Capítulo 23

Hola!! Antes de que comiences a leer, te invito a leer hasta el final donde se encuentra la sección de preguntas y comentarios que se suele plantear ;).

También tengo que avisarte que este capítulo provocará varias emociones; entusiasmo, tensión y la posibilidad de crear muchas deducciones.

Ahora sí, ¡disfruta del capítulo!

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Caria estaba sentada en el suelo, con los pies cruzados y las manos hacia enfrente. Mantenía sus ojos cerrados mientras se concentraba en lo que debía sentir. Thanatos estaba sentado de la misma manera pero observándola fijamente.

-No eleves demasiado tu energía -Le aconsejó. Caria respiró hondo sin siquiera responder. Después de varios minutos de la misma manera, abrió los ojos-. ¿Pudiste sentir algo? -Sonrió livianamente.

-Sí, lo hice -sonrió orgullosa pero con tristeza.

-¿Qué pasa? -preguntó angustiado. Inclinó la cabeza hacia ella.

Caria respiró hondo.

-Me alegro de haber logrado canalizar mejor mi poder pero es triste. Darme cuenta de las personas que están muy débiles y combaten con su sufrimiento...es cruel.

Thanatos la entendía pero así eran las cosas. Por breves ratos al día, desde que estaban en Cosenza y cada vez que podía, le enseñaba a sentir las almas débiles de algunas personas; almas que estaban al término de su ciclo vital. Visitar los hospitales era una manera directa de estar con ellos pero para Caria era algo fuerte por lo que prefirió evitar llevarla por algún tiempo. Además, no podía enseñarle demasiado o podrían darse cuenta que Caria estaba en la Tierra.

-Es la manera más sutil de morir. La muerte es lo único que no puede detenerse -Le recordaba.

-Lo sé, lo tengo claro pero aun así no quita que sea trágico.

Muchas veces, Caria pensó en sí existía la posibilidad de impedir que las personas murieran pero eso era imposible. Como dijo Thanatos: "La muerte es lo único que no puede detenerse" y considerando que existe otra posibilidad de muerte mucha más agresiva, la muerte pacífica era la mejor opción.

-Tienes razón pero sólo existen dos caminos cuando se trata de morir, puede ser de forma violenta o de forma tranquila. No es el mejor trabajo divino pero es misericordioso. Lo más complicado que tienen que afrontar las personas, es aceptar la muerte sin miedo -explicaba Thanatos con tanta calma.

Caria ya tenía en claro lo que le decía; ella misma llegó a hablar con algunos. El miedo siempre estaba reflejado en sus ojos hasta que el fin iba acercándose.

-Than...hace días que no me llevas contigo a los hospitales. Quisiera ir a alguno...hablar con las personas como lo había logrado hacer en varias ocasiones. Creo que poco a poco voy adquiriendo experiencia -dijo sintiéndose orgullosa por poder ayudarlos aunque el propósito no fuera realmente feliz.

-Sí lo haces. Has adquirido mayor experiencia -pasó sus manos detrás de él, tocando el suelo-. Cuando regreses a los Elíseos, será más fácil para ti encontrar tu verdadera personificación -dijo con nostalgia.

Caria frunció el ceño y esbozó media sonrisa con inconformidad.

-¿Aún no cambias de opinión sobre regresar conmigo?

-Sabes que no es por mí. Primero debo hablar con tu padre y luego dependerá de su respuesta...si se niega, no habrá muchas opciones.

Thanatos se planteaba muchas maneras de intervenir para poder regresar al Inframundo y a los Elíseos pero también tenía muy en claro que Hades buscaría la manera de que no regresara en caso de seguir manteniendo su decisión. Tenía la esperanza de no llegar a ese punto porque quería estar con Caria. Ella resopló y se cruzó de brazos.

-Si se niega, entonces me llevarás contigo a los hospitales y cualquier otro lugar para hacer nuestro trabajo.

Thanatos se mostró confundido y a la vez conmovido.

-¿Nuestro trabajo?

-Sí, nuestro trabajo -estiró las piernas y se levantó del suelo. Thanatos le siguió con la mirada-. Thanatos, ya he encontrado lo que quiero ser y es hacer lo mismo que tú haces. Quiero ser como tú. Al principio sólo lo veía como aprendizaje pero ahora estoy segura de lo que quiero hacer con los poderes que tengo, así que tendrás que enseñarme bastante.

Thanatos estaba impresionado con la seguridad que demostraba Caria. Él ya se había percatado que su personalidad y discreción estaban a la par de esa personificación, sin embargo nunca se esperó que Caria quisiera dedicarse de pleno a ello.

-No es fácil y necesitarás endurecer un poco tus sentimientos para no dejarte llevar por la lástima y la tristeza.

-Me costará pero no me importa. De verdad quiero lograrlo -Caria se esperanzó con poder lograr que sus deseos se hicieran realidad, sobre todo, quería mantener esa misma seguridad ante sus padres-. ¿Podemos ir a algún hospital?

***

Garena y Ralen fueron a dar un paseo por el parque a un ritmo muy lento. En la mayoría del camino, Garena se la pasó hablando sobre su vida mientras que Ralen se limitaba a prestarle mucha atención sin interrumpirla. Su silencio no la ayudaba mucho porque la ponía más nerviosa. Cuando pasó casi media hora de estar hablando sin participación de Ralen, estuvo a punto de regañarlo por no decir nada. Justo en ese instante, Ralen le dio su opinión basándose en un profundo análisis de la situación. Garena quedó asombrada de sus respuestas tan formales, extensas e interesantes. Fueron a sentarse por fin en una banca de concreto. Sumergida por la curiosidad, quiso saber qué tanto sabía acerca de la guerra de Troya. Cuando estaba en la Universidad, no pudo explicar bien el tema porque aún no se interesaba tanto en los mitos griegos y la historia bélica. Garena no cabía en sí de tantos detalles que Ralen explicaba muy bien y que ella no había leído ni escuchado antes, como si hubiera estado allí. Intervino en varias ocasiones para aclarar sus dudas.

Ralen terminaba de explicar lo más relevante de la guerra. Cuando lo hizo, se fijó en Garena quien lucía ahora incrédula. Por alguna razón, su expresión le causó gracia.

-No fui demasiado concreto, ¿verdad? -Garena tardó varios segundos más en decir algo.

-De hecho no pero aclaraste muchas dudas. ¿Acaso luchaste con los griegos? -bromeó y rio al mismo tiempo.

-No, fue hace mucho tiempo y mi deber inicial va en contra de ese contexto -siguió el mismo sentido del humor.

-Pues sabes mucho, tal parece que tú mismo has ido a combatir contra los troyanos.

-¿No la aburrí? -preguntó sorprendido.

-No. Me gusta la historia -Garena tocó su propio mentón y sonrió-. Si te hubiera conocido cuando asistía a la Universidad, te pagaría por hacer mis ensayos.

Ralen rio fuerte y negó con la cabeza.

-Eso no sería correcto, señorita. Habría estado encantado de haberla ayudado pero sería amoral hacerle sus trabajos.

Garena rodó los ojos, divertida. No era de esperar.

-Ralen, cambiando de tema, ¿estás contento de ser guardián?

-Sí, lo estoy -No tuvo que pensar en su respuesta.

Garena asentía lentamente.

