CAPÍTULO 17

**Alonso.**

—Alonso ¿ya estás despierto?

—Sí, mamá.

La verdad no dormí casi nada. Desperté a las 2 de la mañana luego de tener un sueño raro y ya no pude volver a dormir, me levanté de mi cama para prepararme para la escuela. Saque el uniforme del closet y me lo coloque.

—Ah, tengo sueño —dije bostezando.

—Alonso, apurate si quieres que te lleve.

—Ya voy —terminé de ponerme los zapatos y acomodar mi cabello decentemente. Salí tomando mi mochila y baje las escaleras para que mi padre me llevara a la escuela.

El camino a la escuela fue silencio total, mi padre tenia la vista fija en el frente, lo cual agradecía, no estaba preparado para enfrentar su mirada, a pesar que sé que nadie sabe sobre mi... Beso con Jos.

—Llegamos.

—Gracias por traerme, nos vemos en la noche —baje del auto y entre a la escuela. Mire a los alrededores no logrando ver a Jos ni a Emma, quizá aun no llegaban.

Camine con la cabeza hacia abajo hasta cruzar las puertas del edificio; sentí un cuerpo colgarse de mi por la espalda haciéndome dar traspiés.

—¡Emma!

—Lo lamento —se alejó—. Te vi algo triste y... Nada.

—Está bien —me acerque al casillero y abrí—. ¿J-jos no ha llegado?

—No, creo que hoy tampoco vendrá.

—No celebres tan rápido, Emma.

Sentí algo frío recorrer mi espalda, desde la nuca y por mi columna vertebral, mi corazón comenzó a palpitar a mil y sentí el calor apoderarse de mi rostro, lo trate de ocultar con la puerta del casillero pero creo que no fue posible.

—¿Ya no me saludas, Alonso? —dijo recargándose en el casillero del lado donde no había puerta. Lo mire de reojo por el tiempo más corto que pude.

—Hola Jos —por desgracia mi intento porque saliera de lo más natural fue en vano, se escucho más como una pregunta llena de duda que como un tonto saludo.

—¿Esta todo bien? —dijo Emma.

—Claro, ¿por qué?

—No sé, los noto... Diferentes. Alonso se ve desanimado al contrario de ti.

—S-solo estoy cansado, estuve estudiando para mi examen de álgebra y... —me gire cerrando el casillero olvidando la presencia de Jos a mi lado. Quedé cara a cara con él con un reducido espacio entre nosotros.

—Emma, ¿vas a clases?

—Claro, ya...

—¿No nos presentas? —dijo Jos quitando su mirada de mí, lo cual agradecí.

—Ah... Okey, chicos él es Alan Navarro, es mi compañero de especialidad. Alan, ellos son Jos...

—Mucho gusto —dijo Jos estrechando manos con él. Yo seguía dándoles la espalda hasta que escuche mi nombre.

—Y él es Alonso —me gire hacia él y recibe su mano que estaba tendida hacia mí. El chico era de tez morena y cabello oscuro, mucho mas alto que yo (cualquiera) y delgado. Tenía una sonrisa en su rostro mientras estrechábamos nuestras manos, sentía como daba leves caricias a la palma de mi mano, al ver que no tenia intensiones de soltarme lo solté primero.

—Es un placer, Alan.

—El placer es mío. Lamento aquella primera impresión, no sabia que aquel lugar era solo para ustedes.

—Ya no importa, al parecer ya eres parte de ello —dije volviendo a bajar la cabeza.

—Bueno, nosotros nos vamos, tenemos tres horas de arquitectura y si llegamos tarde el profesor nos mata. Nos vemos.

—Adiós —dijimos Jos y yo al mismo tiempo. Nos dejaron solos. No estoy listo para afrontarlo.

—¿Te sientes bien?

—¿De-debería sentirme mal? —dije aun sin verlo aunque sentía su pesada mirada en mí.

—Veo que no quieres hablar de ello.

—No hay nada de que hablar —intente dar por terminada la conversación yendo a clase pero sostuvo mi brazo cuando le saque la vuelta.

—Por favor, Alonso, no me tortures así.

—Jos, llegaremos tarde...

—¿Me vas a decir que no sentiste nada?

—No sé que clase de broma fue aquella pero no fue graciosa, así que te ruego que lo olvides y que no vuelvas a hacerlo.

—¿Aun crees que es una broma?

—Jos, somos amigos, además somos hombres, no puedo creer otra cosa. Además, no dijiste que te gustaban mucho las mujeres.

