Capítulo 8 Un viaje inesperado, parte II.
Capítulo 8: Un viaje inesperado, parte II.
-Narra John-
Al volver al Continental pude ver a _________ un tanto frustrada, pero no entendía el por qué. No es que la situación la hiciera salir de su zona de confort, puesto que antes viajábamos a distintas partes para poder llevar a cabo los negocios. Quizá sienta que esto es demasiado, tal vez por eso se sienta de esa manera. Al llegar a la habitación yo comencé a empacar todas mis cosas y _________ fue a donde Winston para pedirle que nos proporcionara algo en que movernos para el viaje. Como a la hora que volvimos ya era tarde, no había mucho por hacer, terminé de empacar mis cosas y _________ aún no llegaba. Naturalmente, me sentía agotado. El retiro de cinco años me había hecho volverme algo digamos, lento y mi cuerpo estaba pagando las consecuencias. Desabotoné mi camisa y pude notar que tenía varios moretones en los brazos, la espalda y el abdomen. Al mirarlos sentí que tenía un propósito, que todo esto tenía un motivo; más allá de la venganza, ahora tengo nuevamente a quien proteger y por quien luchar para salir de esto. Era ________ y necesitaba acabar con todo esto de una vez por todas.
Me dolía el cuerpo, así que decidí darme una ducha. Había pensado primero planear todo el movimiento con _______, pero como no llegaba, sería mejor primero hacer lo otro.
-¿Es en serio? ¿Japón? –pensé mientras el agua tibia me recorría el cuerpo.- Hace años que no voy allá.
Justo cuando estaba saliendo del baño, escuché la puerta de la habitación abrirse y en seguida la voz de _______ mencionando mi nombre, buscándome.
-Hola, aquí estoy. –sonreí.-
-Hola John. –contestó ella sentándose en la cama.- Veo que ya estás un poco más relajado. Tengo buenas noticias. –me lazó una toalla para que me secara el cabello.- ¡Tenemos transporte! –esbozó una amplia sonrisa y alzó sus brazos en señal de triunfo.-
-¿De verdad? ¿Y cómo? –pregunté acercándome a ella, para sentarme también en la cama.-
-Pues, por eso fui con Winston. Tenemos un jet privado a nuestra disposición para que mañana a primera hora estemos en camino a... -suspiro.- Japón.
-Oye, tengo una pregunta. ¿Por qué tu pesar respecto al hecho de que tengamos que ir a Japón para terminar este asunto? –incliné mi cabeza para poderla ver mejor, ya que ella estaba cabizbaja.-
-Pues porque, me parece absurdo que por la culpa de un hijo arrogante y malcriado y de su padre consentidor, tengamos que viajar hasta el otro lado del mundo para poder saldar cuentas. Solo piénsalo John, no es justo. –recargó su mentón en su mano.-
-Tienes razón, pero piénsalo de esta manera: si podemos cerrar de una vez por todas este desafortunado evento, podremos regresar a la vida que llevábamos antes y –entrelacé su mano con la mía.- nuevamente justos. –sonreí.-
-Tienes razón, debemos enfocarnos en lo positivo y terminar con esto de una buena vez.
Después de eso, _________ también se dio un baño. Pasamos una noche dentro de lo que cabe, tranquila, pudimos dormir y descansar lo suficiente, pues a la mañana siguiente, nos despertamos a primera hora para dirigirnos a donde estaba el jet que nos llevaría a Japón.
-Narra ________-
El viaje fue largo y pesado. La espalda me estaba matando, siento que mi cabeza explotará en cualquier momento y a pesar de ir en un jet que es de lo mejor que existe, el tener que viajar durante 13 horas seguidas, no es muy agradable.
Al fin aterrizamos en Tokio y una vez que tuvimos los pies en tierra, John se movilizó para rápidamente dirigirnos al Continental de la ciudad.
Cuando llegamos, no podía creerlo. Al ver la fachada, estaba totalmente idéntico a lo que recordaba, pero el interior, acaparó toda mi capacidad de asombro. Era bellísimo, se notaba que tenía poco que lo habían remodelado; las suaves alfombras en el piso, una sala de estar totalmente bien acondicionada, muebles hechos a la perfección, las paredes llenas de colores intensos y hermosos, con pinturas que hacían honor a la cultura japonesa y sus tradiciones, candelabros de cristal que colgaban del techo y que, al pasarles la luz, hacían que en todo el lugar se reflejaran colores, como en un prisma.
Estaba tan perdida apreciando la arquitectura interna del hotel que no escuché cuando John me pidió la moneda para entregársela a Rin, la recepcionista; ella al notar mi reacción no evitó que de su boca se escapara una leve y casi inaudible risa.
