Capítulo XIX: Monster
•|Capítulo XIX: Monster|•
"Déjame caer en lo profundo del abismo, ámame en mis peores momentos. Quiéreme cuando no sea más ese héroe en el cual pusiste tu confianza, no me dejes ir cuando sea el prisionero de los demás. No me abandones si yo algún día caigo del pedestal en que ellos me pusieron… Tengo miedo de ser el ángel, porque siempre he sido el monstruo."
….
Hacía frío, su cuello ardía y el aroma de Izuku no estaba abrazando con feromonas sus narices. Reclamó con sus manos lo que creyó suyo y lo único que encontró fue una pared fría y rugosa. El miedo se apoderó de su corazón y el lado izquierdo de su cuerpo se heló, gélido fue en su búsqueda al baño pero no había nada, solo una ausencia que lo estaba preocupando. La alarma sonó y se sobresaltó porque solo la suya estaba sonando, la canción de Allmight que Izuku había escogido no estaba ahí. Y aunque la suya fuera perfecta, parecía ser silenciosa en sus oídos. La marca en su cuello quemó y lo primero que notó fueron las gotas de sangre cayendo por su pecho. Gotas tan rojas como sus ojos. No, no había forma de que fuera así. Forzó el lazo pero no hubo nada, la distancia era demasiada. La soledad lo embargó al mismo tiempo que sus miedos y pesadillas lo hicieron correr por la agencia. Con una polera delgada, descalzo y con un pantalón plomo. Corrió por todo el enorme edificio buscando su olor pero no había nada, fue hasta la cornisa pensando en lo peor.
No era posible.
Al menos en la cima no había nada de su aroma, la desesperación de no saber lo hizo bajar de nuevo. Agotado, con las gotas de sudor cayendo por su mentón y espalda. No sabía dónde ir, así que tomó una motocicleta de la agencia y viajó por la ciudad. Estaba amaneciendo y las luces se sentían como brisas brumosas en sus ojos. Viento en su piel y agudizando sus sentidos para luchar contra los límites. ¿Dónde estás? Preguntó al viento sin obtener respuesta alguna, solo un silbido errante.
Con el alma en vilo fue a cada sitio que sintió importante para Izukuz la UA, un puente cercano a ella, todos los lugares. Hasta su hogar donde Inko le dijo que él no estaba ahí, era verdad, él no estaba ahí… No había ningún lugar donde pudiera estar. Inko no le dijo nada, pero su relativa tranquilidad le explicó que algo no le había pasado así que descarto el suicidio con un gran alivio. La mañana iluminó su piel fría, era invierno y sus brazos se sentían más pesados que de costumbre. Había robado una motocicleta de velocidad para misiones secretas, estaba tan desesperado que no le importó nada. ¿Dónde estaba Izuku? No estaba en su habitación de la agencia, de hecho no vio nada en ella, no había ni rastro de aroma en los alrededores, no había nada de la esencia tan perfecta que no parecía tener fin en sus pulmones. En la UA tampoco lo había visto, en su hogar con su madre menos. No estaba en ningún lugar, no había forma de que se hubiera suicidado porque su madre lucía en extremo tranquila. Ni siquiera sorprendida por su ausencia, entonces había algo que se le estaba escapando. Se sentó en la motocicleta y espero que el viento de la mañana y los sonidos de una ciudad despertando le fueran de ayuda para aclarar su mente. No pudo hacerlo, su mente era tan blanca que le daba asco. De un momento a otro su celular cobró vida en su pantalón. La pantalla parpadeó con la palabra viejo.
¿Por qué Endeavor lo estaba llamando? Contestó, después de todo ya se veía venir la reprimenda por su parte después de robar herramientas de la agencia. Acercó el aparato frío a su mejilla y la voz no fue exactamente la del alfa, el dolor estaba tejido en la voz de Hawks.
—Necesitamos hablar, es sobre Deku. Ven inmediatamente a la agencia—luego de eso cortó, Hawks no era una persona que fuera muy comunicativa con sus subordinados. Era simpático y carismático pero no hablaba de cosas personales de ningún tipo, Enji se encargaba de aquello. Con el casco en la cabeza volvió a la ciudad, se sentía derrotado pero no quería sacar conclusiones porque su cabeza se sentía demasiada pesada en sus hombros, el blanco en su mente era demasiado brillante. La llave de su nuevo departamento en su habitación se sentía como una palanca de dolor en su corazón. Apenas respirando porque si lo hacía más fuerte sentía que en cualquier momento podría romperse en mil pedazos. Dejando caer cada parte de sí mismo.
