Capítulo 2: Perdóname
Aveces uno no sabe cuando una persona puede cambiar, pero el dolor y el haber vivido la pérdida de un ser querido cambian a un hombre, mi actitud violenta se desvaneció al igual mi mirada afilada, sentía como la luz de esa chiquilla me envolvía, no volvería a permitir que alguien más perdiera a su hermano menor.
Ella me guio por todo el camino y me explicó por donde ir, era un poco incomodo entablar una conversación con la misma niña que casi asesine, esa sonrisa tan cálida y a la vez gentil me tranquiliza.
Era como si esa pureza calmaba mi alma adolorida al perder a mi querido hermano, un golpecito me dio en la frente y vi que era ella y se limito a sonreír dulcemente, su belleza era indescriptible.
-Shinazugawa-san! – Llamo aquella niña.
-Si, que pasa? Acaso ya llegamos? Me siento como un burro de carga... mierda – Respondió el peli blanco.
-Burro de carga? Hmmmmmmh! ¡A mi me encanta mucho dormir! – Hablaba ella sonriendo dulcemente.
-Supongo que si – Comentó el albino – Sería muy grosero de mi parte decirle cosas feas – Pensaría.
-Es cierto! Shinazugawa-San!
-Y ahora que sucedió? – Dije algo dudoso.
-Escuche que mi hermano te ha enviado cartas últimamente, pero.. no hemos recibido respuesta de ellas – Habló ella posando su dedo en su mentón.
-Ay! Ah eso....olvídalo.
-Venga porque no te mudas a la casa del señor Urokodaki le harías compañía.
-Paso... además quiero permanecer en mi finca y visitar más seguido las tumbas de mi hermano y mis camaradas – Contestó melancólico.
Siempre me puse a pensar ¿Cómo se sintió Oyakata-sama antes de perecer en esa explosión? Caminar y caminar sobre una montaña de cadáveres y que las almas de los caídos quizás lo atormentaron hasta el día de su muerte.
Apreciaba a mis compañeros y no quería que mi hermano menor pasara por ese sufrimiento hice todo lo posible en apartarlo, aun así el siguió queriendo protegerme y querer demostrar su valía como caza demonios, el deseaba que me siéntese orgulloso de él.
Eligiera lo que el eligiera igual iba a sentir orgullo y lo apoyaría hicimos la promesa de protegernos el uno al otro, ese mocoso Tanjiro Kamado pudo hacer feliz a su hermana, es alguien de admirar y aun después de perder la visibilidad de un ojo y una mano inutilizable sigue sonriendo.
Nunca conocí a una persona capaz de sonreír aun luego de ver perdido a su familia hace algunos años antes de volverse caza demonios.
Algo me tocaba y sentí un cosquilleo en mi rostro y ella presionaba mi nariz y solo vi riendo amablemente y con mejillas enrojecidas, otra vez su belleza me cautivo.
-Auch!
-Sabes Shinazugawa-San, mi hermano les tiene un gran aprecio tanto como a ti y tu hermano, por eso no te sientas triste demos lo mejor de nosotros! – Animo ella entusiasmada.
-Eres demasiada optimista, discúlpame.
-Porque?
-En el primer momento que nos conocimos perdóname por querer matarte, es una vergüenza para mi que nos hayamos conocido de esa forma – Sonrió amablemente.
-No! No me molesta en lo absoluto! A mi me agrada haberte conocido – Ríe dulcemente.
-Enserio si eres optimista, anda apresurémonos sino el de amarillo será un fastidio – Habló suspirando – Cómo puede ser tan amable con los demás...? – Pensaría sorprendido.
-Achu! – Estornudó ella.
La ayude y saque un pañuelo de mi ropa, si dejo que ensucie su lindo rostro de seguro su hermano me regañara además esos ojos rosados la hacen aún más encantadora y toque un momento su mano era cálida y ella se sorprendió.
Le limpie su nariz y la hice quitarse los restos del estornudó con el pañuelo, y seguimos nuestro destino su espalda estaba bien trabajada y esas manos sus dedos son largos pero fuertes de un hombre me hacían sentir segura de mi misma.
No hace mucho dejé de ser un demonio y perdí esa fuerza sobrehumana al igual que mi Arte Demoniaco, no me arrepiento de nada, mi hermano hizo todo lo que estuvo alcance y me volvió humana y cumplió su promesa me siento feliz con eso, aunque el tuvo que ver caer a sus amigos en batalla...
Vi esos ojos rosados llenos de melancolía y la cogi de la mano solo se sorprendió soltando un pequeño gemido y sus mejillas un tanto enrojecidas, su rostro sudaba parecía nerviosa.
