Capítulo 12 Una nueva oportunidad.

Capítulo 12: Una nueva oportunidad.

-Narra ______-

Estaba caminando por un vecindario que me era familiar, claro, era el vecindario donde había crecido. Veía a todos mis amigos jugar en la calle, todos reían y corrían de un lado a otro. Me vi a mí de 8 años, sentada en un escalón atando una agujeta de mi zapato que se había soltado. Es decir, me estaba viendo a mí misma, siendo una niña. No podía hacer otra cosa más que observar. De pronto, vi que alguien puso su mano sobre mi hombro mientras trataba de atar mi zapato, un hombre de traje y sombrero gris, mi padre. Yo alzaba la mirada y sonreía, yo estiré los brazos y él me tomo para cargarme en sus hombros. ¿Qué era esto? Ese es uno de los últimos momentos que viví con mi padre antes de que se fuera, antes de que mi madre muriera y yo fuera a la Ruska Roma y toda mi vida se volviera un total infierno.

De pronto empecé a escuchar ruidos y esa imagen donde me veía con mi padre, despareció, estaba soñando. Al abrir un poco más los ojos y entender que estaba acostada en la cama de nuestra habitación en El Continental, entendí que los ruidos que me despertaron eran voces, una de ellas era de John y, la otra de una mujer, pero no lograba reconocerla.

Trate de incorporarme, pero un dolor en el abdomen me lo impidió. Empecé a recordar todo lo sucedido anoche, yo había matado a Iosef y luego todo se volvió oscuro, pero antes de eso, me había disparado a quemarropa. Recordé mi embarazo. Me asuste y pensé lo peor y unas lágrimas que no pude evitar que salieran por mis ojos, recorrieron mis mejillas. A pesar del dolor que sentía me levanté de la cama y salí de la habitación. Con la mirada buscaba a John y lo vi, estaba parado en la sala de estar sirviendo café, fui directo hacia él y me deje caer en sus brazos, por poco tira la taza, pero rápidamente me sostuvo y yo comencé a llorar. Él me abrazó y pude sentir la calidez de su cuerpo con el mío. En un momento levanté la vista y vi sentada en un sillón a Lauren, me separé de John y ella se levantó para saludarme.

-Hola ______. –me sonrió Lauren y estiró su mano hacía mí.-

-Hola. –dije un poco cortante-. Disculpa, no entiendo. ¿Qué haces aquí? –pregunté mientras secaba las lágrimas de mis mejillas con la camisa que llevaba puesta.-

-Ella es el médico que mandaron anoche a curarnos. –contestó John a mi pregunta.-

-¿Qué ella es qué? –lo mire incrédula.-

-_______ déjame explicarte. –Lauren se sentó nuevamente en el sillón y con un gesto de su mano, nos invitó a John y a mí a hacer lo mismo.-

-Yo también quiero una explicación. –dijo firme John.-

-Pues, es la siguiente, verán, antes de que yo naciera, mis padres ya estaban metidos en todo este asunto. Ambos eran cirujanos, egresados de la Universidad Estatal. La cosa es que, cuando yo nací, ellos tenían graves problemas económicos, así que mi papá tenía un conocido misterioso que le ayudó con una fuerte suma de dinero para resolver su conflicto, ese hombre era Alessandro D' Antonio...

-¡El padre de Santino! –dijimos John y yo al unísono.-

-Correcto. –continuo Lauren.- Pero, dada la fuerte suma de dinero que Alessandro les concedió, no habría forma de que mis padres pudieran pagarle. Así que llegaron a un acuerdo, en lugar de pagar el efectivo, mis padres darían su servicio a los asesinos del Continental hasta que Santino y yo cumplieramos la mayoría de edad y, pudiera casarme con... él. –Lauren tragó saliva.-

-¿Casarte con Santino? ¿Quién demonios querría hacer eso? –pregunte mirándola y ella río.-

-Vale, tienes razón, nadie querría hacerlo, ahora. Pero antes Santino, lo crean o no, era diferente. Tan diferente de lo que es ahora que incluso en algún momento estuve enamorada de él, pero como ya saben, ahora es un desgraciado insolente con una sed de poder interminable. –tenía su mirada perdida y fija en el piso de la habitación.- Pero, -dijo de pronto- volviendo al tema, otra de las partes del acuerdo, era que nos casaríamos con la condición de que yo estuviera totalmente fuera de todo este asunto de los asesinos a sueldo y, por unos años todo marchó bien. Yo me gradué también de la escuela de medicina, conseguí empleo en un hospital y mi vida, era totalmente normal. Pero llegó el día en que Alessandro murió y Santino tuvo que tomar el lugar de su padre en la High Table. Fue cuando él y todo cambiara para mal, La gota que derramó el vaso, fue que un día que yo llegaba del trabajo, vi que Santino estaba sentado en la sala y, al tratar de acercarme a él para darle un beso, me dio una bofetada...

John y yo la mirábamos y seguíamos escuchando atentos.

