Capítulo 9 Sorpresas
Capítulo 9: Sorpresas
-Narra ________-
Ya ha pasado un mes desde que estamos en Tokio. No podíamos llegar solo así e ir de inmediato a buscar a Iosef, necesitábamos una estrategia. Al pasar los días hemos estado practicando cómo ejecutar el plan para que no exista ningún punto de quiebre. He estado practicando algo de ataque cuerpo a cuerpo con John, ya que es uno de mis puntos un tanto débiles desde nuestro retiro y sé, que si no queremos margen de error, debo de mejorar para que no suceda. De igual manera, ambos hemos estado practicando con diferentes tipos de armas y diversos calibres; dentro del Continental, existe un lugar de práctica, entonces nos ha servido mucho. Sabemos que debemos ser tácticos, rápidos, precisos, discretos y evitar cualquier distractor. Esto debe terminarse de una vez por todas.
Solo que hay algo que llama mi atención: en los días que hemos estado entrenando hay ocasiones en que me siento un tanto mareada, y ya van varias ocasiones que siento náuseas.
-Podría ser que... -pienso y trato de hacer memoria, estaba entrenando con John.- No, no puede ser, porque la última vez fue hace un mes en las aguas termales y teníamos protección... No, no espera, eso fue la vez anterior... Ay ¿será acaso que sí? –estaba tan hundida en mis pensamientos que no note que John se acercó a mí para atacarme y por poco no esquivo su ataque, pasó su puño rozándome el brazo.-
-______, estás un tanto, distraída desde hace días. –me miro serio.- ¿Estás bien? –se acercó a mí.-
-Ehhh, yo... Bueno sí, estoy bien, pero hay algo que me inquieta... –mire a John, pero en seguida baje mi mirada y empecé a jugar con mis manos, nerviosa.-
-Debemos parar por hoy, mañana ya debemos de ir a terminar con esto. Vamos a la habitación, nos duchamos y bajamos al restaurante a comer algo y, ahí me cuentas qué sucede. ¿De acuerdo? –me sonrió y levanto mi rostro para que lo mirará y me dio un beso en la frente.-
Fuimos a nuestra habitación para darnos un baño. John se ducho junto conmigo con el dulce pretexto de que podríamos ahorrar tiempo al hacerlo. Fueron risas y juegos entre burbujas de jabón y espuma. Queríamos disfrutar estos momentos antes de mañana. Salimos del baño y nos cambiamos de inmediato. Cuando estaba secándome el cabello, John se acercó a mí, se detuvo detrás y puso sus manos en mi espalda.
-Recuerdo que hace un tiempo, te gustaba mucho que cepillara tu cabello. –rio.- ¿Recuerdas? –tomo el cepillo del tocador y empezó a pasarlo por mi cabello que aún estaba un poco húmedo.- A mí me encantaba hacerlo, porque podía sentir el aroma que desprendía cuando lo empezaba a peinar, justo como ahora.
-Y a mí me encantaba que lo hicieras, cómo ahora. –lo mire por el espejo y él sonreía.- John, necesito decirte algo que puede ser importante.
-Ahora no, espera a que estemos abajo comiendo. Listo, ya quedó. –dijo acomodando el cepillo en el tocador.- Ven, vamos, que tengo hambre. –me dio su mano para que la tomara, yo sonreí y salimos de la habitación.-
Al llegar al restaurante del Continental, nuevamente me quedé asombrada. Quiero decir, la última vez que estuve en Japón nunca tuve la oportunidad de probar la comida y ahora siento a mis papilas gustativas hundirse en un mar de sabores deliciosos. Comimos ramen con yakisoba, udon y onigris. Jamás en toda mi vida, había comido algo tan rico y, seguramente también porque mi compañía era maravillosa. Hace mucho que no veía a John un poco más relajado, lo veía feliz y disfrutar de su comida, tanto que varias veces tuve que limpiar un poco su boca con una servilleta, porque no se daba cuenta que tenía un poco de comida en la barba o en los labios. Incluso disfrutamos de un delicioso tempura. Yo jamás había probado el helado frito pero John insistió mucho en que lo hiciera, acepte y no me arrepiento en lo absoluto. Quizá algún día intente prepararlo. Estaba pasando un momento tan agradable que me había olvidado del pequeño detalle que me tenía preocupada.