Al entrar al garage de la agencia, ahí solamente estaba Hawks. Aunque no estaba con su típico traje de héroe, vestía de forma muy formal para ser un día común en su vida. Katsuki se bajó de la motocicleta, guardó el casco en el vehículo y bajó la cabeza con vergüenza. El Omega se acercó hasta el alfa, la diferencia de altura era un poco más con él que con Izuku, pero aún así, Katsuki se sentía pequeño al lado del héroe mayor. Siete años de diferencia se sentían como cientos de milenios. Keigo con pesar le entregó a Katsuki una carpeta blanca, sin palabras y solo con un silencio que volvió más ansioso al alfa. Abrió la carpeta y pudo ver el perfecto inglés marcado con la tinta de una impresora. Parecía un proyecto de protección a víctimas de la guerra, estaba realizado para omegas que fueron gravemente afectados por las consecuencias del enfrentamiento a Shigaraki. Había varios planes para muchos omegas y betas femeninas, Katsuki no conocía a nadie en particular hasta que llegó a un archivo que poseía una fotografía con un rostro que reconocía bien. Su Omega… Izuku Midoriya.
El plan era bueno por dónde lo vieran, planes de salud que cubrían todas las aéreas, un aumento de sueldo sustancioso y ventajas en otras áreas. Pero lo que más le aterró del documento era el archivo médico que especificaba que él era un Omega. Ellos sabían que él era un Omega, el secreto de Izuku estaba comprometido por un montón de personas que no sabían bien su idioma. Personas que podrían ser peligrosas. Miró a Hawks en busca de una respuesta pero el Omega le indicó que leyera más. La persona que estaba detrás de la postulación de Izuku para el proyecto era…
Yagi Toshinori.
¿Por qué? No lo entendía, si desde un principio el héroe dorado quería que Izuku fuera a otro país, porque le pidió que cuidara de él en primer lugar. El archivo estaba lleno de indicaciones para un agente secreto que no estaba revelado en los archivos. El objetivo era que Izuku se recuperara de su trauma en la guerra y fuera capaz de formar una familia fuera de Japón para que cuando volviera al país después de cinco años, no fuera necesario terapia. La palabra familia se volvió un mareo fuerte en la cabeza de Katsuki, el alfa secreta que estaba en América iba a conquistar a Izuku para hacerlo olvidar Japón y los estragos de la guerra. ¿Izuku lo sabía? ¿Se había ido sabiendo que entregaría su corazón en un país que no lo conocería por sus logros? No entendía, ¿para qué fueron todas esas noches? ¿todo fue una mentira? Mientras más leía, más entendía el comportamiento de Izuku de las últimas semanas como lógico. Se sentía traicionado pero más que eso, dolido. Al terminar, había una carta que tenía su nombre. Esa carta tenía la hermosa letra de Allmight. Suspiró sintiendo sus piernas sin fuerzas, se sentó sobre el asfalto mientras Hawks seguía viéndolo con lástima. No quería aquello pero no tenía las fuerzas suficientes para pelear. Ya no más.
Joven Bakugō, le pedí al joven Keigo que te entregara los archivos sobre el proyecto del gobierno Americano unos meses después de mi muerte, cuando el joven Midoriya ya no estuviera en Japón. Debes estar muy confundido, lo entiendo pero debes saber que todo lo que hay en los papeles es por el bien del joven Midoriya. Japón ya no es seguro para él, nunca lo será mientras la comisión siga estando en pie. Ellos saben que él es Omega, e irán tras él con el poder de sus soldados. He estado investigando los últimos meses a la comisión y es muy probable que ellos decidan usar a un héroe para tratar de enderezar a Shigaraki, pero tú y yo, joven Bakugō, sabemos que eso es imposible. A mis manos llegó este proyecto que estaba destinado a civiles. Pero me fue muy fácil pensar en el joven Midoriya viviendo en América, con una persona que fuera ajena a esta guerra. Alguien no involucrado en esta vida tan peligrosa. Con un poco de suerte, quizá se quede allí y forme una familia. Por eso, esta carta es para tí. Sé cómo observas al joven Midoriya, pero él debe desprenderse de Japón. Debe seguir su vida en América, todo sea por su seguridad. ¿Por qué? Sé que harás lo necesario para acabar con las amenazas que sean latentes para el joven Midoriya, por eso debes acabar con la comisión mientras él está en América. Cinco años serán suficientes para ello. Pero él no debe volver a Japón durante ese tiempo, por eso, te lo imploro joven Bakugō. Corta todo tipo de lazos con él, haz que no vuelva más a Japón.
Sé que lo que te estoy pidiendo, joven Bakugō, debe doler mucho y ser rudo. Pero ambos queremos lo mismo. El bienestar del joven Midoriya es lo esencial de ahora en adelante. Esperando que lo entiendas, me despido.
