CAPITULO 21
**Bryan.**
Estoy recostado en el balcón del departamento mientras me fumo el quinto cigarro de la noche. Había tenido sexo con Cat y justo ahora ella estaba dormida; como a Emma no le gustaba que la llevara a casa, habíamos rentado un cuarto de hotel, donde íbamos cada vez que quisiéramos estar solos.
Cerré mis ojos tratando de dormir un poco pero... Lo mismo. Sus ojos... Su rostro... Aparecían.
Nunca me había catalogado como bisexual pero, aquel beso que me dio ese chico fue simplemente algo que hasta el día de hoy no he podido superar. No ha pasado mucho pero para mí han sido como mil años y me siento mal por eso, Cat es una buena mujer, es dos años mayor y es modelo, igual que yo, puede tener a quien quiera y aun así esta conmigo, no la merezco, no después de haber correspondido al beso de un hombre.
Entre a la habitación sin hacer ruido, me acerque a Cat y le di un beso en la frente para salir de ahí; eran cerca de las 8 de la noche, era viernes y no me sentía con ganas de nada. Subí a mi auto y conduje lejos del edificio, le había dicho a Emma que pasaría la noche con Cat pero la verdad no me sentía capaz de soportar estar con ella si sigo pensando en él. En sus besos. En sus labios. Sacudí mi cabeza y me concentre en la carretera, no me gustaría tener un accidente.
Cruce por enfrente del billar en el que lo había visto aquella noche. Pare el auto y sin bajarme mire hacia la puerta. La música sonaba fuerte y se veía bastante ambientado para la hora que era.
—Quizá este ahí...
Susurré en medio de la oscuridad intentando distinguir a la gente que entraba y salia del lugar. No entraría, no traje mi billetera para empezar, además no sé que pasaría si lo vuelvo a ver. Apague el motor del auto y puse mi frente contra el volante, me sentía como un idiota, esperando verlo aunque sea por mera casualidad mientras mi novia duerme en esa habitación. Enderece mi cabeza viendo ahora hacia el techo con mis ojos cerrados.
—¿Buscas servicio, guapo? —escuche a mi lado mientras alguien pasaba su dedo por mi cuello. Me sobresalte al sentir su tacto y lo aleje. Era él. Reía burlonamente mientras se recargaba en mi ventana con sus antebrazos—. ¿Qué rayos haces aquí con esa cara de éxtasis? Llegue a pensar que tu novia estaba... —hizo un ademán con su mano simulando una mamada.
—Aggh, claro que no. No estoy enfermo.
—Eso creí...
Me quedé en silencio esperando a que eso fuese lo ultimo que dijera y se fuera pero no lo hizo. Siguió ahí mirándome detenidamente, me ponía nervioso.
—¿Se te perdió algo?
—Sí, creo que cayó entre tus piernas, ¿me dejas buscarlo? —alzo sus cejas sonriendo lascivamente, yo me limite a ver hacia el frente intentando controlar mis impulsos.
—Eres un idiota.
—Oye tranquilo —se alejó para encender un cigarro—, solo estaba jugando. A todo esto ¿qué haces aquí afuera?
—Solo iba pasando...
—Mjm —volvió a recargarse en mi ventana.
Se quedo observándome mientras lamía y mordía su labio inferior. Por alguna razón, sentí esa extraña corriente que recorre tu cuerpo cuando... Te excitas. Mierda tenia una puta erección.
—Deja de verme así —giré la llave haciendo rugir el motor de mi auto.
—¡Wooow, tienes una bestia como auto!
Me gire a verlo, por un instante parecía un niño pequeño viendo algún juguete que deseaba. Se veía adorable. ¡Pero eso no bajaba mi maldita erección!
—¿Te gusta? —dije intentando ignorar el "problema".
—¿Bromeas? Me fascina —decia viéndolo por todos lados, reí bajo mientras lo veía tan emocionado.
—Pareciera que nunca habías visto un auto.
—No uno así, ¿cómo pagas algo así? ¿Lo robaste o qué?
—Soy modelo.
—¿Modelo? ¿En serio?
—Así es.
—No sabia que pagaran tan bien como para estos caprichos.
—¿Tú no trabajas?
Quizá fue mi imaginación pero por un momento me pareció ver que se ponía nervioso, la sonrisa de emoción que segundos atrás tenia se había esfumado. No entendía nada.
—¿Quieres dar una vuelta? —dije intentando romper el momento de tensión.
—¿De verdad?
—Claro —quite el seguro de la puerta del copiloto—. Sube.
Rodeó el auto y se subió del otro lado, se colocó el cinturón y puse el auto en marcha. Bajó el vidrio de su ventana, dejando que el aire revolviera su cabello rizado. Nunca me gusto el cabello largo, pero a él se le veía bien, me gustaba.
Deje de verlo para concentrarme en la carretera. Tomé un camino menos transitado para correr como es debido mi auto, aunque fue difícil, la Ciudad de México estaba muy transitada a esta hora, miles de chicos iban a antros y de fiesta por ser viernes.