-Pero, no solo se detuvo ahí, me tiró al piso y comenzó a patearme. Yo ya estaba totalmente adolorida, en mi rostro había sangre y mis ojos estaban llenos de lágrimas. De pronto vi que sacó un arma de su cinturón y como pude, me levanté del piso y corrí fuera de la casa, me subí a mi auto y conduje hasta el único lugar donde sabía que tal vez podrían detenerlo. Llegué al Continental y para mi suerte, Winston estaba en la sala de estar hablando con Charon, él al verme corrió en mi auxilio y le dijo a Charon que me llevará a un cuarto seguro. Justo cuando nos dirigíamos hacia allá, Santino entró y estaba a punto de dispararme, pero Winston lo detuvo, diciéndole que no podía derramar sangre en El Continental, Santino se justificó diciendo que no habría problema, puesto que yo no era parte de y, recuerdo las palabras de Winston como si hubiese sido ayer: "Pues ahora, ya lo es." Entonces Santino se fue, yo pase una larga recuperación porque me había roto un par de costillas cuando me pateó en el piso. Cuando estuve totalmente recuperada, hable con Winston sobre esas palabras que había dicho y, bueno, para no hacer la historia más larga, me ofrecieron trabajar como médico para los asesinos del Continental a cambio de total protección y seguridad para evitar que él pudiera volver a hacerme algo y podré irme de aquí hasta que él muera, pues de esa manera, yo estaré segura entonces, solo cuando él ya no exista.

No podíamos creerlo, John y yo estábamos pasmados. Cómo era posible que, una chica que se veía tan normal, pudiera tener una historia y un pasado tan oscuro. Ahora entendíamos por qué era una de los médicos del Continental y por qué había sido ella la encargada de curarnos la noche anterior. Era el médico más cercano disponible. En medio de toda esa charla, me había olvidado del asunto del disparo que me había hecho Iosef y, cuando lo recordé, un escalofrío invadió mi cuerpo, lo cual Lauren pudo notar y rápidamente se acercó a mí.

-______ ¿estás bien? ¿Qué pasa? –me preguntó.

-Es que, yo... quería preguntarte sobre... mi... mi bebé... ¿Qué pasó? -John tomó mi mano y la besó.-

-Bueno, sobre eso, -Lauren me miró y sonrió.- Anoche todo salió bien, la bala no atravesó lo suficiente para causar daño, y la retiré. Tú y tu bebé están a salvo. –puso su mano en mi hombro y yo solté un suspiro aliviada.-

-Queríamos decirte justo cuando te despertarás, pero todo sucedió muy rápido. –explicó John.-

Mis ojos nuevamente empezaron a soltar lágrimas, pero esta vez, eran de felicidad.

-Lauren, muchas gracias. –me levanté del sillón donde estaba sentada y la abracé.- Acabas de salvar la vida de mi bebé, bueno, de nuestro bebé, -dije mirando a John y él me dedicó una dulce mirada con una tierna sonrisa.- pero también, nos acabas de brindar una nueva oportunidad para empezar nuestra vida y, ser felices. Para poder ser felices de verdad. Lauren, estoy en deuda contigo, por favor, cualquier cosa que necesites, estaré para ti.

-Gracias ______, qué reconfortante saber eso. –me soltó del abrazo para mírame.- ¿Eso quiere decir que ahora somos amigas? –río.-

-Claro que sí. –sonreí.- Y John también es tú amigo. –reí.- ¿Verdad?

-Oh, claro que sí. Lauren, claro que sí. –John se acercó y también le dio un abrazo.- Gracias por todo.

Yo miraba la escena sonriendo.

-No hay de qué. –dijo Lauren sonriendo al mismo tiempo que se separaba de John.- Bueno, creo que debo irme, ya pasa del medio día y tengo que ir a resolver unos pendientes. Fue un gusto conocerlos y, espero verlos pronto de nuevo. –dijo mientras abría la puerta de la habitación y con un movimiento de su mano nos hacía una seña de despedida.-

-Claro que sí, nos vemos luego. Cuídate. –dije y en ese momento Lauren salió de la habitación.-

John me miró y se acercó a mí, me tomó de la cintura y me pego a su cuerpo.

-Bueno, creo que ahora que terminó todo esto, podemos volver a casa. ¿No? –puso sus labios sobre los míos y me dio un beso corto.- Además, necesitas descansar, serán otros 8 meses largos y, estoy ansioso por conocer a mi hijo o, hija. –río y volvió a besarme.-

-Claro que sí, señor Wick. –le conteste en medio del beso.- Solo espero que, esté listo para cuidarme y mimarme en todo ese tiempo, es claro que, lo voy a necesitar. –sonreí.-

-Te cuidaré siempre ________, te amo y jamás permitiré que algo malo te pase.

Esa misma noche volamos de regreso a New York, y John se quedó dormido en mis piernas. Nunca pensé que después de tanto tiempo, volveríamos a estar juntos. Jamás deje de amarlo, y ahora que está de nuevo a mi lado, soy irremediablemente feliz. Lo único que deseo es poder vivir en paz y, poder formar una familia al lado de John, el hombre que amo que amaré siempre.

Hola queridos lectores, perdón por tanto tiempo sin actualizar, no tenía ideas para continuar, pero aquí les dejo un nuevo capítulo que espero que disfruten y, como siempre, les dejo una foto de Keanu baby Reeves para que esperen mi próxima actualización. Gracias por su apoyo y por seguir leyendo mi historia, son unos soles. Un beso. Atentamente, su escritora, Abi. 



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