.
Desde que Alonso llegó de la escuela, me ignoró olímpicamente excusándose de que haría el proyecto de historia. Para colmo se encerró en la habitación de Yaya y no ha salido ¿seguirá vivo? Supongo que si, hace rato lo vi salir del cuarto para entrar al mío por su pijama y volvió a encerrarse. Cuando fui a buscarlo, solo podía oír el sonido de la ducha. Está molesto por la pequeña escena de celos que le hice en la escuela. Es que simplemente no puedo ignorar que ese imbécil se le acerque, para colmo me la paso recordando que el tuvo su primera ve con él y se niega a estar conmigo. Eso me frustra aún más.
Lancé la pieza de domino a la pared y me levante del suelo para subir las escaleras hasta la habitación de Yaya. Debo arreglar las cosas, sé que soy un idiota, si, un idiota sin remedio; llegué al segundo piso y camine hacia la única puerta que estaba cerrada, logré ver la luz por debajo de esta, al igual que algunas sombras, Alonso caminaba de un lado a otro por la habitación, lograba oír ligeramente música del otro lado. ¿Acaso estaba bailando? Dios, pagaría por verlo.
Toqué levemente la puerta. Las sombras dejaron de moverse y la música fue apagada. Me quede ahí de pie en espera de que abriera y me lanzara algo, un zapato, lámpara o la grabadora de Yaya.
Abrió la puerta dejándome con las palabras atoradas en mi garganta. Traía puesto un short demasiado corto, que se ajustaba a sus muslos de forma exquisita; la playera que llevaba era mía, la reconocía, le cubría la mitad del short, iba descalzo y tenia la mirada en el suelo, notaba el enorme sonrojo en sus mejillas.
—Ho-hola... —sonrió sin verme aun—. ¿Estabas ocupado? —dije cuando noté el montón de cuadernos y libros que había en la cama y suelo.
—¿Eh? Ah, no, ya... Ya terminé. Pasa.
Se dio la vuelta dejándome la puerta abierta. Entré sin despegar mis ojos de sus piernas... ¡Concentrate Jos Canela! Venias a disculparte no a comerte con la mirada a tu novio.
—Oye Alon —dije pasando mi mano por mi nuca—, yo lo...
—No, Jos, ya no importa, no quiero hablar de Alan ahora... Además, tienes razón, es hora de que... cambie.
Me dedicó una sonrisa que simplemente no logré descifrar. Caminó hacia el baño para cepillarse los dientes. Pasé mi mirada por el cuarto, si estuvo haciendo la tarea, ya que tenia una torre de hojas de maquina en el buró, tomé una viendo que estaban escritas a mano.
Volví a verlo, de pie frente al espejo.
Bajé la mirada por su cuerpo hasta llegar a sus piernas. Eran tan perfectas, no lo había visto así desde hace un mes en aquella mesa de biblioteca. Relami mis labios al ver algunos moretones en el interior de su pierna derecha, supongo que eran de aquella vez. Estoy casi seguro de que Alan los dejó ahí a propósito como un recordatorio para mí, de que él lo tuvo primero.
Quise desviar mi vista pero no pude. Alonso se inclinó sobre el lavabo a escupir el agua que había tomado para enjuagarse. Me removí un poco incómodo por la situación, y aclaré la garganta.
—Al parecer Yaya se quedara todo el fin de semana fuera —dijo saliendo del baño y cerrando la puerta.
—Era de suponerse, mamá sólo uso la excusa de hablar de mi para poder verla.
—Me extraña que ella aceptara —recargó su rodilla sobre la cama para alcanzar algunos cuadernos y guardarlos en su mochila—. Yo creí que la odiaba.
Me quedé en silencio viéndolo; no logre resistirme y pase mi mano por detrás de su pierna, a la altura de su muslo. Sentí su piel erizarse al mismo tiempo que lo oía soltar un suspiro. Acerque mis labios a su piel, repartiendo húmedos besos en ella. Levanté la vista y lo vi cerrar los ojos mordiendo su labio. Subí mi mano libre, acariciando un poco su miembro por encima de la tela hasta llegar a su abdomen, metiéndola dentro de la playera, llegué a su pezón y lo pellizque delicadamente sacándole un gemido. Sus manos fueron a mi cabello, donde enterró sus dedos y tiró algo fuerte de él cuando volví a frotar su pezón. Lo hice sentarse a horcadas sobre mí y comencé a besar su cuello, Alonso echó su cabeza hacia atrás, moviendo sus caderas un poco sobre mí a causa de pequeños espasmos que le producía.
