•|Capítulo XXVI: Void|•

•|Capítulo XXVI: Void|•

"Comencé a trazar líneas en un viejo cuaderno de secundaria, son rosadas y a veces dispersas bajo un pulso casi ebrio. Aún veo tu reflejo en mi cama, lo que tuvimos fue algo tan excepcional que no podría tenerlo de nuevo... Pero quiero sanar y él me está ayudando tanto, él siempre con sus bromas y sonrisas. No se lo digas a nadie pero el secreto que tengo en mi corazón nunca podría contárselo a mi padre, sé que estaría decepcionado de mi al igual que tú."

...

Que burdo de su parte pensar que podría vivir sin él, era tan absurdo siquiera imaginar en algún escenario que su vida estuviera despojada de su presencia, tan contundente, fuerte en existencia que lo hacía pensar con libertad en aquellos momentos donde todo a su alrededor se sentía oscuro y lúgubre, sórdido de una manera colosal. Estaba a su lado, respirando de una manera suave y pululando su aroma por toda la habitación, destrozada en el vigor de unas horas oscuras y llenas de confidencia. Había cierto color delator en sus mejillas, Katsuki estaba encantado y al mismo tiempo orgulloso de la escena. Izuku no parecía querer despertar temprano, no lo culpaba en lo absoluto. Su cuerpo era la misma sentencia de los acontecimientos, estaba agotado pero su fuerza era más consistente.

Después de unos quince minutos bajo una constante de agua fría, un cuerpo cálido se acercó y dejó ir libre el chorro de agua caliente para nivelar la temperatura. Hora y media se quedaron en el baño ante la visita, noventa minutos donde la aspereza y el solo de los movimientos se hacían mejores entendedores que las palabras. Era un gran día después de todo, iban a ir en busca de Himawari para establecerse con ella en el gran departamento, la habitación de la pequeña beba estaba lista, con su cuna e implementos necesarios para desarrollarse, sin embargo, la ansiedad lograba refinar gran parte de las expresiones de Izuku al salir del baño. Una gran parte de sí mismo sabía que no debía tener ansiedad, que la anormalidad pronto sería parte de su nueva rutina, pero no quería decepcionar a una pequeña beba, no quería volverse en extremo inexpresivo.

Con el desayuno sobre la mesa, decorando una escena suave y mañanera, Izuku se quedó perplejo al notar que su mundo se había ampliado hasta sentir en su piel el leve vaho de los labios ajenos al entregarle un leve beso, la sonrisa de Katsuki lo limitó a sentarse con tranquilidad, no debía detenerse, no debía dejar de moverse delante de algo tan importante, estaba seguro de que en algún momento todo sería mejor.

Al salir del departamento, el camino hacia la casa de Mitsuki se volvió tranquilo, ambos conversaron sobre cosas banales del hogar y la agencia, ninguno de los dos se atrevía a tocar un tema tan delicado como la comisión de camino a la búsqueda, la mente de Izuku se detuvo en el recuerdo de la pequeña Himawari que lo miraba con tanto cariño, que lo buscaba con esos ojos tan maravillosos, tenía miedo de perder esa pequeña interacción con ella al estar lejos por días. Estaba ansioso y al salir del automóvil, la casa de la infancia de Katsuki lo recibió como un recuerdo agridulce. Ambos pasaron por el pórtico escuchando a la pequeña balbucear en los brazos de Mitsuki. Sus ojos estaban semicerrados pero ella al ver a Katsuki se llenó de energía. El alfa la tomó entre sus brazos, ambos intercambiando feromonas de forma delicada, unos segundos con su padre y Himawari observó a Izuku a su lado, agarrando con delicadeza la trenza. La nena se rió y extendió sus brazos hasta el Omega, la vista verde se nubló cuando las lágrimas comenzaron a caer. Le tenía lástima a Denki porque esa pequeña iba a ser su hija sin importar qué.

—Hola, ¿cómo estás Himachan?—la nena rió cuando los brazos de Izuku la envolvieron, Katsuki se aseguró de estar cerca cuando la pequeña poco a poco comenzó a dormitar en los brazos firmes del Omega. Unos segundos pasaron y la beba se quedó profundamente dormida como si estuviera esperando la calidez del Omega para finalmente dormir profundamente.

—Menos mal, no ha podido dormir mucho estos días, se tomaba su fórmula pero se quedaba horas en silencio mirando en dirección a la puerta, ahora que la veo, ella los estaba esperando a ambos—Katsuki abrazó a Izuku, envolviendo a sus dos amores con sus feromonas. Poco a poco Himawari soltó las suyas, las cuales recibió Izuku y Katsuki formando una pequeña simulación del lazo. Mitsuki se quedó absorta en la escena, hubiera deseado entender en sus propias carnes el comportamiento familiar de los alfas y omegas, lo que se sentía detrás de eso. Pero estaba feliz, su hijo era feliz y con eso le bastaba, después de verlo tantos días divagando entre el dolor y el veneno de la separación, ahora se sentía segura.