-Oye, creo que ya sabes mucho de mí y yo casi nada de ti. ¿Tienes familia? ¿Dónde se encuentra?

-Están en el Inframundo. Mi padre se llama Radamantis y es un juez del Inframundo, mi madre se llama Pyrena y sirve al señor Hades. También tengo una hermana.

-¿Tienes una hermana?

Ralen apreció que Garena no se imaginaba lo que recién le había dicho. Sin embargo, su sorpresa no se debía a eso. Cerca de ahí estaban Thanatos y Caria caminando y tomados de la mano. Ninguno de los dos se había percatado que estaban cerca y que tarde o temprano, caminarían frente a ellos.

-Sí, se llama Eileen. Es aún una niña.

Garena comenzaba a sentir bochorno por los nervios, ni siquiera tenía que imaginarse cómo iban a resultar las cosas si Ralen descubría la verdad. Gritaba internamente esperando que alguno de los dos volteara.

-Cu...Cuéntame más de tu hermana, ¿cómo es? -intentaba distraerlo. Hizo movimientos con la mano discretamente para llamar la atención de la pareja.

No funcionaba.

-Es seria pero muy observadora. Mi padre la consiente demasiado, lo que la ha vuelto un poco caprichosa pero a pesar de eso, es muy buena -Ralen describía a su hermana hasta que notó que Garena lucía incómoda-. ¿Se siente bien?

-¿Qué? Oh, sí...estoy bien, sólo tengo un poco de calor -Se echaba aire con las manos a la cara con exageración.

Miró de reojo y ambos estaban conversando felizmente sin preocuparse por lo que sucedía a su alrededor.

Garena maldecía en su interior.

Ralen enarcó una ceja y tocó la frente de la chica para corroborar su temperatura.

-No parece tener mucho calor -Se quedó mirándola; ella veía hacia atrás rápidamente-. Señorita, le pido de favor que no me vuelva a mentir. ¿Qué le ocurre?

Ralen fue volteando lentamente hacia atrás. Garena puso sus manos hechas puño en su cabeza.

-¡Esto!

Por evitar que Ralen los viera, tomó su rostro y lo giró hacia ella. Se inclinó hacia Ralen y lo besó inesperadamente. Ralen parpadeaba con perplejidad. Fue imposible entender lo que estaba pasando cuando la veía ahí enfrente, mirándolo. Garena se separó de él poniéndose realmente roja de vergüenza. Ralen estaba en el mismo punto.

Volvió a mirar hacia atrás sin ninguna diferencia.

<<Demonios>>, pensó Garena.

-¡Señorita!

-¡Ralen! -Garena lo tomó de las solapas y volvió a besarlo con más vehemencia.

Ralen no se esperó de nuevo ese arrebato y no puso nada de peso suficiente como para detenerse a tiempo de una caída.

Ambos cayeron detrás de la banca.

Caria alcanzó a ver que Garena besó a Ralen y que los dos cayeron contra el césped. Se detuvo y fue haciéndose hacia atrás. Thanatos la veía confuso.

-¿Qué pasa?

-Ehm, ahí está Garena y Ralen -señaló hacia enfrente.

Thanatos jamás se había visto tan alucinado como ahora.

-Ahora entiendo por qué estaba tan nerviosa -comentó riendo a medias.

-Vámonos por otro camino.

Thanatos asintió y dieron media vuelta para irse.

Ralen se puso de pie, reaccionando de las agitadas emociones y ayudó a Garena a levantarse. Ella sintió el desnivel del suelo porque uno de sus zapatos se zafó de su pie. Fue por él y se lo puso e inmediatamente caminó rápido. Ahora no estaba segura si sería capaz de ver a Ralen a la cara.

-Espere, señorita -Ralen fue tras Garena aún y a pesar de su sonrojo y de lo perdido que se sentía.

No obstante, se detuvo en seco cuando sintió la presencia de alguien muy conocida.

-Melínoe -murmuró.

Ralen se quedó mirando hacia enfrente donde aún divisaba a Garena alejándose. Resopló resignado y se fue de allí, desapareciendo.

Thanatos volteó hacia una dirección con total interés y deteniéndose. Caria hizo lo mismo pero no encontró nada que específicamente fuera importante pero al verlo alarmado y apagado, supo que no se trataba de algo bueno.

-¿Qué es lo que ves? -preguntó angustiada, esperando que su reacción no se deba a que alguien los ha pillado.

-Nada, no es eso -corrigió y se le quedó mirando largamente. Acarició su mejilla sin cambiar el débil semblante-. Se trata de Melínoe.

Caria abrió la boca sorprendida. Inmediatamente, se puso feliz.

-¿Dónde está? ¿Está aquí?

-Aún no pero sentí que Ralen también desaparecía, quizás fue por ella -Thanatos no lucía feliz y al terminar de explicarle que Melínoe por fin mostraba su localización, su tensión se agravió.

-¿Algo no está bien? -Caria no estaba enajenada de su malestar.

-Hypnos está aquí -resumió-. Quiere verme.

La seriedad que evocaba Thanatos no era un buen presagio. Si Thanatos no le hubiera hablado sobre su confrontación con Hypnos, le habría hecho una serie de preguntas al respecto. Sus nervios se alborotaron, era demasiada coincidencia que Melínoe por fin apareciera y que Hypnos fuera a buscar a Thanatos.

¿Qué estaba pasando?

-Tendremos que posponer los planes de hoy. ¿Quieres que te acompañe a ver a Hypnos?

Thanatos negó a pesar de estar complacido.

-Será mejor que no. No tengo idea de qué quiera Hypnos ahora pero no garantizo que nuestra conversación tenga buenos términos -Estaba seguro de ello. Últimamente no poseía los mismos puntos de vista-. Te acompañaré de regreso al departamento. Estoy seguro que Ralen llevará ahí a Melínoe y sé que quieres verla -Caria confirmó de inmediato. La ansiedad comenzaba a consumirla-. Cada uno tiene que aclarar varias cosas. Te prometo que iré a buscarte después de que acabe con esto, aún si está Ralen -Le tomó la mano y le besó los nudillos-. Las cosas pueden empeorar a partir de ahora y también te prometo que no te dejaré sola. Afrontaremos lo que se venga.

Caria se llenó de sentimiento y agradeció contar con Thanatos para defender su relación. Se puso de puntillas hasta llegar lo más cerca de su rostro.

-Lo haremos.

Thanatos sonrió y terminó por bajar su rostro para besarla. Fue un beso rápido pero tierno. Compartieron la última mirada de complicidad y regresaron al departamento.

***

Garena arrojó las zapatillas al suelo y sintió placer por la comodidad de sus pies. Inspeccionó con la vista cada habitación para comprobar que se encontraba sola. Abrió de nuevo la puerta de la entrada y se asomó por algunos minutos, confiando vagamente en que Ralen subiría por las escaleras. Resignada, bufó de frustración y vergüenza.

¿Cómo se le ocurrió besarlo?

Y no fue una vez, sino dos. La primera fue para distraerlo, ¿ya la segunda? Entre más buscaba una respuesta lógica por su impulso, más le dolía la cabeza. Actúo por nervios y ahora no sabía cómo debía comportarse cuando volviera verlo, siendo tan moral y educado, ¿qué pensaría de ella? Quizás se enfadó y eligió no seguirla.

