02: Tan sencillo como respirar
*Narra Dylan*
Abro los ojos algo desorientado, miro alrededor sin distinguir dónde estoy, caigo en cuenta que es la habitación de mi mamá, aunque está ya se despertó, con algo de pereza veo la hora.
–Mierda–Me levanto rápidamente de la cama pero tropiezo con la misma sábana–Andrea me va a matar.
Bajo las escaleras corriendo después de comprobar que ya ella se había ido a trabajar y de bañarme, una vez en la cocina me detengo al observar un intruso.
–¿Qué haces aquí?
–Tu hermano dijo que me podía quedar a dormir–Se encoge de hombros–Por cierto, mi hermana hoy se fue temprano a trabajar, pensé que se iban de luna de miel.
–Sucedieron ciertos problemas en la empresa que no podían esperar–En parte era cierto, hace poco se descubrió que alguien dentro de la compañía estaba robándonos–Así que se aplazó la luna de miel, no se porque te doy explicaciones.
–Tiene sentido para mí–Extiende una taza frente a mí–Ten.
–No me gusta el café.
–Es chocolate caliente–Mi boca forma una o, me voy a sentar en una de las sillas–Y te preparé algo de comer.
–Extraño–Digo en voz baja, observó por la ventana, parecía que la casa estaba vacía–¿Cómo supiste a que hora prepararme el desayuno? ¿Y dónde está mi mamá y Rosa?–Rosa era casi como una segunda madre para mí, trabajaba en esta casa desde que tengo memoria.
–No eres alguien silencioso, escuché un estruendo y supuse que habías despertado–Observo el plato que me entrega con desconfianza, intento no reír al solo ver un sándwich.
–Cuando dijiste te preparé el desayuno, imagine algo más elaborado.
–Tú madre salió con Rosa de compras, lo único que había en tu cocina era eso.
–¿Entonces si sabes cocinar?–Pregunto mientras comienzo a comer mi sándwich, parecía más relajado que ayer.
–Claro que sé–Se sienta en la silla frente a mí–Puedo invitarte a almorzar un día en mi casa, ya sabes la dirección.
Intento no ahogarme, tomo varios sorbos de este delicioso chocolate, algo no está bien aquí, miro directamente sus ojos, aquí hay gato encerrado.
–Ayer parecías querer hacerme desaparecer, es más aún no estoy seguro si esta comida tiene veneno–Lo analizo detenidamente–¿Qué cambio?
–Dijiste que te diera una oportunidad–Me quita de la mano mi sándwich a medio comer, le da un mordisco para después dejarlo donde lo tenía–Y eso estoy haciendo.
–Aún no confío en que esto esté envenenado–Le extiendo la taza–Bebe, después de todo hemos compartido saliva–Le da un par de sorbos a mi bebida–Comenzamos de una mala manera, de verdad quiero demostrar que soy diferente, no quiero que me veas como alguien que solo sabe manipular.
–No debería importar mi criterio respecto a ti pero podrías aceptar mi invitación a almorzar.
–Mañana a las 12:30–No soy tan fácil de engañar, si quieres jugar, lo haremos, hace mucho tiempo cuando mi hermano no era un idiota me enseñó como descubrir cuando una persona miente y ahora estaba convencido que Kyle planeaba algo–Y espero no sea una trampa.
–No soy de poner trampas–Sonríe de lado, siento un escalofrío recorrer mi espalda, intento alejar mis ganas de saltar sobre él–Estás casado con mi hermana, casi que ahora somos familia, no podemos llevarnos mal.
–Carajo, tu hermana–Termino mi desayuno–Te veo mañana.
Escucho una pequeña risa mientras salgo rápidamente de la casa, no podía creer que seguía llegando tarde.
Definitivamente estoy frito, intento conducir rápido. No puedo sacarme a Kyle de la mente, sus besos, sus caricias, pero ahora no podía serle infiel a mi esposa, por más farsa que sea esto, debo mantener apariencias.
Cuando estoy en el enorme edificio saludo a varios empleados, marco varias veces el botón del quinto piso.
—Vamos.
Una vez se abren las puertas, camino hasta la sala de reuniones, al abrir la puerta observo a Andrea y a Iván discutir.
—Buenos días—Digo sonriendo—Me quede dormido.
—Dos horas tarde—Gruñen enojados.
—No volverá a pasar.
—No te preocupes—Mi hermano se levanta de su asiento—Andrea y yo resolvimos el problema.
—¿Ya saben quien nos estaba robando?
—Si—Responde mi esposa—La policía ya se hizo cargo de él.
—Aprende a ser más responsable—Dice en tono enojado pasando por mi lado—Pero tranquilo, disfruta de la herencia mientras puedas.