-Oye Joven Kamado ¿Te encuentras bien? – Pregunto el peli blanco – Te comportas extraño ¿Y porque esta tan roja? – Dijo el confundido.
-No, no, claro que no – Negaba intentando ocultar su vergüenza.
-¿Tienes algo de fiebre? Si esta resfriada démonos prisa, por cierto... esto – Comentó el chico.
-Uhh? – Se confundió la ojirosada.
-Esta a punto de llover... vayamos a un lugar seguro – Propuso el muchacho – Es extraña... pero tiene un lado dulce, Tanjiro menciono que da miedo cuando se enoja – Pensó.
-De acuerdo, ¡Mira allá! – Señaló la ojirosada sonriendo.
Note que había una pequeña cueva y fuimos de inmediato cargándola en mi espalda, llegamos y la baje me asegure que se haya lastimado más, vi que su rostro estaba algo helado y recordé aquellos días fríos junto a mi hermanito menor.
-Kamado ¿Tienes frío? – Pregunto el algo preocupado.
-No para nada, ¡Estoy súper bien! Gracias por preocuparte Shinazugawa-San – Río la ojirosada.
-Anda... se te da fatal mentir, ni hace falta mentir y ocultar que tengas frío – Respondió el peli blanco.
-Uhh? – Se confundió la pelinegra.
No lo dude y me quite mi abrigo y la envolví a ella no dejaría que pasase frío aunque sueña extraño proteger a quien intente matar no hace mucho, estaba confundido y mi odio y ira se amplificaron, "Ella no devora humanos" Si era tan simple porque mi madre tuvo que morir en mis manos.
Toda la culpa solo es mía no pude proteger nada de lo que ame, una y otra vez esas vidas se me escaparon y mi hermanos perecieron, ¿Por qué ellos? Y yo no, maldije con mi ser entero a los dioses, solo soy un perdedor que no logro salvar a nadie.
Alguien me llamaba repetidas veces y era esa chiquilla sonriendo y me tomó de la mano, era tan cálida como el sol y por un momento me dejó atontado y quite mi mano, ya hice suficiente daño, ella tiene toda una vida por delante, a mi no me queda mucho tiempo de vida.
-Oye Oye... Shinazugawa-San – Llamaba aquel chica pelinegra.
-Si que pasa?
-Si quieres podemos compartir el abrigo – Hizo una pausa - ¡Lo tengo! Escuche que si dos personas se abrazan pueden generar calor, intentémoslo – Propuso la ojirosada entusiasmada.
-No creo que estamos así bien – Contestó con rostro de poker – Es demasiado inocente esta niña – Pensaría.
-Venga ya Shinazugawa-San! – Insistió la pelinegra.
-Uhhmmm? Esta bien – Respondió apartando la mirada y algo avergonzado.
-Yupi!! – Festejo la ojirosada.
Nos acurrucamos juntos y sentimos ese calor del otro, era reconfortante me recordaba algunos momentos al lado de mi familia y mis hermanos en la montaña, acomode un poco mi cabeza en su hombro y el se avergonzó aún más.
-Joven Kamado podrías... apartarte a un lado – Comentó con vergüenza al 100 % - Si sigo así ese parásito de amarillo se la pasara gritándome – Pensaría.
-Solo un poco más – Suplico la ojirosada.
-Esta bien.
-Por cierto Shinazugawa-San que clase de persona era tu hermano? – Pregunto entusiasmada.
-Eso deberías saberlo – Hizo una pausa – Es cierto eras un demonio, bueno era un chico dulce y bondadoso a diferencia de mi su estúpido hermano – Añadió melancólico.
-Enserio!! Me hubiera gustado conocerlo!! – Grito la pelinegra dulcemente.
-Eres extraña – Comentó el peli blanco.
-¡¿Soy rara?! – Se pregunto la ojirosada – Pensé que nos llevaríamos mejor – Respondió llorando cómicamente.
-Ah? Bueno yo... me disculpo si llegue a molestarte, sobre todo si se trata de demonios prefiero no hablar de ello – Contestó apartando la mirada.
-¡No me molesta para nada! – Habló ella sonriendo gentilmente - ¡Durmamos juntos! – Propuso ella de forma inocente.
-¿Dormir juntos? – Se pregunto con rostro chibi – Todo menos eso, me ocasionarías problemas con tu hermano y el tipo de amarillo – Añadió el peli blanco.
-¿Zenitsu-san? – Pregunto la ojirosada – No, no habrá problema! ¡No se lo contaremos a nadie! – Dijo ella sonriendo.
-Ya te lo dije eres demasiada optimista – Suspiro el peli blanco.