Después de unos minutos en la puerta, los tres fueron hasta la cocina para preparar un poco de té, Masaru se ofreció para ayudar con las cosas de la bebé, empacaron solo lo necesario porque Mitsuki deseaba quedarse con algunas cosas, como un recuerdo de la presencia de la niña en los alrededores de su casa. La escena de Katsuki acariciando con dulzura las mejillas de la beba en los brazos de Izuku le hizo a Mitsuki esbozar una sonrisa, las lágrimas no cayeron pero se sentía tan feliz por su hijo. Poco después, Katsuki fue a ayudar a su padre, la beta se acercó hasta el Omega que aún mecía con cuidado a la pequeña.

—Me alegra mucho que estés aquí, Izuku—la mujer se quedó cerca, Izuku asintió.

—A mi también me alegra, después de años aquí estoy, sosteniendo a esta hermosa pequeña—y como si supiera que estaban hablando de ella, Himawari apretó con más fuerza su mano regordeta. Con sus ojos cerrados se podía ver con más claridad sus hermosas pestañas rubias.

—Sé que no debería decirte esto, pero me gustaría pedirte algo—la vista de Izuku fue directa a los ojos de Mitsuki—. Katsuki es un idiota, lo fue por muchos años y estoy segura que tú lo viste por tus propios ojos. Pero ahora que lo veo a tu lado, puedo decir con seguridad que ha cambiado y eso es gracias a tí, nunca voy a estar lo suficientemente agradecida por eso. Muchas gracias por estar a su lado, te lo agradezco tanto.

Izuku desearía que su madre fuera así, que aceptara la relación que mantenía con Katsuki, sobre todo ahora que era más real que nunca. Sintiéndolo bajo su piel, más vivos en los sentimientos. Deseando darle todo al hombre que estaba ahí para él.
Izuku estaba pleno, feliz y aunque su corazón aún estuviera anhelando el calor de su madre, él se lo iba a dar todo a la pequeña en sus brazos. Suya o no, ella lo sostenía con tanto anhelo su ropa que no podía negarle nada.

La tarde pasó y cuando volvieron a casa, Himawari estaba tomando su fórmula en los brazos de Izuku mientras Katsuki manejaba tranquilo por las calles de regreso al departamento, una vez ahí, la pequeña descansó en la cama principal donde todo estaba en orden, el alfa había pedido un servicio de limpieza y mobiliario para que cambiaran las cosas y estuviera todo como nuevo cuando volvieran. Ordenaron y la niña apenas abrió sus ojos cuando fue arropada entre las mantas de su pequeña habitación, en su confortable cuna. Ambos se quedaron mirando como dormía y movía sus manos entre sueños.
Izuku aspiró profundamente el aroma de la pequeña e intercambio feromonas con ella, en ese momento los dos, con Katsuki como testigo, formaron el lazo que ni siquiera había podido formar con Denki, su padre biológico. Le costó unos momentos entender que había ocurrido, unos cuantos segundos y pudo sentir la agradable sensación de la familia en su piel, tan cálido, tan fuerte que aunque sus rodillas estuvieran débiles, la sensación lo sostenía.

—Kacchan... La puedo sentir, puedo sentirla en mi piel—poco a poco su voz comenzó a hacerse más débil, su corazón se apretó y las lágrimas cayeron—. Dios, la siento en mis entrañas... Es como si...

Fuera mi hija.

—Izuku, ven aquí—Katsuki lo abrazó completamente familiarizado con la sensación de su piel erizandose por culpa de la sensación, con la marca mellando el dolor. No se sentía humano, no podía respirar de lo bien que se sentía tenerlo entre sus brazos calmando sus pesares con una simple acción como acariciar su espalda con pequeños círculos, metódicos como su pecho al subir y bajar por el oxígeno que sus venas necesitaban. Que hermosa era la sensación de pertenecer a un lugar tan cálido como lo era su pequeña familia, con Himawari ahí en su campo visual e Izuku entre sus brazos. Completamente sanos y sin sentir hambre por la carne humana, complejo otra vez. Sin desesperación. Sin embargo, el alfa pudo sentir cierta incomodidad en la piel de su omega—. ¿Qué ocurre?

—Nada importante, es solo que me duele el pecho, sobre todo los pezones. Es raro—Katsuki frunció su ceño, tomó de la mano a Izuku y lo llevó hasta su habitación, levantó la ropa para ver una leve hinchazón en sus pezones. No estaban así en la mañana, al contrario, estaban sanos. Izuku tragó duro y palpo con un poco de desconfianza, al hacerlo unas gotas blancas cayeron por su pecho.

—Eso es... ¿Leche?—Katsuki acercó su lengua al pecho de Izuku y succiono con la mayor delicadeza para no dañar el pecho de su pareja, no había duda, era leche.

—Es imposible, solo los omegas embarazados pueden secretar leche. Y ni siquiera leche, ellos secretan calostro—Katsuki asintió nervioso, no sabía que estaba ocurriendo pero era verdad, Denki durante los últimos días del embarazo alcanzó a llenar varias botellas con calostro. Y el calostro que recordaba de esas botellas era más transparente que el líquido blanco que sus ojos veían caer por el pecho de su Omega.

—Llamaré a un doctor, es temprano aún.