Cierro los ojos al escuchar la fuerza con la azota la puerta al irse, abro lentamente mis ojos, la cara de mi ahora alfa no es de mucha felicidad que digamos.
—Así jamás va a cambiar de opinión—Se levanta del asiento—Aprende primero a ser puntual, no porque seas el dueño puedes hacer lo que te dé la gana, tienes muchas obligaciones para mantener esta compañía en pie.
*Narrador omnisciente*
Observa el reloj enfrente de él, odiaba cuando lo hacían esperar, la puerta se mantenía cerrada, el teléfono de la oficina suena varias veces antes de contestar.
—Aceptaré verte, ahora mismo—Dice una voz tenebrosa desde el otro lado—En la cafetería que está cerca de tu trabajo.
—Bien.
Corta la llamada, se levanta con gracia de su silla, se acomoda su costoso traje para caminar a la salida, solo era necesario bajar varios pisos, salir del edificio y cruzar la calle.
Una vez en el establecimiento camina hasta la mesa más alejada donde un hombre beta, corpulento, de barba blanca espera, se sienta enfrente de este.
—¿Eres el alfa que me contacto?—Asiente con esa sonrisa maliciosa—Dígame para que soy bueno.
—Le tengo un encargo—Saca su celular, le muestra la foto de Dylan—Quiero deshacerme de él, de manera discreta.
—Pará mí no será un problema.
—Ese omega inservible va a recibir lo que merece.
*Narra Dylan*
—Andrea—Hablo por el teléfono de la oficina—¿Puedes decirle a mi hermano que quiero almorzar con él?
—Claro—Me deja unos segundos en espera—Su secretaria dice que salió a reunirse con una persona importante, pero que al volver le dará el mensaje.
Estaba decidido a realizar una especie de tregua con ese idiota, más si de verdad quiero fingir una luna de miel, así que hablar sobre esos días que estaré fuera del país.
Las horas se pasan volando al estar entre tantos documentos, tenía dolor de cabeza, pero debo admitir que el proyecto que quería desarrollar mi hermano era una buena idea para seguir creciendo.
—Mueve tu inútil trasero de esa silla—Dice el idiota entrando en mi oficina—Muero de hambre, además me da curiosidad saber que me dirás.
—¿Porque no eres un hermano normal por un día?
—Una hora, tómalo o déjalo.
Agrando los ojos al no recibir una respuesta agresiva de su parte, ni lento ni perezoso brinco de mi asiento, tomo mi celular.
—Andando.
El camino al restaurante es tranquilo, Iván parece concentrado en la carretera, no está insultándome ni maldiciendo a los omegas.
—No debiste casarte—Ya abrió la boca—Eres irresponsable, impuntual, infantil, lento para pensar, engreído, egoísta, tienes una oreja más grande que la otra—Quince minutos duro sin decir un comentario sobre mi persona.
—¿Pero?
—Si mejorará tu forma de ser—Estaciona enfrente de un restaurante italiano—Más responsable, tomarte las cosas más en serio, con más disciplina, no me molestaría que papá te haya elegido a ti.
—Iván, yo...
—Estoy enojado, pero no contigo—Suspira mirando el volante—Me enoja con ese viejo, tu no sabes cuanto esfuerzo, cuanto tiempo, cuanto sacrifique por esa empresa para que ese señor me haga a un lado.
—No es mi culpa—Digo con voz firme—Pero estabas enojado conmigo desde antes, aún tiempo atrás de que nuestro papá muriera.
—Porque lo sabía, siempre supe que decía el testamento—Lo miró confundido—Si lo cambió antes de morir, pero sólo cambió un par de detalles mínimos.
—Momento—Intento procesar la información—¿Que cambió?
—No puedo decírtelo, es un secreto que me guardaré hasta la tumba—Sale del carro—Bájate, que ni siquiera desayune.
En ocasiones pensaba que mi hermano tenía una especie de trastorno de personalidad múltiple, no era normal que cambiará tan rápido de humor, lo sigo hasta la entrada.
Nos sentamos en una mesa cerca de la ventana, después de que Iván pidiera cinco platos diferentes de comida, ordeno lasaña de carne a la boloñesa y un té helado.
—En un momento les traeré su orden—Dice la joven retirándose.
—Lo pensé, es probable que me vaya unos días con Andrea de luna de miel al extranjero—Comienzo a hablar—Quiero que hagamos una tregua, tendrás el control total de la empresa esa semana.
—¿La tregua durara solo una semana?
—Si—Respondo mientras juego con una servilleta—Puedes volver a ser ese hermano que se preocupaba por los demás, que siempre me protegió, que nunca me trato diferente.
—No puedo fingir algo que no siento—Dice cortante—Me importa muy poco lo que te pase, si te atropella un carro, probablemente sea yo quien lo conduzca.
