CAPÍTULO 30

**Jos.**

Entre a casa sin hacer mucho ruido, seguramente Yaya estaba dormida, le habían dado el día libre hoy pues ayer había trabajado casi todo el día. Debe estar cansada.  Estoy pensando seriamente en conseguir un trabajo de igual manera.  Mamá se ha ofrecido en darnos dinero pero jamás lo aceptaré, y dudo que Fer lo haga.

Subí a mi habitación para “hacer mi tarea" porque solo hojee el libro y lo aventé al suelo. No podía estar tranquilo. No después de ver el regalo que Alan le mando a Alonso, ¿qué pasaba por su cabeza? ¿Un piano? Alon debe estarla pasando muy mal, no quería que se volviera a deprimir por lo pasado con su hermano Diego, y viene este imbécil regalándole un piano. Idiota.

Metí la mano en el bolsillo de mi chamarra, sintiendo una especie de papel. Recordé que Alonso había guardado la carta aquí. Demonios.

La saqué y me quede observándola un momento. Podría leerla y ver que tonterías y mentiras le diría Alan pero... Posiblemente se dé cuenta de que la tengo y vendrá por ella, si sabe que la leí puede que se moleste y no quiero volver a contentarlo.

—Ay Alonso —dije suspirando mientras guardaba la carta dentro de uno de los libros que llevaría mañana a la escuela. Luego me recoste sobre mi espalda y mire el techo—... ¿Por qué me haces las cosas tan difíciles? ¿Por qué simplemente no aceptas que estas enamorado de mí? Yo lo asumí rápido, entre berrinches pero rápido.

Mi teléfono emitió un sonido y, como supuse, era un mensaje de Alonso.

« Mas te vale que no leas esa carta Jos Canela. »

—reí bajo y contesté—. « ¿Carta? ¿Qué carta? »

« No estoy jugando Jos :( »

Dios mío. Lo imagino haciendo unos lindos pucheros como siempre que le hago bromas.

« Tranquilo, la guarde, y no la he leído, creí que quizás te molestarías. »

« Vale :D gracias. »

« Alonso... »

« ¿Si? »

Aunque suene repetitivo, aunque se canse de oírlo. aunque me odie en vez de amarme por decirlo... Jamás dejare de recordárselo.

« Te amo. »

Solo vi que se marcaban las dos palomitas en el mensaje y lo bloquee poniéndolo en el cajón que estaba al lado de mi cama. Típico, enviar un mensaje y luego dejar el celular al lado por miedo a la respuesta. Patético.

Me quede viendo hacia la puerta, el silencio me estaba matando. sentía que en cualquier momento explotaría... Y apenas eran las 2 de la tarde.

—¡Joder! —me voltee sobre mi estómago quedando con la cabeza colgando hacia abajo, podía ver debajo de mi cama.

Vagamente recordé lo pasado el día de ayer con Milu y sus ultimas palabras prometiendo que le diría a mamá que Alonso me gustaba. Sinceramente, me daba miedo la reacción de ella, si Milu actuó como loca e insulto a Alonso y a mí, ¿qué dirá mamá?

Y como si de brujería se tratase...

El timbre sonó, haciéndome dar un respingo en la cama, me levanté rápidamente, no quería que quien fuera que tocase despertara a Yaya. Baje las escaleras y abrí la puerta, topándome a quien segundos antes yo mismo invoque.

—Hola Jos.

Le regalé una falsa sonrisa a mi bella madre, a quien la seguía Milu detrás. Maldita, me las vas apagar.

—¿A qué debo el desagradable placer?

—Quiero hablar contigo, hijo. ¿Puedo pasar?

—No —dije firme. No quería que pasara, desde que se fue ella no había vuelto a poner un pie dentro de esta casa, y no dejaría que eso cambiara.

—Entonces... Ven, te invito algo de comer, seguramente no has comido nada.

—¿Acaso te importa? —dije alzando una ceja.

—suspiró—. ¿Fer esta en casa? Quisiera verla, hace años que no sé de ella.

—Esta dormida. Ayer trabajo demasiado y esta descansando, y no, no pienso despertarla.

—No te lo pediría... Entonces ¿aceptas la comida?

—Solo porque tengo hambre —salí de la casa y cerré bien antes de subir con mi madre y Milu a su auto. 

Esto está mal, seguramente esta idiota le soltó todo y no quiero estar dando explicaciones. Aaaaah quiero dormir.

—Jos —dijo una vez que estuvimos en el restaurante y luego de un largo momento de silencio—. Voy a ser directa contigo, así como tú lo eres conmigo... ¿eres gay?

—¿Eh?

—Contesta.

—No tengo porque contestarte, nunca estuviste al pendiente de mí así que no es tu deber interesarte ahora.