Los dos se quedaron esperando mientras el profesional llegaba al departamento. Izuku estaba tan nervioso que sus manos parecían temblar al son de sus pies pulsando el suelo sin cesar, Katsuki lo abrazó por detrás besando su marca para calmarlo, Izuku aceptó el tacto mientras se mordía el labio inferior. No sabía qué esperar y tampoco sabía que quería escuchar. A la hora llegó una beta de mediana edad, tenía una enorme maleta que la seguía en cada paso que daba, se presentó y a los poco minutos comenzó con una ficha médica de Izuku, el Omega fue sincero con su historial médico, dijo que era Omega y que había abusado muchas veces de los supresores en el pasado, que incluso había mantenido relaciones con otro alfa y ese alfa había anudado muchas veces sin condón, la doctora siguió anotando y después le pregunto a Katsuki sobre su historial médico, el alfa mintió sobre su estado de impulsividad por la carne pero en todo lo demás fue honesto. Después de medirlo y pesarlo, la doctora tomó pruebas de sangre que salieron todas negativas. Izuku no estaba embarazado, pero aún así, él no entendía porque su pecho desprendía leche.

—Una consulta, ¿usted es el padre de la pequeña?—Izuku negó, Katsuki le afirmó que Denki era el padre pero que Himawari lo había rechazado unos momentos después de la coronación—. Ya veo, no es extraño que usted esté secretando leche. Según los registros médicos, Kaminari Denki es un Omega perfecto y usted, señor Bakugō, es un alfa nacido de betas, por lo que sus genes también son muy similares a los de un alfa prime. Por tanto, la pequeña Himawari está provocando estos cambios, usualmente los niños prime están expuestos a muchas feromonas potentes, la mayoría de ellos son iguales a sus padres. Sin embargo, hay ocasiones donde ellos escogen a sus familiares y empiezan a ser camaleónicos genéticamente con sus elecciones, no se sorprenda si en unos meses la pequeña llega a tener pecas y ojos verdes. Por eso usted está secretando leche, las feromonas de la pequeña lo escogieron como su padre y su cuerpo se está adaptando a las necesidades de ella, mañana pruebe darle de mamar solo por unos minutos y verá que ella ya no necesitará más de la fórmula. Además, si no desean tener más hijos, deberían cuidarse más.

—Eso es imposible, yo soy estéril—la doctora negó ajustándose su estetoscopio como si fuera un método para calmarse a sí misma.

—Mis mediciones de sangre indican que usted está en su periodo fértil, usualmente los exámenes de fertilidad son inexactos, considerando que se enlazó a un alfa como el señor Bakugō, y que su cuerpo se está adaptando a las feromonas de la pequeña Himawari, los estados cambiaron. De hecho, en los exámenes que le hice hoy me dicen que está en perfectas condiciones para albergar un feto. Sin embargo, considerando que no es un Omega completo y el embarazo podría ser mortal, le puedo dar varios medicamentos y recomendaciones para que no quede en cinta.

Izuku asintió, aunque las palabras de la doctora le dolían, estaba más tranquilo al saber que no estaba embarazado o algo parecido, sin embargo, cuando se fue la profesional, fue hasta la habitación de Himawari y la observó con cariño, la pequeña lo había escogido, ella no lo había discriminado por ser quirkless o un Omega incompleto, simplemente lo tomo como su padre y estaba tan agradecido que no sabía cómo recompensar más que cuidarla y alimentarse lo mejor posible para tener la mejor leche para ella. Esa noche cuando durmió al lado de Katsuki, no pudo dejar de soñar con la hermosa familia que tenía, en esos sueños veía crecer a la pequeña Himawari y cómo ella con el tiempo comenzaba a desarrollar la tonalidad de sus ojos y lo empezaba a llamar padre.

Los días pasaron lentamente para ellos, Katsuki le agradeció tomando el cuerpo de Izuku en las mañanas e Izuku lo hacía sentándose a su lado cuando las manecillas del reloj daban demasiado tarde. Poco a poco Himawari fue mamando de su pecho hasta que se volvió una rutina hacerlo, estar los tres juntos en la cama mientras la veían lentamente quedarse dormida. Todo era perfecto, sin embargo, la perfección no podría durar lo suficiente. Un día, Hawks los llamó pidiéndoles ayuda. Todoroki no estaba bien, necesitaba apoyo y a sus amigos. Y cuando Izuku le preguntó el por qué, la noticia lo dejó helado. La vida era efímera hasta para ellos.

Y la pérdida era una apuesta perfecta para el destino.

...

Los labios de Shoto formaron una leve sonrisa cuando la mano de Mina tomó la suya a las afueras de la oficina de Endeavor, no estaban acostumbrados a los grandes cambios pero este era uno de ellos. Muchas personas podrían decir que eran solo amantes, pero ellos eran más que eso a los adentros de su corazón. Shoto le había dado algo a Mina que podía durar para siempre.