Cuando terminamos la comida, John me miró fijamente.
-Bien, ahora que ya comiste –sonríe.- dime lo que tenías que decirme. -tomo mi mano y sentí su cálido tacto con mi piel.-
-Ah, sí, eso. Verás... -nuevamente me puse nerviosa y baje la mirada y John soltó una leve risa.-
-Escucha, solo dímelo. Es extraño verte así, nerviosa, hace mucho que no te pasaba.
-Está bien. –tome una gran bocanada de aire y en seguida hable.- John, necesito que me digas si de este par de veces que hemos tenido relaciones ¿usamos protección en ambas? –lo mire y él solo frunció el ceño, un tanto confundido.-
-Eh, bueno, creo que solo la primera ocasión, ésta última en las aguas termales, no... -puso nuevamente su mano sobre la mía.- Espera, tú me quieres decir que... ¿estás... embarazada? –vi como en sus ojos se empezó a notar un indicio de un brillo especial.-
-Yo, bueno... -sonreí tímidamente.- es que aún no lo sé, no estoy segura. No me he hecho una prueba, pero en estos últimos días que hemos estado entrenando, me había sentido un poco, extraña.
-Por eso los mareos y las idas al baño repentinas ¿eh? –rio.- Bien, pues ¿qué estamos esperando? Yo necesito saber si es un sí o un no.
John y yo salimos del Continental y caminamos a una farmacia. En todo el camino fuimos tomados de la mano. Al llegar, una amable chica nos atendió.
-Hola qué tal, buenas noches. ¿En qué puedo ayudarles? –sonrío amablemente la chica en el mostrador.-
Pude ver que en su gafete decía Lauren.
-Hola Lauren, buenas noches. –sonreí.- Quisiera por favor una prueba de embarazo.
-Oh claro, dame un minuto. –Lauren fue hacía la parte de atrás en busca de la prueba y yo mire a John que revisaba las cositas de bebé muy intrigado. No pude evitar sonreír al verlo de esa forma, me pareció demasiado tierno y, al parecer notó que lo miraba fijamente porque volteo a verme, se sonrojo y luego me indicó señalando hacia atrás que Lauren estaba de regreso en el mostrador.-
-Aquí está señorita...
-__________, dime _________, y háblame de tú, por favor. -reí.-
-Está bien __________ -sonrió y me entregó una cajita azul con la prueba.- Aquí está, adentro vienen las indicaciones, pero si tienen alguna duda, puedo explicarte cómo se hace ahora mismo.
-Por favor. –reí y Lauren conmigo.-
-Bien, pues es así... -Lauren me explicó paso a paso cómo usar la prueba y cuando terminó, alzó la mirada y vio a John que seguía mirando en la sección de bebés.- ¿Él es el futuro padre? –señaló a John con la mirada.-
-Así es. ¿Cómo lo sabes? –ahora ambas mirábamos a John.-
-Porque se nota, y que son primerizos. De la gente que está ahora en la farmacia y, de esas personas, los que son hombres, él es el único que está en esa sección. –rio.-
John escuchó nuestras risas y alzó la mirada a donde estábamos. Nuevamente noté un leve sonrojo en su rostro, se colocó las manos en las bolsas del pantalón y caminó hacia nosotras.
-¿Listo? –me miró.-
-Listo. –le mostré la cajita azul que tenía la prueba adentro.-
Nos despedimos de Lauren y regresamos caminando al Continental, nuevamente John me tomaba de la mano mientras caminábamos. Al llegar, fuimos directo al elevador para subir a nuestra habitación, cuando entramos me senté en la cama y John a mi lado. Abrí la cajita azul y comencé a leer las instrucciones. Eran justamente las que Lauren me había dicho, parecía sencillo.
