CAPÍTULO 34

**Jos.**

—¿Qué haga qué?

—Que te recuestes —lo empujé hacia atrás haciendo que quedara recostado sobre la mesa.

—Espera, Jos...

Repartí algunos besos en su cuello haciendo que jadeara; desabroche su camisa lentamente bajando por su pecho conforme soltaba un botón. Sentía como la piel de Alonso se erizaba y su respiración se aceleraba. Luego de dejar su camisa completamente abierta, pase mis manos por sus muslos; veía como apretaba sus puños sobre la mesa intentando reprimir tanto sus impulsos como sus gemidos.

—Dejame tocarte —dije sobre su piel.

—Y-ya lo estás ha-haciendo...

—Más... —sujeté la orilla de su pantalón, jale de ella hacia abajo pero sus manos sujetaron las mías.

—¿Qué haces?

—Sólo voy a hacerte sentir bien.

—N-no... Así no.

—Solo disfruta.

Tire con fuerza de su pantalón bajándolo hasta la altura de sus tobillos. Me puse entre sus piernas, dejando algunos besos y lamidas en ellas, hasta llegar a su miembro, el cual acaricié por encima de la tela del bóxer.

—N-no hagas eso... Por f-favor.

—Solo un poco —susurré.

Tomé la orilla de su bóxer y lo bajé dejando libre su miembro. Lo tomé con una mano, viendo como Alonso se aferraba a la orilla de la mesa como si fuese a caerse o algo.

Besé su cadera, mordisqueando después de cada beso.  Comencé a mover mi mano lento sobre su erección viendo las expresiones  en su rostro. Sonrojado, mordiendo su labio para reprimir sus gemidos que simplemente se perdían en su garganta, su respiración entrecortada y acelerada. Era simplemente el mejor paisaje que podría pedir.

Pasé mi lengua a lo largo de su miembro y luego lo metí en mi boca, completamente, logrando que al fin abriese su boca dejando escapar un gemido, para nada bajo, por lo que cubrió su boca con sus manos. Me separe de él volviendo a engullirlo repetidas veces, dejándolo dentro de mi boca un rato, jugueteando con mi lengua cuando lo tenia dentro.

—¿Jovenes?

Escuchamos en la entrada, no parecía que el guardia entraría hasta dentro.

—¿Siguen aquí?

Le hice una seña a Alonso con la cabeza, indicándole que contestara. No seria bueno que nos dejaran encerrados aquí dentro, aunque no me quejaría.

—Amm...

—¿Encontraron lo que buscaban?

—sonreí maliciosamente e introduje su miembro mientras hablaba, logrando que ahogara un gemido—. Ah... S-si, en... En un momento sa-salimos —intentó alejarme pero sujeté sus manos sobre su estomago.

—¿Todo bien, chico?

—S-si... No se... Preocupe...

—No se tarden, debo cerrar en 15 minutos.

—V-vale...

Escuchamos la puerta cerrarse, Alonso comenzó a jalonear sus manos para que lo soltara, mientras seguía metiendo y sacando su miembro de mi boca.

—J-jos... Te-tenemos que irnos.

Hice caso omiso y seguí con lo que estaba, no haría nada más. Sus gemidos eran ahogados por su boca, pero aun así lograba oír leves sonidos provenientes de él. Moví mi mano más rápido, al mismo tiempo que subía y bajaba mi cabeza; mi agarre en sus manos se hizo más fuerte ya que casi se soltaba de él. Veía como echaba su cabeza hacia atrás cerrando los ojos y mordiendo su labio. No faltaba mucho para que alcanzara el orgasmo.

—J-jos... Basta... Ah...

Llegó al orgasmo, y si, en mi boca y sin derramar nada, me lo pase. Me separé de su entrepierna y subí hasta su boca para besarle, compartiendo con él su sabor.

—Estas loco...

—Quizá... Pero en mi defensa, es tu culpa, por ser tan jodidamente tierno y... —tomé su labio entre mis dientes—. Sexy...

—De-debemos irnos.

Sonreí apartándome de él y ayudándole a acomodar su ropa. Subí su pantalón y lo jale para que se levantara, me puse en cuclillas y lo abroche, subiendo lentamente por su pecho hasta su cuello.

—Jos...

—Vale —abroche su camisa al igual que la sudadera que le preste—. Que lindas se ven tus mejillas.

