CAPÍTULO 27
¡POR FIN PUEDO DEJAR DE CONTENER MIS IMPULSOS!
***
**Freddy.*
Las puertas del elevador se abrieron dejándome observar un pasillo realmente lindo, con una alfombra color café con figuras varias, paredes beige con pinturas de paisajes colgadas.
La mano de Bryan en mi cintura me hizo empezar a avanzar hacia la dirección que él iba; se detuvo frente a una puerta que tenia una placa, “Suite presidencial” decía esta. Pasó una tarjeta por el láser al lado de la puerta, este emitió un sonido y la puerta se abrió.
—Pasa —dijo entrando, cuando lo hizo las luces se encendieron solas.
—Wow... —dije observando el lujoso lugar.
—¿Te gusta? —voltee a verlo, iba caminando hacia un mini bar que estaba en un extremo de la habitación mientras se quitaba la chaqueta.
—¿Es tu casa?
—Nah, vengo aquí de vez en cuando.
—¿Con tu novia?
—... Mjm —se sirvió algo en un vaso cuadrado.
—Ella... ¿no aparecerá por aquí?
—No tiene llave, y no viene si yo no le llamo. Además cualquier cosa tienen ordenado llamarme antes de dejarla subir —se bebió lo que se sirvió y luego se dirigió a mí con una fiera mirada que me hizo, sinceramente, estremecerme un poco. Desvíe la mirada fingiendo no haberme dado cuenta y comencé a ver los alrededores.
—Lindo lugar —me gire a verlo, ya estaba a mi lado cuando lo hice, así que él tomó mi cintura con una mano y la otra sujetó mi barbilla.
—Tú eres lindo... —tomó mis labios con fuerza, de alguna forma autoritaria, como informándome que él llevaría las riendas del juego. Lo cual me daba algo de miedo, la verdad, nunca he sido el pasivo en una relación.
Sujetando mi cuello echó mi cabeza hacia un lado devorando mi cuello, entre besos, mordidas y lamidas, los cuales sacaban uno que otro jadeo de mi boca. Mis manos que, anteriormente habían estado sujetas a la orilla de su pantalón, subieron en busca de los botones de su camisa, empezando a desabrocharla de manera torpe, ya que él seguía mordisqueando mi cuello. Era débil ahí. Termine milagrosamente de desabrochar su camisa y se la saqué, separándome de él, para poder ver su bien formado cuerpo. Mordí mi labio ante aquella vista.
—Deja de morderte el labio o lo lamentarás.
—¿Qué harás? —volví a morder mi labio, riéndome de él, al tiempo que retrocedía. Bryan se acercó, sujetando mi cintura, pegándome a él con gran fuerza que sentía que el aire se iba de mis pulmones.
Volvió a besar mis labios, esta vez mordisqueando mi labio inferior, secándome uno que otro gemido, ya que dolía por el golpe de Alan. Pasé mis manos por su torso desnudo hasta llegar al botón de su pantalón, pero no me permitió desabrocharlo.
Me sujeto por mis muslos con fuerza levantándome del suelo, haciendo que abrazara su cintura con mis piernas, en ningún momento nuestros ojos dejaron de verse. Caminó hacia una puerta corrediza color negro, la cual abrió para darme a entender que era la habitación. Me aventó con fuerza a la cama posicionándose en medio de mis piernas para besarme de nueva cuenta. Subió mi playera y la sacó por mi cabeza, dejándome igual que él, desnudo de la cintura hacia arriba. Ahora se dispuso a desabotonar mi pantalón, lo cual yo no le impedí, tras soltarlo introdujo su mano dentro, acariciando mi creciente erección por encima del bóxer, escapé varios jadeos que fueron reemplazados por gemidos bajos.
Dejó un camino húmedo desde mi cuello hasta mi abdomen, dónde mordió con algo de fuerza dejando de seguro una marca. Arrastro mi pantalón lejos de mis piernas, lanzándolo lejos; besó una de mis piernas, bajando hacia mi entrepierna, donde hizo lo mismo con mi miembro, solo que por encima del bóxer. Joder, me estaba matando.
—He-hey —logré articular—. ¿Qué te hace pensar que tú darás?
—río divertidamente—. ¿Acaso no es obvio?
—No... —me levanté jalándolo para dejarlo debajo de mí—. Ahora es mi turno.
Besé su pecho y su cuello, mordiendo ligeramente, no quería dejar alguna marca y que tenga problemas con su noviecita. Como estaba montado sobre él, aproveche y empecé a mover mis caderas en un vaivén contra su entrepierna. Escuchaba como reprimía sus gemidos, que salían como simples gruñidos, lo cual me causo gracia. Bajé por su abdomen. pasando mi lengua hasta llegar a su pantalón, el cual ahora si me dejó desabrochar y quitar sin protestar. Lo dejé en el suelo y me dispuse a bajar su bóxer también, antes de hacerlo mire su reacción, tenia los ojos cerrados, echando ligeramente la cabeza hacia atrás. Lo estaba disfrutando. Bajé su bóxer liberando su miembro de la presión que este impartía.
No dudé y tomé su miembro en mi mano, haciendo que abriera su boca sin emitir sonido alguno. Lamí mis labios y me agache dejando un húmedo beso en la punta para luego pasar mi lengua por este a lo largo, sentía que se ponía más duro en mi mano; abrí mi boca introduciéndolo dentro hasta poco más de la mitad, que era lo más que me cabía. Lo saqué y volví a lamer volviéndolo a introducir en mi boca, subiendo y bajando mi cabeza, haciéndolo entrar y salir, al mismo tiempo que subía y bajaba mi mano en él. No pudo reprimir más sus gemidos, los cuales ya estaban escapando de su boca como jadeos.