—Por la empresa—Igual que él vuelvo a poner un muro entre ambos, lo miro con frialdad—Confío en tus habilidades para mantener la compañía en buen estado, así que pedazo de idiota será mejor que te comportes.
—Ahora que papá te dejo a cargo de todo—Suspira resignado—Debemos—Comienza a bajar la voz—Trabajar juntos—Susurra.
—No te escuche—Sonrío de lado—Puedes repetirlo—Me mira con odio.
—Trabajar juntos, no lo hago por ti, ni por la memoria de ese imbécil pero para mamá esa empresa lo es todo.
—Me sorprende—El mesero nos trae la comida—Pensé que no te importaba nada que no fuese el dinero.
—Esa señora dijo que si no le bajaba tres rayitas a mi rencor contra ti, me iba desheredar—Comienza a comer—Así que si es por otra herencia donde espero si verme beneficiado.
Decido ignorarlo para comenzar a comer, recuerdo una época donde todo era distinto, Iván siempre defendió mis derechos aun sobre los de el, mi padre pensaba que yo no necesitaba estudiar, menos trabajar, lo único que debía hacer era ser un buen omega para un alfa. Mi hermano creía lo contrario, el mismo me motivo a seguir estudiando, a defenderme, a saber que mi valor como persona era igual o superior al de cualquier alfa, no por ser omega era menos, gracias a el fue que quise trabajar en la compañía.
—Te sientes culpable.
—¿De que?
—De la mordida, cuando Adam abuso de mi—Dejo mi comida en pausa—Fue por ti que entre a ese instituto, sientes que es tu culpa que ese alfa me ultrajara en ese lugar.
Su expresión cambia totalmente, casi puedo grabar el momento en que esa mascara de frialdad se rompe, cualquier sentimiento de odio en su mirada desaparece, después de ese horrible suceso fue cuando la actitud de mi hermano cambio, se volvió distante conmigo.
—Lo dije en el carro, eres demasiado lento para pensar—Dice después de varios segundos, vuelve a mirarme con indiferencia—Lo que paso en ese entonces tu mismo te lo buscaste, ¿Culparme a mi mismo? Por favor, ni que fuera tu niñera, puedes morirte que no me importaría—Estoy apunto de volver a hablar cuando me interrumpe—Sigue comiendo, estas demasiado delgado.
Si así lo quieres, descubriré que es lo que tanto quieres ocultar, pueden llamarme idiota pero quiero pensar que aun existe la esperanza de recuperar a quien un día fue un hermano sobreprotector, sigo comiendo hasta que mi celular recibe un mensaje.
+16 524 557 3640
Te estoy vigilando, omega inútil-1:05 pm
Te han enviado una foto
Al abrir la imagen puedo verme a mi y a Iván sentados comiendo, miro hacia afuera pero no había nadie, la maldita foto fue tomada desde la calle, rápidamente bloqueo el numero misterioso, lo mas probable se trataba de una broma infantil.
•••
Al regresar mi oficina me dedico a estudiar la fuerte suma de dinero que nos robaron, si bien se supone arrestaron al culpable, había algo que no concordaba, algo que no estaba bien, Eliseo, a quien despidieron, llevaba un año trabajando pero había salidas de dinero injustificadas desde hace ya diez años. ¿Cómo nadie a notado esto? Siempre el mismo monto, pero a diferentes cuentas bancarias.
A mi papá no se le hubiera pasado por alto esto, era demasiado por mes, era imposible mover tanto dinero sin que no se sospechara, no quería pensar mal pero quizá el odio de Iván hacia nuestro padre era justificado, mi celular vuelve a vibrar
+16 528 247 8650
No me gusta que idiotas como tu me bloqueen, recuerda cuidar tu espalda. Las balas pueden llover-3:25 pm
No debo tomarle importancia a esos mensajes, mas importante debo concentrarme en mis responsabilidades.
*Narrador omnisciente*
—Lo llamaba para informarle que he comenzado a realizar mi trabajo.
—¿En serio?
—Si, es mas, pude notar que se reunieron en un restaurante—El hombre sonríe mientras habla por su celular—Déjeme decirle que vigilare a su hermano las veinticuatro horas del día.
—Perfecto—Dice complacido Iván—Confío en el dinero que te estoy pagando para quitarle esa herencia a ese idiota.
—No se preocupe, todo saldrá bien—Le asegura el beta—Soy un profesional.
El teléfono de la oficina comienza a sonar por lo que debe terminar su conversación para atender la otra llamada.
—Señor, tengo un joven en la línea tres, dice que necesita hablar con usted.
—¿Quien es?
—Dice que es su peor pesadilla.