La noche anterior, después de curar las heridas de un día agotador, él tenía una caja de terciopelo en su bolsillo. La sacó arrodillándose en frente de la mujer que lo había sacado de esos pensamientos oscuros hacía Dabi, de esas ganas de matar a su hermano para estar tranquilo, para dormir mejor durante las noches. Y no era la primera persona de la lista. El alfa solo quería ser normal, solo quería reír y tomar la mano de su mujer en medio de un enorme festival en Brasil, besarla en Praga y luego agradecerle por hacerlo feliz en Singapur. Ser feliz en ese mar de misterio que comenzaba en sus vidas. Podía esperar años, podía seguir adelante con ello y aún así amarla sin siquiera pestañear. Hace años, cuando Momo lo dejó colgado en un sentimiento que solo le había hecho caer en la meth, pensó que su vida sería así. Una sombra obstinada de su hermano, convertido en un drogadicto con espíritu de héroe. Pero Mina era más fuerte que ese sentimiento, y un año después de probar su piel y tomarla entre sus brazos podía decir con seguridad que se sentiría seguro aunque el sol fuera capaz de engullir su cuerpo hasta quemarlo, Shoto ya no amaba a Momo, ahora su corazón pertenecía a la pequeña Omega de ojos ámbar y piel rosa, cabello ondulado, con sus mejillas regordetas y unas caderas que podían ponerlo de rodillas, como en ese momento que le pidió ser su mujer, ser una Todoroki más.

Ser parte de su enorme y trágico mundo, y que le diera colores a ese lugar. Porque no podía sacar de su cabeza esos labios, que después de aceptar, no hizo más que besar. No podía controlarse, estaba atrapado en un sentimiento que no tenía civilización, no la podía dejar ir.

Moriría rápidamente si algún día la perdía.

Toda esa noche estuvieron llamando al otro, Shoto suspiró tantas veces el nombre que cada curva de su cuerpo se sintió entumecido por ello, por esas manos frías y heladas que solo sabían adorarla con una cura contra la soledad. Mina vió tantas veces su alma en los ojos heterocromáticos que no podía considerar la soledad un desafío, tantas veces que aunque la mañana llegó hasta su ventana, aún estaban sobre el otro con el diamante azul brillando sobre su dedo. Mina no podía imaginar algún día perder la fe en esos ojos, en esos labios que la llamaban y en esas manos que solo sabían tocarla con amor. Y esa mañana, impregnados en el aroma del otro, fueron de la mano hasta la oficina de Endeavor para avisarle que pronto ella sería otra Todoroki, Mina no paraba de temblar. No sabía porqué, pero se sentía como si estuviera a punto de ser comida por una bestia que no podía ver a simple vista. Enji no era malo con ella, al contrario, siempre la protegía, siempre le daba consejos, a veces comían juntos con Hawks en algún restaurante y hablaban sobre Shoto, sobre el futuro de la agencia y las noches que se aproximaban a sus manos. El alfa de casi cincuenta años estaba preocupado por ella, siguiendo los pasos de la comisión parecían tenerle especial aprecio por su falta de compromiso pero eso ahora no le importaba, el anillo en su mano izquierda la protegía de las miradas y los demás.

—Tranquila, no es como que me importe su opinión de todas formas, solo es cordialidad ya que él deberá firmar unos papeles de propiedades—Shoto estaba tan confidente con sus palabras que le entregaba parte de esa seguridad a ella. Cuando Enji los recibió, ahí estaba Hawks, sonriente esperando por ellos como si supiera. Las palabras fluyeron entre los cuatro, en un momento Enji no pudo más y lloró, Shoro lo miró amargamente pensando que diría algo negativo, el alfa de ojos heterocromáticos estaba listo para pelear con su padre pero las palabras del alfa mayor fueron amables.

—Me alegro tanto Shoto. Tienen todas mis bendiciones—Shoto sonrió y tomó con más fuerza la mano de Mina, no esperaba su aprobación pero tenerlo llorando mientras Hawks le daba pequeños golpecitos en su espalda se sentía casi como una imagen familiar, algo que podría guardar con seguridad en su corazón y atesorar como una fantasía. Después de ese momento, tanto Mina como Shoto salieron a las calles para cumplir con sus obligaciones, sin embargo, no contaban con la presencia de Touya en la distancia.

El alfa de ojos azules había visto muchos ángeles en su vida, ser un villano siempre le daba esa maravillosa experiencia de ver a los ángeles caídos de la sociedad y en Geten vió esa particular categoría, un ser tan hermoso que cayó en las redes equivocadas, en el rencor y la sensación de poder entre sus manos frías. Dabi tenía mucho de lo cual arrepentirse, siempre estaba en su mente los ojos del bebé que trajo al mundo, ese que tanto se parecía a su padre y que no podía soportar contemplar. Se sentía miserable, era injusto que Shoto fuera feliz al lado de un ángel que aún no caía, se sentía celoso. El niño prodigio de papá seguía ganándole en todo lo que hacía, mejor héroe, mejor hombre, mejor alfa, mejor amante, mejor hijo, mejor en todo. Y ahora que veía a Mina a su lado, sabía que los pasos que se verían detrás de esa pareja serían exitosos. No quería que fuera así, quería sangre, quería que Shoto sufriera lo suficiente para manchar su alma con la ira y el dolor.

Con una sonrisa en los labios siguió a la pareja, Toga debería estar por ahí, acabando con sus órganos en drogas y dolor, sin ningún objetivo ahora que Shigaraki apenas les hablaba. Pero él tenía un objetivo en mente así que no se sentía tan vacío como ella, al menos si no podía arruinar a Endeavor, iba a acabar con Shoto hasta que no quedara nada del niño perfecto de papá.

