Capítulo 2 Parte 2

Al día siguiente...

Macaria se sobaba los párpados. Había estudiado toda la noche sobre la transición divina. Era una lectura demasiada larga además de que su escritura no era muy comprensible por la falta de conocimiento así que tuvo que leer varias veces lo mismo para comprenderlo mejor. Si bien sólo había estudiado lo más básico, resumió lo más relevante y lo que le serviría para la transición; no parecía tan difícil después de todo. Se levantó de una silla y estiró los brazos y las piernas. Estaba cansada, tenía sueño pero eran más grandes sus intenciones de ver acreditadas sus horas de estudio.

—¿Cómo estás? —Preguntó Melínoe entrando a la habitación de Macaria sin previo aviso.

Melínoe no había estudiado con ella, después de hablarle de su intención de realizar la transición divina comenzó con sus dolores de cabeza y Macaria tuvo que salir de su habitación.

—Cansada pero lista para intentarlo—Sonrió.

—¿De verdad? ¿Estudiaste lo suficiente?

—Sí y espero que todas esas horas leyendo hayan servido de algo—Dijo pasando sus dedos por su cabello.

—¿A qué hora lo harás?

—Cuando estemos solas—Por un momento, Macaria había olvidado que Thanatos se estaba quedando en los Elíseos. Desde que hablaron la tarde anterior, no lo había visto ni escuchado pero podría imaginárselo ahí.

—Si te refieres a Thanatos no está—Dijo enseguida Melínoe. —Y las ninfas está en el campo divirtiéndose, yo diría que es el momento exacto.

Macaria asintió, era lo mejor que nadie fuera testigo de lo que iba a hacer. Aquello era una locura pero estaba tan segura de que podía lograrlo y de que todo saldría bien que no podía pensar en consecuencias...por primera vez.

—Entonces lo haré, debe ser ahora, antes de que vuelvan...trataré de no tardarme, será rápido, si viene alguien. ¿Podrías distraerlo? —Pidió Macaria, Melínoe hizo un semblante de descontento.

—No pienso distraer a nadie, quiero ir contigo.

—¡¿Cómo?! —Exclamó con sorpresa.

—Sí, es la primera vez que se te ocurre algo arriesgado e interesante además, quedé fascinada con la experiencia de ayer y quiero repetirlo.

Macaria sintió un peso menos, a decir verdad, sentía mayor comodidad que Melínoe la acompañara a ese mundo extraño y nuevo aunque fueran tan solo unos segundos. Ambas se pusieron de acuerdo y se colocaron en el centro de la habitación.

—Tómame de las manos y no me sueltes, yo haré lo demás—Dijo Macaria. Cerró los ojos y se concentró.

Pensaba en el proceso a detalle y en la menor cantidad de poder que podría exponer para dar vida a la transición. En el primer intento comenzó a perder un poco la paciencia porque no ocurría nada hasta que Melínoe le apretó las manos en señal de apoyo, Macaria le agradeció por lo bajo y volvió a concentrarse; esta vez, ocurrió algo. Sus cuerpos poco a poco fueron desapareciendo y sentían como se sentían más ligeras. Ninguna abrió los ojos, era otro punto vital para "principiantes". En cuestión de momentos, el peso de sus cuerpos volvió a sentirse y un sinfín de ruidos aparecieron. Las dos abrieron los lentamente y se encontraron entre dos paredes casi estrechas y el suelo con condiciones higiénicas un tanto lamentables. Se giraron hacia un lado y vieron a personas pasar de un lado a otro y la luz iluminaba fuertemente el exterior.

—Aparecimos en un lugar diferente—Dijo Melínoe mirando las estrechas paredes.

—Eso debe ser porque no me concentré exactamente en qué lugar debíamos aparecer—Explicó brevemente Macaria.—El primer punto que debo practicar más—Dijo más para sí que para su hermana. —Vayamos por allá.

Las hermanas caminaron por el callejón, alejándose de la sombre que lo cubría y apareciendo bajo la luz del Sol. Macaria entrecerró los ojos por lo brillante que era y quiso mirarlo mejor pero era casi imposible.