-Anda di que si Shinazugawa-San! Escuche que si dos personas juntan su calor corporal no pasan frío! – Hablaba entusiasmada.
-Eres extraña joven Kamado ya no te reconozco como el demonio que intente asesinar – Comentó el chico suspirando.
-¡Anda di que si! – Insistió ella una y otra vez.
-Esta bien – Respondió algo avergonzado y aparto la mirada – Esta cría... es demasiado inocente – Pensaría.
Se acercó mi y me envolvió con sus brazos eran los de un hombre fuerte y su cuerpo bien trabajado y sentí parte de sus músculos y lo vi apartar la vista, solo le sonreí dulcemente intentado subirle sus ánimos y recordé que mi hermano mencionó sobre la actitud violenta de Sanemi.
Y poseía aun breves recuerdos cuando me clavo su espada tratando de matarme por ser un demonio, fui defendida por mi hermano, Giyuu y Urokodaki, tanto eran su fe en mi que estaban dispuestos a entregar sus vidas a cambio de la mía.
Algunas veces me siento una inútil y una buena para nada, y pude sentir algo de compasión por aquel demonio que asesino a toda mi familia, se aferro a la vida atraves del cuerpo de mi hermano, era una pobre criatura que temía a la muerte propia.
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
Pasaron algunas horas y dejó de llover y cuando menos me di cuenta desperté y el ya no estaba solo su abrigo envolviendo mi cuerpo, bostece un poco y me levante y al salir lo vi con un hacha y en su otra mano llevaba un par de conejos silvestres.
Lo que me sorprendió fue que no traía puesto su chaqueta y dejo desnudo su cuerpo de la cintura para arriba y desvíe mi mirada y sonroje mis mejillas, el solo me saludo y fui a su lado apartando mi vista de sus pectorales.
Volvió a ponerse su chaqueta y me miró con confusión, no quise preocuparlo y asentí con la cabeza...
Y amarrado los conejos muertos con una soga y luego se volteo viéndome debíamos seguir el camino al monte Sagiri ahí nos esperaban los demás, y sosteniendo los animales me hizo ademán y me subí a su espalda y con mis manos me sostuve de su cuello.
Fue solo cuestión de minutos y llegamos a lo alto del monte y vimos la cabaña, le indique a Sanemi que antes debía rezar y señale unas tumbas, eran las de los discípulos de Urokodaki, entre ellos Sabito y Makomo, solo me obedeció y lo hizo.
Luego fuimos a la cabaña y fuimos recibidos por Urokodaki nos saludo y inclinaron la cabeza y nos siguió adentro, me bajo de su espalda y me acomodo en una silla era como el no quisiese que me lastime, y me dio otra caricia en mi cabello era agradable.
De repente alguien nos interrumpió un joven rubio no paraba de regañar a Sanemi y el solo aguantaba sus quejas y no utilizo la fuerza, si el fuese el mismo de antes ya hubiera dejado fuera de combate a Zenitsu, su comportamiento cambió desde la perdida de su hermanito.
-¡Tu no coquetees con Nezuko-chan! No creas porque seas un saco de músculos lo dejaré pasar por alto – Regañaba el rubio.
-Tranquilo Zenitsu-san, Shinazugawa-San no me estaba coqueteando solo me ayudo, no paso nada entre nosotros.
-A menos mal – Hizo una pausa - ¡Espera eso lo hace menos creíble! ¿Por qué llevas puesto su abrigo? ¡Voy a enloquecer! – Gritaba el chico.
-Ya enloqueció desde hace mucho, como no se da cuenta, menudo bicho raro – Pensaría el peli blanco.
-Whaaaaa!! ¡Te cortaré con mi Katana, hombre cicatriz!
-Ya te dije que no sucedió nada Zenitsu-San, llevo su abrigo porque llovió y el no quiso que me resfriada.
-¡Si te creo Nezuko-chan! – Grito el rubio sonrojado.
-Menudo tío más problemático... aguantar a estos niños es una tortura – Pensaría – Señor Urokodaki ¿Se encuentra Giyuu? – Pregunto el peli blanco.
El anciano con máscara de tengu suspiro y se acercó, me comentó que diariamente Giyuu salía junto a Tanjiro a recoger leña al bosque y suele demorarse algunas horas en regresar, quise dejar los pescados en la cabaña y retirarme, sino fuera porque quería pasar más tiempo con Nezuko.
-Sino quieres esperar puedes dejar el encargo en la mesa, yo le daré las gracias a Giyuu por ti – Habló el anciano.
-Hmm prefería quedarme y esperarlo y señor Urokodaki son muchos los que viven en esta casa.
-Bueno, Tanjiro junto a Nezuko volvieron a su antigua casa y viven ahí junto a Inosuke y Zenitsu, vienen a visitarme a menudo.