—Ya, basta —apartó mi mano bajando el rostro.

—Te amo —besé su frente.

Tomé mis cosas y las de él para salir de la biblioteca y luego, de la escuela, agradeciendo al guardia por dejarnos pasar.

Caminamos hasta la casa de Alonso donde nos despedimos sólo con la mano, deseaba besarlo pero no correría el riesgo de que su madre, o peor, su padre.  Me quedé ahí hasta que entro a la casa y luego me fui a la mía.

**Freddy.**

Maldita cama incómoda.

Di vuelta sobre mi cama por octava vez en la noche. Había decidido dormirme temprano por primera vez en mi vida pero ni eso había podido hacer. Tomé mi celular del buró y vi la hora.

Diez de la noche.

—Mierda... —lo solté dejándolo caer al suelo. Justo al tocar el piso sonó, dándome a entender que había entrado un mensaje. Lo recogí y abrí el mensaje sin siquiera mirar de quien era.

« No puedo dormir, y quiero pensar que tú estas en la misma situación. »

Bryan...

« ¿Qué te hace pensar eso? »

« Bueno, me contestaste. »

Bloquee el celular y lo deje a un lado de mi, cruzándome de brazos, juro que estaba haciendo pucheros. Como lo odio, es tan... Presumido y egocéntrico.

El celular emitió otro sonido, otro mensaje. Lo tomé y abrí.

« Quisiera verte. »

Mi corazón empezó a acelerar sus latidos. No, no, corazón, calmate, preocupate por mantenerme vivo y nada más.

« ¿Y eso? ¿Para qué o qué? »

No digas que para sexo, no lo digas...

« Sólo quiero verte. »

Vi el mensaje; lo intente ignorar pero otro llegó.

« Curiosamente no he podido dejar de pensarte desde el sábado. Bueno, desde ayer que te fuiste de mi departamento. »

—Maldición...

« No lo Arruines, por favor, todo va perfecto, Bryan, así que no digas tonterías. »

No te enamores... No te enamores...

« ¿Tonterías? Yo no quería esto, tú te metiste en mi camino aquella noche en aquel bar. »

Recordé aquel día de forma rápida.

« Mejor dicho, desde antes, cuando fui a recoger a Emma, notar como esos ojos tuyos no se apartaban de mí, desde ese día todo se arruinó y no fue culpa mía. »

Aventé el celular al suelo nuevamente y me voltee dándole la espalda a este, como si fuese el culpable de todo. Yo no quiero esto. No quiero que mi mente lo piense.

—Lindo lugar —me gire a verlo, ya estaba a mi lado cuando lo hice, así que él tomó mi cintura con una mano y la otra sujetó mi barbilla.

—Tú eres lindo... —tomó mis labios con fuerza, de alguna forma autoritaria, como informándome que él llevaría las riendas del juego.

—No quiero... Pensar en él, no quiero recordarlo, no quiero...

—Solo es un juego. No me atrae amorosamente. Eso jamás.

—Eso espero —sacó dos latas de cerveza de la nevera—, no querrás que mi padre se enoje. Recuerda lo que pasó la última vez.

—No quiero herirlo... No creí que todo se complicaría de esta forma.

Abracé una de mis almohadas contra mi pecho. Sentía unas pequeñas gotas en mis mejillas. Joder, estaba llorando.

—Basta... Solo era un juego... Solo es un juego —decía mientras que por mi mente, los recuerdos de aquel sábado, se presentaban. Sus besos, sus caricias, todo aquello seguía presente en mí y quemando cada lugar de mi cuerpo. Y lo odiaba.

***
Muero de sueño!!!
Algun@s (o no sé) se preguntaran de que hablan Freddy y Alan al decir “Recuerda lo que paso la ultima vez”. Ya lo explicaré mas adelante.

Ya tengo la idea de como sera el drama dramático xD de la novela, 7u7r vayan ahorrando para comprar pañuelos y helado ;-; mucho helado.

Preguntas: ¿les gustan las novelas de Stephen King? ;-;  ¿ya vieron la nueva adaptación de It? ;-; yo aun no y me muero por verla, sobre todo por el bombón de payaso que pusieron *babea*

Bueno, linda madrugada xD en México son las 2:30 ;-; debería dormir ;-; eso haré. Bays xD

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