—Yagi Toshinori.
“Debes dejarlo ir…" La madre de Izuku lo había dicho, Allmight lo había escrito en una carta solo para él. Incluso la naturaleza lo había decidido… Solo eran amigos pero hasta eso se había arruinado. Inko tenía razón, siendo su novio no iba a arreglar los años que ignoró todo ese dolor, las angustias de su corazón y lo desesperante que debe haber sido luchar contra todos por sus sueños. Unos que iba a cumplir lejos de su lado, en América con alguien que lo vería sonreír, que lo iba a amar. No como él. Meses de ayuda no eran suficientes para borrar años de dolor. Hasta él con todo su egoísmo lo entendía. Entonces sí, tenía que dejarlo ir aunque lo amara hasta sentirse sangrando por dentro. Incluso la sangre de su ropa por culpa de la marca rechazada, todo el dolor que tendría por delante por algo así. Incluso si no tenía sentido que Izuku no le dijera nada sobre su beca en América, lo iba a dejar ir. Por su bien, por su felicidad, por todos esos años. Antes lo había ignorado porque era demasiado difícil lidiar con su espíritu joven y hambriento de salvar. Ahora lo iba a ignorar por su bien, por esos momentos que su corazón los tenía bien grabados.
Por esa sonrisa de invierno en su corazón.
—Hawks, ¿esto es real? ¿Izuku se fue a América para ser libre, para ser feliz?—el héroe de ojos afiliados lo miró con ternura. Había algo en su mirada que lo hacía sentir casi querido.
—Sí, parte del plan era alejarlo lo más posible de la comisión de héroes. Supongo que sabes que la comisión no es tan amigable con los omegas, sin mencionar que hay varios cabos sueltos que no tienen sentido con la empresa. ¿Sexo con omegas por dinero para una agencia? Son cosas que Midoriya no debería pasar, y realmente ningún Omega. Enji ha estado investigando la agencia y después de la ayuda inesperada de Mirko con Shigaraki… Tenemos que luchar, con él aquí, sería imposible. Está cegado por los héroes, mejor que sea ciego en América donde no pueden hacerle daño—Katsuki liberó sus feromonas. ¿Shigaraki? ¿Él estaba ayudando? No, Hawks debió haberse equivocado de palabra, era imposible que ese imbécil fuera a ser de ayuda. Sin mencionar que era probable que él fuera el destinado de Izuku, no. Izuku siempre tenía pesadillas por su culpa, no había forma que él fuera una ayuda. Simplemente no. Hasta Allmight lo pensaba así.
—¿Shigaraki? Es imposible, ese bastardo es un villano, nunca ha tenido intenciones de ayudar a nadie más que a sí mismo—Hawks suspiró.
—Bakugō, Enji lo sabe, Mirko lo sabe. Él es solo una herramienta, la comisión lo ha estado usando como a todos nosotros. Solo quiere ayudar y la razón creo que es ella… La influencia de Mirko en él ha hecho que cambie. Incluso Mirko asegura que puede controlarlo con ese sentimiento—Katsuki quería reír. ¿Mirko que estaba pensando al involucrarse con alguien así?
—Una follada no va hacer cambiar de opinión a nadie—argumentó pero en ese momento Katsuki sintió las feromonas suaves de Mirko llegar hasta sus narices. Dio vuelta para ver a la heroína conejo, ella estaba con su traje de heroína modificado para tener las extremidades en su lugar. Se acercó hasta Katsuki, el alfa al lado de los dos omegas era enorme y ella no bajaba la mirada por nadie pero en ese momento miro los ojos rojos de Katsuki como si estuviera suplicando ayuda. Hawks se hizo a un lado, las feromonas de ella eran demasiado fuertes. Nunca había sentido tanta angustia proveniente de una omega, ni siquiera en los rescates que había hecho años atrás.
—Katsuki…—el alfa inmediatamente lo entendió, ella estaba haciendo el llamado de Omega. Un enorme intento y desesperado de ayuda, ¿una Omega como ella pidiendo ayuda? No era solo por el villano, había mucho más. Ahora tenía miedo de preguntar pero si ella se estaba doblegando ante él, Katsuki iba a doblegar todo su orgullo por el esfuerzo. Tomó con cuidado su llamada, soltó feromonas protectoras e impregnó su olor en ella y Hawks. Sabía que a Enji le daría lo mismo el olor de un mocoso en su Omega, no sabía la situación de ella así que no tuvo recato. Los perfumo a ambos.