-Srta _________ puedo notar que ha observado que el Continental ya no es el mismo que conoció hace años. –sonrió Rin.-
-Pues tienes razón, la verdad es que si me sorprendió mucho. –le entregué mi moneda a Rin y John hizo lo mismo.-
-Queremos una habitación doble, por favor. Planeamos quedarnos un par de días, pero depende de los negocios, podrían ser más.
-Oh, perfecto Sr Wick. Entonces aquí están sus llaves. Es un gusto tenerlos a ambos aquí de nuevo.
-Gracias Rin. Le sonrió amablemente John.-
Cuando llegamos a la habitación y al verla nuevamente me di cuenta que era exactamente como yo la recordaba.
-Rin tenía razón, no ha cambiado nada. –pensé y sonreí.-
Pero en esos pensamientos también llegaron recuerdos y uno de ellos fue que en este hotel en una ocasión John y yo nos habíamos dejado llevar por la situación y terminamos con la primera vez juntos. Al pasar los recuerdos por mi mente, no pude evitar sonrojarme y mire a John por el rabillo del ojo; me estaba mirando y sonreía. También había recordado.
Ya era muy tarde, no había mucho por hacer en ese momento, lo único fue que acomodamos nuestras pertenencias y estábamos dispuestos a dejarnos caer en la cama a dormir cuando se me ocurrió asomarme por la ventana y lo que vi, hizo que abriera los ojos. Abajo había unas aguas termales. ¡Dios! Cuando estuve aquí la última vez, eso no estaba. Mi cuerpo estaba molido, con moretones y heridas, cansado y pedía a gritos un descanso. Necesitaba ir, aunque fuera algunos minutos, estaba segura que me lo iba agradecer a la mañana siguiente. John se acercó a mí y miró también por la ventana.
-¡Oye! Eso no estaba aquí la última vez que estuvimos aquí. –se cruzó de brazos.-
-Lo sé. –reí.- Hummmmm, sé que esto no son vacaciones ni nada por el estilo, pero si el gerente puso eso –dije señalando las aguas termales.- fue para que las usáramos y, en lo personal, me siento con el cuerpo hecho pedazos, necesito solo un poco de energía para poder continuar. Voy a ir. –dije decidida.-
-________, así como tú dices, esto no es ningún tipo de vacaciones o alguna recreación, pero a mí también me vendría bien un par de minutos allá abajo. –dijo-.
-John, vamos entonces. –reí y lo tome de la mano para salir de la habitación.-
Bajamos y llegamos a la entrada donde se encontraba el lugar donde queríamos llegar. Solicitamos un servicio e inmediatamente el personal nos conoció a John y a mí, nos saludaron y nos guiaron a un cuarto donde podías guardar tu ropa mientras estabas ahí, entramos a un vestidor y salimos con unas yukatas puestas, pero era lo único que cubría nuestro cuerpo. Vi que John se había recogido el cabello en una media coleta, dejando más libertad para ver su rostro. Nuevamente el personal nos guío hacía donde estaban las aguas termales y al llegar nos dimos cuenta de que, había un espacio para hombres y otro para mujeres. La verdad es que nuestra intención era pasar ese tiempo relajado juntos, pero no contábamos con que esa era la forma en que se hacía en Japón y debíamos respetarla. Yo me había resignado y ya estaba dispuesta a entrar al agua, pero John tenía otra idea.
Me hizo una seña para que lo siguiera y pasábamos discretamente para que no nos notaran. Llegamos a una de las áreas más alejadas donde había un pequeño y acogedor oasis. Para nuestra suerte no había nadie y, estaba alejado de la multitud, pero existía peligro de que si hacíamos ruido o alguien pasaba cerca, nos podrían descubrir. Quiero decir, no es que estuviéramos rompiendo un regla del Continental, pero sí una manera establecida de hacer las cosas en la cultura japonesa.
Sinceramente, no nos importó y el vapor que emanaba el lugar, nos ayudaba bastante si es que era necesario escondernos. Nos metimos al agua cálida dejando nuestros cuerpos totalmente desnudos. El agua al tacto con mi piel era tan relajante que no pude evitar suspirar. Tenía mis ojos cerrados, y estaba descansado mi espalda en una orilla de la alberca, cuando de pronto siento una respiración profunda cerca de mi rostro. Al abrir los ojos me encuentro a John frente a mí; su cabello estaba algo mojado y, a pesar de que lo tenía sujeto, algunos mechones rebeldes caían en su rostro.
