Capítulo 7 Un viaje inesperado, parte I.
Capítulo 7: Un viaje inesperado, parte I.
-Narra ___________-
A la mañana siguiente, desperté acostada sobre el pecho de John y él con su brazo izquierdo me tenía abrazada. Trate de incorporarme de la manera más discreta posible, no quería despertarlo. Cuando por fin logré quedar sentada en la cama, mire a John que dormía tranquilo y en su pecho se notaba que respiraba profundamente. Dormía, (o por lo menos eso creía.)
-________ ¿por qué me miras tanto? –dijo John aún con los ojos cerrados pero con una media sonrisa en sus labios.-
-¿Eh? –abrí los ojos.- ¿Cómo lo sabes? –pregunté y me acerqué a él.-
-Porque –abre los ojos- siempre das un largo y profundo suspiro cuando miras algo fijamente o alguien, en este caso a mí. –me contestó sonriendo.- Y desde que te conozco, lo sé. Siempre lo hacías cuando me mirabas y, lo sigues haciendo.
-Bueno, supongo que los viejos hábitos de arraigan. –sonreí a acaricie la mejilla de John.-
Él reacciono a mi tacto y, de inmediato, acomodo su mejilla en mi palma y cerro sus ojos.
-________, -dijo aún con los ojos cerrados y su mano en la mía.- Necesitamos hablar, sobre lo de anoche.
-Pienso lo mismo. ¿Sabes? Anoche, antes de quedarme dormida, pensé que quizá jamás puedes olvidar a quien fue tu primer amor y John, mi primer amor fuiste tú. –acomode un mechón de su cabello que se asomó a su rostro y puede notar que sus mejillas estaban levemente sonrojadas.- Tú y yo hemos compartido tantas cosas, experiencias y sentimientos que son muy... fuertes. La verdad es que también me sentía un poco afligida, porque hace apenas unos días mi esposo falleció y luego también está lo que sucedió con Helen y que de igual forma, sucedió hace poco. –John me miraba atento y ahora mi mano ya no estaba en su mejilla, sino que estaba entrelazada con la suya.- Así que, los sentimientos me agobiaban, pero cuando me diste esas palabras, cuando susurraste en mi oído, entendí que no podía estar lamentándome ni queriendo ocultar las cosas. Quizá en su momento decidimos terminar porque éramos más jóvenes y tal vez menos maduros para poder formalizar algo tan serio; luego conocimos a personas que se convirtieron en una motivación, personas a las que amamos; quizá ellos llegaron a nuestras vidas para enseñarnos lo que es importante y lo que tenemos que cuidar, lo que hay que preservar. Quizá ahora tengamos una segunda oportunidad y la verdad John, es que, yo todavía te amo. –sonreí y lo mire a los ojos.-
-Tienes que saber una cosa. –me dijo John y apretó mi mano en su pecho.- Cuando Daysi llegó a la puerta de mi casa, venía acompañada de una pequeña carta de Helen para mí, pero algo que llamo mucho mi atención fueron estas palabras: "Necesitas algo o a alguien a quién amar, porque el auto no cuenta. Por ahora puedes amar a Daysi, pero si en algún momento puedes encontrar a una mujer que este a tu lado, que te cuide a ti y a tu corazón, no dudes en darle todo el amor que alguna vez me diste a mí. Te mereces ser feliz, por favor, sé feliz. Te amo por siempre." –unas lágrimas empezaron a correr por sus mejillas.- ________, Helen deseaba que yo pudiera ser feliz, que yo pudiera amar de nuevo. Y, a quien amo es a ti.
En ese momento sentí sus brazos rodearme y su aroma embriagar mis sentidos, me envolvió con un suave abrazo el cual, correspondí.
-Helen siempre fue una mujer maravillosa. –sonreí.- Ahora que mencionas esto, cuando Adam murió sus últimas palabras fueron algo parecidas; me dijo que buscara mi felicidad, que la encontrara y que fuera feliz y que siempre me amaría. John –lo mire- si de algo estoy segura es que feliz es como me siento contigo. Siempre ha sido así.
-Entonces, es nuestra segunda oportunidad, pero esta vez, es diferente; ahora sé que siempre fuiste tú, ____________ –le dio un tierno beso a mi mano.-
-Siempre fuiste tú, John. –acune su rostro en mis manos para dar paso a un beso que hizo mis sentidos vibrar.
