Segunda Oportunidad
Por: ShinjiIkari728 (ex Suneater_Ikari / gato-mon)
Etapa: Adolescencia temprana.
Descripción: Kaworu era un estudiante de secundaria que creía tener una vida amorosa estable. Sin embargo de un momento a otro descubrió que su novia lo engañaba y con esto quedó totalmente decepcionado del amor. Hasta que por desgracia o por fortuna, un accidente lo hizo toparse con quien podría ser una razón para volver a creer en el amor.
La mayoría de la historia es narrada por el mismo Kaworu. Los personajes pertenecen a la versión Q (Rebuild 3.0).
---
Pov Kaworu:
¿Así que esas eran las tareas escolares que hacías?
¿Así que por eso decías que yo era como un niño?
¡No entiendo cómo pude ser tan tonto!
Mi novia Asuka Soryu teniendo relaciones sexuales con un hombre mayor que ella y yo. Si ya no me quería, ¿qué tanto le costaba decírmelo? Yo lo hubiera aceptado y de paso, me hubiera ahorrado el recibir esta enorme humillación.
Ahora entiendo porque sus amigas cada vez que me veían se reían entre ellas. Ahora lo entiendo todo...
Conozco a Asuka desde que éramos niños, sus padres se llevaron siempre muy bien con los míos. Y hasta se podría decir que fue por ellos que empezamos a salir hace ya más de un año en lo que yo consideré una buena relación.
Y pese a que varios de mis compañeros insinuaban que era una zorra nunca me atreví a creerlo... ¡¡Ahh!! ¡Qué imbécil fui...!
—No quisiera decir que te lo advertí, Nagisa... Pero te lo advertí -dijo Mi amigo Suzuhara con sorna en su intento por consolarme.
—¿Y ahora qué piensas hacer, Kaworu? Llevaban más de un año de noviazgo -aparentemente Kensuke estaba realmente preocupado.
—No lo sé... -suspiré -. Me ha estado mandando mensajes e intentando llamar pero no he respondido a nada.
—Haces bien, Nagisa -Opinó Suzuhara -Soryu es simplemente de esas chicas que sirven para pasar el rato. Aunque claro, ella fue quien se divirtió contigo, ¡Ha ha ha!
—Gracias Suzuhara, eres muy amable -Le respondí en tono sarcástico.
—¡Vamos! Solo bromeo... Mmmh... Tengo una idea. Mi primo Noriaki pasará por nosotros en su auto. ¿Qué te parece si vienes tú también? ¡Vamos a pasear un rato por la ciudad, anímate! Chances hay de que por ahí nos topemos con algunas chicas lindas. ¿Qué dices?
La propuesta de mi amigo sonaba interesante. Además, yo era el más interesado en tratar de olvidar a Asuka y su engaño, así que sin dudar mucho más acepté.
Minutos más tarde, un auto algo viejo apareció afueras de la secundaria. Era el primo de Toji que nos esperaba, al parecer Suzuhara ya le había informado que me uniría a su loca aventura. Noriaki Suzuhara era un chico universitario, así que supuse que tenía licencia para conducir y no nos meteríamos en algún problema serio.
Cuando me percaté de mi error ya era demasiado tarde. En cuanto nos subimos a su cacharro se puso en marcha y conducía como un loco, y para empeorarlo ponía música a todo volumen.
—¡¡Woaaaaaaaaaa!! ¡Esto es genial! —gritaba Kensuke.
—Hey Nagisa, ya no te amargues... ¡Relájate! —me decía Toji en vano.
Intentaba relajarme pero no podía. El auto dio media vuelta en "U" y yo trataba de sujetarme lo más posible para no golpearme la cabeza, hasta que finalmente...
Todo pasó tan rápido...
No lo vimos pasar ...
Noriaki frenó de golpe pero ya era demasiado tarde. Solo vimos cómo era lanzado con violencia al momento de frenar.
Inmediatamente salí del auto para auxiliar a aquel chico.
Mi tensión aumentó al descubrir que se trataba de nada más y nada menos que Shinji Ikari, uno de mis compañeros de clase. Dios...
—¿Sigue vivo? —preguntó Kensuke algo asustado.
Rápidamente le tomé el pulso, y asentí con la cabeza.