—Lo lograste Caria...estamos en la Tierra—Dijo Melínoe impresionada y feliz.

Macaria no podía creerse que haya funcionado en el primer intento, se sintió orgullosa de ella misma, habría deseado que Thanatos haya sido testigo de su logro pero por el momento no era conveniente que se enterara hasta estar de regreso perfectamente.

—Aún no puedo creerlo—Dijo Macaria. —Estoy tan feliz...estudié tanto en la noche para eso.

Melínoe borró su sonrisa y un nuevo sentimiento apareció aquel día. Se había sentido mal porque ella no podría lograrlo nunca, simplemente no lo recordaría y todo acabaría en desastre. Sus pensamientos se detuvieron cuando chocó contra algo. Agachó la mirada y vio a una niña que había chocado contra sus piernas. La pequeña alzó la mirada viendo a la diosa, al poco rato ella le sonrió. Macaria miró hacia atrás al no sentir a su hermana siguiéndola.

—Leia. ¿Qué estás haciendo? —Preguntó una mujer cuando vio a su hija con Melínoe. Ella observó a la joven quien estaba temerosa. —Disculpe si mi hija la molestó, es muy traviesa.

—Yo no...—Fue lo único que le pudo decir a la mujer. La señora tomó de la mano a su hija y se la llevó de ahí.

—¿Viste su vestido mamá? ¡Es muy bonito y suave!

—Si, lo es pero ya no molestes más a las personas.

Melínoe sentía que el aire le faltaba. ¿Qué acababa de pasar? Una humana habló con ella y una niña la tocó, no sabía cómo reaccionar. Macaria se acercó a ella al ver todo lo que había pasado, tampoco se explicaba qué fue lo que sucedió.

—Esa mujer habló conmigo Caria, las dos me vieron...¿No se suponía que eso no debía suceder?

Macaria asintió sin ninguna respuesta. Cuando Thanatos las llevó a la Tierra ningún humano podía verlos, ni siquiera tocarlos y fue lo que pasó hace un momento.

—Algo no anda bien.

—Deberíamos regresar, ya pasó más tiempo—Melínoe estaba más nerviosa e insegura, Macaria apoyaba su idea.

—Tienes razón, mejor vámonos—Macaria se concentró e intentó reunir sus poderes para regresar a casa pero algo estaba aún peor; no estaba funcionando. —¿Pero qué pasa?

—¿De qué hablas?

—No funciona, no pasa nada—Dijo sintiendo frío.

—No Caria, concéntrate, tenemos que regresar.

—Volvamos al mismo lugar donde aparecimos, quizás sea eso.

Elíseos.

Thanatos estaba tocando la puerta de Macaria, su sorpresa fue no encontrar una respuesta detrás de ella. Supuso que debía encontrarse en la habitación de Melínoe o en los campos. Se dirigió a la habitación de Melínoe y llamó a la puerta pero fue exactamente lo mismo. Dos de las ninfas iban pasando por el pasillo y vieron al dios tocando la puerta de Melínoe.

—Señor Thanatos. ¿Busca a la señorita Melínoe? —Preguntó la ninfa Firel.

—Estaba buscando primero a Macaria pero no está en su habitación ni tampoco aquí, iré a buscarlas a los campos.

—Ellas no están ahí—Dijo la segunda ninfa, Illiset. Thanatos frunció el ceño.

—Entonces deben estar en alguna de las habitaciones.

—Pero yo vi a la señorita Melínoe entrar a la habitación de la señorita Macaria hace unos minutos, justo antes de que yo fuera hacia los campos—Explicó Firel.

Thanatos pronto tuvo un mal presentimiento, algo que lo estaba dejando intranquilo.

—Si lo desea, las buscaremos en todas las habitaciones—Dijo Illiset.

Thanatos negó con determinación y se regresó a la habitación de Macaria. Volvió a tocar y al seguir sin respuesta, abrió la puerta la cual estaba abierta y al entrar no vio a nadie. Buscó con la mirada y vio un libro antiguo bien conocido por él y lamentó lo peor. Lo tomó entre sus manos, lo leyó y cerró los ojos con frustración. Un hueco enorme fue creciendo en su estómago, empezó a enojarse por la imprudencia y preocupándose por lo que podría pasarles. Debía ir a buscarlas esperando que no sea demasiado tarde. Salió de la habitación con el libro entre sus manos.