Después de aquellas declaraciones importantes, era momento de volver a atender el asunto pendiente.
John fue inmediatamente a donde Winston para averiguar más detalles y obtener información de contactos, por mi parte salí a buscar a algunos de los hombres de Viggo que estaban de guardia en uno de sus clubs nocturnos: The Red Circle. Cuando volví al Continental y subí a la habitación, no vi a John por ninguna parte, así que regrese a recepción a preguntarle a Charon y ver si sabía algo.
-Oh, señorita __________ ¿qué tal, en qué puedo ayudarle? –dijo mientras se acomodaba sus lentes.-
-Hola Charon. ¿De casualidad has visto a John pasar por aquí?
-Oh, seguro. El Señor Wick se encuentra en el restaurante que está al fondo a la izquierda. En realidad, la está esperando - sonríe.-
-Oh, vale. Bueno entonces, iré con él. Muchas gracias Charon. –dije mientras movía mi mano en señal de despedida.-
Cuando me dirigía al restaurante, sentí que una mano me tomó por la muñeca y de pronto, me vi acorralada en la pared.
-¡Aghhh! ¿De nuevo tú? –dije molesta.-
-Así es, querida. –sonrío Santino- ¿Es que acaso te caigo tan mal? –tenía su cuerpo pegado al mío.-
-Oye, oye, oye. Estás cruzando la línea. –dije mientras ponía mis manos frente a mi rostro para separalo.- Mira, tú y yo tenemos una estricta y cordial relación profesional que, naturalmente, no se extiende más allá de nuestros negocios. –lo empuje y pude alejarme de la pared.- Así que es importante para mí resaltarte que, si vuelves a hacer lo que acabas de hacer, porque ya está es la segunda ocasión; si hay una tercera, no tendré más remedio que clavarte un cuchillo en el esternón y esperar a que lenta y dolorosamente, desfallezcas y mueras. Y créeme, podrás considerarlo una cortesía profesional. –Santino abrió los ojos y soltó el agarre de su mano de mi muñeca.- Me aparte y empecé a caminar nuevamente hacia el restaurante.-
-No podrás si me quedo aquí. –se cruzó de brazos.-
-Ah querido, ya sé que eres un cobarde y por eso te quedarás aquí. Pero yo no soy una estúpida como para quebrantar las reglas de este hotel. –voltee y le guiñe un ojo.- Algún día tendrás que salir.-
Al llegar al restaurante, vi a John sentado en una mesa viendo el menú disponible. Rápidamente llegué hacía él, me senté y sonreí.
-Hola. –dije sonriendo.-
-Hola. –se quitó el menú que le cubría el rostro, me dio un beso en la mejilla y sonrió.- ¿Qué se te antoja? Mira.- Me dio el menú y yo empecé a leer.-
Tuvimos una tranquila y agradable comida y cuando por fin terminamos pude hacerle una pregunta.
-John ¿qué pasó cuando fuiste con Winston? ¿Pudiste obtener información de los contactos?
-Te diré que, está todo bajo control, tengo una pista que traerá a Viggo hasta nosotros y así, al tenerlo de nuevo de frente, podremos hacer que nos diga dónde está Iosef.
-Pues, yo también obtuve información importante de uno de sus hombres que estaba haciendo guardia en el The Red Circle. Tengo una ligera corazonada de que ambos sabemos lo mismo.
-Pues vamos arriba entonces. –John tomó mi mano y nos dirigimos nuestra habitación.-
Al llegar, cerró la puerta y se sentó en una silla y yo al borde de la cama.
-Bien, para averiguar si tu corazonada es cierta, a la cuenta de tres, ambos decimos la pista que obtuvimos. ¿De acuerdo? –John me miró.-
-Vale. –asentí.-
-Uno...
-Dos...
-Tres.
-¡La fachada de la Iglesia falsa! –dijimos los dos al mismo tiempo.-
-Oh sí, sabía que estaba en lo correcto. –sonreí triunfante.-
-Muy bien, esa es mi _________. John se acercó y me dio un beso en la frente.-
Rápidamente nos alistamos y fuimos directo a donde se encontraba la "Iglesia." Al llegar un "sacerdote" nos dio la bienvenida. Yo miraba alrededor y sí que era una buena fachada, hasta la música de órgano típica en estos recintos se podía escuchar ahí adentro. Aquel sacerdote falso se acercó a nosotros y justo antes de que pudiera pronunciar una sola palabra, John sacó un arma y le disparó a quema ropa.