—¡Perfecto! —Habló Noriaki metiéndose de nuevo al coche— ¡Ahora vámonos de aquí! ¡¿Qué esperan?!
—¡¿Estas loco?! —dije indignado— Si lo dejamos aquí seguramente morirá, ¿Qué demonios te pasa?
—Yo no me pienso meter en ningún problema por culpa de ese chiquillo distraído... —se defendió Noriaki— Si tú quieres lucirte como el chico bueno, adelante. Yo no tengo porqué hacerlo —Miró a Toji y a Kensuke. Estaba demasiado molesto —¡¿Que esperan?! ¡¡Vámonos!!
Mis supuestos amigos se alejaron. Kensuke susurró apenas un "Lo siento" y se volvieron a subir al coche para arrancar de prisa. Hubo un instante en que me arrepentí de no haberme ido con ellos pero no podía hacer eso. Simplemente no podía abandonar a Ikari a su suerte. Me dispuse a llamar a una ambulancia y de paso a la Madre de mi compañero.
---
En el hospital.
La madre de Shinji no dejaba de llorar. Sé que mis disculpas no eran suficientes para mejorar la situacion, pero estoy decidido: Cuidaré de Shinji Ikari hasta que se recupere.
Ikari era un chico muy cerrado y solitario, que no parecía tener amigos. Por lo que su madre me platicó, él siempre fue víctima del desprecio de su padre y en consecuencia se culpaba de que éste los abandonara cuando Shinji era tan solo un niño.
Sentí la extraña determinación de encargarme de hacerlo sentir mejor.
Es extraño, pero siempre quise hablarle. Recuerdo que Asuka solía molestarlo con frecuencia, e Ikari nunca hizo nada contra ella. Parecía totalmente indefenso e incapaz de refrenar tales agresiones.
El doctor llegó con los informes. No sabía si sentirme aliviado o no: Ikari había sufrido un traumatismo craneal debido al fuerte golpe que recibió en la cabeza y en consecuencia quedando en estado de coma.
Quizás debía alegrarme porque Ikari aún estaba vivo, pero prácticamente era como si hubiera muerto! No sabíamos exactamente cuando despertaría y yo tenía miedo de que eso no sucediera nunca.
La señora Yui me permitió desde luego ver directamente a Ikari, se me partió el corazón verlo en esas condiciones. Tenía una venda en la cabeza, por si fuera poco su brazo estaba enyesado al igual que una de sus piernas. Me acerqué inmediatamente a él y tomé su mano, era suave al tacto.
—Ikari... Si logras despertar te juro que voy a protegerte de aquellos que quieran hacerte daño. Voy a intentar con todas mis fuerzas ser el amigo que tanto necesitas y seré el mejor para ti. Yo no te voy a abandonar como todos los demás lo han hecho —le susurré suavemente, sin poder evitar romper en llanto—. Sé que has pasado por cosas terribles pero yo voy a reemplazar esos malos recuerdos con los buenos momentos que pasaremos tú y yo... Te lo juro... Shinji Ikari, voy a darte la verdadera felicidad.
Si mis amigos me escucharan reirían sin parar. Pero a estas alturas ya poco o nada me importaba nada de eso...
---
Han pasado tres semanas desde aquel accidente, y Shinji sigue sin despertar. Pero ni su madre ni yo perdemos la esperanza.
Todos los días saliendo de la escuela voy rumbo al hospital a visitarlo. Tanto así, que Touji y Kensuke me cuestionan por mis actos y aseguran que ya los he olvidado por estar todo el tiempo con Shinji. Pero yo me siento bien al estar al pendiente de él, y su madre está muy agradecida conmigo a pesar de que en cierto sentido fui parte de lo que pasó. Ella dice que le salvé la vida por no haber huido cuando le sucedió lo que le sucedió y por otro lado, desde luego está entusiasmada con la idea de que Shinji tenga un amigo al fin.
Siempre que visito a Shinji, le compro Flores para animar la habitación en la que se encuentra. También suelo leerle un poco y le pongo algo de música. La señora Yui me comentó que a Shinji le gusta la música clásica, y fue un detalle que me dejó bastante impresionado pues a mí también me gusta. No creía que alguien más de mis compañeros tuviera tan exquisitos gustos.
