CAPÍTULO 26

**Jos.**

Podía pasar toda mi vida así. Viendo su rostro, sus ojos cerrados, su cuerpo relajado junto al mío. Se había quedado dormido luego de quedarnos en aquella posición, no me molestaba. Lo único que me importaba era que estaba conmigo.

—Alonso —dijo Vanessa entrando a la habitación—. Oh, vaya... ¿puedo sacar una foto?

—No —dije riendo.

—Mis padres acaban de llegar, están tomando un baño así que lo mejor sera que salgas.

—Okey —dije suspirando volteando a ver a Alonso. Saque mi brazo de debajo de él sin despertarlo y me levanté, me quedé viéndolo fijamente, no podía irme así como así, me agache depositando un casto beso en sus labios. Voltee a ver a Vanessa quien sonreía traviesamente—. No se lo digas.

—Vale, vamos, Romeo, tienes que salir sin que los Capuleto te vean.

—No entiendo que dijiste pero supongo que fue un vete. Así que, nos vemos luego —me despedí de ella con un beso en la mejilla y salí de casa.

Comencé a analizar lo que estaba pasando. Era obvio que Alonso tenia miedo de aceptar que me quería, para él era incorrecto amarme y lo entiendo pero, no tenia que aceptarlo frente a todo el mundo, sólo frente a mí, no era algo tan complicado, aunque entendía que para él lo era.

Deseaba con toda mi alma tenerlo, no sólo físicamente sino emocional; quería que me amara, quería que me lo demostrara, deseaba poseerlo, acariciar su cuerpo, decirle que lo amaba mientras lo abrazaba durante toda la noche, durante toda la vida si es posible, pero... Mientras él siga pensando que es bueno, malo, correcto o incorrecto, eso no podrá cumplirse.

No puedo obligarle a amarme, incluso si ya lo hace no puedo pedirle que me lo diga, que se lo diga a sus padres... No soy capaz de decirle que deje a Emma porque eso la destrozaría totalmente y, todavía es mi mejor amiga. No puedo pedirle que la engañé porque no querría, y yo no aceptaría ser plato de segunda mesa, aunque fuera por Alonso.

—Esto es una completa locura —susurré antes de entrar a mi casa, notando que la puerta estaba abierta, quizá Yaya llego temprano—. ¿Yaya? ¿estás aquí? —no hubo respuesta.

Ignoré aquello pensando que quizá yo lo deje abierto sin recordarlo y fui a la planta alta, para darme un relajante y buen baño de burbujas. Cuando abrí la puerta de mi habitación me tope con una enorme sorpresa.

—¿Milu? —ella estaba en mi cama usando simplemente un baby doll color negro junto a un liguero que sostenía sus medias. Abrí mi boca para decir algo, algo que nunca salio debido a la sorpresa que me acaban de dar.

—Tomaré tu silencio como una aprobación —se levantó y fue a mi lado, comenzó a desabrochar mi camisa mientras pasaba sus labios rozando mi cuello. Cerré mis ojos dejándome llevar por sus caricias.

La sujete por la cintura con una mano mientras con la otra tomaba con fuerza su cabello, estampando mis labios en los suyos de forma salvaje. Sus brazos se cruzaron alrededor de mi cuello haciendo el beso mas profundo y apasionado. Me jaló hacia la cama para recostarme de espalda en ella y montarse sobre mí. Mis manos hábilmente le sacaron la parte de arriba del atuendo que llevaba botándolo lejos de la cama, sus pechos quedaron expuestos así que comencé a masajearlos mientras devoraba su cuello.

Comenzó a bajar dando besos por mi pecho hasta tomar mi pantalón y desabrocharlo para bajarlo; paso sus manos por encima de mi bóxer, acariciando, y despertando, mi miembro.

Volvió a montarse sobre mí moviéndose como si galopara, exitándome a sobremanera mientras besaba mis labios. Bajo a mi cuello, mordisqueándolo, haciéndome gruñir.

—A-Alonso...

—se detuvo—. ¿Qué? —dijo mirándome molesta.

Mierda.

**Alonso.**

Me levante buscando a Jos en alguna parte de mi habitación, pero al parecer no se encontraba. Bufé quitándome la mascada que seguía enredada en mi cuello y la boté a algún sitio de mi cama. Me sentía algo ¿decepcionado? por lo que Alan me contó. ¿Freddy y Jos? ¿En verdad? Bueno, Jos no lo negó así que debe ser cierto. ¿Por qué me sentía así? ¿Celos? ¿Eran celos?

—¿Alonso, estás despierto?

—Sí, Vane, pasa.

—abrió la puerta asomándose—. Emma te busca.

—Dile que suba, por favor.

—Okey —dijo sonriendo para desaparecer de mi puerta. Segundos después entró Emma, se había cambiado aquel vestido, ahora traía un conjunto deportivo, del cual llevaba desabrochada la sudadera, dejando ver un lindo top que mostraba su vientre.

—Hola, Alonso.

—Hola Emma, ¿Qué pasa?

—Sólo... Me dejaron algo inquieta con su actitud de la tarde. ¿Todo bien entre Jos y tú?

No, nada bien.

—Claro, solo discutimos porque no me contó lo de Freddy. Es todo.

—Increíble ¿no? —se acercó para sentarse cruzada de piernas frente a mí—. Creí que lo conocía pero al parecer no.

—S-solo fue un momento de debilidad, fue cuando su padre murió, así que... ¿Alan te lo dijo?

—asintió—. Hace un tiempo... De todos modos yo no me habría acostado con cualquiera solo porque necesitaba consuelo.

—Emma —le regañé.