Dejé su miembro luego de un rato, no quería que se viniera en mi boca. Subí nuevamente hasta sus labios para besarlo, sus manos subieron a mi espalda y fueron bajando hasta mi trasero, acariciando por encima y luego por dentro del bóxer.
Me dejó debajo suyo sin separarse de mis labios, lo hizo solo para deshacerse de mi bóxer mandándolo lejos de la cama, separe mis piernas dándole espacio. Sujetó mis manos por mis muñecas contra la cama, con gran fuerza, las fue subiendo hasta estar sobre mi cabeza, ahí las tomó con una sola mano. Sin dejar de besarlo sentía que hacia algo con ellas, hasta que me di cuenta de que estaba amarrándolas a la cama con mi playera.
—¿Qué mierda haces? —dije con una notoria sorpresa en mi voz.
—Solo... No quiero correr el riesgo de que quieras invertir papeles —se pegó mas a mi cuerpo, dejándome sentir su miembro aun erecto contra el mío—. Aquí... Mando yo.
Ahogué un gemido cuando uno de sus dedos entró en mí sin avisar. Arquee mi espalda cuando empezó a moverlo dentro. Intenté soltar mis manos pero estaban bien amarradas.
—Mi-erda —dije cuando un segundo dedo se presentó con el otro, mordí fuertemente mi labio intentando reprimir mis gemidos, pero fue imposible cuando un tercer dedo entró. Bryan los movía dentro de mí de un lado a otro, luego simulaba embestidas rápidas con ellos y hacia tijeras con dos. Dando un par de veces con ese punto de placer del que todos hablan—. ¡Joder, basta!
—¿Quieres que me detenga? —dijo sacando sus dedos de mí.
—negué cerrando mis ojos—. Quiero que me folles, ya.
Soltó una risa para colocarse sobre mí nuevamente, besando mis labios, mientras dirigía su miembro a mi entrada, sentía que la acariciaba con la punta de este. Estaba por gritarle que lo hiciera ya pero como si leyera mi pensamiento, entró, de una sola estocada. Apreté mis manos aun amarradas, escuchaba como la cabecera se movía, por culpa de que yo jalaba el amarre inútilmente para soltarme.
Bryan comenzó a moverse lentamente luego de estarse quieto unos segundos, esperando a que me acostumbrara a él.
Subió una de mis piernas a la altura de su rostro, para usarla como palanca, acelerando las embestidas que me estaba dando. Fueron lentas, luego rápidas y frecuentes. Ya no callé mi boca, deje que mis gemidos fluyeran libres por toda la habitación, aunque eran callados por Bryan que de vez en cuando besaba mis labios, sin soltar mi pierna que seguía levantada sobre su hombro.
—¡J-joder, Bryan...! —solté cuando tocó con su miembro ese punto dentro de mí.
—Aquí es —dijo dando nuevamente en el mismo sitio, haciéndome arquear la espalda contra él, jalando nuevamente, de forma inútil, mis manos.
Se inclinó sobre mi cuerpo dejando mi pierna sobre la cama, sujetándose con sus manos a los lados de mi cuerpo, bajando la velocidad de las embestidas. Con su mano tomó mi miembro comenzando a masturbarlo a la misma velocidad que me penetraba. Aumentando el ritmo nuevamente. Era demasiado placer.
Jale mis brazos en un último intento por soltar mis manos, lo cual seguí sin conseguir; sentía estar a punto de llegar al orgasmo, cuando sentí su mano libre en mis muñecas, soltándolas, las dejé ir sobre su espalda, atrayéndolo a mí. Encaje mis uñas en su ella, viniéndome entre nuestros cuerpos. Él me miró y me besó profundamente mientras daba dos, tres, cuatro embestidas más para venirse también. Se quedó recargado sobre mi pecho intentando recuperar el aliento. Se separó saliendo de mí para tumbarse a mi lado viendo al techo. Mire su rostro, de perfil al mío, aun tenia su respiración acelerada, podía verlo por la forma en que su pecho subía y bajaba.
—Debo irme —dije levantándome rápidamente, deteniendo mis movimientos al sentir una fuerte punzada en mi espalda baja.
—Creo que no podrás irte —dijo riendo burlonamente mientras desatendía la cama y se metía dentro de las cobijas.
—Idiota —susurré—. Si hay próxima vez tú estarás abajo.
—Oh vamos —me jaló hacia él abrazando mi cintura por la espalda, dejándome cubierto de igual manera—, ¿en serio crees que puedes dejarme abajo? —dijo en mi oído erizando mi piel.
—Cierra la boca.
—Mejor duerme —dijo depositando un beso en mi nuca—. Mañana podrás irte.
¿Mañana? Vi la hora en el reloj despertador que estaba al lado de la cama, eran casi las 8 de la noche.
—Es que...
No podía quedarme a dormir como si de una feliz pareja se tratase.
—Bry... Genial, esta dormido. Y yo voy por el mismo camino.
Me acurruque en la almohada y me quede dormido. Sinceramente, este sí fue el mejor sexo de mi vida.
***
¿Alguna vez han escrito algo que cuando lo releen dicen: que mierda estoy escribiendo? 😐 así me sentí al escribir esto 😐 fue raro 😐 cuando lo leí de nuevo estaba fangirleando 😐 kill me! 😐💀😂
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