•|Capítulo XXI: Quisiera... Realmente quisiera que estuvieras aquí|•

•|Capítulo XXI: Quisiera… Realmente quisiera que estuvieras aquí|•

"Solo dios sabe lo mucho que te he amado, lo mucho que he esperado verte todos estos días. Cada uno de ellos pensando en el sentimiento de que si no hago lo suficiente, te perderé en la oscuridad. Las puertas del cielo están abiertas, pero sería demasiado fácil ir y dejar todos a mis seres amados solos, de dejarte solo."

….

Bajo el eco de las palabras de Denki, hubo una oscuridad que se formó en sus expresiones. Tenía miedo, era normal considerando que su cuerpo estaba albergando un problema, no, no era un problema. Pero eran tantas palabras que Katsuki lo único que pudo hacer frente a ellas fue dejarlas ahí y abrazar el pequeño cuerpo del omega. Las manos de Denki se aferraron y pidió perdón, sus labios lo dijeron tantas veces que lentamente se volvió un eco en los pasillos del departamento. Dios, Denki estaba embarazado.

Nunca en su vida imaginó que las consecuencias de esa noche serían tan graves, habían muchas soluciones pero las lágrimas de Denki eran claras cuando dijo: "No puedo abortarlo, no quiero pasar por lo que pasó Jirou, no puedo, perdóname pero no puedo. Simplemente no, preferiría dejar de trabajar antes que sufrir lo que ella sufrió. Sé que en una clínica me atenderían bien, pero no puedo hacerlo. Tengo miedo, mucho miedo. Así que, por favor no me obligues a hacerlo." Y Katsuki no se lo hubiera pedido tampoco, después de las imágenes tan vívidas de Kyoka en sus memorias, ver a Denki pasar por lo mismo no era algo concebible. Así que simplemente apretó más fuerte a Denki, sintiendo el bulto de cuatro meses contra su estómago.

La noticia fue dura para el Omega, de hecho llegó a sus oídos durante unos de sus exámenes mensuales. La agencia que lo había contratado era buena pero tenía una política muy estricta con los omegas no marcados. Cada mes Denki tenía que hacer un chequeo físico, pero ese mes le hicieron uno de sangre más específico. Varios salieron alterados y se los hicieron nuevamente, Denki tembló al ver cómo nuevamente los exámenes salían alterados y la beta encargada de su ficha médica le felicitaba irónica y con una cara llena de burla. Era un Omega sin marca, un Omega embarazado sin alfa, estaba perdido. Al llegar a la agencia su jefe le pidió que fuera hasta su oficina, el hombre tenía puesto en el Omega muchas esperanzas pero estar embarazado era como una plaga por el aroma que desprendería en unas semanas. Kaminari no sabía qué hacer, y simplemente se calló frente a su jefe mientras escuchaba los insultos junto a la carta de renuncia que llegó a sus pies. Para no dejarlo a la deriva, su jefe llamó a su contacto de emergencia, Denki no había cambiado su ficha personal, por lo tanto su contacto de emergencia seguía siendo Shinso. En la puerta de la agencia apareció el alfa de cabellos índigo y a su lado estaba Monoma, no le sorprendía la verdad. No tenía dónde quedarse así que le pidió un poco de asilo a Shinso mientras buscaba algo. Pero el alfa solo le hizo una pregunta antes de siquiera dejarlo respirar.

—¿Es mío?—el silencio hizo que Monoma quisiera silbar, pero en ese momento Shinso no estaba jugando. Quería la verdad.

—No lo sé—Shinso lo tomó de la mano, fuerte y con una expresión seria formada en su rostro. Denki no podía reconocer al hombre que lo estaba tomando con tanta violencia. Apenas podía respirar bien por culpa de sus feromonas llenas de odio.

Los tres fueron a un laboratorio que efectuaba pruebas ambulatorias sobre los omegas embarazados. Algo simple y se sabría su información genética, con ello toda la información necesaria para complementar la alimentación del Omega gestante y el feto. Solo se necesitaba una gota de sangre, una del alfa y la otra del Omega. Era una prueba costosa pero Shinso quería saber, el dinero lo valía. Mientras esperaban, Denki jugó nervioso con sus dedos, solo se había acostado con dos personas en su vida y si Shinso no era el padre, la otra persona era clara. Pasaron alrededor unos treinta minutos antes de que la enfermera encargada de las pruebas entregara el sobre con la información, Denki no tomó el papel y Shinso no espero formalidades para saber la verdad, junto a Monoma leyeron en voz baja. La risa estridente del Omega rubio fue más que suficiente para hacer que las pocas fuerzas que le quedaban a Denki se fueran escurriendo por sus músculos cansados, levantó la vista y Shinso, quién no pudo dimensionar bien la información, golpeó con fuerza la mejilla de Kaminari. Todo el pasillo de la clínica quedó en silencio, hasta Monoma había quedado en blanco con la acción de su novio, su piel estaba casi tan blanca como las luces. El alfa no dijo nada más y se fue, Monoma se quedó unos momentos viendo la expresión de Denki y le entregó el papel con suavidad. Él también era un Omega, entendía un poco lo que estaba pasando el otro a pesar de su personalidad complicada.