Se echó en el sofá con los pies por encima del respaldo sin dejar de agobiarse por lo que se venía. Como si fuera mínimo el pensar una y otra vez en la vergüenza, su mente le jugaba en su contra. Recapitulaba sin querer cada momento a lado de Ralen. Había grabado perfectamente sus gestos tan sutiles, sus apropiadas palabras y sus blandos labios.

<<¡No!>>, Exclamó Garena en su mente.

Garena gritó cuando pensó en eso último. Nunca le había interesado, jamás pensó en eso y ahora estaba obsesionándose con la negación, convenciéndose a sí misma que cometió un error y que no significaba nada.

Entonces, ¿por qué su corazón no dejaba de rebotar y porque su mente no extinguía el rostro de Ralen?

El llamar de la puerta la hizo levantarse apresurada.

¿Y si era Ralen?

Su estómago dio un vuelco de emociones. Acomodó nuevamente su vestido y fue a abrir, no sin antes poner el semblante más serio e indiferente que pudo. Del otro lado de la puerta, efectivamente estaba Ralen. Sus miradas se cruzaron. El plan de indiferencia se vino abajo en un santiamén. Pensó en utilizar una de sus frases sarcásticas para distraer pero ni siquiera se le ocurrió alguna.

Estaba perdida.

-Señorita, lamento molestarla. Estoy consciente que han sido muchas consideraciones de parte suya pero, ¿podría permitirnos pasar?

Garena frunció el ceño. No entendió nada de lo que dijo debido a que ella supuso que querría hablarle sobre lo que hizo, pero Ralen también pasaba por alto esa situación.

-¿Permitirles pasar? ¿A quienes?

Ralen se hizo a un lado y Garena vio a una chica que confundió con Caria a primera vista. Cuando la analizó bien, notó las totales diferencias.

Su cabello negro era rizado, su piel más bronceada y su atuendo cubría todo su cuerpo. Era de cuero negro con varias hebillas en cada extremidad con aberturas en las que perfectamente cabían objetos puntiagudos, incluidas en las botas también. Una capa corta colgaba de sus hombros. Garena consideró que ese atuendo parecía sacado de los videojuegos de Assasin's Creed pero dadas las circunstancias y separando la ficción de la realidad, era meramente imposible.

***

Tan sólo pasaron algunos minutos cuando Caria llegó al complejo y subió los escalones con prisa. Entró al departamento enseguida y vio a Melínoe sentada en el sofá. Su respiración se volvió entrecortada mientras sentía que sus ojos se tornaban vidriosos.

-Melínoe...eres tú...-Avanzó hacia ella. Melínoe se levantó rápido y mantuvo la distancia. Sus ojos eran muy expresivos y en ellos no se reflejaba la misma alegría que Caria sentía.

Caria se sintió mal por la manera en que Melínoe le clavaba la mirada.

Ralen analizó a ambas y supo que algo no andaba bien. Tomó del hombro a Garena.

-Lo mejor será dejarlas solas para que puedan hablar. Estaré afuera -encaminó a Garena hacia la salida. Ella no estaba muy convencida de irse ahora que había conocido a la hermana de Caria.

Al justo momento de quedar solas, el ambiente se sentía demasiado denso.

Melínoe apartó la mirada. Se sentía enojada con Caria y a la vez la había extrañado tanto, pero esa "espina" que tenía la hacía ser recia.

Caria seguía notando la falta de interés en Melínoe. Supuso que se debía que estaba enojada por no haberla encontrado antes. No quería que pensara que no había hecho absolutamente nada por ella.

-Melínoe, quiero decirte tantas cosas...pero primero, quiero que sepas que te he buscado desde hace casi un mes. Hemos viajado por varias ciudades donde podía sentirse tu presencia pero...

-¿De verdad? -preguntó Melínoe con hiriente ironía.

-Sí, de verdad. Fue así por varios días hasta que dejaste de mostrarte. ¿No me crees?

Melínoe alzó la mirada de nuevo en su hermana.

-No...aunque quizás me equivoque. ¿A quién le pediste ayuda? Porque dudo que haya sido por ti misma.

Caria tensó su espalda debido a la acusación de Melínoe. Era difícil asimilar que su hermana le hablara de esa manera.

Supo que la hostilidad no iba a parar ahí.

-A Thanatos. Yo confié en él desde el inicio y...

-No es necesario que te excuses, con decirme con quien has estado este tiempo es suficiente para saber la verdad.

Su mirada azul se deslizó de arriba abajo sobre Caria, analizando la manera en que iba vestida. Fue diferente. Estaba acostumbrada a verla con esos vestidos de ceda y peplos griegos. Sin embargo, no era un cambio tan drástico como el que ella usaba. Lo que más le irritaba, era percibir la alegría que sentía, ignorando su actual confusión. Algo le decía que ella no era responsable de dicha alegría.

-Hermana, no formules ideas que no son ciertas. Sé a qué te refieres y estás equivocada.

-¿Vas a seguir mintiéndome? ¿Vas a negar que estos días no han sido lo mejores de tu vida? -Melínoe la retaba con acidez. Caria no respondió-. ¿Lo ves? Eres tan transparente, Macaria. Recién te vuelvo a ver y reflejas lo espectacular que te has sentido..."buscándome" -Se burlaba con crudeza.

-No te burles, Melínoe. Si te había buscado y ya te dije que después fue imposible percibirte. Nadie sabe dónde estabas ni qué hacías. He mentido y he pedido ayuda a varios para que sostengan la mentira de que aún seguimos en los Elíseos. Estos últimos días ya no te busqué porque Ralen me indicó otra cosa -Caria se desahogaba por la frustración. De ninguna manera se imaginó que el encuentro con Melínoe sería tan áspero-. Estoy muy feliz de saber que sí has estado bien y quisiera que me dijeras dónde has estado.

-¿Para qué quieres saber? Basta con que te des cuenta que estoy bien, así dejarás de estar tan preocupada.

"La tienes justo enfrente. ¿No es momento de hacer que pague por todo?"

Melínoe agitó muy rápido la cabeza y parpadeó con impresión. Tuvo la necesidad de ir en contra de lo que su mente y cuerpo deseaban, pero eso no fue lo que la hizo estremecerse sino que desde hace tiempo que esa voz en su cabeza no le hablaba ni su cuerpo intentaba revelarse.

Caria decidió ignorar sus constantes sarcasmos y no percibió el desconcierto momentáneo de Melínoe.

-Quiero saber porque me interesa. Te ves y te escuchas diferente...y actúas diferente -Describía cada vez con mayor debilidad-. Han pasado días desde la última vez que nos vimos y parece como si hubieran sido años. ¿Qué has hecho este tiempo y con quién has estado?

Melínoe la observó largamente. Caria tuvo la impresión de que estuvo por contarle y se retractó al último minuto.

-Eso es asunto mío, Caria. No intentes involucrarte -Sintió un vacío en su interior y un mal presentimiento. Miró hacia la ventana y notó que el atardecer se impregnaba en el cielo. Quiso gritar de desesperación, ya no había sido necesario encerrarse por las noches pero por cómo se estaba sintiendo, era mejor hacerlo aunque lo detestara-. Quiero descansar. ¿Dónde puedo quedarme?