Las horas pasaron y el cielo poco a poco se volvió un enorme mar de sangre, pequeñas aves volando y cantando una melodía triste, trágica que podía prever el dolor en los huesos. Dabi sabía los horarios de Shoto, conocía todo sobre su hermano hasta lo importante que sería perder a civiles. En una zona comercial familiar, llena de niños y sus padres sonrientes, Dabi inició un fuego aislado pero la zona en dónde lo hizo pronto provocó una explosión que fácilmente podría haber acabado con más de un inocente. La sonrisa de Dabi se ensanchó más cuando vió que Mina estaba tratando de salvar civiles mientras Shoto estaba tratando con todas sus fuerzas de salvar la estructura con hielo, sería fácil de manejar el incidente, pero le daba el tiempo suficiente para usar su cuerpo.

Mina estaba salvando a una niña cuando Dabi soltó sus feromonas, las más fuertes que pudo expulsar de sus glándulas. Había una zona de karaoke familiar, unas máquinas de jugar y otras áreas llenas de juguetes que complementaban el lugar con suavidad, pero el fuego lo hacía casi encantador, para Dabi porque Mina al momento de sentir las feromonas impactar su cuerpo, se sintió como si una ola de calor llegada desde el mismísimo infierno fuera hasta ella. Tomó cuidadosamente a la niña que tembló, su cuerpo ardió cuando una llamarada azul le quemó la espalda rompiendo parte de su traje, Mina gritó pero aún así cubrió con su cuerpo a la pequeña niña que solo gritaba el nombre de su madre. La llamarada azul se detuvo pero la piel de Mina se sintió al fuego vivo, apenas respirando el aire que quemaba sus pulmones, le pidió a la niña que corriera sin mirar atrás. La niña lo hizo y Touyai se rió, Mina apenas podía moverse pero podía reconocer ese tono de voz. No podía creer que había abogado por él cuando Shoto deseó matarlo hace meses.

—Mirate, un ángel que voló demasiado cerca del sol. Eso es lo que pasa cuando te involucras con un Todoroki, te quemas hasta que no sabes si podrás moverte. No te preocupes, solo fue la mitad de tu espalda, aún puedo ver ese trasero jugoso tuyo en perfectas condiciones—Mina apretó y arrojó una cantidad enorme de ácido que Dabi trató de esquivar, algo cayó en su brazo provocando que el alfa de ojos azules se sintiera más feliz.

—Pudrete idiota—Mina espeto sintiendo cada palabra en su espalda, trató de ponerse de pie pero le dolía tanto que no podía siquiera moverse sin gritar de dolor, Dabi estaba sintiendo en sus pulmones las feromonas de dolor, las encontró tan dulces que el dolor de la quemadura por ácido no significó nada, se acercó hasta Mina y la tomo de uno de sus brazos, ella gritó mientras el dolor se dibujaba en sus expresiones, el alfa se mofo y soltó todas sus feromonas, envolviendo con calor a Mina. La Omega no pudo evitar vomitar, lo entendía, sabía lo que estaba haciendo Dabi. Le estaba tratando de provocar un celo, esperaba que Shoto pudiera salvarla porque sus piernas estaban tan débiles que no podía moverse sin temblar, su espalda ardía pero lo que más le dolía era que su cuerpo estaba respondiendo a las feromonas de Dabi, su centro dolía con necesidad.

—Oh, eres tan linda. Será breve lo nuestro pero lo disfrutaré como si fuera parte de mi último aliento—Mina tragó sus gritos de miedo cuando Dabi la arrastró por el área, sintiendo como la basura del derrumbe se le incrustaba en la espalda, quería decir algo pero su garganta estaba sellada por culpa de las feromonas.

Dabi la arrojó a una pila de peluches en un depósito de objetos perdidos, la inocencia y el olor a diferentes familias felices hicieron que Mina quisiera llorar. Dabi tranco la puerta y se desabrochó los pantalones mientras veía el traje de heroína de Mina humedecerse, sonrió pensando en la expresión de Shoto al ver que su linda novia estaba lista para recibirlo, pero eso no era lo único que hacía a Dabi sonreír, la sensación del poder, de contemplar a Mina intentando desesperadamente luchar contra él lo hacía sentirse más poderoso que nunca. Mina estaba encima de un peluche de oso blanco, su trasero estaba alzado y la mitad de su espalda brillaba por culpa de la quemadura. Se veía tan deliciosa que Dabi simplemente no pudo esperar, liberó todo lo que estaba conteniendo. Tan pronto como lo hizo, Mina sintió que las fuerzas se marchaban gradualmente de su cuerpo, trató de luchar para liberar un poco de ácido en sus manos pero nada salió porque ya estaba en celo, sus poderes estaban completamente anulados. Sintió las manos en sus caderas y sus ojos borrosos contemplaron los diferentes peluches y cómo cada uno de ellos le recordaba a una familia feliz. Huyó tanto tiempo de los hombres que querían destruirla por dinero que nunca se imaginó que un villano tan familiar aparecería en su vida quitándole todo.