Todo parece que va bien, Shinji ya no necesita tanto medicamento y sus vendajes han disminuido. Eso ciertamente me da esperanzas.
Le termino de leer el libro que traía esta vez y lo observo un poco.
—Parece un ángel, su expresión es tan tranquila e inocente... —Me digo a mí mismo mientras me acerco a él. No sé bien qué me sucede pero al verlo de cerca me doy cuenta que es lindo. Si, muy lindo...
A pesar de ser un chico me atrevo a decir que shinji es bastante bonito. Es más, no sé porqué, pero... sus delgados labios...
¿Quieres besarlo, cierto?
Nunca lo he visto sonreír, debe ser muy lindo cuando sonríe.
Tú quieres hacerlo sonreír.
—Shinji...
Me acerco aun más a él, hasta poder sentir su respiración en mi barbilla desde su pequeña boca, rozo mis labios un poco con los suyos.
¿¡Pero qué estoy haciendo!? No puedo aprovecharme deliberadamente de él. ¡Además Shinji es un chico!
¡Al diablo con eso!
Cierro los ojos y sin darme cuenta ahora estoy prácticamente besándolo. ¿Acaso soy un maldito aprovechado? Shinji no puede moverse, ni defenderse, y hasta quizás me daría un buen golpe si viera lo que le estoy haciendo.
¿Y qué tal si no?
Me separo de él abriendo los ojos. Lo miro y sigue igual. No despertará como en los cuentos... El único sonido que nos acompaña es el de su monitor médico.
—Shinji, te veré mañana —Le doy un beso en la frente y salgo muy de prisa, pues la hora de visitas ha terminado una vez más.
Ha pasado ya casi una semana más... Una semana de que me atreví a besarlo y comprobé que no solo deseo ver a Shinji Ikari como un amigo, sino que me he enamorado de él. A pesar de que no hemos hablado en muchas ocasiones, hay algo en él que hace creer que es digno de ser amado. Merecedor de toda mi simpatía y ternura.
Este tiempo se ha hecho algo complicado sin embargo. Ya suficiente he tenido con el desprecio de mis amigos y para rematar, mis padres dicen que ese tiempo que invierto para estar en el hospital con Shinji debería usarlo para estudiar, especialmente porque ya debo de pensar en qué preparatoria debo seguir. Claro que lo pienso, y me gusta imaginar que Shinji va conmigo también. Aun no sé si él alguna vez llegará a sentir lo mismo que yo siento, pero si sigo siendo su amigo, con eso me conformaré.
---
Hoy la clases en la secundaria terminaron un poco más temprano de lo usual, salí sin despedirme de nadie, ni siquiera de mis amigos, y compré un ramo de rosas para ir directo al hospital.
—Te traje un ramo de rosas muy lindo —comienzo a decirle—. Si tan sólo pudieras verlo... —suspiré—. Bueno, cuando despiertes te llevaré a conocer el jardín de mi madre. Sé que te encantarán las flores que ella cuida.
Él desde luego no me respondió, y no pude evitar sentir tristeza e inconscientemente apreté el ramo que tenía entre las manos.
De pronto algo extraño sucedió. La mano de Shinji se movió... dos de sus dedos se movieron un poco...
—¡Shinji...! —digo completamente asombrado— Tu mano se está... —antes de finalizar la frase veo como sus ojos lentamente comienzan a abrirse y un bonito azul grisáceo es lo que veo en ellos...
—Shinji... ¡¡Qué alegría!!
Shinji parpadea un poco, ya que obviamente la luz le resulta un poco incómoda. Contemplo cómo sus lindos ojos se remueven con algo de dificultad.
Pov Shinji:
¿Dónde estoy?
¿Qué fue lo que me sucedió...?
Siento como si mi cuerpo estuviera entumecido y hace un poco de frío...
¿Qué es ese sonido...? ¿Es un monitor médico...? Pero... ¿Por qué?
Lo último que recuerdo era que trataba de cruzar la calle, ese día la había pasado terrible en la escuela.
La estúpida de Asuka Soryu pisoteó mi walkman. Según ella lo hizo sin querer, pero estoy seguro de que fue a propósito. Nunca le he simpatizado y siempre me insulta diciéndome que soy un perdedor y un idiota. Abusa porque sabe que no le puedo hacer nada al ser una chica, pero bueno, el caso es que salí molesto de la escuela. Pensaba en que ese walkman era el único recuerdo de mi padre que me quedaba.