—¿Qué edad tienes? —le dije deteniéndome bajo un arbotante, en un barrio que se encontraba solo, a lo lejos podía ver las luces del centro de la ciudad.
—Tengo 21 —dijo volteando a verme sonriendo—. Bueno, cumpliré 22 en unos meses, pero hasta que el año entre... ¿Y tú?
—Cumpliré 24.
El ambiente emanaba tranquilidad, el silencio no se sentía incómodo, el fresco de la noche se comenzó a hacer presente, y nosotros... Seguíamos viéndonos sin decir nada.
—¿Por qué me ves así? —dijo levemente nervioso.
—L-lo siento...
Ahora si se sentía incómodo. Había olvidado por completo el hecho de que eramos dos chicos en medio de la oscuridad y me había puesto a observar su rostro. Tenia unos gruesos labios, bueno, el inferior mas que el superior, la forma de sus pómulos no era tan pronunciada y sus ojos... Eran color café claro, adornados con unas pestañas levemente rizadas. La forma en que sonreía ampliamente era... en verdad... Algo que... ¿De qué estaba hablando?
—¿Podrías llevarme a casa? —pidió sin levantar el rostro.
—Ah... Si te incomode en algo...
—río—. Tú no me incómodas, parece ser al revés.
—¿Eh? ¿Tú a mí? Pff, claro que no —encendí el auto y partí hacia su casa.
Sabia que vivía al lado de Jos, Emma me lo había dicho. Todo el camino fue en silencio, de vez en cuando lo veía de reojo, notando que tenia una sonrisa en su rostro mientras veía por la ventana. Cuando llegamos, aparque el auto frente a su casa, quité los seguros de las puertas y esperé a que bajara, pero no lo hizo. Su mano se posó en la mía que se encontraba en la palanca de velocidades, una corriente me recorrió desde donde su mano estaba hasta salir por mis pies, mi corazón se aceleró un poco.
—Eres tan tierno —dijo con un toque de burla en su voz.
—Deja de hablar estupideces —quité mi mano; antes de que pudiera detenerlo se cruzo a mi asiento sentándose a horcadas sobre mis piernas, hábilmente haciendo que el asiento retrocediera para dejar más espacio a tenerlo ahí. Con sus manos recorrió mi pecho hasta mis hombros y subieron a mi cuello. Ni siquiera se había movido y mi miembro ya había comenzado a responder. Maldigo el haber sido hombre.
—¿Acaso no estabas en ese bar porque me estabas buscando?
—¿Perdón?
—Venías por más —se acercó hasta rozar sus labios con los míos.
—desvíe mi rostro—. Claro que no.
—Mirame —me hizo verlo nuevamente sujetándome por las mejillas—. Niegame que fuiste ahí para verme. Niegame que querías continuar lo que empezamos esa noche...
Mis manos, que se habían encontrado inertes a mi costado, comenzaron a reaccionar, subiendo por sus piernas hasta su cintura. Había dejado de escuchar lo que me decía cuando mis ojos chocaron con esos hermosos labios.
—¡Hey, te estoy hablando!
—Oh, cierra la boca.
Lo abrace a mí, mientras tomaba sus labios entre los míos, aunque por la sorpresa no me había correspondido inmediatamente, no quiso decir que no lo hizo. Rodeó mi cuello con sus manos atrayéndome más hacia él, recargándolo contra el volante mientras mis manos subían su playera, acariciando la piel de su estómago y espalda. Deshizo el beso soltando un jadeo, a lo cual aproveche para besar su cuello, echó su cabeza hacia atrás dándome más espacio. Tomé una parte de su cuello entre mis dientes, la cual mordí con algo de fuerza, robando un gemido de sus labios, delinee el lugar con mi lengua y dejé un casto beso antes de alejarme. Sus mejillas estaban levemente sonrojadas, su respiración era entrecortada y sus labios estaban algo rojos por la intensidad del beso.
—acaricié con mi mano la zona marcada—. Ya eres mío...
—sonrió con algo de incredulidad—. ¿Si? Ya lo veremos.
Abrió la puerta de mi lado y se bajo de mis piernas, cerrándola tras de sí. Paso por el frente del auto con la cabeza en alto y lo vi perderse en la oscuridad de su casa. Puse en marcha mi auto de nuevo hacia el hotel donde deje a Cat; al entrar a la habitación aun estaba oscuro, por lo tanto seguía dormida, lo cual agradecía. Entre al baño de la sala para darme una ducha fría para borrar los pensamientos sucios de mi mente, además de otras cosas.
***
¿Alguien quería Breddy (͡° ͜ʖ ͡°)?
Al cliente lo que pida :v/
Esta vendría siendo la pareja erótica y Jalonso la pareja romántica xD okno
Echenle un ojo a la nueva descripción de la novela, la acabo de editar, digame que opinan.
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