Lloró amargamente cuando lo sintió en su interior, dolió como si alguien la estuviera apuñalando tan fuerte que no pudo siquiera quedarse tranquila, luchó con sus últimas fuerzas y recibió un golpe caliente en su espalda quemada, dolió tanto que su estómago no pudo más y vomitó todo lo que había comido ese día, el agradable desayuno con Shoto y las sonrisa de ese momento, la noche anterior y todo lo que sintió en ese instante de felicidad plena. Todo se arruinó, todo abandonó su cabeza y solo pudo pensar en la sensación dolorosa de su cuerpo, en lo asquerosa que se sentía, en el dolor y lo inútil que era al no poder hacer nada. Poco a poco comenzó a sentir el nudo próximo, y ahí se quedó sin fuerzas, sus ojos borrosos y su boca llena de vómito.

—Tan bella, tan apretada, tan suave, definitivamente un ángel caído que se volvió mío—Dabi estaba agotado, sus gemidos eran erráticos pero aún no era suficiente, tenía que quebrarla hasta el alma y así solo sería completamente suya—. Espero que estés lista, porque aún no he terminado contigo.

Cuando Mina lo escuchó fue demasiado tarde, Dabi anudó dañando su cuerpo y un momento después el veneno impactó por completo la glándula del cuello de Mina. Ella gritó, fue desgarrador hasta para Dabi que ahora podía sentir todo el dolor de ella en sus adentros, no pudo evitarlo, todo su dolor se convirtió en éxtasis, Mina estaba convulsionando del dolor entre sus caderas pero no podía siquiera dimensionar el porque, solo sentía la maravillosa sensación del dolor, de la desesperanza, de la vergüenza y el profundo arrepentimiento. Ahora Mina era suya, era su Omega y si quería podía matarla aquí mismo y buscar otra Omega en su vida. Para él no era de mayor importancia, Mina sin embargo, se sentía a punto de morir, su cuerpo dolía, ardía en cada centímetro, no había mayor dolor que ese. Y tan pronto como pudo, vió la sangre caer por sus piernas. No, no podía ser.

Gritó y Touya notó que la sangre se estaba filtrando por sus piernas, al hacerlo él no pudo evitarlo, rió con tantas fuerzas que Mina pudo sentir en su piel el éxtasis que estaba sintiendo al verla tan rota. Ella lo sabía, él lo sabía. Cuando una Omega recién marcada empezaba a sangrar de esa manera, solo podía significar una cosa.

Estaba embarazada de otro alfa y el veneno del alfa que la marcó le estaba provocando un aborto por el rechazo hormonal.

Mina negó sumamente dolida, temblando tanto que no podía soportarlo más y se desplomó ahí mismo. Su cuerpo siguió expulsando sangre aún cuando estaba totalmente inconsciente, Dabi se alejó una vez que el nudo se deshinchó por completo. Con absoluto éxtasis, vió su obra de arte y pudo respirar tranquilo cuando la puerta que había trancado momentos antes se abrió con un golpe. Shoto cayó de rodillas cuando vió a Mina ahí, la sangre corría desde sus adentros perfectamente combinada con el líquido blanco de la semilla de Dabi, lloró y se acercó a ella viendo la quemadura en su espalda. La dió vuelta y la abrazó notando la horrible y descuidada marca en su cuello, era una marca hecha con tan poca delicadeza que sabía que nunca sería capaz de cicatrizar, el amor de su vida completamente destruida.

Shoto sabía que había algo extraño con la explosión, la busco por tantos lados que incluso más de un civil murió porque solo la estaba buscando a ella y ahora Mina apenas podía respirar. La abrazó con tantas fuerzas que sus brazos dolieron, lloró contra su rostro juntando sus frentes, revelando la suma tristeza de su corazón, no le importaba que Dabi estuviera ahí, burlándose de él por su desgracia, no le importaba nada porque lo más importante de su vida estaba en sus brazos hecha un desastre, lentamente muriendo sin poder decirle nada. No podía vivir sin ella, la amaba tanto que no podía siquiera imaginar que podía pasar ahora. Cerró los ojos y miró a Dabi, él estaba a un lado de la habitación de objetos perdidos, feliz y con su polla al aire.

Shoto recordó lo que su madre había dicho sobre Touya, como le faltaba cariño, como salvarlo era posible. Él no tenía salvación, él no tenía siquiera un alma a la cual apelar. Shoto dejó a mina ahí, con su sumo cuidado y limpiando las lágrimas de sus mejillas y el vómito de su mentón, unos segundos antes de acercarse a Dabi, él iba a decirle algo pero Shoto uso su hielo para congelar su cuello y manos, el alfa estaba en celo así que no podía usar su particularidad, Shoto lo escuchó decir tantas palabras pero no pudo entender ninguna, empezó por sus piernas quemando todo lo que sus ojos veían. Los gritos de Dabi llenaron los pasillos, a Shoto no le importo nada más que ver cómo lentamente la carne se volvía negra. Dabi estaba temblando, no quería morir y usó palabras clave. "Si muero, ella también podría hacerlo." Shoto miró a Mina y luego a su hermano, completamente taciturno.