Caria miró hacia sus espaldas en dirección a la mirada de Melínoe. Al ver el exterior que la ventana transmitía, supo la razón.

-Le diré a Garena que nos permita quedarnos más tiempo y que nos indique en qué habitación deberemos quedarnos.

Melínoe se paseó por la casa y echó un vistazo en las dos habitaciones antes de sentir que ardía su interior.

-Me quedaré aquí. Hablamos luego -Se encerró en la habitación de Delia.

Caria mordió sus labios y fue a la salida. Justo enfrente estaba Garena y Ralen, de los dos, ella era quien más lucía ansiosa y no sabía porqué.

Garena se alegró de ver que Caria salía para seguir evitando hablar de lo ocurrido con Ralen quien insistió en hablar mientras ambas estaban dentro del departamento. Su alegría se desvaneció al contemplar el descontento de Caria.

-¿Se han peleado? -preguntó Garena por ser lo más lógico y cercano.

-Un poco -suspiró-. Lo siento, Garena. Melínoe necesita estar encerrada hasta antes de que anochezca y se ha encerrado en la habitación de tu mamá. Espero no te moleste tanto atrevimiento.

-Está bien, no hay problema -respondió Garena evadiendo la mirada fija de Ralen.

-Caria, ¿podemos hablar? -preguntó Ralen. Sus brazos cruzados infundían dominio.

Esa pregunta tan seria, no indicaba nada alentador. Caria aceptó titubeante, ya mas o menos sabía la dirección de la conversación. Ralen volvió a mirar a Garena.

-Después hablaré con usted, señorita.

Garena no dijo nada y entró al departamento. En vista de que ninguno de los dos tenía intención de entrar a hablar, prefirió hacerlo ella y dejarlos solos.

-Ralen, ¿dónde encontraste a mi hermana? -preguntó esperando saber por fin la respuesta.

-Estaba en el desierto. La encontré sola en una tienda de un campamento bélico activo. Sin temor a equivocarme, se trataba de los guerreros de Ares.

Los párpados de Caria se mantuvieron bien abiertos tanto por la confusión como por la perplejidad.

-¿Cómo lo sabes? ¿Lo viste?

-No, él está con Enio provocando la ira de Athena. Me di cuenta por ls insignias de las tiendas.

-¿La tenían retenida ahí?

-Lo había pensado cuando llegué a ese lugar pero al verla, supe que no era así. Estaba bajo su propia voluntad. Intenté hablar con Melínoe pero sólo me ignoró, algo que espero que tú no lo hagas. Al contrario, quiero que esta vez tengas el valor de decirme la verdad.

Caria sintió escalofríos. Sus presentimientos eran reales; Ralen no pretendía hablarle de Melínoe.

-¿Qué sucede, Ralen? ¿Sigues enojado conmigo?

-¿Has visto a Thanatos? -preguntó de inmediato.

Caria tragó saliva ante la brusca pregunta.

-¿Eso que tiene que ver?

-Que mi respuesta depende de la tuya. Si no lo has visto, entonces no estoy enojado contigo.

-No intentes manipularme, Ralen...por favor.

-No lo hago pero contéstame. No intentes mentirme porque sabré la verdad. Me engañaste una vez pero ya no.

Ralen sabía algo, lo presentía. Aunque quisiera seguir ocultándolo, Caria ya comenzaba a creer que sería inútil evadir la situación frente a él.

-Sí. Lo he visto desde que vine aquí a buscar a Melínoe, no lo he dejado de ver desde entonces y no dejaré de verlo -Sintió un peso menos de encima.

Caria observó detalladamente cómo se tomaba la respuesta Ralen. No lucía asombrado sino disgustado.

Efectivamente lo sabía, de lo contrario, lo habría demostrado.

-¿Por qué estás tan obsesionada con verlo? ¿Qué te hace falta para entender que él no es un dios confiable? Ya no está en el Inframundo y ya no es tu maestro. No existe ningún vínculo que te una a él.

-Estás equivocado. Si existe y desde hace mucho tiempo lo mantuve en silencio.

-¿Qué quieres decir? -Caria lo dejó de mirarlo. Aferró todo su valor para enfrentar la reacción de Ralen. El chico esperó a que le respondiera pero no dejó pasar mucho tiempo cuando supo por qué. Negó con la cabeza con escepticismo y tensó la quijada-. ¡¿Te volviste loca?! ¿Cómo se te ocurrió sentir algo así por él?

La ignorante acusación le molestó aún más a Caria.

-Ese es el detalle, Ralen...no se me ocurrió enamorarme de Thanatos, simplemente pasó.

-¡Era tu maestro! ¡Era también consejero y mano derecha del señor Hades! -Ralen comenzó a caminar por la extensión del corredor para calmarse; estaba muy alterado-. Entonces...todo era verdad.

-¿Qué dices? -Se detuvo para tranquilizarse también ella. Sentía unos nuevos arrebatos, le hervía como nunca antes el interior-. Ralen, ¿quién te lo dijo? ¿Quién más lo sabe?

Ralen pareció morderse la lengua. Volvió a pararse frente a Caria con la postura completamente recta. Fue indiferente a su pregunta.

-No vuelvas a verlo, Caria. Si lo haces, todo se complicará...y seré yo quien lo impida y evite que su plan continúe.

Ya estaba, Caria perdió la paciencia.

-¡No seas absurdo! -reclamó enojada-. ¡Él no planeó nada! Y tú no puedes exigirme que deje de verlo. ¿A ti que más te da si lo veo o no? Parece que estás celoso -Se dejó de llevar por su enfado.

Ralen se cruzó de brazos y la enfrentó con su mirada.

-¿Y si así fuera?

Caria se vio espantada por la contestación.

Garena se puso tras la puerta y escuchó todo lo que discutían pero lo que le removió el corazón fue lo que Ralen había dicho. Ahora aceptaba la razón de su actitud.

¡Qué tonta había sido!

Era claro que Ralen estaba celoso, era demasiado exagerado que se comportara así sólo por su puesto.

Cerró los ojos con fuerza y fue hacia a su habitación. Todos sus ánimos fueron opacados.

Caria se abrazó mientras intentaba reaccionar. Ralen respiró arrepentido de lo que había dicho y fue a sentarse a los escalones.

-Ralen, no lo entiendo...¿tú sientes algo por mí?

La furia de Ralen fue disuelta sin saber el momento justo.

-Claro que sí. Aprecio y cariño. Desde hace años que me convertí en tu guardián y en tu amigo. Si me preocupo por ustedes, no es sólo por mi responsabilidad sino por lo que acabo de explicarte -Infló el pecho y exhaló lentamente-. Escucha Caria, están pasando dificultades en el Inframundo. El señor Hades no dice nada al respecto. Se muestra tranquilo pero está demasiado pensativo, al menos de ayer para hoy en la tarde, por momentos se mostraba airado. Hay rumores graves de que el señor Hypnos está en problemas y todo por culpa de Thanatos.

-¿Cómo? Explícate, ¿cómo que problemas? -Entró en un estado de letargo.

-Con todo respeto, Caria, no tengo la obligación de responderte -Caria tenía la impresión de que Ralen sabía más de lo que aparentaba. Era una locura-. Debo salir, mañana nos iremos de aquí. Cuando puedas, díselo a Melínoe.