—No lo digo por juzgarlo, Alonso... Es que nunca imagine que él... Fuera...

—No es gay, Emma, Freddy se aprovechó de que Jos estaba destrozado para...

—¿Violarlo? Porque eso fue. Si Jos no estaba en sus cinco sentidos fue violación.

¿En verdad fue eso?

—No sé mucho sobre el tema, Jos no quiso contarme más.

—Entiendo... —se acercó con un pequeño saltó y puso su mano tras mi cuello, acariciando con su pulgar—. Te amo.

Abrí mis ojos ante aquella frase. ¿Me ama? Llevamos saliendo cuatro días, no puede... Decirme te amo ahora es algo repentino, yo en realidad la quiero, me gusta, pero ¿te amo?

—Y-yo...

—Shh, mejor no hables.

Se acercó desapareciendo la distancia entre nuestros labios. Nuestros besos eran lentos, y aunque a pesar de que Emma intentaba profundizarlos yo no le seguía la corriente. Ella se removió, arrodillándose en la cama , rodeando mi cuello con sus manos, mientras las mías sujetaban su desnuda cintura.

Me eché hacia atrás topando con la pared, Emma cruzó una de sus piernas al otro lado de las mías, quedando sobre mí. Sus dedos se enterraban en mi cabello, mientras, nuevamente, intentaba ir más allá.

Se separó para quitarse la sudadera y quitarme la mía, luego volvió a besarme. No podía seguir su ritmo. No quería. Sabía a donde iba esto. Sus manos se deslizaron por mi pecho hasta tocar mi cinturón, el cual desabrocho rápida y torpemente. No quiero. Tomó mis manos, llevándolas a sus pechos mientras seguía besando mis labios, yo no movía los míos, estaba inerte.

—Basta, Emma —bajó hacia mi cuello, succionando con algo de fuerza, seguramente dejando alguna marca—. Emma... —trate de alejarla tomando su cintura pero no me fue posible—. ¡Dije que no!

La lance hacia un lado de mí, levantándome de la cama, abrochandome de nueva cuenta el cinturón. Voltee a verla y estaba con la mirada perdida en el piso, creo que fui muy duro con ella.

—Lo siento, Emma, es que...

—¿No quieres? ¿Por qué? ¿No me deseas?

—No es eso Emma es que... No quiero que sea así ¿okey? Dirás que soy anticuado pero... No quiero hacerlo con cualquiera.

—No soy cualquiera...

No eres él...

—cerré los ojos ante ese pensamiento—. Solo... No vuelvas a intentar algo así. Vete, por favor.

Asintió con el rostro rojo de vergüenza. Se levantó tomando su sudadera, la cual se puso antes de salir en silencio por la puerta.

Solté un suspiro de alivio al verme librado de eso. Y es que era cierto, no me sentía listo para algo tan... Grande como eso. Tenia miedo.

Quizá, si fuese alguien más...

—No, con quien fuera tendría miedo...

Con Jos no sería así...

—¡Aggh! —me tire en mi cama cubriendo mi cabeza con una almohada. Mi vida es un asco.

**Jos.**

—¿Dijiste Alonso?

—No, yo...

—se levantó para ir al pequeño sofá que tenia en la habitación, tomando un pantalón de mezclilla, supongo que suyo—. No puedo creer que te guste ese imbécil.

—Milu, no es eso —se colocó el sostén y luego su blusa.

—Entonces ¿qué? Estabas a punto de tener sexo conmigo y estabas pensando en él, es obvio que te gusta. 

—respire profundo cerrando mis ojos—. Es complicado, Milu, además, no tienes derecho a reclamarme nada...

—Ya sé, soy tu juguete solamente. ¡Al demonio con eso! Tú y ese tarado pueden irse juntos y tomados de la mano al infierno —salió de mi habitación, calme mis nervios y luego la seguí.

—Milu, detente, tenemos que hablar.

—No, no tenemos. No hay nada que hablar.

—Esto no es algo mutuo ¿okey? Alonso salé con Emma y yo... Por el momento estoy contigo.

—Pero cuando él te acepte yo me voy a la mierda. ¡Ya me siento mejor!

—¡Deja de actuar como una niña! —perdí los estribos, ya que la tome por los brazos golpeándola contra la puerta principal—. Tú sabias mejor que nadie que yo no sentía nada por ti, no me interesabas y sigues sin interesarme... Y así aceptaste acostarte conmigo no otra sino dos veces más. ¿Acaso creíste que me enamorarías con sexo?

—Definitivamente no creí eso, porque tú no sabes amar.

—Amo a Alonso... ¿Sabes cómo lo sé? —me miró invitándome a continuar—. Porque con él siento cosas que con nadie más he sentido. Deseo, cariño, amor y necesidad de protegerlo, eso es lo que siento hacia él.

—No se saldrán con la suya. No dejaré que lo hagan —me empujó para abrir y salir por la puerta—. Le diré a mamá.

—¿Qué? ¡No, Milu! No hagas eso.

—¡Ya no te haré caso, no me interesa lo que pase, no dejaré que estén juntos! Me viste la cara de idiota, Jos... Ignoraste mis sentimientos por su culpa, yo te amaba... ¿Qué te costaba aceptarlo? ¡¿Qué mierda tiene él que yo no tenga?!

—Simplemente no eres él, Milu... Lo siento.

Me dio la espalda dirigiéndose hacia la calle donde paró un taxi y se fue en él. Las cosas se complican cada día más.

***
¡En tu cara! (Emma y Milu)

Aaaaah pinche Milu 😑 siempre digna 😌 fue la entretención de Jos 😐👉👈 pero no perdió la dignidad 😌😂  bueno, poquito.

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