—J-Jos... N-no...
—Por favor... —susurré contra su piel, él soltó otro gemido—, dejemos de controlarnos, ambos lo deseamos, Alonso.
—Es que... Es que yo no... No quiero que veas lo que Alan...
—No importa, no me importan esas marcas, quizá el fue capaz de marcar y tener tu cuerpo pero... Yo marcaré tu corazón —besé cortamente sus labios—. Te amo.
Como si esas dos palabras fueran mágicas, me abrazó por el cuello y nos besamos con desesperación y pasión. Lo abracé con fuerza por la cintura pegándolo más a mí, jadeo cuando lo hice y aproveche la oportunidad de juntar nuestras lenguas en el interior de su boca. Intentaba seguirme el ritmo de mis besos de manera torpe haciéndome reír sobre sus labios, no besaba perfectamente, no era un experto, aun así me volvía loco.
Me levanté y lo recosté en la cama lentamente, bajé mis manos a sus piernas, eran tan suaves, y mis besos a su cuello. Sus manos estaban en mi espalda tirando de mi playera con algo de desesperación, luego se detuvo de repente.
—Jos, es la habitación de Fer, espera...
—Ah, a ella no le importa —me separé y terminé de quitarme la playera. Alonso lamió sus labios cuando me miró, pasó sus manos por mi abdomen, estaban tibias, las subió hasta mis hombros y me hizo caer sobre él para volver a besarme. Rodeó mi cintura con sus piernas, comencé a levantar su playera, sintiendo arquear su espalda.
—Estás frío —dijo riendo y yo imité su acción; besé su frente, su nariz, sus mejillas y luego fui al lóbulo de su oreja y lo mordisquee.
Le saqué la camisa, quedándome sostenido con mis manos a los lados de su cabeza, observando su cuerpo con algunas marcas hechas por ese idiota. Él cruzo sus manos enfrente de su pecho para intentar ocultármelas, sus rostro estaba rojo y notaba que quería llorar. Lo hice descubrir su torso y entrelace mis manos con las suyas, poniéndolas contra la cama, me incline hacia su pecho y besé cada uno de esos moretones y marcas, solté una de sus manos y la pase por su brazo y un costado de su cuerpo hasta llegar a la orilla de su short, el cual bajé sólo de ese lado, acariciando su cadera de forma suave, Alonso movía su cuerpo contra el mío, bajé mis labios hasta su cintura, donde con ambas manos tomé el elástico del short y de su bóxer juntos, alcé la vista viendo que Alonso tenia los ojos cerrados, su pecho subía y bajaba rápidamente. Tiré de ambas prendas deslizándolas por sus piernas hasta dejarlas en el suelo.
Volví a besar sus piernas, como me gustaban, mordisquee algo fuerte una de ellas, haciéndolo soltar un gemido nada bajo. Tomé su miembro con mi mano y comencé a estimularlo, oía su dulce voz salir en forma de gemidos y jadeos que comenzaban a despertar aun más mi entrepierna.
Alonso jaló mi mano dejándome debajo de él, me sorprendió si acción y él lo notó, ya que río antes de comenzar a repartir besos por mi cuello y pecho. Levanté mis manos para acariciarlo pero él las tomó y dejó sobre la cama.
—No me toques —dijo de forma tan provocativa que me hizo cuestionarme ¿cómo me pedía que no lo tocara y luego me habla de esa forma? Sonreí y llevé mis manos detrás de mi cabeza.
Alonso siguió bajando por mi pecho hasta llegar a mi pantalón que desabrochó lentamente mientras pasaba su lengua por un costado de mi cuerpo; yo ahogaba mis gemidos en mi garganta, logrando que salieran como simples gruñidos.
Bajó mi pantalón y quitó mis zapatos, los dejó en el suelo, luego paso sus manos por encima de mi miembro tan malditamente lento que sentí que me mataría en ese instante. Mordió su labio mientras quitaba mi bóxer; tomó mi miembro con ambas manos y paso su lengua por la punta que quedaba libre de ellas. Contuve mis ganas de tomarlo y hacerlo mío de una vez solo porque me había dicho aquello.