—Lo siento mucho—susurró, parecía preocupado mas no entendía bien el dolor de Denki, no le importaba lo que pensara Shinso. Había terminado con él hace tiempo y no necesitaba más de su aprobación o tiempo, sin embargo, la clínica estaba llena y nadie hizo nada cuando lo golpearon. Hasta la enfermera encargada de la entrega de información parecía decepcionada de él, un héroe en ascenso con un hijo no nato, no había vergüenza más grande en el mundo de los héroes. Tomó el papel y lo leyó tratando de contener las lágrimas. Dieciséis semanas de gestación, su género aún no estaba bien definido pero su formación era sana a pesar de que había recibido mucho golpes mientras trabajaba, así que no le sorprendería que fuera un alfa y más sabiendo que era de Katsuki. Solo él le podría engendrar un feto sano y fuerte.

Cuando salió de la clínica, el frío lo envolvió y no fue capaz de llamar a su padre a pesar de que él había vivido lo mismo. Con pocas ganas de hacer algo fue hasta el departamento de Katsuki, ese que se había comprado para no molestar a nadie en la agencia de Endeavor, según las palabras de Shoto cuando cenaron hace un tiempo durante una emergencia. No quería molestar pero hacía frío y su estómago, que hace unos días pensaba que era gordura, pesaba más de lo común. Y ahora estaba entre los brazos del alfa, no lo había golpeado como Shinso y tampoco sus feromonas sostenían una esencia de burla u odio. Se sentía bien, y ahí lloró amargamente. Los sentimientos eran una mierda pero ahora podía dejarlos ir y gritar por ellos.  Los minutos pasaron y ambos se quedaron mirando las manos mientras el tiempo parecía ir más lento, la mente de Katsuki estaba en Nueva York con un pequeño bebé en sus brazos, los pensamientos de Denki seguían en su cuerpo y las probabilidades.

—¿Qué haremos? No quiero hacer un escándalo en los medios—y ahí, Katsuki pudo recordar los precios que tenían sus genes y los de Denki, apretó sus labios y su pulso se aceleró. Maldijo por lo bajo, eso llamó la atención de Denki que no estaba en condiciones de recibir ese tipo de información sobre la comisión. Demasiado cruel—. ¿Qué pasa? Por favor, si tienes algo que decirme, solo dímelo.

—No, joder. No podrías asimilarlo bien, es demasiado—Denki tomó con fuerza los hombros de Katsuki.

—Somos amigos, ahora tenemos esto entre nosotros, ninguna palabra que salga de tu boca podría hacerme caer, he visto cosas Bakugō, he visto muchísimas cosas en las calles… Ya nada realmente me sorprende. Por eso, confía en mí—Denki estaba en lo correcto, durante las semanas que trabajó en la agencia, sus ojos habían sido testigos de niños, de adultos y tantas drogas que el degradado de la sociedad seguía marcado en sus ojos. Era increíble que lo que su padre decía sobre ser un héroe no tenía nada que ver con lo que sus ojos habían visto. Incluso siendo Omega, cada crimen, se sentía como un tatuaje hecho con tinta roja en su piel. Así que nada de lo que Katsuki podría decir realmente le haría perder la compostura. Katsuki estaba entre la espada y la pared, el aroma de Denki era demandante y su alfa interno estaba como un loco buscando cumplir con todas las expectativas del Omega, incluso su marca en el cuello no ardía en lo absoluto. Era como si todo rastro de Izuku solo estuviera en su cabeza—. Por favor, Kacchan.

Ese maldito sobrenombre.

No podía decirle que no a ese sobrenombre a pesar de que fue la razón del porqué Denki estaba ahí con un embarazo de cuatro meses. Entraron y dejo que Denki se pusiera cómodo, igual ocultarle información sería más peligroso que dejarlo en la ignorancia. Después de todo ese niño tenía genes que llamarían demasiado la atención, tenía que ser cuidadoso. Tenían que ser cuidadosos.

Mientras comían platillos preparados hablaron sobre todo, Katsuki le dijo todo lo que tenía en su corazón sobre las cosas que había estado haciendo el último tiempo, hasta la razón de porque Izuku se había ido a Nueva York. Denki quedó sorprendido con toda la información, era verdad, ahora tenía miedo por la pequeña criatura que vivía en su vientre. Pero, de cierta manera se sentía culpable por haber arruinado la relación de Izuku y Katsuki, si esa noche hubiera usado un condón adecuado al talle de Katsuki, no estaría imaginando millones de escenarios dónde le quitaban al pequeño para venderlo a unos criminales. Trató muchas veces de tragar la comida, todo era tan complicado. Katsuki se abstuvo de mostrarle las fotografías y los vídeos, y Kaminari lo agradeció. Con su estómago tan delicado, no hubiera soportado las contracciones de su mente. Se hizo tarde, ambos estuvieron horas y horas hablando sobre la comisión y sus andanzas en el bajo mundo.