-Ojalá esto fuera en otras circunstancias. –dijo mientras bajo el agua ponía sus manos en mis caderas y me pegaba más a él.-
-¿Te das cuenta que si nos descubren tendremos problemas por no seguir las tradiciones japonesas? –reí y cada vez nuestras bocas se encontraban más cerca.-
-Oh _______, tú y yo sabemos bien que ese sería el menor de todos los problemas que hemos tenido. –ya estaba tan cerca que sus labios chocaban con los míos.-
Ambos pegamos nuestra frente con la otra, sus labios me tentaron y no pude evitar más lo que deseaba. Lo besé y él me beso, presionamos nuestros labios y mi pulso se aceleró, toqué su pecho y pude notar que su ritmo cardiaco también había aumentado. En parte por lo acontecido en el momento, pero también por el riesgo de ser descubiertos. Me excitaba y gustaba bastante la idea del "riesgo" que implicaba hacer lo que hacíamos y por Dios, esos labios eran mi lugar favorito.
Se separó de mis labios y lentamente bajo hacia mi cuello, mientras yo acariciaba su espalda con mis manos. En ese momento el pulso se nos aceleró cuando escuchamos pasos cerca de donde estábamos. Nos escondimos en el agua y lentamente los pasos se fueron alejando. John y yo nos miramos y sonreímos para poder continuar con lo que estábamos haciendo.
Nuevamente puso sus labios en los míos y mis manos se enredaban en su cabello sedoso. Después de una serie de besos y caricias, yo ya me sentía lo suficientemente excitada para pasar a lo siguiente, así que mordí el labio de John y él comprendió mi mensaje. Se acercó a una orilla de la alberca y recargó su espalda en ella, yo enrede mis piernas alrededor de su cintura y en ese momento lo sentí dentro de mí. Pero ésta vez, me había dejado tomar el control de la situación pues la última vez, él la había tenido; al ser yo la que estaba al frente, me podía mover con libertad y en un vaivén de mis caderas, sentía a mi cuerpo quebrantarse de placer. John con sus manos acariciaba mis senos y yo ya no podía más. De pronto sentí que el jadeo y soltó un gruñido; me abrazo haciendo que fuera más profundo en mí, al hacer eso no pude evitar soltar un sonoro gemido que, me dio miedo pensar que alguien llegara y nos viera; pero ya eso me importaba poco, estábamos a punto de llegar a nuestro clímax y fue entonces que mi espalda se arqueo y sentí mi cuerpo liberar toda la tensión acumulada, logrando hacerme sentir un placer inmenso. En realidad logramos terminar los dos juntos. Duramos unos minutos abrazados y John tenía su cabeza descansando en uno de mis hombros.
-_______ ¿Tienes idea, de cuánto te amo? –me miro.-
-Claro que sí, porque de la misma forma te amo yo. –sonreí.-
Salimos de la alberca y nuevamente nos pusimos las yukatas y a hurtadillas, íbamos escondiéndonos de la gente. Era gracioso vernos de esa manera, porque siendo realistas, en este punto, escondernos por esto, era lo más inocente que habíamos hecho hasta ahora.
Cuando llegamos a nuestra habitación eran las 10:45 de la noche. Así que nos dimos el tiempo de preparar lo que haríamos para buscar a Iosef a partir de mañana.
Cuando al fin terminamos, me recosté en la cama y ya no me sentía tan cansada como cuando recién habíamos llegado. Habíamos durado unas tres horas abajo, así que, mi cuerpo estaba bastante relajado y a pesar de que aún estaba lastimado, al igual que el de John, ya no me dolía como hace unas horas.
-Muy bien, ya tenemos todo listo. –dijo John mientras se acomodaba en la cama conmigo.- Te prometo que mañana comenzamos con el final de todo esto. –entrelazo su mano con la mía y le dio un beso.-
-Gracias John. –suspire y le dedique una sonrisa.-
-¿Gracias por qué? –preguntó curioso.-
-Por estar a mi lado. –me acomode en su pecho y me quede profundamente dormida.-
Hola lectores bellos. Lo prometido es deuda y, esta es la segunda parte del capítulo de ayer. :3 Espero les guste y que puedan disfrutar de leerlo como yo disfrute al escribirlo. Tengo más inspiración para los próximos capítulos, así que estén atentos... La verdad, no sé hasta dónde voy a alargar esta historia, pero quiero nuevamente agradecerles por las más de 300 lecturas. <3 Son un amor, muchas gracias. Por cierto, este capítulo va dedicado a una seguidora del fic y amiga, Sharon quien fue la que me dio la idea de lo de las aguas termales jajajajaja, gracias. :3 Como siempre, les dejo este Keanu baby para que esperen mi próxima actualización, un beso y gracias por leer. Atentamente: su escritora Abi. :D
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top