Capítulo 6 Nunca deje de sentir.
Capítulo 6: Nunca deje de sentir.
-Narra ________-
¡John me estaba besando! De nuevo, como hacía tantos años... Sentir sus dulces y carnosos labios a juego con los míos, otra vez, era como un paraíso en su boca. Su lengua jugueteando con la mía me hizo recordar tantos momentos que habíamos pasado juntos. De manera automática mordí su labio y el jadeo. Mis manos jugaban y recorrían toda su sedosa y azabache cabellera, mientras él descansaba una de sus manos en mi pierna y con la otra acariciaba mi mejilla.
Entre beso y beso, ya la ropa iba estorbando. Lentamente John bajo hasta mi cuello y hundió su cabeza mientras aspiraba fuertemente.
-Tu aroma... Hace tanto que no lo sentía. –dijo mientras que sus manos se escabullían debajo de mi camisa buscando el broche del sostén.-
De un momento a otro, lo soltó, y se me escapó una ligera risa. Sin más tiempo que perder, quite mi camisa y me deje caer de espalada en la cama y John sonrió. Ahora, iba dejando un camino de besos que iban desde mi cuello hasta mi vientre y justo ahí se detuvo. Yo me incorporé y volví a besarlo. Nuestras respiraciones iban a la par, agitadas y con el ritmo cardíaco acelerado. Me estaba dejando llevar...
-Narra John-
Después de que me besara, alejó un poco su rostro del mío y despacio y con calma, ______ fue desabrochando cada uno de los botones de mi camisa y, cuidando no lastimar mi herida, la retiro y con sus manos recorrió mi pecho hasta llegar a mi abdomen y ahí justo ahí se detuvo, estaba mirando la herida.
-¿Qué pasa? –levante su rostro con mi mano para me que me mirara.-
-Es que, me duele verte, así, tan lastimado. No quiero que estés así por culpa mía... -no la deje continuar porque tape sus labios con mi dedo índice.-
-No digas eso, por favor. Aquí ni tú ni yo somos culpables de esto, al contrario, tratamos de buscar una solución. –sonreí.- Ahora... -me acerque de nuevo a su boca.- ¿Podemos continuar con lo que estábamos?
-Narra ______-
John me tumbó de espaldas a la cama, no paraba de reír y eso me encantaba. Nuevamente empezamos a tomar ritmo y nos deshicimos de la ropa que aún teníamos puesta. Literalmente, ya estábamos como habíamos llegado al mundo. De un momento a otro, ya estaba encima de mí y tenía todo el control. Su cabello le caía sobre el rostro, me dedico una tierna sonrisa y puso sus labios en uno de mis senos. Lo acariciaba suavemente con su lengua y con la mano que no estaba usando para detener su peso, iba acariciando todo mi abdomen. Es que, me estaba dejando llevar, demasiado. Algo me decía que esto no estaba bien; quizá mi conciencia. Quiero decir, el hombre que fue mi esposo acaba de fallecer hace un par de días y yo ya estoy en un encuentro tan comprometedor con John... En ese momento él notó que estaba un poco afligida y, que ya no estaba sonriendo como antes, al parecer me adivino el pensamiento, porque levanto su rostro y se acercó a mi oído para susurrarme algo que hizo que todos esos pensamientos salieran de mi mente:
-Sé lo que te sucede, tal vez pienses que está mal. Ambos estamos pasando por un duelo, pero a pesar de todo yo, nunca deje de sentir. Y sé muy bien que tú tampoco.
La piel se me erizó, solté un largo suspiro y acune el rostro de John en mis manos para poderle dar un beso. Tenía razón, nunca habíamos dejado de sentir, ¿Cómo te puedes olvidar así de tu primer amor? Y más aún si han compartido momentos tan inolvidables. ¿Cómo?