—Realmente pensé que Izuku se encargaría de Afo, supongo que ahora es mejor que este en Nueva York… ¿Estás bien con eso? Porque lo amas, ¿no? Por como hablas de él, es muy fácil suponerlo—Katsuki se detuvo en mitad de su pastel de mochi, la mirada de Denki era comprensiva. Y es que, en realidad no había hablado de esto con nadie, ni siquiera sus padres sabían las verdaderas razones de porque se había ido y Todoroki era demasiado estreñido emocionalmente cómo para entenderlo bien. Suspiró y observó la enorme ventana que daba justo a la ciudad, las luces iluminaban todo. A veces, cuando llegaba y no podía ir hasta su cama, se preguntaba si Izuku se sentía igual de solo. Si él también anhelaba su calor, momentos después recordaba que Izuku probablemente estaría con un Americano atractivo, alguien que podría darle lo que nunca pudo. Alguien digno.

—Me duele, no voy a mentir con ello. Me duele mucho y es cansino hacer tanto y no poder ver sus ojos. Sé que está bien, sé que está dando lo mejor de sí y yo estoy haciendo lo mismo. Tengo que hacer lo mismo, lo amo, por eso lo hago. No podría imaginar un mundo donde él no sea feliz, y si tengo que sacrificar mi felicidad por él, lo haré—Katsuki no pudo ver a Denki moverse pero sintió sus brazos alrededor de su cuerpo, Katsuki río cuando vio la cara de Denki desfigurada en un llanto horrible.

—Dios, eres tan tierno cuando hablas así que no puedo evitar llorar, ojalá Mina pudiera verte así de bonito—Katsuki lo insultó y Denki le devolvió el insulto. Y así pasaron horas antes de que ambos cayeran dormidos en el sillón, sobraba tanto espacio en su departamento que con Denki ahí, Katsuki no se sentía tan solo. No había tanto silencio, sería incómodo acostumbrarse a la presencia del Omega porque seguramente era un alma desordenada pero era mejor que sentirse solo. Cualquier cosa era mejor que ese frío de la soledad.

Al llegar la mañana, Katsuki llamó a Endeavor para informarle sobre su situación, el alfa lo felicitó y le ofreció a Denki un trabajo para que no estuviera cesante mientras se desarrollaba su embarazo. La idea de Katsuki era fingir que él y Denki tenían algo para que los medios se desviarán del evidente problema en su vientre, después de la lumbre, el Omega tenía la intención de trabajar para endeavor y conseguir un trabajo en el extranjero, tal como lo había hecho Izuku. La idea era un poco alejada del plan inicial pero mientras más ayuda tuviera Denki con su embarazo, más fácil sería afrontar a la comisión y sus consecuencias. Para cuando terminó la llamada, Enji lo felicitó por segunda vez. Katsuki no lo entendió hasta que su reloj analógico de la cocina le entregó la fecha. Diecinueve años, diecinueve y sería papá dentro de cinco meses que seguramente pasarían más rápido que un suspiro. Su madre lo iba a matar, su padre estaría feliz y probablemente la mitad de la clase A lo felicitaría para reírse a su espalda, sin embargo, Izuku… Era inevitable que se enterara sobre su supuesta relación con Denki y ni hablar de que en unos meses va a tener un bebé entre sus brazos. No quería imaginar su reacción, o lo que podría hacer. Aunque una parte de su corazón le decía que no le importaría, que él estaba feliz siendo ajeno a su vida. Y con esa pequeña parte tan dolorosa de su corazón se quedó cuando despertó a Denki para ir a comprar cosas para el bebé.

—Gracias—dijo Denki mientras se ponía sus zapatos para salir, aún hacía un poco de frío a pesar de que ya era abril y era inminente la llegada del verano.

—¿De nuevo alucinando Pikachu? Empiezo a creer que esos pasteles tenían algo más que matcha—el Omega levantó la vista, había cariño en su mirada. El alfa interno de Katsuki lo entendió. Hablaba sobre el bebé.

—Hablo enserio cuando digo que, aunque probablemente de muchos problemas, lo quiero tener. Tengo miedo del aborto, tengo miedo de mi padre, tengo miedo hasta de las cosas que podrían pasar pero es realmente muy agradable cuando alguien que nunca pensaste que te podría ayudar… Te tiende una mano.