—Thanatos—El dios al escuchar su nombre y ver quien lo llamaba, sintió por primera vez el miedo. Hades recién había llegado a los Elíseos, estaba agotado y creyó que debía regresar junto a sus hijas antes de volver al Inframundo. —¿Por qué esa cara? Sé que no esperabas mi llegada pero quería ver a mis hijas—Comenzó a explicarse. —¿Dónde están? Quiero hablar con ellas.

Con la llegada de Hades en ese preciso momento y con la angustia por saber si ellas estarían bien, se acercaba lo peor.

—Tengo que hablar con usted pero no ahora, hay algo importante que hacer antes.

Hades enarcó una ceja y comenzó a ponerse serio y más determinante.

—¿Dónde están mis hijas Thanatos? —Exigió saber. Hades vio el libro que Thanatos tenía en una de sus manos. Thanatos no podía mentirle de ninguna manera.

***

Las dos fueron al callejón del que aparecieron y el cual no estaba nada lejos. Se adentraron y se tomaron de las manos. Macaria volvió a reunir sus poderes para realizar la transición pero ahora estaba más nerviosa e impaciente y no logró concentrarse como debía. Melínoe abrió los ojos y comprobó que nada pasaba, estaban en el mismo lugar.

—Creo que no es eso—Dijo Melínoe respirando rápidamente. —¿Y si ya no podemos regresar y nos quedamos aquí?

—No digas eso...tranquilízate que me estoy poniendo más nerviosa, necesito concentrarme más. —Melínoe guardó silencio de golpe, fue demasiado rápido. Macaria le echó un vistazo a su hermana cuando sintió que sus manos apretaban más fuerte las suyas. Ella miraba hacia atrás de Macaria con espanto. La mayor se giró hacia su espalda y también se espantó.

Dos hombres de vestimentas despreocupadas y capuchas sobre sus cabezas las habían visto en el callejón y les había llamado la atención lo hermosas que eran y lo vulnerables que se veían.

—Pero que lindas chicas nos hemos encontrado—Dijo uno de ellos acercándose a las hermanas. —Es claro que ustedes no son de por aquí.

El hombre se humedeció los labios y estiró la mano para alcanzar la suave tela del vestido blanco de Macaria. Ella se hizo hacia atrás con brusquedad mientras Melínoe la abrazaba e igualmente retrocedía.

—No son muy corteses—Mencionó el otro burlándose.

—Anden, vengan, sólo queremos ser sus amigos.

—No se acerquen...—Dijo Melínoe. El hombre la miró con molestia y rápidamente se estiró hacia ella y le haló del brazo.

—¡Melínoe! —Gritó Macaria queriendo tomarles de la mano pero el hombre la había alejado de ella.

—Quieta, hagan lo que le decimos o podrían lamentarlo—Dijo el hombre abrazando a Melínoe por la espalda y colocando una navaja bajo su garganta.

Macaria comenzó a llorar del miedo y suplicaba constantemente para que dejaran a su hermana. Melínoe se esforzaba por mantener la calma pero todo su cuerpo temblaba. El sujeto sonrió con malicia y apretó más la navaja en la piel. Melínoe sentía la punta clavándose en su garganta. ¿Ahora qué podía pasarles?

Con ojos llorosos, Macaria vio cómo los hombres comenzaban a gritar y caían al suelo quejándose de un dolor en el pecho. Melínoe sintió la libertad y fue con su hermana sobándose su cuello; no había logrado ser lastimado. Los cuerpos de los sujetos fueron polvorizándose hasta disolverse. Ambas chicas no se explicaban lo que había pasado con ellos hasta que vieron de frente a Hades. Él las miraba con enojo reprimido y ellas agacharon la cabeza, a pesar de haber sido salvadas ahora debían soportar la furia de su padre. Macaria tragó saliva, lo que menos quería que sucediera, pasó.