Así que me deshice de todo pensamiento que me bloqueará, de todo pensamiento que no me dejará sentir a John de nuevo. Y sí, me deje llevar. El capto mi mensaje, sonrió triunfante y siguió con la labor que venía desempeñando hace un momento. Con su mano libre bajo hasta mi parte íntima y comenzó a acariciar. No pude evitar gemir. Poco a poco fue logrando que me excitara, con dos de sus dedos, me dio un suave masaje y la combinación de sus caricias y los besos fueron los culpables; inevitablemente me hizo llegar a un punto en el que mi cuerpo se estremeció de placer y el noto que estaba lo suficientemente lubricada para lo siguiente, pero yo no quería que solo él hiciera todo. Así que me levante de la cama y el solo me miraba. Nunca deje de establecer contacto con sus ojos y mientras lo hacía, fui llevando lentamente su miembro a mi boca. Cuando vio lo que hice, lanzó un leve gruñido y mordió su labio. Mi lengua se paseaba a lo largo de aquella erección hasta que llegó el momento en que ya no pudo más.
-Oh, ya... ya no puedo aguantar más. Ahhh, ¡_______! –gimió mi nombre y justo en ese momento sentí un líquido caliente que provenía de la prominente erección que ahora, era más leve.
John me tomo de la cintura y suavemente me cargo un poco para volverme a recostar en la cama. Me sentía con un deseo que me quemaba por dentro, quería tenerlo en mí de nuevo, que me hiciera suya otra vez. Lo necesitaba, extrañaba sentir de nuevo que era mío.
Él se incorporó y con el suave tacto de sus manos en mis piernas, las abrió despacio. Y en un instante, lo sentí de nuevo, en mí. Fue tan jodidamente glorioso. Comenzó con embestidas leves y tranquilas. Yo comenzaba a sentir cosquilleos en todo el cuerpo y aferre mis manos a la sábana de la cama. Arquee mi espada en señal de que quería que fuera más a fondo, John captó el mensaje y me tomó de las caderas para que fuera más fácil su entrada a mí. Lo miré, era tan perfecto. Algunas gotas de sudor se asomaban en su frente y su cabello caía en libertad sobre su rostro. Sonreía, y en sus ojos notaba un brillo especial, no dejaba de mirarme. Acercó su rostro a mi cuello para darle un beso, su barba de hacía cosquillas, luego pasó a mis labios y me beso. Pude aspirar su aroma a menta fresca; me embriagaba. Seguíamos besándonos y el seguía con sus embestidas que ahora eras más aceleradas.
Con mis manos recorrí toda su espalda y no pude evitar hacerle unos rasguños a lo que él jadeo y me regaló un gemido que hizo que me excitará aún más.
-Oh, John, no pares. Por favor. –dije para luego gemir en su oído.- Me abracé a él y las embestidas se volvieron más rápidas. Ambos sentimos que ya estábamos a punto de llegar al clímax, entonces sentí el cuerpo de John estremecerse y al mismo tiempo soltar un largo y ronco gemido. Nos corrimos juntos y él se dejó caer sobre mí. Me dio un beso en la mejilla, luego uno en los labios, otro en el cuello, en el hombro y en la mano. Yo sonreí. En nuestros cuerpos había una ligera capa de sudor. Nos acomodamos en la cama y me recosté en su pecho, John acariciaba mi espalda.
-Tienes razón. –hablé.- Nunca dejamos de sentir. –sonreí y lo mire.-
-Lo sé, nunca. –sonrió victorioso-. ¿Cuándo fue la última vez qué...? –preguntó y lo interrumpí.-
-Pues hace como siete años. –ambos reímos y John acomodo su cabeza sobre la mía-.
-¡Es tan reconfortante! –dijo-.
-¿Humm? ¿Qué cosa? –le pregunte mirándolo mientras sonreía.-
-Todo esto, y, tenerte a mi lado de nuevo. –dijo John mientras me daba un beso en la frente y yo de nuevo me acurruque a su lado para que me abrazara y poder dormir.-
-Sí, hace ya mucho que no me sentía así de... feliz. –pensé y me quede dormida mientras me abrazaba.-
Hola, buenas noches lectores bellos. :3 Aquí les dejo uno de los capítulos más esperados (creo xD) :3 Espero que disfruten de leerlo tanto como yo disfrute el escribirlo. <3 Muchas gracias por todo su apoyo a Siempre fuiste tú ya hay más de 150 lecturas y me siento muy contenta. Espero mañana volver a actualizar y de nuevo, muchas gracias por leer. Atentamente: su escritora, Abi. :D
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