—Fue un error mío también, esa noche nos drogamos y usamos mal los condones. Anudé un par de veces en tí, por extraño que parezca, de hecho hubiera sido un milagro que no hubiera pasado nada. Además, no soy un alfa que no se hace cargo de sus cagadas, tendremos a este… Bebé, suena extraño aún, pero saldremos adelante. Cómo amigos, aunque te quieras ir, yo nunca te detendría—Ambos bajaron por el ascensor, Katsuki llevaba una bufanda alrededor de su cuello, Denki comenzó a verla sin parar, la tela olía a protección.

—Seremos padres, suena ya surrealista hombre. Nunca pensé que tendría un cachorro con el alfa más malhumorado de la clase, aunque si soy honesto, eres bueno en la cama. Tienes una buena polla, una buena técnica de cadera y una lengua espectacular—estaban saliendo del edificio cuando Denki dijo las palabras, Katsuki se enrojeció ante el comentario y para callar la risa de Denki le apretó la bufanda alrededor de su cuello.

—¡Deja de decir cosas tan vergonzosas, maldito Pikachu!—Denki se rió más fuerte ante ello, incluso tomó su estómago con fuerza. Definitivamente iba a ser muy extraño ir de compras con él y fingir tener una relación.

Mientras iban hasta el centro comercial, los cerezos hicieron recordar a Katsuki lo mucho que le gustaba a Izuku verlos caer. Sintió aire de primavera abrazar sus mejillas y cerró los ojos para ver a Izuku mirando el cielo, sus mejillas llenas de pecas sonrosadas por culpa del calor, sus ojos verdes siguiendo suave la caída inevitable de los pétalos pálidos, la sonrisa leve en sus labios y su cabello brillando. Katsuki podía ver cada día esa imagen, soñaba con ello, con Izuku siendo feliz y estando tranquilo. Lo amaba y se sentía dichoso por haber estado cada segundo a su lado, compartiendo esos momentos que lo marcaron, que lo hicieron ser mejor persona. Sin Izuku ahí para recordarle lo frágil que era, lo mal que estaba su comportamiento, seguramente nunca hubiera cambiado, nunca habría dado ese gran paso de amar a alguien más. Si, los sentimientos eran una carga en el corazón, lo hacían débil y una persona necesitada por más pero sin ellos, no estaría salvando a nadie. Solo estaría obsesionado con ser el mejor, y no, ya no quería ser el mejor. Ahora solo quería salvar a más personas, salvarlo a él.

Cuando llegaron al centro comercial, Denki se volvió loco buscando cosas para el bebé. Todo iba tan rápido que Katsuki solo se quedó viéndolo, imaginando cómo serían las cosas si todo fuera normal. ¿Izuku estaría ahí también? ¿Habría aprobado esto? No lo sabía, tampoco se hacía muchas ilusiones por sus aspiraciones. Sin embargo, era divertido ver cómo Denki hablaba sobre cosas que seguramente le habían enseñado en sus primeros años de escuela, cuando preparaban a los niños omegas para ser padres. Katsuki no sabía nada de eso, porque ellos solo eran enseñados para proveer, para ser fuertes, protectores y dominantes. Inevitablemente fue tras Denki y preguntó, quería saber tanto. Era molesto aprender cosas nuevas, pero esta se sentía como un favor. Su hijo lo necesitaría pronto…

Su hijo.

Una palabra fuerte, una palabra que lo hacía sentir cálido y al mismo tiempo temeroso de todas esas sombras que podrían estar acechando. Los iba a matar a todos, uno a uno iban a caer antes sus pies sin importar nada. Y cuando Afo decidiera que era hora de salir de su sombra, ayudaría a Tomura a acabar con el cobarde.

La sonrisa de Denki llegó hasta sus oídos cuando intentó mudar a un bebé de plástico, frunció el ceño y lo intentó de nuevo. Algo así no podría ganarle, estuvieron unos minutos ahí tratando de lidiar con el talco, el aceite para bebé y las toallitas húmedas, Denki casi se muere de la risa con la orina falsa y Katsuki casi le explota la cara por eso. Lo único que lo detuvo fue porque Denki le gritó que era el padre de su hijo. Los encargados de la tienda no sabían mucho cómo intervenir, solo anotaron todo lo que el alfa decía mientras el Omega se seguía riendo de su falta de experiencia. Al finalizar el día, los dos acabaron en uno de los sillones, con cajas llenas de compras detrás suyo.

—Feliz cumpleaños, Bakubro. Eres un viejo ahora—Denki dijo mientras veía sus pies hinchados.

—Callate, solo son diecinueve años idiota—Katsuki le arrojó un cojín, Kaminari lo agarró lo tomó entre sus manos, apreciando el olor. El olor de Katsuki era tranquilizante, así que se acercó, el alfa lo observó con una cara inquieta pero noto sus intenciones, suspirando abrazo al Omega mientras tomaba el control de la televisión en sus manos—. No nos hará bien dormir aquí por dos noches seguidas. Además, recuerda que mañana tenemos que ir donde mi vieja, claro, si salimos con vida de eso.

—No prometo nada, también le tengo miedo a tu madre. Si tengo que dejarte atrás, lo haré sin siquiera mirar tu muerte.