Ralen se levantó de las escaleras y bajó al primer piso.

Caria se sentía sofocada por todo. El peso que antes sintió que la liberaba, se multiplicaba. Entró y fue a la habitación de Garena, la vio acostada sobre la cama y dándole la espalda.

Creepy estaba acurrucado a los pies de Garena.

-¿Estás dormida? -susurró, acercándose a ella.

Garena no le respondió. Era lo mejor. No podría hablar por el nudo de su garganta.

***

Thanatos al fin llegaba al punto de encuentro con Hypnos, no demoró en sorprenderse por el lugar pues era el mismo bar que solía frecuentar hace tiempo y donde Hypnos lo llegó a visitar. Ingresó sin titubeos y lo buscó por todos los rincones sin despegar los pies del suelo. Halló a Hypnos sentado frente a la barra, se reunió a su lado con su mirada demandante y el codo sobre la madera. Hypnos volteó a verlo, no le gustaba la expresión que le dedicaba.

-¿Cuándo será la ocasión en que dejes de enfadarte cuando quiero hablar contigo? -Le preguntó bastante calmo.

-Depende de que tanto quieras disuadirme. Por cierto, bastante original con tus puntos de encuentro -respondió toscamente y con aires irónicos-. ¿Me traes algún nuevo sermón o vienes con el mismo?

-Vine a hablar de algo importante y no son sermones -recalcó-. Vengo a darte noticias.

Conociendo la seriedad con la que hablaba mezclada con la estabilidad de su voz, Thanatos llegó a una conclusión superficial de que no eran noticias malas. Aún así, no iba a bajar la guardia.

-¿Qué noticias?

-Hades ha hablado conmigo recientemente. Hemos resuelto algunos asuntos complicados sobre la disputa de Ares y Athena, incluyendo que sea quien haya asesinado a tantas personas de forma cruel, ha dejado de hacerlo desde hace días. La situación en el Inframundo ya se está recuperando...

-Siempre eres concreto, Hypnos. ¿Qué quieres decir?

Hypnos suspiró y colocó una mano sobre el hombro de Thanatos.

-El señor Hades me planteó sobre tu regreso al Inframundo y los Elíseos, él quiere que regreses -Thanatos alzó las cejas, totalmente incrédulo a lo que escuchaba-. Ni siquiera te lo esperabas, ¿cierto?

-No. ¿Por qué quiere que regrese? -preguntó aún en shock.

Hypnos comprendió su escepticismo.

-Como me lo ha especificado, ya no siente resentimiento hacia ti por lo que pasó. Quiere hablar contigo cuando regreses y ponerte al corriente de todos los asuntos.

A Thanatos le costaba asimilar la situación. De un momento a otro, había atravesado una barrera sin saber por qué. En el pasado, contempló el regresar al Inframundo si Hades reconsideraba su decisión, ahora no sabía cómo actuar.

-Regresar...¿crees que va a ser todo igual? -Thanatos sonaba desanimado. Se enderezó hacia enfrente y subió el otro codo mientras perdía la mirada en la barra. Hypnos endureció sus facciones.

-Thanatos, dime que no cometiste una tontería con Macaria -Thanatos tensó la espalda y lo miró de reojo, pero no dijo nada. Hypnos apretó los dientes, miró hacia arriba y negó con resignación-. Maldición Thanatos...te dije una y otra vez que no te involucraras con ella. ¿Por qué has dejado de ser tan racional? Si Hades se entera...

-Dijiste que no ibas a darme sermones -interrumpió.

-¿Cómo no darlos ahora? No sabes el problema en el que te metiste. Macaria era tu alumna y es hija de Hades, jamás debiste verla de otra forma ni haberle permitido que se siguiera ilusionando.

Thanatos giró un poco sobre el mismo lugar y volvió a mirarlo fijamente.

Sabía que reunirse con Hypnos no sería agradable.

-Si piensas que yo lo hice apropósito, no fue así. Intenté mantenerme alejado y distante aun si el que padecía era yo...pero las cosas se dieron y no pude seguirle mintiendo sobre lo que sentía. Caria me confesó que me amaba desde hace tiempo -terminó de explicar.

Hypnos mantuvo la misma dureza en su mirada. Si llegó a sentirse conmovido por Thanatos, no lo aparentaba.

-¿Qué tan lejos llegaste con ella? -demandó saber.

Thanatos guardó silencio de nuevo, que Hypnos lo interpretara como quisiera porque no iba a darle detalles, menos si se mostraba más en su contra que de su lado.

Hypnos estaba muy molesto con Thanatos. Había hecho lo posible para hacer que Hades recapacitara y le permitiera regresar, pero no contaba con que Thanatos empeoraría más la situación de lo que ya estaba.

Se puso de pie sin dejar de verlo.

-Vas a hablar con él quieras o no. Plantéale tu decisión y hazte cargo de tu desastre -Le dijo sin tentarse el corazón. Thanatos no esperaba más de su parte-. Has tomado la peor decisión, tanto para ti como para Macaria. Nada será fácil para ustedes a partir de ahora. Vas a arrepentirte.

-Te equivocas, Hypnos -Lo confrontó con disgusto-. No me arrepiento y no lo haré porque yo la amo.

Hypnos apreció la seguridad en la contestación de su hermano pero eso no contrarrestaba su decepción.

-Vas a hacerla sufrir. También te lo advertí...la historia podría repetirse en todos los sentidos, ¿qué va a pasar cuando ella quiera más de ti?

-Si te refieres a eso...ya se lo he contado y lo aceptó.

-Por ahora pero en algunos años eso podría cambiar -tomó aire para poder continuar. Su enfado le nublaba la cabeza-. Tú no estuviste al tanto cuando Perséfone y Hades deseaban ser padres, yo vi como ambos sufrían y escuchaba a Perséfone lamentarse entre llantos. ¿Crees que a Macaria no va a pasarle lo mismo?

Eso le dolió a Thanatos y se esforzó por no demostrárselo; no le iba a dar esa satisfacción.

-Estoy consciente, pero eso ya depende de nosotros -respondió con tono violento.

Hypnos resopló conmocionado. Intentó relajarse y no irse desparramando cólera. Por alguna razón, miró hacia atrás y vio a Ralen de pie, mirándolos fijamente. Thanatos puso su atención en la misma dirección que Hypnos. Cuando vio a Ralen, se mostró resignado. Llegó a preguntarse remotamente si Ralen había escuchado todo lo que discutieron pero por las emociones de su rostro, no esperaba recibir un saludo de su parte.

***

La inquietud que sentía Melínoe no la dejaba dormir. Los espasmos circulaban en su cabeza y los escalofríos fluían en todo su cuerpo. Creyó que volvería a perder el control una vez caída la noche pero seguía consciente de lo que ocurría en tiempo real, sólo que desconfiaba de sí misma si se permitía cerrar los ojos para dormir. Le frustraba volver a sentir todo ese remolino de agobio y temor, erróneamente pensó que había adquirido la fuerza suficiente para evitar que ocurriera.

Cuando estuvo en el desierto, sintió tanta paz. Desde ese entonces podía recordar lo que aprendía del día anterior y esa voz de su cabeza se desvanecía poco a poco, al igual que sus instintos violentos.

Cerró los ojos, aferrándose a la negación.