—Jos... Soy tu madre, y me interesas, sé que no he estado con ustedes pero es porque no me lo permites.

—Tú no mereces nada de mí, ni de Fernanda, nos abandonaste.

—Tu padre me corrió.

—¡Porque lo engañaste en su propia cama, y así querías que siguiese como si nada!

—Jos, baja la voz —dijo Milu.

—Sé que lo engañe, y no me arrepiento hijo, yo ya no lo amaba.

—¡Ja! ¿En serio estás tratando de justificarte? No me hagas reír —bajo la mirada, parecía como si fuese a llorar—. Si ya no hay nada que me tengas que decir me voy.

—¿Te gusta ese chico? —susurró—. Alonso... —alzo la vista.

—Eso no te incumbe...

—Solo quiero ayudarte. Si es así deberías estar consciente de que el mundo a su alrededor va a ser muy duro con ustedes.

—Ese sermón me lo sé de memoria. No tienes que repetirlo. Además, si me gusta o no es problema mío, y las cosas que piensen los demás —mire a Milu—, no me interesan.

—Quiero ayudarte...

—No necesito tu ayuda... Llevó 13 años sin necesitar tu maldita ayuda.

—¿Por qué eres tan cruel conmigo? —sus ojos estaban llorosos.

—Porque tú lo fuiste conmigo... Me dejaste, se te hizo fácil renunciar a todo, no volviste ni pediste en la demanda de divorcio vernos aunque fuese una vez... Te casaste al mes de irte de casa y tuviste un estúpido hijo con ese hombre... Y ahora vienes, lloras, te haces la mártir diciendo que soy cruel contigo, ¿cómo mierda quieres que te trate si nunca fuiste una verdadera madre para mí? Aunque estuvieses en casa era como si no fuera así, para mí siempre fue mi papá el único que se preocupó por mí, nadie más. Y respondiendo a tu pregunta, sí, si me gusta Alonso, me gusta mucho, lo amo, y si no fuera por ella no te habrías enterado y ¿Sabes porqué te lo dijo?

—Jos no... —dijo Milu entrando en razón.

—¿Por qué?

—Por nada... Y-yo...

—Te lo dijo porque está “enamorada de mí”.

—¿Cómo?

—Y ella se entero que me gustaba un chico cuando estaba a punto de tener sexo con ella.

Un fuerte ardor invadió mi mejilla, mi madre se había levantado de la silla y me había golpeado, fuerte, pero solo me dediqué a cerrar mis ojos aguantando el dolor.

—Con permiso.

Me levante de golpe y salí del restaurante ignorando los llamados de mi madre quien me había comenzado a seguir.

Detuve un taxi y subí antes de que mi madre me alcanzara, este condujo hasta mi casa donde le pedí que esperara para ir por el dinero, ya que no había llevado nada. Fer ya estaba despierta. Me miraba algo impaciente, esperando que le explicara dónde andaba o algo, tome dinero de mi cartera y salí a pagar.

—¿Dónde andabas? —dijo cuando regresé adentro.

—Vino mamá... Quería hablar conmigo.

—¿Sobre qué?

—Sobre... Sobre Alonso.

—¿Alonso?

—Amm... Me pregunto si me gustaba.

—¡¿Y a ella que mierda le importa?!

—Shh, ya lo sé, se lo dije pero...

—Encontre esto tirado en tu cuarto ¿sirve?

—Estaba dentro de un libro, Fer.

—Okey, si andaba de metiche.

—Es de Alonso, se la mandó un chico con un enorme regalo.

—¿A Alonso?

—Le regaló un piano... Y venia con esa carta que él guardó en mi bolso ya que traía mi chamarra puesta.

—¿La leerás?

—Claro que no.

—Yo la leería.

—No Fer...

—¿Qué? Pensé que te interesaba Alonso, no te gustaría saber que dice esa carta.

—Fer...

—Solo digo —tomó la bolsa de frituras que tenia en la mesa y se retiró a su habitación.

—Mierda...

Sostuve la carta entre mis manos, pensando las palabras de mi hermana. Leer la carta... No, Alonso me matara pero...

—Al diablo.

Rompí el sello del sobre y lo abrí completamente sacando la dichosa nota de dentro.

—Solo espero que no este lleno de cursilerías.

Empecé a leerla, era algo normal, cosas que yo ya sospechaba que pondría, intentando ser lindo con él, aunque sentía que cada palabra que leía fuese una víbora lanzando veneno. Freddy tenia razón, va por Alonso.

Solo digo que cuando él quiere algo, lo consigue, ya sea por las buenas... O por las malas.

—No permitiré que Alonso caiga con ese idiota... Puedo sonar egoísta pero supongo que debo serlo, Alonso será mío.

***

Cuando a Jos le entra lo psicópata :v

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