Crucé la calle sin fijarme y lo último que recuerdo es ese auto viejo que venía a gran velocidad. ¿Será que pasó lo peor? Empiezo a sentirme nervioso...
—Shinji, tranquilo. Estás bien, no pasa nada...
Esa voz...
—¿Na... Na-Nagisa...?
¿Qué hace él aquí? ¿Y por qué tiene un ramo de rosas? Rápidamente salió corriendo, supongo que a llamar a un médico para que me examinen.
Efectivamente, casi inmediatamente después llega el doctor, quien procede a revisar mis pupilas con una pequeña linterna.
—Tienes buenos reflejos... —lo escucho decir—. Te vas a recuperar... —Nagisa seguía ahí, mientras mamá hablaba con el doctor.
—Shinji... —dijo Nagisa— ¿Recuerdas lo que pasó?
—Tú... ¿Manejabas ese auto? —me atreví a preguntar.
—¡No!... Bueno... —se rascó la nuca incómodamente— Yo estaba ahí. Pero lo conducía alguien más... De verdad lo lamento muchísimo, Shinji... —hizo una pequeña reverencia y eso me avergonzó un poco.
—No... No te preocupes... Es sólo que... Es extraño.
—¿Extraño?
—Sí... porque, digo... Tú y yo no solíamos hablarnos casi nada en la escuela... Además, si Asuka sabe que estás aquí...
—Ah, eso —interrumpió Nagisa secamente— No te preocupes. Asuka y yo ya no somos nada.
Lo que oí me dejó totalmente sorprendido. Por lo que tenía entendido ellos llevaban más de un año de noviazgo pero siempre era Nagisa el que se esmeraba más en la relación. O al menos eso era lo que yo notaba.
—Es una larga historia... —me dijo nuevamente. Supongo que no quiere hablar del tema.
—¿Cuánto tiempo he estado aquí? —Pregunté temeroso.
—Exactamente casi cuatro semanas.
—Dios... casi un mes... -comencé a sentirme cada vez más ansioso-¿Y tú has estado al pendiente de mí durante todo este tiempo?
—Así es -Kaworu sonrió mientras sus mejillas se tiñeron de un lindo carmín que combinaba con sus ojos. Después me miró fijamente y sentí perderme en ese rojo profundo de su mirar. No podía evitarlo, era muy atractivo...
¿Qué tonterías estoy diciendo? No podía caer en eso de nuevo...
Mi tensión aumentó notablemente al verlo acercarse a mí, y más aun cuando de golpe tomó mi mano.
—Shinji, quiero recompensarte...
—¿Cómo?
—Tal como lo oyes. Quiero ayudarte... Quiero estar contigo hasta que estés totalmente recuperado. Por favor, Shinji; permíteme estar a tu lado...
Sentí mi cara arder un poco y no supe qué decir. ¿Por qué alguien querría estar tanto conmigo? ¿por qué precisamente alguien tan popular como Kaworu Nagisa? Bueno, supongo que sería por lástima. Después de todo se sentía culpable de haber sido testigo directo de mi accidente.
Todo estaba siendo tan extraño... No sabía cómo debía reaccionar ante tales gestos.
—Nagisa... ¿Estás seguro de lo que dices?... No quiero que te sigas sintiendo más responsable de nada... De verdad te agradezco lo que has hecho hasta ahora pero ya no es necesario que sigas tomándote tantas molestias por mí. Supongo que te has perdido muchas cosas durante todas estas semanas...
¿Por qué me estaba doliendo tanto decir estas palabras?
Lo único que veía en él era una sonrisa de vuelta. Una tan cautivadora a decir verdad...
—No es ninguna molestia, Shinji... -respondió- Al contrario, me siento tan feliz de hablar contigo al fin... ¡Oh! ¡Te has sonrojado! Pero qué adorable eres. La verdad no debes avergonzarte... como dije, es un gusto estar contigo.
Era verdad, mi cara estaba ardiendo por completo. ¿Por qué él precisamente tiene que decirme que soy adorable? Desvíe la mirada por completo.
—Yo... ¿De verdad te hace feliz hablar conmigo?
—Claro que sí. ¿Entonces qué dices, Shinji? ¿Me permitirías seguir a tu lado?