—Eres un pokémon traidor—Kaminari casi se ahogó con su propia saliva, pero tenía razón. Katsuki tenía miedo de lo que su madre podría decir, Masaru era más comprensivo pero ella… No lo era.

A la mañana siguiente, Denki se escondió en el baño mientras Katsuki salía a correr. El Omega estaba con su celular en las manos, temblando porque su padre lo había llamado decenas de veces durante la noche. Suspiró mientras lo llamaba, tenía miedo de su reacción. Tenía de su lado a Katsuki y él era una persona increíblemente comprensiva, de hecho, se sentía sorprendido y dichoso por eso. Sin embargo, su padre también era importante. Él era la única persona en todo el mundo que podía hacerlo sentir al desnudo de sus sentimientos. Su padre contestó la llamada pero hubo un silencio, lo conocía tan bien que hasta a kilómetros de distancia sabía lo que estaba pasando.

—Bebé… ¿qué ocurre?—Denki tragó duro.

—Papá, bueno, lo siento por no haberte contestado un poco antes. Estaba atareado con un problema más o menos grande—jugó con los dedos de sus pies mientras veía la lujosa bañera a su lado. Una que usaría para relajarse mientras llegaba Katsuki. Pensaba en eso porque quería divagar un poco de la conversación, restarle importancia.

—Lo entiendo, Shinso me llamó diciendo cosas horribles—Denki se puso de pie, su sangre hervía en sus venas.

—¡Nada de lo que te haya dicho es verdad!

—Lo sé, por eso estoy esperando que me digas qué está pasando. Bebé, no me voy a enojar, todo tiene solución en la vida—ante ello, el Omega volvió a sentarse.

—Quizás esto no sea tan fácil de arreglar—su padre guardó silencio, a la memoria de Denki vivieron muchas noches donde las cosas eran difíciles porque su padre siempre había estado solo. Las noches de cuentos, de palabras de aliento y lágrimas por el futuro. Los juguetes nuevos bajo un papel de regalo colorido, comida en las noches que parecía un manjar. Sandía en las tarde de verano e incertidumbre por el tiempo. Denki lo sabía, sabía que su padre no sería un hombre cruel como Shinso por eso abrió sus labios y dijo la verdad—. Estoy embarazado.

—Entiendo… ¿Estás bien? Sé que te despidieron, ¿dónde pasaste la noche? ¿Comiste bien?—hubo una pausa—. Dios, ni siquiera pregunté si quieres tenerlo.

Las lágrimas cayeron por las mejillas de Denki, rió del alivio. Se sentía tan agradecido.

—Sí, Bakugō y yo lo tendremos. No seremos pareja, pero seremos una especie de familia hasta que el tiempo diga cómo vamos a seguir.

—¿Ground Zero?  He escuchado que es un alfa irascible, ¿te obligó? Recuerda que puedes decirme de todo. Yo lo mato si te hizo algo malo.

—No, para nada. De hecho, ayer fuimos a comprar cosas para el bebé, nos reímos incluso cuando no podía ponerle un pañal a un bebé de mentira. Fue divertido.

—Hijo… ¿Lo amas?—Denki se detuvo unos instantes. ¿Amarlo románticamente? No, la verdad es que no podía hacerlo sin sentir cierta incomodidad. Sin embargo, amarlo a secas era algo que el tiempo debía decir. Le tenía mucho aprecio por todo lo que había pasado y, a veces, cuando cerraba sus ojos y sentía que no podía hacer su trabajo de héroe… Bakugō venía a su cabeza, su imagen. Quizás era una inspiración, quizás era ese tipo de amigos que no se pueden reemplazar. Katsuki era especial, pronto iba a ser el padre de su bebé y eso era algo importante. Aún así...

—No lo sé, pero espero que nunca sea romántico porque su corazón ya pertenece a otra persona.

El padre de Denki guardó silencio, después de unos minutos ambos siguieron hablando sobre el bebé, sobre su desarrollo y las vitaminas que Katsuki le había comprado para que los síntomas del embarazo fueran más leves. El tiempo hizo de las suyas y a medio día Katsuki ya estaba volviendo a casa con el cuerpo cansado, había aprovechado de ir a la agencia para presentar todos los documentos médicos de Denki para que obtuviera un seguro médico más amplio. Como Katsuki era alfa y estaba bajo el manto de Endeavor, el gobierno le daría un dinero extra en su salario para la mantención de Denki, ese dinero iría directamente a la cuenta bancaria del omega. Era una paga buena considerando el costo de vida para un Omega en Japón, Nora le preguntó qué estaba haciendo ahí en su semana libre. El alfa mintió, Enji le prometió que mantendría en secreto el embarazo de Denki, solo el gobierno tendría acceso a esos archivos. Sin embargo, era cosa de tiempo para que la comisión lo supiera, pero mientras Enji le estaba preparando una casa segura fuera de Japón. Cuando volvió, Denki estaba jugando Just dance, feliz con unas pantuflas de Pikachu. Katsuki tomó un batido de proteínas con huevos y preparó todo para ir con su madre. Tomaron un Uber, y cuando llegaron a la casa de sus padres, Denki temblaba de los nervios. Al parecer al Omega le daba miedo la reacción de los padres de Katsuki.