—N-no me preguntes como aprendí a hacer esto —dijo con una sonrisa ladeada, introduciendo todo mi miembro en su boca antes de que pudiese decir cualquier cosa. Abrí mi boca lo más que pude, por la sorpresa y por el placer que me hizo el sentir el cálido interior su boca. Lo sacó y lamió a lo largo para volver a meterlo, sentí tocar su garganta y él ni se inmutaba.
—J-joder... —logré susurrar luego de ver un rato a Alonso subir y bajar su cabeza. Sentía que en cualquier momento me vendría.
Alonso dejó de torturarme, por fin, y subió hasta mis labios. Lo tomé por la nuca y por la cintura para recostarlo y recostarme sobre él, sin dejar caer todo mi peso encima. Él tomó mi mano y lamió dos dedos antes de meterlos en su boca, sonreí y bese su cuello mientras lo hacia. Luego los dirigí hacia su entrada, separó sus piernas dándome mayor facilidad. Metí un dedo dentro de él, haciendo que encajara las uñas de sus manos que estaban en mis hombros en ellos. Moví mi dedo dentro, simulando embestidas lentas y suaves antes de hacer lo mismo con ambos, separe mis dedos dentro de él intentando dilatarlo lo más posible. no quería lastimarlo.
Saqué ambos dedos de su interior y posicioné la punta de mi miembro para entrar en él. Alonso parecía muy seguro de lo que estaba haciendo, aun así en sus ojos podía ver lo nervioso que estaba. Acaricie su rostro intentando calmarlo, cuando me sonrió comencé a entrar en él lenta y cuidadosamente. Abrió su boca jadeando un poco mientras clavaba sus uñas en mis brazos, era algo salvaje. Entre completamente en él, quedándome quieto un momento, bajé mi cabeza y lo besé de forma brusca y desesperada.
Subió sus piernas hasta mi cintura y las enredó ahí, haciéndome llegar más profundo, rompió con el beso dejándome salir un fuerte gemido echando su cabeza hacia atrás. Empecé a mover mis caderas contra él de forma lenta y subiendo la velocidad hasta que comencé a hacerlo de forma más ruda. Escuchaba la cabecera de la cama topar estruendosamente contra la pared. Bajé la velocidad de mis embestidas y coloque una almohada entre esta y la pared, Alonso me miro con los ojos entrecerrados antes de cerrarlos por un brusco movimiento que hice con mi cintura. Di en su punto de placer. Saque mi miembro un poco y entre de golpe, dando de nuevo en el mismo sitio. Hice lo mismo un par de veces más antes de acelerar mis movimientos, tomé su miembro en mi mano y comencé a masturbarlo, el tomó las cobijas en sus manos apretándolas con fuerza, parecía que en cualquier momento se rasgarían. Alon me abrazó contra su cuerpo dejándome oír claramente sus gemidos en mi oído.
Unos momentos más y el alcanzó al orgasmo. Besó mis labios mientras yo seguía penetrándolo para alcanzar yo el orgasmo, lo cual sucedió unos segundos después. Me separe viendo su rostro, estaba ligeramente sonrojado y sus ojos brillaban con el contraste del atardecer del otro lado de la ventana.
—Eres tan hermoso —susurré acariciando su mejilla. Sonrió atrayéndome hacia él para besarme apasionadamente antes de separarse para bostezar, haciéndome reír.
—No te rías, idiota.
—Sera mejor que vayamos a dormir —me separé de él para vestirme.
Cuando termine fui al baño por un poco de papel para limpiar el abdomen de Alonso. Entré de nuevo a la habitación y estaba profundamente dormido. Lo limpie para tomarlo en mis brazos y llevarlo a mi habitación, no vaya a ser que llegue Yaya en la madrugada. Volví por su ropa, luego de arroparlo bien, y me fui a acostar a su lado. El frío de la noche comenzaba a sentirse. Mire a Alonso dormido cómodamente a mi lado y sonreí como un idiota enamorado.
—No sabes lo feliz que me haces —susurré acariciando su cabello. Besé cortamente su frente y lo abracé para quedarme dormido después.
***
Luego Jos despertó y todo había sido un suelo :v
Okno 😂 si fue real no entren en pánico.
Capítulo patrocinado por el soundtrack de 50 sombras de Grey 🌚 es tan zukulentho (͡° ͜ʖ ͡°)
¿Qué les pareció el tan esperado setso entre estos dos? (͡° ͜ʖ ͡°)🌚
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