Le costaba mucho aceptar la congruencia de las posibilidades sobre porqué había dejado de sentirse así en el desierto y porque ahora que se alejaba, la maldición la atacaba de nuevo. Incluso sentía que sus emociones negativas cobraban mayor fuerza. Estaba claro que su resentimiento hacia su hermana era palpable pero adquirió mayor volumen cuando llegó a Vicenza. No era justificación pero cuando vio a Caria, quiso lastimarla de una u otra forma.

Dio vueltas en la cama, esforzándose por dominar su ansiedad y encontrar la serenidad de la que ya se había acostumbrado. El tiempo que pasó fue incierto pero después de tanto arrugar las sábanas con sus desesperados movimientos, comenzaba a sentir alivio. Su frente fue alisándose, sus ojos quedaron fijos sobre el techo. Podía apreciar algunos destellos de luz índigos que atravesaban por la ventana. Asimismo, en el torneado techo, recapitulaba los momentos más felices que vivió en toda su vida en ese lugar y que fueron arruinados por la verdad. Puso una mano sobre su rostro, era mejor no pensar en eso porque su pecho le dolía y no tenía nada que ver con su contraparte sino con lo que sentía.

Por las aberturas de sus dedos, vio que unas sombras se movían en el techo. Abrió los ojos de golpe y se sentó sobre un borde de la cama, como si esta fuera de clavos. Sus azules órbitas brillaban por varios sentimientos pero nunca se apartaron de quien estaba frente suyo.

-¿Qué haces aquí? -preguntó en voz baja.

La respuesta fue necia a la rapidez, tuvo sus momentos para responder. Un par de ojos marrones la miraban con obstinación. Cabía decir que el dueño de dicha mirada, no estaba contento.

-Vine por una respuesta -Hizo una gran pausa antes de proseguir con la misma entonación forzada-. No me iré hasta saber por qué lo has hecho.

Melínoe movió sus cejas, como si no entendiera de lo que se refería.

-Hacer...¿qué?

La indiferencia de Melínoe le disgustaron aún más. Apenas rio, pero fue una risa tan falsa debido al orgullo y la ira. Pasó su mano por debajo de sus cabellos castaños, buscando una manera de no dejarse llevar por sus más negativas emociones.

-Sabes bien a qué me refiero, no quieras aparentar que eres ingenua porque ambos sabemos que no es así -Melínoe casi escuchaba rechinar sus dientes-. Me negué a buscarte cuando supe que te habías ido, pero no sé cómo haces que pierda la paciencia al punto de cabrearme y hacer que actúe contra mí mismo.

Iba acercándose lentamente hacia ella. Melínoe no le iba a demostrar el efecto que causaba, sin embargo, estar cerca de él era arriesgado, como palpar un cuchillo de doble filo; tarde o temprano, de cualquier manera, iba a cortarse.

Melínoe retrocedió con sus rodillas por encima de la cama.

-¿Lastime tu orgullo? Vaya...tranquilo, no morirás de eso -sonrió, reflejando en sus labios parte de la misma ira que sentía hacia ese hombre.

-Seguramente.

Él apretó la quijada y acabó con la distancia tortuosa. Alcanzó a tomarla del brazo y halarla hacia él. Melínoe intentó zafarse haciendo uso de las habilidades físicas que aprendió. Fue un desgaste inútil hacerlo contra él.

Melínoe terminó contra la pared. Por más que estirara su piernas, sus pies estaban lejos del suelo. Su cuerpo estaba aprisionado contra el de él.

No había escapatoria. Lo acribilló con la mirada.

-Vete de aquí. No quiero volver a verte -Le dijo con dureza. De no haber tenido las manos sujetas por encima de su cabeza, lo habría abofeteado por si no le había quedado claro el mensaje-. Suéltame ya, Fobos...si no lo haces, voy a gritar.

Fobos pareció reírse como acostumbraba, al menos fue por un solo instante.

-Hazlo, estoy impaciente por ver que lo hagas -La retó-. Puedes hacer cosas peores que eso.

Melínoe hizo un mohín, definitivamente no había sido la mejor amenaza. Fue inevitable hacerlo teniéndolo contra su cuerpo.

-Van a darse cuenta que estás aquí.

Fobos esbozó media sonrisa sarcástica.

-No lo harán, recuerda quién te enseñó a ocultar tu presencia -Le susurró. Su sonrisa se desvaneció cuando sintió que Melínoe trataba de alejarlo con sus piernas. Arqueó una ceja-. Cambiaré mi pregunta inicial por una mejor fundamentada...¿por qué estás tan cabreada conmigo?

Fobos analizó cada rasgo de su rostro, sobre todo sus profundos ojos claros y sus rosados labios. Melínoe ladeó la cabeza y lo miró de reojo, recobrando su resentimiento.

***

Caria despertó de golpe al sentir algo extraño. Volteó a ver a Garena, esperando que ella también hubiera despertado pero seguía rendida. Quedó sentada sobre el colchón esperando que esa sensación se alejara.

No fue así.

Escuchó unas voces que provenían de la otra habitación. Sintió malestar.

Se levantó y puso la oreja cerca de la pared, escuchaba a Melínoe recriminar algo que apenas entendía a medias, pero...¿con quién hablaba?

Salió de la habitación en silencio y se paró frente a la puerta de a lado y esperó a escuchar de nuevo a su hermana.

-¿Vas a seguir negando que preferiste ocultarme las cosas por propio beneficio? -Melínoe preguntó en tono violento.

Caria terminó por recargar su oreja en la madera.

-Las cosas no son como te las has planteado. Si no te lo dije antes fue porque no me importaba ese asunto. No es lo que yo quiero.

Caria estaba en pleno bullicio.

¿Había escuchado la voz de un hombre o fue producto de su imaginación?

-¿Melínoe? -Caria llamó a la puerta.

Las voces se callaron y enseguida escuchó un crujido de la puerta.

-Ya vete -dijo Melínoe con voz entrecortada.

Caria no estaba segura si se lo decía a ella o a alguien más. Al cabo de unos segundos, el temor le recorrió por el cuerpo. Casi la hace caer. Caria sentía la desesperación de salir corriendo de ahí. Con mucho esfuerzo, regresó con Garena y perdió el equilibrio a un lado de la cama. Garena se despertó ante el jalón de las mantas y se incorporó enseguida al ver a Caria hincada.

-¿Qué tienes, Caria? -Se hincó a su lado, tratando de ayudarla.

Caria no podía hablar bien, la sensación no desaparecía.

***

Melínoe logró zafarse del fuerte agarre de Fobos y le siguió plantando cara. Esta vez, Fobos había minimizado la furia inicial que lo orilló a encontrarse con Melínoe. Su semblante era de arrepentimiento, más su postura dominante nunca se derrumbó. Esta vez, le costó ir en contra de las recriminaciones de la chica.

Lo que le había dicho, lo dejó con un intenso contraste emocional. Como si su orgullo no se lo permitía, levantó la barbilla con soberbia y de pronto, su oscura mirada irradió frialdad.

-Si es lo que quieres...entonces que así sea -Se acomodó los brazales con rudeza-. Está de más decirlo pero aun así lo haré. Aún no estás lista, sigues siendo vulnerable y tarde o temprano, volverás a perder el control.

-No quiero ni necesito más consejos, Fobos. Ahórratelos, te harán falta.