-Entiendo, le agradezco mucho por cuidar de ellos – Agradeció el peli blanco.
-No tienes porque agradecer eras un pilar ¿No? No inclines la cabeza tan fácilmente, se que Tanjiro es más feliz que nunca pero...
-¿Qué sucede?
-Tu también estas preocupado ¿No? Una vez que despiertas la marca te da un poder sobrehumano a cambio de tu esperanza de vida.
-Si ya estaba consciente de eso, no se preocupe aunque yo muera no habrá diferencia, solo soy un perdedor sin valor – Respondió el pelo blanco.
-¿De verdad crees eso? Tanjiro te tiene un gran estima, siéntense orgulloso de seguir vivo no hagas que la muerte de los que dieron la vida por ti sea en vano.
-Si, lo entiendo.
Mi tiempo de vida casi se acabaría en lo menos esperado, vivo lo mismo cada día y visitarlos de vez en cuando no me haría daño, al menos quiero pasar mis últimos años junto a personas que aprecio quizás es lo deseaba mi pequeño hermano para mi, su sonrisa angelical solo me generaba ganas de romper en llanto.
Por no haberlo podido proteger aún si hicimos la promesa de cuidarnos entre nosotros, fue injusto que dios se llevara a mi hermanito que tenia todo un futuro por delante, tener una familia, una esposa e hijos y viva hasta envejecer.
Hubiese sido más que feliz si tan solo ese anhelado deseo se cumpliera, un destino diferente para Genya si tan solo no hubiera acabado involucrado, hice todo lo posible en apartarlo y hasta el último momento nunca dejó de protegerme y que me sienta orgulloso de él.
Siempre sentí orgullo y inspiración de tener un hermano que quería demostrar su valía al igual que quería a mis otros hermanos y nuestra querida madre, pero el destino nos jugo mal y lo perdimos todo, solo éramos los dos...
Alguien me tocó la mano y voltee la mirada y era esa chiquilla con sus bellos ojos rosados reflejaban su pureza y solo le sonreí y escuchamos personas entrando, habían vuelto Giyuu junto a Tanjiro cargaban leña en sus espaldas y las dejaron en un depósito que tenían en la cabaña.
Tanjiro infló sus mejillas y se acercó amigablemente y me dio una palmaditas en la espalda, no ha cambiado en nada y sigue siendo el mismo niño alegre y bondadoso, y su sonrisa que lo caracterizaba, le deje lo encargado a Giyuu y el me agradeció sonriendo, quise irme y alguien me sostuvo del brazo.
-¿Por qué no te quedas a almorzar, Shinazugawa-San? Anda es mejor pasarla con compañía que estar solo – Sonrió la ojirosada.
-Eh... supongo que si – Respondí algo apenado.
-Nezuko, si Sanemi-san no quiere quedarse es mejor no obligarlo – Propuso el mayor de los Kamado.
-No.
-Uhhh?
-No pasa nada joven Kamado, será todo un honor pasar tiempo con ustedes, lamento si les causó incomodidad.
-¡A mi si me incomodas, largo! – Grito el rubio.
-¡Me da igual todo si hacen comida extra será toda mía! – Exclamo el enmascarado – Nezuko mira ayude a Tontonitsu a hacerte una corona de flores – Añadió.
-Enserio?! Es para mi?! ¿Zenitsu-san? ¡Muchas gracias! – Agradeció la ojirosada.
-No hay nada que no haga por mi lacayo Monitsu, el estado enamorado y yo cuido de mis Nakamas!! – Expulsó su aliento atraves de la máscara.
-¡Muchísimas gracias Inosuke-san, Zenitsu-san! – Agradecía otra vez la pelinegra y sonrió gentilmente.
-AHHHHH!! ¡Nezuko-chan es tan adorable! – Fantaseaba el rubio.
-Si, menudo grupo de raros... aunque no son para nada desagradables – Pensaría el peli blanco.
Quería que toda la felicidad durará eternamente, mi lapso de mi vida está marcado al igual que Giyuu pronto moriré y dejaré este mundo, que será de esa chiquilla y no la podré verla ser adulta y con hijos, y mucho menos ser una anciana, por más que intento hallar una razón para vivir todo se desmorona al tener esta marca, no quiero aceptarlo...
Una vez que deje el mundo de los vivos realmente extrañare estos momentos y a mis antiguos camaradas, y sobretodo a ti Nezuko, alguien que con cada sonrisa me recuerda a mi hermano, quisiera tener más esperanza de vida y verte crecer, pero es imposible, "Perdóname"
Te ruego que me perdones Nezuko Kamado...
Continuara...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top