Mi hijo
Una maldita guerra puso su mundo patas arriba, tuvo en consecuencia que luchar para intentar salvar a los suyos y sobrevivir. Vio morir a sus amigos, personas que amaba y tenían una vida por delante. Ella misma cerro los ojos de varios muertos, cubrió los cuerpos sin vida con sabanas blancas, mientras las lagrimas interminables nublaban su vista.
No puede olvidar el dolor ¿Cómo olvidarlo? Todavía parece que un enorme agujero se le formo en pecho dejándola vacía.
Perdió tanto que aun se siente incompleta y rota. Con la sensación de que en cualquier momento todo se desmoronara.
Ella que tuvo que renunciar a recuperar a su familia por miedo de dañarles la mente al regresarle sus recuerdos. Se siente como si hubiera quedado huérfana de repente, sin un hogar al cual volver, sin un lugar al que pertenecer. Fue intercambiar la felicidad de sus padres en un presente en el que no existe por la posibilidad de hacerles daño al intentar recuperarlos.
No fue una decisión sencilla aun cuando fuera lo correcto. Aun le duele tanto que no puede respirar. Su casa se quedo vacía y sola, con recuerdos que también fueron alterados.
A veces todavía tiene que tomar la poción para dormir sin sueño para evitar las pesadillas. Sigue sufriendo de insomnio y ataques de pánico. Todavía puede escuchar los gritos, el llanto y las explosiones, todavía puede oler la sangre en los pasillos restaurados del colegio.
Todavía tiene heridas abiertas que no se ven, siempre tendrá cicatrices y se niega a permitir que nadie mas tenga que sacrificar tanto por una guerra que no conduce a nada.
Hay decepción en sus ojos castaños cuando mira el rostro de la directora que palidece mas conforme se acerca para encararla.
Se hace el silencio cuando llega al frente y se gira ignorando por completo la presencia y autoridad de la directora y del hombre que fue enviado por el ministerio.
Entonces sus ojos escudriñan con cuidado las mesas de las cuatro casas. No puede evitar un jadeo y llevarse la mano para cubrirse la boca, -¿Cómo no lo vio antes?- se pregunta avergonzada por su propia ceguera crónica.
Los Slytherin quedaron enmarcados como los traidores, como los enemigos y a penas nota el aislamiento y los rostros asustados de los mas pequeños, las miradas evasivas y como intentan pasar desapercibidos. Poco importa si participaron o no, todos fueron juzgados y condenados.
Así con el corazón de nuevo destrozado y la vergüenza latiendo en su interior, toda la situación se vuelve insoportable.
levanta su mano diestra con la varita de Draco sujeta con tal fuerza que sus dedos se ponen blancos por la presión. No pronuncia palabra en voz alta, pero con un simple movimiento los colores en los estandartes de cada casa desaparecen.
Ya no suena murmullos, todos parecen mudos. No pueden creer que la perfecta Hermione Granger se atreva a revelarse de manera tan tajante como para borrar de un plumazo los colores de las cuatro casas.
Los cuatro estandartes se mantienen colgadas en alto, pero sin gota de color. Todo es unas tonalidades grises como si hubiera drenado todo color para unificar en un todo sin sentido.
"No son ellos o nosotros, somos todos" sus palabras retumban con fuerza al amplificar su voz.
La punta de la varita contra su garganta y un rostro temerario es suficiente, para intimidar a todos. Poco importa su aspecto desalineado, estar vistiendo ropa de cama, llevar el pelo alborotado, la fuerza de sus palabras dan un ultimátum.
Mira a todos con una determinación suicida haciendo que mas de uno se sienta intimidado. Los mas pequeños parecen encogerse ante su mirada y los mayores se estremecen sintiendo que están siendo juzgados por sus pecados, -No están muy equivocados en sus suposiciones.
Una vez que la joven castaña comenzó a hablar no se detuvo. No grito, no elevo la voz mas allá de amplificarla para que le escucharan claramente en todo el recinto, sin embargo, con cada palabra certera hizo que mas de uno tuviera que agachar el rostro lleno de vergüenza.
"Descargan sus resentimientos con otros ¿Qué los hace mejores que los mortifagos? Infringen daño por que se sientes superiores, alaban con dignidad los colores de sus casas, hablando de un honor que claramente no tienen, ¿Dónde esta el valor que tanto clamamos para defender al débil y las causas justas? ¿Dónde esta la bondad y el sentido de justicia? Supongo que en el mismo lugar donde están los valores que tanto pregonan como los supervivientes de una guerra. No han lastimado a nadie ¿Creen que las palabras no duelen? Que los insultos y prejuicios no lastiman. Se justifican por el dolor de sus muertos, por las perdidas de los seres que aman ¿Qué guerra es justa cuando ambos bandos tienen víctimas?"