Fobos desvió la mirada y resopló con cólera.

-Entonces, suerte con eso.

Melínoe vio cómo Fobos desapareció, cuando lo hizo, apretó los párpados y maldijo en murmullos. Volteó hacia la puerta y vio que el bloqueo que puso Fobos también desapareció.

***

Caria comenzó a sentir alivio. Garena pasó una mano sobre su rostro ya húmedo por la tensión.

-¿Aún te sientes mal? -preguntó angustiada.

Caria se levantó despacio del suelo y se sentó sobre la cama con ayuda de Garena.

-Sí, ya está pasando -Por fin podía decir algo.

-Es un alivio, ¿qué sentías? En verdad te veías muy mal.

La mirada de Caria aún lucía desorientada.

-Miedo pero no sé por qué, fue de repente.

-Iré por un vaso de agua fría, quizás eso te haga mejorar -Garena no tenía idea de si eso ayudaba pero quería hacer lo que fuera para que se sintiera mejor-. ¿Y dónde está tu tan afanado guardián en momentos así?

No pudo evitar escucharse rencorosa.

-Al parecer, no ha regresado. Se fue después de que hablamos.

Garena alzó las cejas y respiró hondo. Ella también necesitaba de un vaso de agua helada.

-Quédate sentada, enseguida regreso -indicaba Garena a punto de salir de la habitación pero a corto camino se encontró con Melínoe. Casi daba un paso hacia atrás con sólo verla fijamente. Melínoe no le producía confianza, tal vez se debía a su frialdad. Ni siquiera intentaba sonreír cortésmente. Aunque fuera un poco más baja que ella y según Caria, era más joven, debía admitir que algo en Melínoe la imponía.

-Vengo a ver a Caria -dijo Melínoe como si leyera a través de los pensamientos de Garena.

Garena se hizo a un lado para cederle paso e ir de una vez por todas por esa urgente agua.

Caria levantó la vista hacia su hermana, era imposible no sorprenderse por verla ahí con notoria "normalidad" a mitad de la noche. Sin embargo, haberla escuchado hablar con alguien dentro de la habitación, rebasaba su prioridad de conversación. Ahora cabía en cuenta que Melínoe sí se había vuelto más fuerte durante ese tiempo alejadas.

-Melínoe...-Aún le costaba regular la voz.

Melínoe no se inmutó por su condición.

-Me llamaste hace un momento -recordó Melínoe con calma. Caria afirmó moviendo la cabeza.

-Escuché voces y me di cuenta que provenían de la habitación de donde estabas. Sé que no debí haberme arriesgado al intentar verte a esta hora pero me llamó la atención un hombre que hablaba contigo.

-¿Un hombre? -fingió demencia muy bien-. ¿Qué hombre podría estar hablando conmigo?

-No lo sé. Te escuchabas molesta y fue cuando quise interceder.

Melínoe apretó los labios, recabando las escenas de lo recién sucedido.

"Está de más decirlo pero aun así lo haré. Aún no estás lista, sigues siendo vulnerable y tarde o temprano, volverás a perder el control"

Las palabras de Fobos colindaban en su mente, combatiendo con su interior.

<<Él tampoco te conoce...no necesitas de nadie...Ya eres fuerte y puedes hacer lo que te plazca. Todos lamentarán por subestimarnos>>.

Melínoe sonrió de lado y rápidamente ocultó el esbozo por lo inesperado que fue.

-Caria, me disculpo por haber sido tan grosera hace algunas horas. El cansancio físico y emocional, me desequilibraron. Además, aún no supero lo que le hice a Tabitha.

Caria recordó con melancolía a la dulce ninfa. Intentó ignorar la imagen de cuando la vio sin vida y cubierta de sangre.

-Me doy una idea de cómo debes sentirte. Me dolió tu actitud pero lo entiendo.

<<Mentirosa>>, pensó Melínoe.

Garena llegó con los vasos de agua encima de una bandeja. Por la cortesía y amabilidad que no presentaba Melínoe, le llevó uno también a ella para no ser iguales. Melínoe la vio de reojo.

-Si no te molesta, me gustaría hablar contigo...a solas -Se dirigió a Caria, ignorando a Garena.

Caria notó que Garena ardía de coraje, incluso los vasos estaban temblando.

-Claro. Vayamos a la otra habitación -Caria se levantó despacio para evitar perder el equilibrio de nuevo y fue siguiendo a Melínoe. Miró rápido a Garena-Discúlpala, no está muy bien.

Garena asintió inconforme mientras ambas hermanas se marchaban. Dejó la bandeja sobre una mesa a punto de tirarla con todo y su contenido. Bebió el contenido rápidamente aunque el frío le calara los dientes.

Melínoe no le caía bien.

Una vez en la habitación, Melínoe cerró la puerta y le indicó a Caria que se sentara a su lado sobre la cama. Analizó la habitación con la intención de que Caria notara algún interés en la conversación.

-¿Y hace cuanto que estás aquí?

-Desde que te fuiste de los Elíseos -respondió sin pensarlo-. Utilicé el mismo anillo que Hécate me dio hace dos años.

-¿Te transformaste de nuevo?

-No. Sólo hice la transición.

Melínoe no dejaba de inspeccionar a su hermana. Sentía sus inquietudes y temores ocultos.

-Y buscaste a Thanatos, ¿no?

-Ese era el plan. Thanatos era el único en quien podía confiar para este asunto -Caria resopló-. No fue fácil convencerlo pero aceptó ayudarme...

Caria se detuvo y sin querer, se dibujó una sonrisa en su rostro. El reflejo de felicidad que tanto le había molestado a Melínoe cuando volvió a verla, resurgió.

-¿Y? Pareces demasiado contenta ahora.

-Lo estoy...Por fin logré confesarle a Thanatos lo que sentía.

Melínoe chasqueó la lengua y alzó las cejas.

-Vaya, al fin te armaste de valor para contárselo. ¿Y qué hizo él?

-No vas a creerlo pero me dijo que él también sentía lo mismo, ¿te lo habías imaginado?

La sonrisa "empática" de Melínoe se fue opacando. No estaba tan equivocada en sus afirmaciones.

-No, no me lo había imaginado. Supongo que fue una felicidad interminable -decía tratando de conservar una actitud sensible. No fue con éxito. Se espero un rato para continuar porque el enfado que sentía, se volvió eléctrico-, pero...¿qué hay con tu matrimonio arreglado?

La pregunta no el agradó a Caria por el significado.

-Aún no es oficial y no lo será nunca.

-¿Ah, no? Pues si fuera tú, no estaría tan segura -Caria gesticulaba a cada segundo.

-¿Tú sabes algo?

Melínoe alzó los hombros, mostrando una confundible "indiferencia".

-Llegué a escuchar que eso es cierto. Según los rumores, nuestro padre, Ares y Afrodita están de acuerdo con tu unión con Fobos -Caria se puso pálida por el miedo. Melínoe mordió su labio y después resopló-. Sin embargo, son rumores...no hay que hacerles mucho caso -dijo dándole falsas ilusiones. Caria fue reaccionando lentamente. Su pecho le dolía por el miedo-. ¿Cómo se tomó lo del asunto de la falsa mujer por la que te hiciste pasar la primera vez?