—Pues entonces definitivamente tienes algo mucho mejor que ellas porque las dejaste por completo por los suelos.

—¿Y eso cuando ocurrió? ¿El lunes por la tarde? No cambias de opinión de un día a otro, Jos, no puedes hacerme creer que te gusto.

—Es que quizá ya me gustabas desde antes, quizá siempre me gustaste y nunca me di cuenta hasta que Emma lo señaló.

—Eso lo dijo solo por celos... Creí que te lo había dicho —lo mire por encima de mi hombro, dándome cuenta de que el pasillo estaba casi desierto.

—Alonso...

—No, Jos —me solté—. Aunque se dé la pequeña posibilidad de que lo que dices es cierto, no funcionaría, me matarían antes de que siquiera pensaras en darme un segundo beso.

—¿Y qué si ya pensé en hacerlo?

Mierda.

—N-no —dije negando—, Jos aquí no.

—Calma —me colocó contra la fila de casilleros—, no hay nadie viendo.

—P-pero... Podría venir alguien y...

—Deja de actuar tan malditamente adorable.

—Y tú deja de actuar como un maldito violador.

—río bajo—. Vale —acarició mi labio inferior con su pulgar—, ya habrá mas tiempo para esto. Vamos a clase.

Se alejo de mí dejándome totalmente confundido, y lo peor, asustado. Camino escaleras arriba, ya que nuestra clase era en el segundo piso, se detuvo y me miró aun inerte en aquel pasillo.

—¿Vienes o qué?

Sacudí mi cabeza y camine hacia la misma dirección intentando despejar mi mente un poco. Esto era malo, Jos me confundía a niveles extremadamente altos, no podía pensar con él cerca, no podía concentrarme en clase con su maldita mirada acechándome, y definitivamente, mi cuerpo comenzaba a rendirse cuando el suyo estaba cerca.

No tengo fuerza de voluntad, Dios, siempre termino haciéndolo que Jos dice, y eso no lo veía malo cuando eran cosas simples como no entrar a una clase o andar saltando cercas de lugares que estaba prohibidos, tampoco afectaba cuando se trataba de cubrirlo con alguna chica, esto era diferente, se trataba de mí, de un beso que debo mantener en secreto si quiero seguir teniendo una vida normal, si no quiero que mis padres me odien, si quiero mantener mi amistad con Jos esto es algo que no debe volver a pasar. Jamás.

** Jos.**

Joder. No puedo dejar de un pensar en él. Me va a volver loco sin siquiera intentarlo.

Voltee a verlo desde mi lugar, estábamos en examen y se veía realmente concentrado, a pesar de verse nervioso; mi examen estaba casi en blanco, algunas preguntas las respondí solo porque fue algo que Alonso me explicó hace poco.

Veía como mordía la goma de su lápiz de manera nerviosa, veía como sus labios perdían el color y volvían a retomarlo tras ser mordidos por sus dientes. Si sigue soy capaz de mandar todo al carajo, tumbarlo sobre esa mesa y besarlo frente a todos, pero no, eso obviamente lo arruinaría todo, como dice Yaya, un paso a la vez.

—¡Canela!

Alonso dio un respingo al igual que yo al oír la voz del profesor, el cual caminó hacia mí de forma autoritaria.

—Pareces adolescente enamorado, ¿terminaste?

—Bueno, soy un adolescente y cabe la casualidad de que estoy enamorado. Y sí, termine lo que pude.

—tomó mi examen—. Que ese amor de juventud no lo distraiga de mi enseñanza, Canela —regresó a su escritorio—, esa chica no le dará la calificación solo pensando en ella.

—No es una chica —susurré para mí mismo. pero logre que Alonso escuchara, estaba a mi lado, a menos de dos metros de mí, obvio escucharía.

—Jos, basta.

—¿Escuchaste?

—Estamos en clase, por favor...

—Vale, tranquilo...

Continuó con su examen viéndose más calmado. El timbre final sonó anunciando el final de las clases, Alonso aun no terminaba el examen así que se quedo haciéndolo mientras todos recogían sus cosas, yo me quede de igual forma, aun esperándolo.

—Puedes irte, Jos.

—Nah, necesito hablar contigo así que esperaré.

Chasqueo la lengua volviendo a contestar el examen. Saque mi celular para revisar mis redes, encontré tres mensajes de Freddy, ese imbécil andaba muy raro desde ayer. Ya hasta siento que somos amigos.