—Puedes pasarme a ese idiota—Se escucha una leve melodía para después escuchar una voz—¿Que demonios quieres?
—Estas a la defensiva—Se burla—Necesito dinero.
—Pues pídele un préstamo al banco o ve a una esquina a prostituirte.
—Mi silencio tiene un precio—El alfa tiene que masajear su nuca—¿O acaso quieres que hable?
—Me importa una mierda lo que hagas, pequeño bastardo—El enojo era notable en cada palabra—Te recomiendo buscar un trabajo, porque no tendrás mas dinero de la familia Hastings, mi padre ya te deposito suficiente como para vivir bien.
—No me provoques Iván, te puedes arrepentir.
—Oh no, que miedo—Finge una voz de estar aterrado—Estoy temblando de solo pensar en lo que puedes hacer.
—Te arrepentirás, tu y toda tu familia.
—Déjame decirte esto—Dice en tono serio—Te atreves a hacerle algo a mi familia y te mato con mis propias manos así me tenga que convertir en Caín.
—Vas a desear haberme ayudado cuando tuviste la oportunidad—Corta.
*Narra Kyle*
—Tu hermana por fin se caso—Dice aliviado mi padre—Estaba comenzando a pensar que su adicción al trabajo era mas grande, ahora es tu turno.
—Por supuesto que me casare.
—¿Enserio?—Pregunta emocionada mi madre.
—Si, el día que pueda ejercer libremente mi carrera como abogado.
—Ni hablar—Gruñe—Tu te harás cargo del negocio familiar.
—El matrimonio de Andrea no durara mucho—Digo mientras comienzo a comer—Una vez termine con esa relación, se dará cuenta que es indispensable para la empresa o ¿Acaso el problema es que ella es mujer?
—No seas idiota—Responde rápidamente—Y en tal caso, si ella se divorcia, tu podrás hacer lo que quieras.
Le sonrío, que hermoso encontrar mas razones para destruir esa farsa, mientras Iván quería que Dylan se divorciara para dejarlo sin donde caerse muerto, yo quería que mi hermana se divorciara para renunciar a mi parte en la empresa, mis motivaciones eran diferentes, mas bien quería hacerle un bien a Andrea. Y de paso quedarme con mi omega destinado, pero ganar el corazón de Dylan es un problema.
—Cumplirás 30 años el próximo mes—Y de nuevo la conversación—Sigues soltero, existen muchas omegas hermosas que se derriten por ti.
—Eso solo significa fiesta de cumpleaños—Les sonrió falsamente—Si sigo soltero quizá sea porque estoy tan estresado en el trabajo que para lo único que tengo tiempo es para aventuras de una noche.
—Quiero un nieto—Pueden adoptar un niño—Aunque probablemente el esposo de Andrea quede embarazado muy pronto.
—Difiero sobre eso, ni siquiera duermen juntos—Digo lo último apenas audible—Pero si tanto desean ser abuelos, me encargaré.
*Narra Dylan*
Al fin el día llego, no era como si estuviese ansioso de mi encuentro con Kyle, pero verlo en un lugar privado me ponía a pensar en todo lo que podría suceder.
Toco la puerta varias veces, siento mi corazón acelerarse al ver a mi alfa, le sonrió nervioso, estaba tan guapo.
—Llegas justo a tiempo—Me sonríe—Entra.
Con solo cruzar la puerta el recuerdo de la noche que pasamos se hace presente, me muerdo el labio, necesito dejar de fantasear o saltare sobre él en cualquier momento.
—Puedo notar que no quemaste la casa en tu intento de cocinar—Se ríe.
—Solamente queme la cocina—Bromea, lo sigo hasta el comedor—Siéntate, en un momento traigo la comida.
—¿Y que es?
—Arroz y atún.
—Comienzo a pensar que no tienes idea de cómo encender si quiera el horno—Me burlo.
—¿No?—Me mira desafiante—Te puedo mostrar lo contrario.
Camino hasta la cocina solo para ver que el horno estaba encendido y dentro de él estaba una pizza, por el desastre de la cocina puedo deducir que de verdad la hizo el mismo.
—Pudiste comprarla.
—Pero no es lo mismo, además me gustan los desafíos.
Me giro hacia él, mi problema era que una parte de mi decía que no debía confiar y la otra cayó rendida apenas lo vio entrar en ese bar.
Siento como la distancia entre ambos se reduce considerablemente, mi respiración es irregular, mis manos terminan sobre sus hombros.
–-¿Qué haces?
—No tengo idea—Es lo único que dice mientras se inclina un poco, nuestros labios estaban casi rozando.
—Esta mal—Balbuceo.
—¿Y porque se siente correcto?
Toda distancia entre ambos desaparece, cierro los ojos mientras sus labios encuentran finalmente los míos.
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