Nuevamente, Caria se vio sorprendida por otra inesperada pregunta, Le disuadió la mirada.

-Eso...aún no se lo digo.

El interés de Melínoe volvió a cobrar vida.

-Creí que se lo habías dicho, ¿por qué no lo has hecho? -Melínoe sabía muy bien la respuesta.

Caria se encogió de hombros.

-Temo que Thanatos se enfade por haberle mentido tanto tiempo -suspiró-. Han pasado tantas cosas...tuve que enfrentar los rechazos de Thanatos varias veces, incluso, una vez me dijo que sentía algo por alguien más y que la estaba buscando.

-¿Te dijo de quien se trataba?

-No -Volvió a recuperar su actitud positiva-, pero eso ya no importa. Thanatos me mintió con eso para encubrir lo que en verdad sentía -puso su mano hecha puño sobre su pecho-. Los dos nos amamos, Melínoe. El sueño que siempre tuve se ha vuelto realidad. Él no quiere a nadie más.

<<Eso ya lo veremos>>, pasó por su mente.

-¿Y vas a contarle alguna vez lo que hiciste?

-Sí, pero...-reordenaba sus deseos y pensamientos. No era fácil-. No lo sé, las cosas van tan bien con él que no sé si pueda arriesgarme a empeorarlo.

Melínoe dejó en paz ese tema, era consciente de lo que en verdad quería Caria.

-Y a esta mujer...¿cómo la conociste?

-¿Te refieres a Garena? Bueno, los libros que te mostré una vez pertenecen a la biblioteca de su abuela. Fui allí para entregarlos y ahí la conocí. Me ayudó enseguida y nos acompañó a varias ciudades para buscarte -Melínoe no mostró entusiasmo alguno-. Se ha convertido en mi amiga.

-Y aparentemente, también en amiga de Ralen. Me percaté de su cercanía cuando me trajo aquí.

Caria no iba a contarle sobre lo que vio en el parque esa tarde ni su discusión con Ralen, eso era otro asunto que le agitaba la cabeza y que debía resolver primero con ellos dos.

-Son muy diferentes pero han logrado llevarse bien.

-Suenan como una muy buena pareja -utilizó sarcasmo.

-Sí, se ven bien juntos.

-Es una lástima considerando la imposibilidad de su relación y sabes a qué me refiero. No va a ser bien vista por nadie, sobretodo porque es una humana.

Melínoe tenía razón. Caria sentía descontento de sólo pensar en que Radamanthys se opondría sin pensarlo en caso de que sí tengan una relación.

Pero si fuera así, ¿por qué Ralen había insinuado sentirse celoso de Thanatos?

Todo estaba enredado.

-Los padres de Ralen deberían entender al igual que papá. Uno no elige de quien enamorarse.

Melínoe volcó los ojos como si ese comentario le calara en el interior.

-Caria, creo que será mejor descansar. Ambas lo necesitamos. Mañana continuaremos con nuestra conversación.

Caria asintió, aún faltaba escuchar las confesiones de Melínoe y cabía decir que parecían ser demasiadas. No iba a presionarla como lo hizo por la tarde o definitivamente terminaría bloqueando la posibilidad de contarle.

Con profunda extrañeza y aprecio, tomó la mano de Melínoe, asombrándola. Caria se sintió tan contenta de volver a hablar con su hermana de ese tipo de temas. Siempre habían sido cómplices y platicaban de muchas cosas, buscando la manera de ayudarse.

Por fin la tenía de nuevo a su lado y a pesar de lo ocurrido, esperaba que las cosas volvieran a ser las mismas.

-Te he extrañado mucho y lamento todo lo que te he hecho. Juro que voy a hacer todo lo posible porque mi padre nunca se entere de lo que hiciste. No quiero que te castigue por haber matado a Tabitha. Yo sé que quien lo hizo, no eras tú.

Melínoe la miró largamente hasta sentir que le soltaba la mano. Por algún tiempo, había temido por las consecuencias sobre lo que hizo.

Ahora ya no.

-Caria -Llamó a su hermana antes de que saliera. Caria la observó detenidamente-. Me alegro de que seas feliz. Te mereces lo que te pasa...y te mereces mucho más.

Caria sonrió cariñosamente.

-Gracias, hermana. Que descanses -cerró la puerta.

Caria ignoró por completo que los deseos de Melínoe, carecían de bondad y buenas intenciones.

Melínoe fue sonriendo a medida que pasaban los segundos. Comenzó a reír mientras su mente se pintaba de maldad y perversión. La información que pudo sacarle a Caria era tentadora. Disimuladamente, la maldad de Melínoe se apoderó de ella sin ningún tipo de resistencia.

-Que descanses, Caria...vas a necesitarlo.

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¡¡Hola!!

No tienen idea de lo mucho que quería publicar este capítulo porque hubo participación de varios personajes.

¿Qué parte les pareció de mayor tensión?

¿Qué parte les emocionó más?

Al fin sabemos con quien estuvo Melínoe pero aún se desconoce porque mantiene un conflicto con Fobos, ¿O tú qué piensas? ;).

Aquí debo aclarar que estuve a punto de eliminar esa escena y esperar a publicarla cuando adelantara la historia de Melínoe, pero al final cambié de opinón porque quería que vieran una escena de ellos dos.

O los problemas...tal parece que ya se vienen y en avalancha. Ralen ya vio a Thanatos y sabe lo que Caria siente por él (y quizás también lo que Thanatos siente), Garena se encuentra en un conflicto emocional, a Hypnos casi le da el infarto y vimos a Melínoe muy cambiada.

¿Hará algo en contra de Caria o de alguien más?

....

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Ahora se vienen los momentos serios entre ustedes y yo (estoy siendo dramática xD), y es que quiero preguntarles acerca de lo que opinan de esta historia porque, como saben, su opinión es muy importante para mí.

¿Les gusta la historia?

¿Qué opinan de nuestra pareja, Thanatos y Caria?

Agradezco mucho su aportación ;)

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....

Creo que ya sólo me quedan dos cosas por compartir con ustedes. La primera es que se han restablecido las actividades en mi Universidad por internet (no les comenté pero estuve por un tiempo en pausa), intenté hacer algunas actividades esta semana pero son demasiado extensas y de total disposición de tiempo, lo que significa que podré demorar en actualizar todas mis historias. Podré tomarme uno o dos días a la semana para escribir un poco de cada historia, me esforzaré por distribuir bien mis tiempos tanto en la Universidad como en la escritura que es una afición que amo, sobretodo poder compartirla con ustedes.

El segundo punto a compartir es que debo agradecerles infinitamente el apoyo que me han otorgado, no sólo con dedicarle parte de su tiempo para leer las historias sino por compartirlas con alguien más; eso es un hermoso regalo. No saben cuanto me motiva saber que las ideas que surgen de mi imaginación, causan algo especial en ustedes. El reconocimiento que están teniendo las historias, es gracias a ustedes...ustedes hacen posible todo esto.

Como lo he dicho antes, es posible que no logre comentar o responder algunos comentarios pero eso no significa que no esté al tanto de cada uno.

¡Los quiero mucho!

¡Gracias por todo! :)

Espero leerlos muy pronto y regularizar las actualizaciones.

Les mando un gran abrazo, siempre deseando que se encuentren muy bien.

¡Nos leemos pront!

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