¡Aahh! ¿A quién engañaba? No quería para nada que él se fuera. A pesar de que la situación era algo extraña, empezaba a disfrutar mucho de estar con él. Simplemente encontraba tan lindo que alguien se hubiera tomado tantas molestias para verme mejor. Y si era Kaworu, mucho mejor para mí... Supongo.
—Solo hazme un pequeño favor -continuó diciendo- Llámame Kaworu, ¿De acuerdo?
—De acuerdo... Kaworu... -ambos sonreímos.
---
Pov Kaworu:
Shinji tuvo que quedarse otros días más hospitalizado para que no perdieran de vista su mejoría. Ahora sólo quedaba que su brazo y su pierna se recuperaran de las fracturas, ya que aún tenía dichas extremidades enyesadas.
Por otra parte Kensuke y Touji también se sintieron aliviados por el bienestar de mi nuevo amigo, porque claro, se habían quitado un gran pesar de sus conciencias.
---
Ayudé a Shinji a subir a su cuarto que estaba en la planta alta. Era la primera vez que visitaba su casa y entraba a su habitación. Todo estaba limpio y ordenado en un lindo entorno, pero lo que más me sorprendió fue ver un cello en un rincón.
—No sabía que tocabas el cello -Le dije volteando a mirarlo.
—Eh... Bueno, en realidad dejé de tocarlo hace mucho tiempo.
—¿Por qué? De seguro tocabas excelente...
—No, nunca fue así. Comencé a tocarlo desde que era un niño pero a mi padre nunca le gustó cómo lo hacía. Creo que simplemente no tengo talento.
Sus ojos azul oscuro se tornaron algo melancólicos. Shinji en definitiva estaba muy dañado por culpa de su padre.
—Shinji, sé que te gustaría volver a tocar algún instrumento -le dije- ¿Sabes? Yo tengo un piano, así que cuando te recuperes de tu brazo podemos practicar. ¿Qué te parece la idea?
—¿Hablas en serio?
—¡Por supuesto!
—Kaworu, gracias... Eres un gran amigo de verdad...
—Amigo... -dije para mis adentros y suspiré amargamente. Sí, supongo que eso es lo que me toca ser para Shinji Ikari. Al menos sé que puedo considerarme afortunado por tener su amistad, pero aún así mi corazón no está del todo feliz con ello.
—Kaworu, ¿Estás bien? De repente te has puesto muy serio...
—¿Q-Qué? ¡No! Es solo que... Olvídalo. Mejor ponte cómodo y si quieres voy a buscar algo de comer, ¿sí?
—Gracias... pero no tengo apetito... de verdad.
—Entiendo, ¿Hay alguna cosa en particular que quieras hacer?
—Pues ya que lo mencionas... Realmente me gustaría darme una ducha.
—¡Oh! Entonces le diré a tu mamá y le ayudaré a preparar todo, ¿Sí? Vuelvo en seguida.
Enseguida salí a avisarle a la señora Yui que Shinji quería ducharse, y ella me ayudó a preparar todo. Por suerte su recámara contaba con baño propio.
Pese a las insistencias de su madre, Shinji quería bañarse solo, ya que supongo que le daba pudor.
—Shinji, cualquier cosa que necesites no dudes en pedirla -Le dije cuando ya estaba dentro del baño-. Estaré aquí al lado...
—Si, gracias, no te preocupes -Le escuché decir mientras se oía una puerta corrediza desde adentro.
Yo me quedé vagando en la pequeña habitación, observando las fotografías que Shinji tenía ahí. En unas cuando era pequeño y se veía tan lindo.
Habían pasado diez minutos desde que Shinji había entrado a ducharse, y mis amigos me habían mandado un mensaje de texto invitándome a un partido de voleibol. Estaba a punto de contestarles cuando un fuerte golpe proveniente del baño se escuchó junto con un quejido de dolor.
—¡¡Shinji!! ¿¡Te encuentras bien!?
—Ghh... no... resbalé...
¿Qué podía hacer? No tenía otra opción más que intervenir.
—Shinji, voy a entrar...
—¡No!
—¿Por qué no?
—No... simplemente no...
—¡No puedes quedarte ahí! ¿Quieres que le avise a tu mamá? Fue a comprar cosas para la cena pero le puedo hablar por teléfono...