—Ella ya está muerta, ¿no te has dado cuenta?—Dabi abrió los ojos con sopresa y lo sintió, era verdad. No podía percibir los latidos de Mina, antes de que pudiera hacer algo, Shoto quemó su cara para no ver el dolor que le provocó la sensación desagradable de pérdida. Poco a poco Shoto vió como la carne del rostro de Dabi se hacía oscura hasta alcanzar el mismo tono de sus extremidades quemadas, y con eso, lentamente la forma del cráneo se asomó, se detuvo al ver que no se podía quemar más.

Comenzó a negar, sonrió y segundos después de sentir que estaba en su límite, lloró más fuerte al ver sus manos. Cayó de rodillas frente al cadáver de Touya, de espaldas a Mina y gritó dándose cuenta lo que había pasado, se culpo por no haberle prestado la atención necesaria al mensaje de Dabi, por no haber marcado a Mina antes para que las feromonas de Dabi no le surtieran efecto, se culpo por no haber estado ahí para ella. Todo fue tan rápido que ahora todo el dolor lo estaba impactando de imprevisto, su corazón se sentía como si fuera estrujado y pequeños trozos de hielo fueran de a poco incrustandose, uno al lado del otro.

Unos momentos después llegó Hawks, observó la situación y después vio a Shoto hecho pedazos mientras hilos de lágrimas caían de su rostro, se arrodilló al lado del héroe y lo abrazó, Shoto le devolvió el abrazo ahogando con sus fuerzas al héroe mayor. Hawks cubrió con sus plumas a Mina, una pequeña manta mientras Endeavor llegaba a la escena. Solo unos segundos y ahí estaba, el alfa mayor era inteligente, vió todo y pudo deducirlo sin siquiera oler el fuerte aroma en la habitación, después de ver la escena tomó en sus brazos a Mina, la chica pesaba tan poco que no entendió porque en su corazón se sentía tan pesada. Estaba llorando, estaba apretando sus dientes tan fuerte que Burnin cuando lo vió no pudo siquiera quedarse a respirar a su lado, el hombre parecía totalmente perdido. Enji realmente lo sentía por Rei, pero todo lo que tocaba Dabi estaba destinado a acabar de una forma así, pero... También se dió cuenta que en realidad todo lo que tocaba él acababa así, si no fuera por él, Dabi nunca hubiera sido así. Y no pudo siquiera imaginar si algún día Hawks terminaba de esa manera, podría volverse loco, ahora entendía a Shoto y todo lo que había pasado. No podía creer que su hijo fuera tan fuerte, pero él siempre había sido así. Shoto era el más fuerte de los Todoroki.

Los medios de comunicación llegaron al sitio y le preguntaron tantas cosas a Enji que el alfa simplemente no pudo responder, no había nada que sus labios fueran a decir. Al poco tiempo salió Hawks con Shoto, el alfa apenas caminaba y aunque Hawks era más pequeño que él, lo sostenía con fuerza. Tantas preguntas, tanto que decir que Shoto estaba mudo y miraba al vacío como si quisiera desaparecer de la faz de la tierra. No quería nada, no quería hacer nada, solo dejar de sentir porque apenas podía ver por culpa de sus lágrimas, raudas y grandes. Los medios de comunicación solo se alimentaron de ese momento, grabando como cuervos el dolor de los demás. Hawks quería gritarles pero Shoto lo estaba apretando con tanta fuerza que no quería dejarlo porque sabía que el alfa caería y no podría levantarlo de ese estado. Así que simplemente soportó esperando que el camino a la agencia no fuera tan difícil como lo sería de ahora en adelante pero hasta una persona como él sabía la verdad.

Nada sería fácil.

...

Tal y como lo había previsto Hawks, Todoroki se quedó encerrado en su departamento después de la muerte de Mina, no asistió al funeral y aunque todos sus amigos fueron a visitarlo para darle ánimos, no había palabras que salieran de sus labios, se comportaba como un maniquí, apenas comía y dejaba que las personas a su alrededor fueran por ahí a su alrededor, hablándole e incluso gritándole mientras el solo miraba más allá de sus ojos, en blanco y tan taciturno que nunca antes así había comportado de esa manera tan fría, incluso cuando su madre se presentó ahí para él, no reaccionó en lo absoluto, hasta Natsuo en un momento de ira le gritó para hacerlo entrar en razón, nada, absolutamente nada. Era un Shoto que apenas se podía mantener en pie. Natsuo culpó a Endeavor de todo lo que estaba pasando y el alfa mayor aceptó cada uno de los insultos mientras Hawks trataba de calmar las cosas, pero hasta eso no fue suficiente. Los ecos se sintieron eternos en la casa Todoroki, con Rei ahí, hasta Fuyimi perdió sus fuerzas para defender a su padre de los arrebatos de Natsuo, al final, Enji le pidió a Rei que se llevará lejos a la pequeña de Touya porque no podía soportar arruinar a nadie más, Rei lo hizo sin decir nada. Hawks discutió con él por eso, él se había encariñado de una manera que no podía imaginar con la beba, pero incluso ante las palabras de su pareja, Enji ni se inmutó. Al contrario, rompió con él después de años juntos, compartiendo sus noches y alientos.