Elíseos

—¡Esto es inaceptable! ¡Solas en la Tierra! ¿Qué más seguía? ¡¿Querer vivir como uno de ellos?! —Estaba de más decir que Hades estaba furioso. Paseaba de un lugar a otro frente a sus hijas soltando la ira en sus palabras.

Ambas tenían la cabeza agachada, Macaria sentía un nudo en la garganta por los sentimientos y emociones obstruidas. Quería decir muchas cosas, defenderse y explicarle sus razones justo ahora pero no sabía cómo, sólo podía aceptar su error y su falta de cordura. ¿En qué estaba pensando? Era evidente que no había pensado en todo y sólo se confió.

Thanatos estaba detrás de ellas con los brazos cruzados. Estaba aliviado de que nada grave les hubiera pasado pero en parte sentía culpa por haberles enseñado más sobre lo extraordinario de la transición y no sobre los peligros que podían correr.

—No queríamos...no quería...—Macaria intentó explicarse pero Hades la interrumpió.

—Las excusas vienen sobrando—Dijo queriendo estar más tranquilo.

—Sólo queríamos hacer la transición—Dijo Melínoe ayudando a Macaria.

— ¿Y qué más seguía? ¡¿Querer vivir como uno de ellos?! —Explotó de nuevo.

—N-No...quería mejorar habilidades y...ser mejor—Dijo Macaria queriendo deshacer el nudo de la garganta.

Thanatos alzó las cejas, se sintió conmovido por lo que dijo y eso debió derivarse a la conversación que habían tenido el día anterior. Le aplaudía esa nueva percepción y su esfuerzo, para haber sido sólo una noche y parte del día para aprender sobre la transición divina, había ido muy lejos.

—Para ser mejor hay maneras y lo que hiciste no es una de ellas, fue arriesgado e inmaduro...no podrás ser mejor si sigues teniendo pensamientos tan infantiles—Estas palabras le habían dolido a Macaria, por alguna razón recordó lo que Afrodita le había dicho.

—Señor Hades, si me permite inferir, su intención no es esa y ella no tiene pensamientos infantiles, posee demasiada nobleza e inocencia pero tiene deseos de superarse. Si bien no apruebo la manera en la que se arriesgaron, Macaria hizo una gran demostración de sus poderes y su gran habilidad—Macaria veía cómo Thanatos estaba defendiéndola de manera sutil, su corazón agradeció tales palabras. —En tan solo unas horas de estudio logró transportarse a un lugar alejado y desconocido para ella.

Hades rio con sarcasmo y sobó una de sus sienes.

—Me parece que tú no estás entendiendo nada Thanatos...¿Te alegras de que se hayan metido en líos?

—Por supuesto que no, jamás habría querido algo así.

—¿Y por qué se los enseñaste? —Quiso saber aún con una sonrisa falsa. —¿En qué estabas pensando cuando decidiste enseñarles esto?

—Es parte de las lecciones, tenían que saberlo...

—¿Entonces tú las motivaste a que lo hicieran? ¿O es que fue consecuencia de su ineptitud? —Preguntó señalando a Macaria principalmente. —Si es así, a pesar de ser mis hijas, ambas merecen un castigo correspondiente a sus acciones...esperando que con eso no vuelvan a ser tan imprudentes—Le dedicó una amarga mirada a Macaria. No había visto a su padre tan enojado con ella y sentía que estaba siendo muy duro pero no era para menos después de lo que hizo.

—Fue mi culpa...yo sola hice la transición...—Hades alzó su mano directo hacia ella, Thanatos actuó rápidamente.

—Yo le dije que lo hiciera—Dijo Thanatos interrumpiéndola. Macaria asombrada se volteó a verlo al igual que Melínoe. Hades respiró hondo y apartó su mano de Macaria, empezaba a sentir ácido en su estómago. —Debía mostrar sus verdaderas habilidades, la cuestioné sobre su falta de desempeño...así que le di severas instrucciones para que lo hiciera.

Hades enardeció de ira y se acercó violentamente a Thanatos, le dio una severa bofetada al dios. Macaria se levantó de golpe queriendo ayudarlo pero Melínoe le tomó de la mano. Hades sujetó a Thanatos de las solapas sin contemplaciones.