"¿No han hecho nada? Creen que por que no levantaron sus varitas contra sus compañeros eso les hace buenos, pero cuantos de ustedes no han girado el rostro de manera premeditada ignorando el abuso a niños inocentes solo por pertenecer a Slytherin ¿Cuántas vidas más hay que entregar para que se sientan satisfechos? Para que consideren que el bando perdedor a saldado su deuda. Tengo que recordarles que los verdaderos culpables ya fueron aprendidos, que fueron juzgados y sentenciados por todos los crímenes cometidos"
"Si las cosas van a ser así, me pesa en el corazón haber luchado tanto para ver un presente tan parecido al pasado. Hoy estoy aquí de pie frente a ustedes, recuperándome de mis heridas, pero viva" -Hermione se desabrocho los primeros botones de la blusa del pijama sin vergüenza para mostrar las heridas recientemente curadas en el cuello, clavícula, el inicio de su pecho y estómago. Levanto las mangas para mostrar cicatrices en sus brazos. "La historia hubiera sido distinta si no hubiera llegado a tiempo y hoy estarían llevando sobre sus conciencias la muerte de un inocente, cuyo único pecado es su origen y una crianza equivocada de la que no tiene culpa."
Hermione se giro lentamente para ponerse frente al representante del ministerio.
"Todavía tienen el descaro para fingir indulgencia con Malfoy como si el hubiera propiciado que le atacaran de manera tan cobarde, para ocultar la manera negligente de ignorar algo que pudo haber acabado de manera fatal. Pero hoy no me voy a quedar callada, no mirare a otro lado mientras se repiten los mismos errores que nos llevaron a una guerra "
Harry y Malfoy se quedaron cerca de Hermione. Atónitos por el ardor de su furia y la intensidad de sus palabras. Completamente de acuerdo con su discurso, no hicieron mas que dar mas fuerza a sus declaraciones con su sola presencia. Es raro que ambos permanezcan justos, hombro con hombro como si no hubieran sido enemigos declarados de toda la vida.
Al frente del gran comedor podía observar de primera mano los rostros cambiantes de los presentes. Entre ellos los 4 de los 5 atacantes de Malfoy y Granger quienes se encogían cada vez mas en sus lugares.
Todos saben que la declaración de Granger no son palabras vacías. Se requiere la unificación de las casas que vean la humanidad individual de cada persona independientemente de los colores que porten o a la casa a la que pertenezcan. Tiene que aprender de sus errores para no repetir el pasado funesto de una guerra.
En algún punto la directora se puso en pie de su asiento, poniendo una mano sobre el hombro de una de sus alumnas más queridas le dedico una mirada de disculpa antes de tomar ella misma la palabra, para apoyar incondicionalmente las demandas de la Gryffindor.
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Cabellos negros rebeldes y ojos verdes. Ahora recuerda al bebé que lloraba en la cuna mientras sujeta con fuerza el cuerpo inerte de su amada Lily. Un niño con un llanto incontrolable y una herida reciente que dejara una cicatriz en forma de rayo, ojos de un color idéntico al de la madre y el inevitable dolor que le roba el aliento.
"Se llama Harry" -piensa seguro y no puede evitar sonreír con sarcasmo al darse cuenta que a comenzado a recordar pequeñas cosas, pero curiosamente aun no recuerda su propio nombre.
Fuera de su amada Lily, su muerte y el niño de cabellos negros todo sigue siendo una mancha oscura que no le dice nada. Se obliga a levantarse de la cama para intentar seguir con la rutina autoimpuesta, necesita mantener su mente entretenida para no terminar de enloquecer ante la incertidumbre que le carcome.
Cuando termina el día, sale a caminar con el pretexto de tomar aire fresco, cuando en realidad quiere ver si tiene la suerte de toparse con el joven que vio comprar flores hace poco. Algo dentro de su ser le dice que posiblemente tiene la clave de que sus recuerdos comenzaran a desbloquearse, sin embargo, no corre con suerte.
Comienza a tener sueños extraños sobre lugares desconocidos y magia. A comenzado también a unir algunas piezas con imágenes de un niño con uniforme escolar que esta su cargo. Por la mañana las dudas le siguen asaltando y por alguna razón sus razonamientos llegan a la conclusión de que el chico de cabellos negros es posiblemente su hijo.
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