—Relájate Pikachu, mis viejos no muerden. Bueno, eso creo—la voz de Katsuki no era confiable a los oídos de Denki.

—Hombre, eso no ayuda en nada—el omega tomó la mano de Katsuki con fuerza y ambos caminaron hasta llegar al enorme pórtico de la casa, el alfa tocó y esperó unos minutos. Su madre se apareció detrás del pórtico, luciendo perpleja por la apariencia de ambos.

—Dios… Por favor dime que no lo dejaste embarazado—cuando Katsuki guardó silencio y Denki se encogió en su puesto, Mitsuki suspiró y abrió la puerta—. Joder, entren antes que alguien los vea. ¡Masaru, prepara té, tenemos que hablar!

Los cuatro compartieron un té mientras hablaban sobre el bebé y la situación complicada que tenían por delante, Mitsuki se le quedó viendo todo el tiempo a Katsuki, en ningún momento dirigió su mirada hacia Denki. No porque no quisiera al Omega, sino porque conocía mejor que nadie a su hijo. Al terminar de conversar, Masaru le mostró a Denki una colección de videojuegos antiguos que el beta tenía. En ese momento aprovechó Mitsuki para hablar con su hijo.

—Katsuki, aunque tengan nuestro apoyo, no será fácil, lo entiendes ¿verdad?—Katsuki se apoyó contra la encimera de la cocina mientras miraba unas fotografías de él cuando era pequeño sobre el refrigerador. Tragó en seco al recordar esos años dónde no conocía el dolor, su madre solo lo observó—. Todavía pueden abortar, o dar en adopción. Son jóvenes, tener un hijo es cosa seria.

Katsuki se restregó el rostro.

—Lo sé, pero no puedo ponerlo en esa situación cuando hace unos meses tuve a Kyoka en mis brazos, estaba moribunda por culpa de un aborto. Entiendo que en una clínica podría hacerse de forma profesional y que no correría ningún riesgo real pero no puedo obligarlo, simplemente no puedo siquiera imaginarlo. Tampoco puedo dejar que lo adopten, fue mi error estar con Denki y me haré cargo de ese error—Mitsuki suspiró.

—Algo me dice que no es solo eso, no seas terco y dime la verdad. Soy tu madre, lo entenderé—Katsuki miró a su madre, luego sus manos y jugó con ellas mientras tragaba duro.

—Si algo me llega a pasar quiero que ese niño tenga todos los beneficios que mi apellido le podría dar, quiero salvarlo y me estoy jugando el cuello por ello. No puedo decir mucho pero la mierda esta jodida y no quiero estar solo, tampoco dejarlos solos a ellos… Hasta que Deku se haya ido a América fue un halo de luz. Solo quiero que todos en este jodido país estén bien—su madre se acercó, comprensiva tomó sus manos.

—No los puedes salvar a todos, tus manos serán grandes pero son pequeñas en comparación de los demás. No sé realmente lo que está pasando pero no dudes en pedir ayuda. Siempre nos tendrás… Incluso Midoriya podría ayudarte—Katsuki negó.

—Deku está mejor sin mí, lo que hubo entre nosotros fue… Una ayuda.

—Katsuki, no puedes mentirme. Puedo ver, sé que lo amas y algún día tendrás que decírselo—Mitsuki tomó entre sus manos la cara de Katsuki, el alfa corrió la mirada.

—Él necesita alguien que le dé confianza, yo me cree expectativas solo y por eso no pude darle la confianza necesaria para que me dijera que se iba a ir. No es su culpa que yo haya malentendido las señales—Katsuki no quería llorar así que se corrió del lado de su madre, suspirando trató de tragar ese bulto en su garganta al pensar en Izuku y su tema de confianza mutua—. Cómo sea, ¿dónde está ese Pikachu de mierda? Tenemos que volver antes de que sea demasiado tarde y alguien nos vea por ahí.

—Katsuki…—el alfa se dio vuelta claramente enojado, no quería hablar de esto. No ahora, todavía no podía manejarlo bien. El dolor seguía reciente en sus heridas.

—¿¡Qué quieres?!—Mitsuki sonrió amable, sus cabellos se acumularon alrededor de sus mejillas pálidas, sus ojos rojo sangre se mostraron gentiles, Katsuki se detuvo y esperó por las palabras de su madre.

—Feliz cumpleaños hijo.