—Mi familia me importa más que cualquier cosa y tú sabías lo mucho que me importa el bienestar de mis hijas...te di mi confianza, le pedí que le enseñaras a mi hija a desarrollar sus poderes, te pedí que cuidaras de ellas mientras no estaba...¿Y así es como me pagas? ¡¿Exponiéndolas a un peligro que no conocen?!

—Jamás pretendí hacerle daño a ninguno de ustedes...pero sí, soy culpable de lo que pasó hoy—Dijo Thanatos sin retractarse. Hades no le apartó la mirada fulminante de encima hasta pasados unos segundos. Lo soltó y retrocedió dos pasos.

—No volveré a permitirte que las expongas así, ese fue mi error más grande y me siento sumamente decepcionado de tu capacidad—Le decía a Thanatos, él sólo lo escuchó con atención. —A partir de este momento, no vuelves a acercarte a los Elíseos ni al Inframundo...yo te destierro de mis dominios.

Thanatos no se esperó eso, sintió un hueco dentro suyo. Macaria negó con la cabeza mientras lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos.

—No papá...no puedes hacerle eso, él no lo merece—Le dijo Macaria a Hades y él se giró a verla con brusquedad.

—¡Thanatos queda desterrado hasta que yo dicte lo contrario! No vivirá ni aquí ni en el Inframundo. Es una orden y se va a cumplir—Dictaminó.

—Gracias por todo señor Hades, le pido perdón por todo lo que hice mal...pero acepto su decisión, acataré su orden de inmediato.

Thanatos comenzó a retirarse, Macaria se soltó del agarre de Melínoe y fue hasta él, poniéndose frente a su paso y colocando sus manos hacia él.

—No Thanatos, por favor, no te vayas...no lo hagas—Comenzó a suplicar.

—¡Macaria! ¡Apártate de él!

Macaria ignoró a su padre, sólo miró fijamente a Thanatos. Él colocó sus manos en las muñecas con suavidad.

—Por favor, ve con él, déjame ir.

—¡No! No es justo...tú no debes irte.

—Ya no hay marcha atrás, cuídate Macaria...nunca te rindas ante nada—Le dijo a modo de despedida.

Hades fue hacia Macaria y la alejó de Thanatos a pesar de la resistencia que ella puso. Los ojos plateados de él la miraron por última vez antes de seguir de frente, ignorando todo a sus espaldas.

—¡No papá! ¡Él mintió! Él no tiene la culpa, fui yo solamente...él no me obligó a nada, debes decirle que se quede, por favor—Seguía suplicando con desesperación.

—Demasiado tarde, tuviste mucho tiempo para decirme esto ¿no? Y ahora que Thanatos se ha ido es cuando tienes el valor de decir esto—Macaria seguía sin poder creerlo, no podía adivinar que su padre expulsaría a Thanatos. —Si lo que dices es cierto, eso no cambiará las cosas...Thanatos hará su vida lejos de aquí y como él desee hasta que redima sus errores.

Hades soltó a Macaria y salió de la sala. Macaria cayó de rodillas y sus lágrimas no dejaban de fluir. Por su falta de valor y su irresponsabilidad, corrieron peligro en ese lugar y Thanatos había sido desterrado por eso. Una amargura rodeó a Macaria, si impotencia incrementó. Ahora y después de todo lo que pasó ya no creía en sí misma; todo le salía mal y otros salían afectados.

¿Cuándo volvería a ver a Thanatos? Empezaba a creer que nunca porque no tenía idea de a donde habría ido pero su corazón ya le lastimaba y lloraba en secreto.

*****************************

Hola!!!! Ok, no me resistí, tenía que poner la siguiente parte :). Me ganaba la curiosidad y la ansiedad, así que aquí tienen su continuación.

Espero sus comentarios. ¿Qué opinan sobre esto? ¿Hades se excedió? ¿Qué pasará ahora con Thanatos?

Ahora sí, espero verlos en el siguiente capitulo!!!

Espero subirlo pronto.

Abrazos y besos!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top