—No, Kaworu, por favor...
Vaya, realmente Shinji era necio cuando se lo proponía, pero no había otra opción. Entré al baño y vi por el lavamanos una bata. La tomé y me acerqué a la puerta corrediza abriéndola un poco solo para estirar el brazo y dársela a Shinji.
—Oye, ¿Crees que puedas ponerte esto?
—Sí... creo que sí... gracias...
—Perfecto. Me avisas para que pueda sacarte de aquí
—Bien... -pasaron un par de minutos más- Listo. Bueno, ya puedes entrar, Kaworu...
Sin decir más, abrí la puerta corrediza, cerré las llaves de la regadera y ayudé a Shinji a ponerse de pie. Él se sostuvo de mí mientras yo lo sostenía de la cintura, ayudándolo a caminar lo más rápido posible.
Lo deposité suavemente en su cama, y sin querer había quedado yo también algo empapado.
—Gracias... De verdad lo lamento mucho.
—No te disculpes, Shinji... Pero sin duda fue un error que te metieras ahí tú solo.
—Lo siento... Quería intentar hacer algo por mi cuenta.
Pude ver cómo me desviaba la mirada y sus mejillas se tornaban rojas. También, de sus cabellos castaños aún escurrían pequeñas gotas de agua, mientras trataba de cubrirse más de la cuenta con la bata de baño que traía encima. Era la cosa más linda que había visto.
Rápidamente me dispuse a buscar en los cajones ropa para él, ya que si se quedaba más tiempo así podía resfriarse. Cuando volví hacia él seguía con esa misma expresión avergonzada y su aspecto era melancólico.
—Shinji, todo está bien... —Lo tomé del mentón— Hey... mírame. Deja de pensar que eres una carga para todos.
Con supremo esfuerzo se animó a mirarme, mascullando un débil "Lo siento..." otra vez.
Esto era demasiado para mí.
Sentí cómo mi corazón se estremecía. No pude resistirme más y me acerqué finalmente a él haciendo aquello que había hecho hace más de una semana: besarlo.
Por un momento creí que Shinji se asustaría y me quitaría de un sólo empujón, pero no... Él estaba inmóvil.
Shinji tal vez inconcientemente rodeó mi cuello con su brazo que no tenía yeso. Mientras tanto yo ni corto ni perezoso posicioné mis manos sobre su delgada y fina cintura.
Pov Shinji:
El beso de Kaworu era lento y sus labios eran suaves. Mi corazón no dejaba de latir de forma acelerada...
Él no se había dado cuenta hasta ese momento que yo tampoco lo había visto nunca como un amigo. Siempre había querido decírselo, pero jamás encontré la manera para hacerlo. Además él era novio de Asuka en ese entonces y si ella se enteraba, seguramente me iría peor que de costumbre. Tenía miedo, tanto miedo al rechazo y las consecuencias... Pero ahora todo había cambiado.
Al finalizar nuestro beso Kaworu me abrazó cálidamente. No pude evitar sentir un nudo en la garganta.
-Kaworu... yo...quería decirte... Siempre quise decírtelo... pero, tenía miedo...
—Bueno... -suspiró- Ahora lo sé, y no sabes lo feliz me hace esto -volvió a mirarme con esos ojos rubíes que tanto me gustaban-. Todo este tiempo que he pasado contigo me hizo reflexionar y darme cuenta y... Ahora lo sé. Realmente nací para conocerte. Te amo, Shinji...
Pov Kaworu:
Unas lágrimas empaparon su lindo rostro y me dediqué a limpiarlas con delicadeza.
—Kaworu... yo también te amo... siempre lo he hecho...
De manera cariñosa juntamos nuestras frentes, mientras lo escuchaba sollozar levemente.
—Shinji, te lo dije cuando estabas en coma y ahora te lo vuelvo a decir: Te juro que voy a darte verdadera felicidad. Y más ahora que la vida nos ha dado una segunda oportunidad...
Por algo las cosas sucedían de alguna manera, ¿No?
---
El destino le había dado una segunda oportunidad a Shinji para creer en las cosas bellas de la vida y renacer. Mientras que a mí me había dado una segunda oportunidad para creer en el amor. En el verdadero amor.
FIN.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top