Los ojos de Katsuki se humedecieron, Denki apareció y se mostró juguetón cuando Mitsuki le dijo que era un Omega muy bello con sus ojos ámbar. Al cabo de unos minutos abandonaron la residencia Bakugō para ir a su departamento, mientras iban de camino Katsuki se fijó en los rostros inexpresivos de las personas. Cómo la noche teñía con inseguridad las calles, como muchos se jactaban de las supuestas libertades para tomar rienda violenta en sus pequeños mundos. Luego sintió la cabeza de Denki caer sobre su hombro, cansado. Al ver su expresión tranquila pudo sentir el temor de perder algo. Izuku se podía proteger por sí mismo, era un Omega fuerte y decidido, en su vida había conocido alguien tan terco con sus propias ambiciones, le tenía plena confianza en sus habilidades y mentalidad. Sin embargo, Kaminari no era así. Juguetón, sonriente, fácil de quebrar y ahora embarazado.

Tenía que protegerlo.

Después de su semana libre, volvió a la agencia. La primera persona que lo recibió fue Nora. Con su hermosa sonrisa le dió un montón de papeles que resumía la semana que estuvo en casa, la Omega ahora vestía un traje de héroe apegado a su figura curvilínea. Se notaba el enorme intento de la Omega por seducirlo, ignoró su cuerpo y caminó hasta la oficina de Endeavor. Al llegar ahí, Hawks se estaba vistiendo y el alfa mayor carraspeó por la evidente intromisión, Katsuki no dijo nada e informo seriamente sobre el estado de Denki y todo lo demás. Nora no pudo entrar porque en ese momento Hawks la hizo ir por café, poco después también entró Todoroki diciendo que Shinso estaba haciendo un escándalo a las afueras de la agencia. La sangre de Katsuki se volvió lava en sus venas al oírlo, todavía podía ver la mancha rojiza en la mejilla de Denki. Sin escuchar las palabras de Enji al decirle que debía estar bajo control, bajo corriendo por las escaleras hasta la recepción del edificio, Shinso estaba ahí, dos guardias betas lo estaban reteniendo para que no entrara al edificio donde decenas de omegas trabajaban, apestaba a furia y sus pupilas estaban tan pequeñas que el índigo de sus ojos consumía todo. El alfa al ver a Katsuki rugió, sus colmillos afilados se encarnaron en sus labios dejando caer líneas rojas hasta su cuello. Escupió un poco al gritar y se liberó de los guardias, Todoroki trató de alcanzar a Katsuki pero el alfa rubio ya se había quitado su guante derecho, y en menos de un segundo golpeó la mejilla de Shinso.

El alfa de cabellos indigo probó el suelo con fuerza, su propia voz rota. Katsuki no le dió tregua y lo tomó entre sus manos con un fuerte agarre en su traje de héroe negro.

—Escúchame hijo de perra, no me importa lo que sientas, no me importa lo que pienses pero si te acercas a Denki un solo metro te mataré. Y si dices algo que llegue a hacerle daño a su carrera, te enterrare vivo, ¿me oíste?—de los colmillos de Katsuki goteaba un veneno tan fuerte que algunas gotas cayeron en la piel del cuello de Shinso, formando una quemadura que parecía carne viva—. ¿¡Me oíste?! ¿¡ME OÍSTE HIJO DE PERRA?!

Shinso no pudo decir nada, solo asintió mientras su cuello cada vez se veía más quemado. Todoroki quedó estupefacto, Katsuki no tenía tanta fuerza antes. Algo en él había cambiado y era aterrador, incluso un alfa como Shinso tenía miedo de esa fuerza. En ese momento Nora se acercó a la conmoción de la agencia, Hawks detrás de ella también. Tragó en duro cuando ella sonrió ante la imagen, Katsuki vió como Shinso se iba sin decir nada. Luego se dio vuelta, al hacerlo solo miró a Nora y le hizo un gesto para que volvieran al trabajo. En realidad, la distrajo para que no averiguara sobre Denki, la Omega estaba complacida. Patrullar con Ground Zero era un privilegio.

Porque para Nora patrullar con Katsuki era como un sueño frustrado. Por momentos se sentía como una heroína, y no una agente secreta de la comisión que tenía como meta quedar embarazada del héroe. Había estado con muchos alfas en su vida pero este era diferente, le atraía física y mentalmente. Aunque era cinco años mayor que él, se sentía completamente sumisa ante sus ojos rojos. No culpaba al Omega Midoriya por huir, porque si fuera por ella, ya le habría dado un bebé incluso si moría en el intento. La sensación le dió un escalofrío, su traje de héroe era más escotado ahora, todo para atraerlo a él. Sin embargo, los ojos rojos siempre estaban sobre la ciudad, sobre los villanos y sus acciones. Era implacable, Ground Zero respiraba pólvora pero cada vez era más fuerte, más potente, Nora estaba desesperada. No porque no tuviera tiempo para estar con él, la razón era porque su cuerpo lo anhelaba de esa forma. Por eso, no usó supresores y dejó que su celo fluyera como normalmente lo haría, sabía que su cuerpo y piel eran una perdición para todos los alfas sobre la tierra.