—Eres demasiado joven para arruinarte con un hombre como yo, Keigo eres libre. No arruinaré a nadie más—Hawks lo abrazó y susurró lo mucho que lo amaba pero eso no fue suficiente, el alfa había tomado una decisión y Hawks lo sabía, no había manera de hacerlo cambiar de opinión. Le lloró amargamente y suplico asegurándole que ambos iban a estar bien pero después de horas no pudo más con la expresión impasible en el rostro de Enji y se fue. No pudo dormir en la cama de un hotel así que vago por las calles, aunque tenía la esperanza de que Enji cambiara de opinión no podía quedarse llorando en algún hotel por ahí, aún estaba en su corazón la expresión rota de Shoto cuando lo sostuvo ese día, fue tanto que le dejó moretones en sus brazos. Tenía que ayudarlo, aunque fuera a la fuerza.

Cuando llegó al departamento de Shoto, la puerta estaba semi abierta y había sangre por todos lados, la sangre no era del alfa. Hawks caminó con cuidado hasta que halló en el baño un cuerpo en la tina, era una mujer y no le costó trabajo reconocerla, era Himiko Toga. Tenía la garganta abierta, grandes cantidades de sangre estaban manchando su cuerpo desnudo. Por un instante dudo que Shoto hubiera hecho aquello pero el cuchillo sobre el mueble del baño decía otra cosa, primero se preguntó una razón pero después recordó que ella y Touya habían sido amigos, que ella era especial de alguna manera para el alfa fallecido. Hawks recordó la expresión de Rei cuando se enteró que Touya había muerto a manos de Shoto, a pesar de que la mujer era buena escondiendo gran parte de sus emociones, existía cierto odio en su expresión cuando miro a Shoto después de eso. Touya era el hijo mayor, sabía que ella nunca podría dejar de verlo como un hijo. Aún así, pensaba que Shoto no había notado esa expresión en su madre pero cómo no podía hacerlo, era su madre después de todo.

—¿Qué haces aquí?—Hawks se dio vuelta y vió a Shoto cubierto de vendas, probablemente habían sido por la pelea que le había dado Toga, su expresión era vacía pero su voz estaba llena de ira. Sus ojos estaban inyectados en sangre, como si hubiera llorado por horas, por la forma del cuerpo, Toga murió rápidamente pero agonizó y para alguien que sabía matar, eso decía mucho de su rencor—. Te lo repito, ¿qué haces aquí?

—¿Te estás vengando?—Shoto no dijo nada y comenzó a limpiar todo el desastre por el departamento, Hawks lo siguió de cerca viendo como el alfa tenía rasguños en su espalda y brazos. Toga había dado todo por vivir—. Te estoy hablando.

—No te interesa, no vengas aquí como si no fuera parte de Endeavor—Hawks se mordió el labio inferior.

—De hecho, tu padre terminó conmigo. Vine aquí porque no tenía nada que hacer, además de ayudarte.

—No soy un niño indefenso, no necesito ayuda de alguien más—Shoto quemó las cosas que tenían sangre en el lavadero de la cocina, Hawks intentó acercarse pero sabía que sería un paso en falso.

—Todos necesitan ayuda después de algo así, no te cierres Shoto—y ahí, con la ira surcando su rostro, explotó. Hawks quedó en silencio, esperando que se rompiera por completo para tomar sus pequeñas partes y así empezar de cero aunque fuera complicado.

—¿¡Algo así?! ¿¡Te refieres a que violaron hasta la muerte a mi prometida o te refieres a que lo hizo mi propio hermano?! ¿¡O tal vez será que lo incinere hasta que no quedó nada reconocible en su rostro?! ¡Dime Hawks, ¿a qué te estás refiriendo?! ¿¡O es por mi madre que ahora me odia por haber matado a su hijo mayor, el hombre que me quitó lo único que amaba!?—Shoto cayó de rodillas al suelo mientras gritaba y se agarraba con ambas manos la cabeza, Hawks se acercó y Shoto lo tomó y lo abrazó con la misma fuerza que lo hizo ese día hace semanas.

Hawks sabía que necesitaría el calor humano, llamó a sus amigos así que era cosa de tiempo pero era tan desesperante sentir sus feromonas, la forma en que gritaba contra su pecho e intentaba buscar algo de calor. Hawks tenía miedo y le dolían las piernas por tenerlo encima suyo pero no quería romper la débil esfera que ambos tenían. Así que simplemente lo dejó en contra de su pecho, apreciando las molestias de tenerlo contra él y lo bien que se sentía ayudarlo. Las cosas serían mejor con la llegada de la mañana.

Cuando el sol alumbró, Shoto seguía aferrado a su mano mientras dormía,  no lo dejó ir en ningún momento de la noche. Cuando Hawks despertó no nombró palabra y lo ayudó a lidiar con el cadáver de Toga. Ordenó cosas en su departamento y lo vió dormirse entre los ropajes de Mina, cuando llegó la noche, Shoto pidió comida a domicilio, el Omega sabía que era su forma de agradecer porque no era bueno con las palabras. Estaba bien, no lo iba a dejar solo, después de todo, Shoto también era su amigo aunque él y Enji ya no fueran pareja. Era un adulto con responsabilidades y no podía darse el lujo de llorar frente a alguien que lo había perdido todo. Y Shoto agradecería cada segundo de su vida esa oportunidad de tener a alguien como Hawks a su lado solo que aún no lo sabía.

...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top