CAPÍTULO 11
**Jos.**
Tome el cuello de Milu entre mis dientes, dejando una leve marca en él en cuanto terminamos. Me separe saliendo de ella y quedando viendo hacia el techo. La sentí acurrucarse a mi lado, pasando su brazo por mi torso; alcance mi celular y vi la hora, eran casi las 5 de la tarde, suspire levantándome al tiempo que alejaba a Milu de mí.
—¿Te vas?
—Acaso no es obvio —me coloque el bóxer y el pantalón—. Además no tengo ganas de encontrarme con mamá.
—Me siento usada, Jos.
—Vaya, hasta que te diste cuenta —encontré mi camisa debajo de la cama y me la coloque luego de sacudirla—. Quiero que te quede claro que no tomé en cuenta tu ridícula declaración de amor de ayer, las cosas no van a cambiar. No para mí.
—Eres cruel.
—me acerque hasta casi besar sus labios pero me detuve—. Lo soy. Adiós.
Me aleje, coloque por ultimo mis zapatos y salí de su habitación, pasando por la cocina para timar un sándwich que estaba envuelto encima de la barra, no sabia de quien era pero de quien sea que fuese se quedaría sin él. Salí de la casa y camine hacia la mía. Estaba comenzando a oscurecer, era esa época del año en la que la noche llegaba temprano. Había estado la mayor parte del día con Milu y ya ni siquiera llame a Alonso para preguntar como le fue con sus padres. Cuando llegue aquí me envió un mensaje diciendo que sus padres estaban hablando en la sala y él estaba encerrado estudiando, bueno, lo último no me extrañaba. Solo eso hace.
Saqué mi celular de mi bolsillo y marque su número, sonó unos segundos y apareció la típica frase «el número que usted marcó no esta disponible... ». Seguramente sigue hablando con sus padres. Ellos me caían bien, y no es mentira que estoy infinitamente agradecido por lo que hicieron por mí y por Fer, pero, pueden llegar a ser algo... Exagerados, basándose en los hechos. Sé de antemano que son los reyes de la homofobía, por eso cuando Alonso dijo aquello sobre mí su madre le golpeo. Bueno, no podían ser perfectos, a pesar de que le exigen a Alonso serlo.
Llegue a mi casa sin ganas de nada, Yaya ya estaba ahí, recostada en el sofá. Luego de decirle que no tenia hambre fui a encerrarme a mi habitación a “hacer tarea.” Los domingos, Alonso y yo no nos vemos, él la pasaba en familia y yo salia con mi hermana a cualquier parte, ya sea a un día de campo, parque de atracciones, cine, o ya sea quedarnos en casa a jugar videojuegos, porque sí, mi hermana es la reina en ello.
—Hola Alonso...
Eran las ocho de la noche del domingo, le había llamado a Alonso para saber como había quedado con sus padres.
—Hola, Jos —dijo decaído.
—¿Todo bien, enano? —me acosté en la cama prendiendo el estéreo a mi lado.
—No tan bien... Mis padres quieren que dejemos de ser amigos, pero ya les deje en claro que eso jamás pasará.
—¿Por qué quieren eso? S-solo fue una noche en la que... Se-sera la última vez.
—Jos... Jamás dejaremos de ser amigos. Eres el único que conoce todo de mí, la verdad Jos... No sabría que hacer sin ti en mi vida.
Me quede en silencio por un rato, intentando procesar aquello, no tenia idea de que era tan importante para él, a ese grado.
—¿Jos?
—Yo tampoco sabría que hacer sin ti... Te veo en la escuela.
—Eh, y-yo... Buenas noches, Jos.
Corté la llamada y me quede viendo el techo un largo rato. Mis pensamientos se empezaron a inundar de su voz, su sonrisa, mierda sus ojos.
—¡Aggh, despierta José Miguel Canela Rivera, deja de pensar idioteces! Estoy mal... Esto no debería estar pasando.
—¿Jos, estás bien?
—Sí, Yaya, estoy bien. Ve a dormir.
—Vale, buenas noches.
La escuche alejarse de mi puerta. Yo me levante rápidamente y me metí al baño, necesitaba una ducha fría para sacar esos extraños pensamientos, para ir luego a dormir.
*
—¡Jos, despierta, ya llegamos! —me enderece en el asiento trasero del auto de mi hermana al oír sus gritos histéricos. No había dormido en toda la noche, y cuando había estado a punto de dormir tenia que despertar.
—Ya voy —dije bostezando y bajando del auto, mi cabello era un desastre.
—Oye —me asomé por la ventana—, ¿qué paso anoche? ¿Por qué no dormiste?
—suspire—. No fue nada, Yaya, solo... No sé.
Dirigí mi vista hacia el frente del auto y vi el de los padres de Alonso estacionarse, la puerta se abrió dejando salir a Alon del auto. Sonreí y me despedí de Yaya para ir a esperarlo dentro, no vi a Freddy por ningún lado, debió dormirse.
—Vamos Jos, ambos sabemos, y no estamos ciegos, que Alonso es un niño realmente lindo.
—No estoy ciego —mire por encima de mi hombro, ahí estaba el hablando con su madre quien solo le acariciaba el rostro—. En verdad es lindo —llegué a mi casillero y quite el candado.
—Hola Jos. ¿Qué le paso a tu cabello?
—Hola Emma —saqué las cosas para mi primer clase y guarde las que no necesitaba—. No dormí bien, es todo.