Su particularidad secreta era replicar las feromonas que los alfas más anhelaban, ella no sabía cómo olían sus propias feromonas pero para los alfas… Era el aroma de la persona que más amaban o anhelaban.

Mientras estaban en las calles, muchos villanos se acercaron a ella por el aroma dulce que desprendía. Ground Zero acabó con todos y cada uno de ellos. La policía acabó saturada por culpa del esfuerzo de Katsuki, parecía disperso con la cabeza en otra parte excepto su propia ubicación. Nora sabía que ella era la razón de porqué él se sentía así. Solo tenía que empujar un poco más para obtener todo, cuando llegaron al final de la jornada, la oficina de Endeavor estaba casi vacía. Los trabajadores de turnos nocturnos se mantenían en sus escritorios mientras los héroes recién salían a las calles por el cambio de turno. Katsuki vio de soslayo salir a Mina con Todoroki a su patrulla. Ella feliz y él siguiéndola como un perro detrás de su ama. Estaba feliz por ellos, por lo que tenían entre sus ojos. Esa mirada repleta de promesas que nadie podía convertir en algo corrupto.

Cuando llegó a los casilleros se sentía muy mal. No sabía porqué pero el aroma de Izuku había estado todo el día en su nariz, se sentía iluso. Pensaba que su mente lo odiaba y no que su ayudante de la comisión le estaba manipulando las feromonas. La misma que lo estaba mirando con deseo desde la puerta de los casilleros. Ella no debería estar ahí, pero no le importaba porque lo único que deseaba era estar con él.

—Vaya, es increíble, diez villanos para la cárcel. ¿Cómo se siente ser tan exitoso en atrapar a esas bestias?—Katsuki se sobresaltó, estaba semidesnudo y ella tenía un escote generoso, un poco más abajo su zip y sus senos estarían libres de la presión de la tela.

—Nora, no deberías estar aquí. Este es el casillero de los alfas, hay muchas feromonas aquí. Pueden ser peligrosas para ti—la Omega no le hizo caso, al contrario liberó todas sus feromonas sabiendo el efecto que tendrían en él. Katsuki tragó duro, ese era el aroma de Izuku. Le recordó inmediatamente esos días en la UA, su corazón dolió y su polla pulsó. ¿Por qué ella olía igual a Deku?—. Aléjate… ¡No deberías estar aquí!

—¿Por qué? Debe doler, puedo reconocer el dolor en las personas. Oí que uno de tus compañeros se fue, el tal Izuku Midoriya ¿No? ¿Lo amabas a pesar de que era un beta?—Nora se acercó más a Katsuki, el alfa instintivamente se acercó pero con su mente al borde se alejó a cada paso hasta que su espalda tocó la pared.

—Joder, de verdad. Deberías irte, ahora.

—Los betas nunca podrían entender el poder de un Omega, la perfección que hay entre un Omega y un alfa. Yo puedo hacerte feliz, calmar el dolor de esa persona que se fue. Asumo que tuviste sexo con él, nada de lo que él te haya hecho sera remoto a lo yo te haré sentir—Katsuki la veía acercarse, bajandose el zip de su traje para mostrar unos pechos perfectos, un detalle lo volvió loco. Ella era pecosa, sus pecas eran perfectas. Sus ojos se humedecieron, las lágrimas lentamente cayeron por sus mejillas. No, ella no podía controlarlo. Es lo que quería la comisión, nada más. Bajo la vista y observó sus pantalones, su polla quería estar dentro de ella y su corazón se sentía un prófugo—. Ground Zero, yo podría hacerte sentir querido. Sé que prefieres estar solo pero esto no tiene que significar algo. Solo follar y ya.

—No, ya basta Nora.

—Vamos, solo un poco—La Omega se arrodilló, sus labios se veían húmedos. Acercó sus manos hasta las piernas de Katsuki, ella sonrió. No podía moverse, no podía pero quería hacerlo. Una parte de su cuerpo quería estar con Nora, impregnarla y olvidar a Izuku pero la otra parte sabía que solo sería un problema.

Kacchan, seamos rivales.

—¡Nora ya basta!—ella se detuvo, esa era la voz del alfa. Katsuki tomó sus cosas y se marchó, eso era más que suficiente. No quería más. Ella se quedó ahí sin respirar hasta que el alfa estuvo a cierta distancia. Fue tan potente el llamado que su celo se cortó, incluso sus feromonas se cortaron. Tuvo miedo pero ahora se sentía triste y enojada. No salió como quería pero era mejor que nada. Solo era cosa de tiempo. Ese alfa iba a estar en su cama, no iba a fallar como Lev. Ella nunca se rendiría.

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Feliz día del padre para Katsuki y Denki.
En fin, muchas gracias por leer y nos vemos en la próxima actualización. Mucho luv para ustedes.

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