-¡Hijo de perra! ¿Sabes con quién se están metiendo? –nos preguntó.-
-Claro que lo sabemos, imbécil. Por eso estamos aquí. –me acerque a John.-
-Rápido, vamos a la bóveda. –John tomó al hombre y lo levantó del piso para hacer que caminara.-
Al llegar a la bóveda, nos encontramos con una reja con un candado espacial, el cual solo podía ser abierto mediante voz.
-Abre. –dijo John muy tranquilo, apuntando su arma a la cabeza del hombre.-
-¿Acaso crees que amenazándome lograrás que abra esta puerta? –miró a John.-
-Sí. –contestó firmemente y le disparó cerca de las piernas.-
-¡Pero Viggo me matará! –gritó.-
-Ajá, abre la bóveda ahora. –finalizó John.-
En ese momento el hombre dijo un par de palabras en ruso y, en automático la puerta de la bóveda se abrió dejando ver a dos mujeres vestidas muy formalmente contando billetes.
-¡Qué tal señoritas! –dije.- ¿Podrían hacernos el favor de salir de aquí?
Ambas mujeres salieron corriendo de la bóveda con las manos en la cabeza. Por su parte el hombre vestido de sacerdote solo nos miraba.
¿Y qué piensan hacer con todo eso? –preguntó.-
-Esto. –dijimos John y yo al unísono y dejamos caer un par de bengalas dentro de la bóveda que al instante, incendiaron todo lo que dentro se encontraba.
Viggo no tardó mucho en hacerse presente, al llegar, venía con varios hombres, todos armados y todos buscándonos a John y a mí. El hombre vestido de sacerdote fue asesinado por abrir el paso al hombre de la bolsa y a su mano derecha. Cuando estaban un poco más desprevenidos, John y yo salimos al frente. Entre disparos, gritos y ataques por la espalda, nos vimos envueltos en una batalla campal. De un momento a otro, nos dimos cuenta de que Viggo estaba volviendo a escapar, así que corrí para alcanzar la camioneta donde se había ido.
-¡Ve, corre, te alcanzo en un minuto! –dijo John al estar peleando con los últimos hombres.-
Salí corriendo por el edificio de atrás tratando de alcanzar la camioneta donde Viggo se había ido, cuando por fin pude alcanzarlos, los intercepté disparando a los neumáticos provocando que chocaran contra una pared de concreto. Justo en ese momento, John se unió a mí. Yo me subí al cofre de la camioneta y disparé al parabrisas, John disparó a las puertas de la camioneta y Viggo salió en seguida.
-¡Ah, demonios! ¿Qué carajo son ustedes? –nos miró.-
-No quieres saber. –conteste.-
-¿Dónde está Iosef? –preguntó John a Viggo.-
-No les diré nada. –en ese momento cargue mi arma y dispare nuevamente junto a su brazo.
-¿Dónde está, Viggo? ¡Responde! –le apunte con el arma.-
-Está bien, está bien. ¿Si les digo, me dejaran ir? –preguntó y John y yo asentimos.-
-Bien. –suspiro.- Está en Japón, en una casa segura. 2-4-2 Yaesu Chuo-ku, Tokio.
-¿Tokio, Japón? Es una broma ¿no? –mire a Viggo con el ceño fruncido.- Si nos estás mintiendo, te juro que...
-Dice la verdad. –dijo John.-
-¿Eh? –lo mire confundida.-
-Confía en mí. –me miro y sonrío.-
-Está bien. –le devolví la sonrisa.-
-Pero... -musitó Viggo.- Los están esperando, saben que van para allá.
-Lo sabemos. -contestó John.-
-Pero no nos importa. –terminé la frase.-
Y nos marchamos directo al Continental para planear el viaje, dejando a Viggo atrás tratando de recuperar el aliento.
Hola queridos lectores bellos. Ya paso una semana desde mi última actualización y quería pedirles una disculpa. Estuve con mis proyectos finales de la uni y pues, entre trabajo y todo, me fue complicado, pero hoy fue mu último día de clases, así que por eso, me puse a escribir. Uwu <3 Aquí está el nuevo capítulo; recuerden que es en dos partes. Mañana subo la segunda. Muchas gracias por seguir leyendo mi historia, son unos soles. Atentamente: su escritora, Abi. :D
Les dejo esta foto de Keanu baby para que esperen mi actualización de mañana. :3 <3
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