« Espero que te dejes de juegos y de una vez le claves el diente al pequeño. »

« No es de mi incumbencia pero... Hoy se ve muy lindo el niño. »

« ¡¡Jos, tengo hambre!! »

Reí tras leer sus mensajes y volví a guardar el celular. Alonso se levanto a entregar el dichoso examen y volvió para guardar sus cosas. El profesor tomo su portafolio y la pila de exámenes y salio luego de un "hasta mañana".

—Alon... ¿podemos hablar?

—¿Sobre qué? —se colgó la mochila en su hombro.

—Sobre ayer, tonto, ¿sobre qué más?

—Jos... Ya te...

—Mira, sé que porque me conoces crees que estoy bromeando pero... Nunca había hablado mas en serio respecto a lo que siento.

—Jos, me sigue gustando Emma... ¿okey?

—¿Te sigue gustando? —rodee la fila de bancas y me aproximé a él—. Si es así ¿por qué correspondiste a mi beso?

—Eso no...

—Fue tu primer beso —me detuve frente a él —, creí que lo tenias guardado para ella.

—Tú me robaste el beso...

—Y tú me lo pediste de vuelta ¿no?

—Qui-quizá si este un poco confundido, pero lo correcto...

—Lo correcto es que te guste Emma, una mujer, ¿eso ibas a decir? Deja de pensar en lo que es correcto o incorrecto piensa en lo que quieres.

—Quiero dejar ese tema por la paz...

—Besame.

—¿Q-qué?

—Besame.

—N-no... No lo haré... —intento irse pero lo sostuve de vuelta a donde estaba.

—Alonso... Mirame —elevó la vista, sus mejillas estaban sonrojadas y sus ojos suplicaban que lo dejase ir.

—Jos, por favor...

—Alonso, sé que tienes miedo a expresarte y eso pero... ¿por qué no intentas dejar de hacerte el niño bueno y pruebas un poco de la vida? Te sorprendería lo que te puedes encontrar.

—Lo siento... No quiero...

—Si quieres —me acerque otro poco rozando mis labios con los suyos. Él los entreabrió en espera del beso pero no se lo di—. Dije que tú me besaras.

—No pienso hacerlo... Yo no quiero besarte —bajo la cabeza de nuevo pero la volví a alzar usando mi mano.

—Bien, te haré quererlo.

Lo tomé por la nuca y acerque a mis labios, juntándolos en un nuevo beso, un poco más rudo que el primero que nos dimos. Alonso soltó su mochila en el suelo y rodeo mi cuello con sus brazos, lo hice retroceder, tomando su cintura, hasta hacerlo topar con la pared, donde al golpearse soltó un jadeo que fue reemplazado por un gemido bajo que que perdió entre nuestros besos. Saque su camisa del pantalón para poder acariciar su suave piel, la cual se erizaba al sentir mis manos; tomé sus muslos para impulsar su cuerpo hacia arriba, haciendo que enredara sus piernas en mi cintura.

Nos separamos por la notoria y molesta falta de oxígeno, nuestras respiraciones se mezclaban, junte nuestras frentes intentando calmarme, a mi y a la ya notoria erección que tenía.

—Y el niño bueno se fue a la mierda —le dije haciendo que abriera sus ojos y en viera.

—B-bajame...

—Un poco más —roce mis labios de nuevo con los suyos—, dejame tenerte así un poco más.

—¿Qué me estas haciendo?

—Se llama "vivir". Tus padres nunca te han dejado hacerlo.

—Sabes que solo me enseñaron a ser el hijo perfecto.

—Bueno, eres perfecto para mí.

Sus ojos me encontraron, con un brillo apareciendo en ellos, además de tener unas cuantas lágrimas alojadas en ellos, lo deje en el piso y lleve mis manos a sus mejillas secando aquellas pequeñas lágrimas, sus manos sujetaron las mías por las muñecas tratando de que parara. Sonreí y deposité un beso en su frente para luego dejarlo ir.

***

Meh, esto se puso cursi :v/
¿Creen que Jos va muy rápido? 😐👉👈 si es así, haganmelo saber, porfa.
Ya apareció Alan 😱

Info #1 sobre la siguiente novela:
Se llama Salvame y es una novela con nombres originales, o sea no es de un bromance ni nada por el estilo. Es ahora si que la primer novela original y mía en toda su totalidad.

Si quieren saber más, digame qué 😐👉👈

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