-Bien, ahora regreso. No tardo. –toqué la mejilla de John y él cerró sus ojos y luego le dio un beso a mi mano.-
-Aquí te espero. –contestó.-
Fui al baño y cerré la puerta, leí nuevamente las instrucciones para estar segura de no equivocarme, porque solo habíamos comprado una prueba. Es increíble, podemos crear toda una estrategia para ir detrás de un hijo malcriado, pero no podemos comprar dos pruebas de embarazo por si me equivoco con una. Fui paso a paso y, afortunadamente, hice bien todo. Salí del baño y cuando abrí la puerta vi a John recostado en la cama con sus brazos sirviéndole como apoyo para recostar su cabeza. Al verme, se levantó en seguida.
-¿Y bien? –preguntó impaciente.-
-Tranquilo. –reí.- En la cajita dice que debemos esperar entre 10 y 15 minutos para que arroje el resultado.
Deje la prueba en la mesita de noche que teníamos en frente y nos acostamos de nuevo en la cama y entrelazamos nuestras manos.
-Si resulta positivo, como desearía que fuera en otras circunstancias. –dijo John.-
-¿A qué te refieres? –pregunté y gire mi cabeza para mirarlo, él hizo lo mismo.-
-Ya sabes, no estar pasando por esta situación, poder estar más tranquilos, sin peligro ni preocupación.
-Entiendo, pero, si resulta positiva, entonces ahora tenemos otro motivo para terminar con esto cuanto antes. –sentí la mano de John apretar la mía con fuerza.-
-¿Miramos? –preguntó.-
-Miremos. –vi el reloj y ya habían pasado 15 minutos.-
Nos incorporamos y ambos miramos la mesita y luego nos miramos nosotros. John puso su mano sobre la mía y yo suspire profundamente, tome la prueba y la leí.
Positivo.
-John... -lo mire a los ojos.- Es... positiva.
-¿De verdad? –se acercó más a mí y vio con sus propios ojos el resultado.- Dios _______ ¡no puedo creerlo! ¡Voy a ser papá! ¡Voy a ser papá! ¡Vamos a ser papás! –se levantó de la cama y a mí junto con él, me tomó de la cintura y me abrazo.-
-Sí, John. Vamos a ser papás. –correspondí su tierno abrazo y sentí de pronto que una gotita cálida cayó en mi mejilla, John tenía lágrimas en los ojos.- ¿Por qué lloras? –le pregunté.-
-No pienses mal, me siento irremediablemente feliz. Pero a la vez tengo miedo. Miedo de que nuestro hijo llegué a este mundo tan cruel y horrible.
-John, de eso nos encargaremos nosotros, de volverlo mejor para él, o ella. –sonreí.- Y lo primero es terminar con el asunto de Iosef, después de eso, veremos qué hacer.
-Tienes razón. –me dio un beso en los labios.- Por ahora, quiero ir a dormir pensando que mi vida ahora tiene un significado más importante: cuidar de ti y de nuestro hijo o, hija. –río.- Y que con su llegada, habrá más luz, más, esperanza.
-Te amo. –me pare de puntas, me deje caer en sus brazos y le di un beso en sus labios, esos labios que son mi lugar favorito en todo el mundo.-
-Y yo a ti. –correspondió mi beso.-
Hola lectores bellos. Perdón si no había actualizado, pero apenas el viernes terminé mis exámenes en la universidad. Ya acabó el cuatrimestre y tengo dos semanas de vacaciones, por lo que es seguro que mañana (o pasado) actualice de nuevo. En fin, aquí les dejo este capítulo que, en lo personal, me pareció muy tierno. No sé cómo es que me salen las ideas de repente, solo me pongo frente a mi laptop y mis dedos no dejan de escribir. Pero es algo que adoro hacer. Espero les guste y que disfruten de leerlo, como yo de escribirlo. Les dejo y como siempre una fotito de Keanu baby para que esperen mi próxima actualización. Un beso. Atentamente: su escritora Abi. :D
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