—Oye... ¿crees que deba...?
La mire observando a Alonso quien venia con la cabeza hacia abajo, sujetando su mochila en su hombro.
—Hable con él anoche, no te mencionó en ningún momento —cerré el casillero y me recargue en él—, la verdad no sé como se sienta con respecto a ti.
Alonso llegó a su casillero y lo abrió ignorándonos por completo. Me quede callado en mi sitio hasta que me vio.
—Vamos Jos, ni creas que te dejare que te vueles clases de nuevo —cerró el casillero y fue a mi lado ignorando a Emma.
—Alonso... —dijo ella.
—Dejame en paz.
Tomó mi muñeca y me jaló hasta el salón, lo siento por Emma pero en parte se merecía aquello.
Llegamos al salón y nos sentamos en nuestros lugares de siempre. Alonso se veía cansado, no más que yo, supongo, sus padres debieron haber sido muy duros con él. No quise sacar a flote el tema así que me limite a colocarme mis auriculares para poder sobrevivir la clase. Me recargue hacia delante, ocultando mi rostro entre mis brazos, seguía pensando en lo ocurrido con Alonso, todo el fin de semana hice lo mismo, y aun aquí no puedo dejar de hacerlo, a pesar de que las clases me queman el cerebro.
Clave mi vista en Alonso, tenia el libro de historia afuera, leyendo como siempre, observe detalladamente sus rasgos, sus pestañas de un largo normal, su cabello ligeramente peinado hacia todas las direcciones, tenia unas pocas ojeras debajo de sus ojos, sus labios coloreados de un tenue rosa pálido, logro entender a Emma en algún punto, Alonso realmente es hermoso.
¿Qué estoy pensando? ¿Realmente pienso eso? ¿En serio estoy viendo esos labios mientras pienso que Alonso es lindo? Estoy volviéndome loco. Pensar en él de esta manera me hace sentir como un idiota pervertido, conozco a Alonso desde el preescolar, me tengo prohibido pensar en él así, además es mi mejor amigo y ¡somos hombres, con un demonio! Además, en caso de que algo más pasara... No, no podríamos, sus padres nos matarían.
Las clases se pasaron lentas (o al menos para mí siempre es así), decidí no entrar a taller, ya que era la única en la que Alonso no me estaba vigilando, decidí salir a esperarlo afuera de la escuela para no correr algún riesgo dentro. Me recargue en la barda de la escuela, al fin pude descansar un poco en clases, aunque me sacaron de la clase de matemáticas por quedarme dormido.
A lo lejos vi a Freddy, no puede ser. Que nunca me dejara en paz, esta bien que, bueno, “coincidimos” en algunas cosas en años pasados pero... Me esta hartando.
—Jos ¿qué haces afuera?
—Eso es algo que no te interesa.
—No me trates así, pensé que eramos amigos —se recargó a mi lado.
—¿Lo somos? —le quité el cigarro que traía en sus labios y lo puse en los míos.
—Quizas algo más... —rodeé mis ojos—. ¿Dónde está el pequeño Alonso?
—Yo que sé.
—Oye... ¿Recuerdas aquella vez que te encontré lloriqueando por las calles?
Me sobresalte un poco al escuchar aquello, era posible que recordara algo que paso hace 4 años.
—N-no sé de que hablas.
—se acercó a mi oído—. ¿Debo recordártelo?
—N-no, espera...
—¿Lo recuerdas?
—Bueno, no es algo que me guste recordar.
—Oh, vamos, eras un niño de 14 años pero... Demostraste una gran técnica para alguien que supuestamente corrompí.
—Eres un idiota ¿sabías?
—Aunque no lo supiera, te tengo a ti para que me lo recuerde siempre —sujeto mi barbilla con su mano haciéndome verle. Las cosas de mi pasado... Eran algo que simplemente me dispuse a olvidar, pero siempre llega este idiota que arruina todo el proceso.
—Como dije, no es algo que me guste recordar, tomando en cuenta que te aprovechaste de que me sentía solo —aparte su mano con brusquedad.
—También te sentías vacío ¿no?
¡¿Qué clase de doble sentido es ese?!
—Ya dejame en paz, imbécil.
—Calmate —se puso frente a mi colocando una de sus manos al lado de mi cabeza—, hace mucho que no tenemos un momento a solas, deberíamos hacer algo al respecto.
—Aggh, pierdete —quise alejarlo pero no me lo permitió, me sostuvo contra la pared, impidiéndome irme utilizando su cuerpo.
—En verdad extrañaba sentirte así de cerca.
—Ya bas-basta.
—me sujeto las mejillas haciéndome verlo—. Me gustan mucho tus ojos... Más cuando me ven desde abajo.
—¡Eres un...!
Acorto distancia entre nosotros, no puede ser que le este besando. Comencé a empujarlo por los hombros, pero no cedía, al contrario, quien iba cediendo era yo.
—¿Jos?
Freddy al fin se alejó de mí, y se retiro dejándome solo con todo el problema.
—A-Alonso...
***
Chan Chan CHAAAN! 😐
Se pone dura la cosa (͡° ͜ʖ ͡°)
Puede que no entiendan bien ahora pero estaré explicando en los siguientes capítulos.
Ya casi viene lo bueno 🌚
Están listas??
No?
Bueno entonces se esperan otra semana :v
Okno 😂
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top