—Esto no es solo por Shigaraki, ¿no es así?—ella se aferró al brazo del alfa, arañando su piel, Katsuki la tomó con sus manos. Ella se estaba quebrando, Hawks que estaba más calmado asintió. Había más, ahora realmente Katsuki estaba sudando frio—. Hay más de lo que debo saber, no es solo Deku… ¿verdad?
Finalmente, Mirko no pudo más. Dejó ir todo entre lágrimas.
—Todos tenemos un precio, él, tú, los otros alumnos de la UA. Todos somos mercancía, somos simplemente eso para ellos. Cuando dejamos de ser útiles, nos matan a sangre fría sin siquiera dudarlo. Nuestros genes los venden entre ellos como snacks en una fiesta, nos hacen tener hijos como si fuéramos sólo células para un cambio. Que el héroe Deku se fuera de aquí hasta donde ellos no tienen poder es una bendición, escapó por eso no debe volver. Allmight lo sabía, Enji lo sabe, Hawks lo sabe, todos los que están cada día más fuera de la comisión, lo saben. Pero todos tenemos una diana en la cabeza, tienen alfas y omegas detrás de nuestros pasos… Ellos te ven, por eso debimos hacerlo aquí. Donde ellos no tienen poder, Enji no pudo venir a la reunión pero le está informando a Shoto. Tenemos que ser cuidadosos, tenemos que olvidar nuestros corazones y egos—Katsuki sostuvo a Mirko y pudo ver lo que ellos le había hecho a ella, no sabía como ella tenía conocimiento de tal información pero si era real, tenía que hacerlo creíble. Tenía que hacer que Deku se fuera para siempre, le dolía pensarlo, le dolía siquiera imaginar lo que Izuku podría haber sufrido quedándose a su lado. Inko tenía razón.
Debía dejarlo ir.
—Los ayudaré, díganme lo que tengo que hacer y lo haré—Mirko se desplomó en llanto mientras agradecía. Katsuki la tomó en brazos y con Hawks fueron hasta la enfermería para que le dieran un calmante a la Omega. Mientras ella estaba en una camilla, Katsuki leyó con más detalle la información que había traído Miruko.
Eran asquerosos, las fotografías de niños en jaulas de cristal mientras sus ojos poco a poco iban perdiendo la luz lo hizo casi vomitar. Los precios en sus cabezas, el gobierno no teniendo ningún poder ni queriendo hacer nada, los omegas expuestos a tanto dolor y odio. Katsuki se sentía enfermo de solo leer, Izuku había hecho lo correcto al irse. Aunque no le hubiera dicho, aunque le mintiera por ello, no podía estar enojado con él. Al contrario, solo quería lo mejor para él. Ignorando el rencor que su alfa interno le tomó a la idea de dejar a su novio en otras manos, agarró su celular y casi temblando bloqueo al chico de todas sus redes sociales. Leyó sus últimos mensajes con dolor.
"Tienes que dejarlo ir, tienes que dejarlo ir, tienes que dejarlo ir."
Se lo repitió mientras escuchaba sus risas, veía sus ojos verdes completamente intoxicados por el placer, por las caricias que le hacía en su espalda al terminar, como su piel se sentía cálida y erizada. Dios, al cerrar sus ojos lo veía ahí, a su lado mientras sostenía su mano. Ya lo extrañaba y no habían pasado ni siquiera diez horas desde que se marchó. Iba a ser duro. Lo más duro que hubiera hecho en su vida.
—Ground Zero—Hawks más calmado por sus feromonas le entregó un pequeño sobre, fue fácil reconocer que al interior había un pendrive—. Aquí tienes la información que necesitas para entender mejor, Enji está agradecido. Miruko también, solo tienes que esperar por el momento. Es mucho más que procesar muchacho, descansa por hoy y duerme. Quizá los próximos días no puedas hacerlo bien… La marca que tienes en el cuello, sangrara por semanas. Solo feromonas mas fuertes la hará desaparecer, supongo que entiendes a lo que le refiero.
Katsuki lo sabía pero el dolor que le estaba provocando era una prueba de que lo estaba haciendo por él, y por los omegas.
—Lo sé pero no tienes que preocuparte por mi, entiendo a lo que me estoy enfrentando—Hawks negó casi dolido.
—Oh, muchacho. No lo sabes—después de eso, Hawks se fue.
Katsuki vio por última vez a Miruko en la cama de la enfermería y luego subió por las escaleras que antes había corrido con desesperación. Algunos trabajadores de Endeavor lo vieron con cierto rencor por no tener un castigo, el alfa ignoró cada una de sus miradas. No tenía tiempo para extras, quería llegar luego a su habitación y ver lo que había en el maldito pendrive que pesaba más que su cuerpo cansado. Revuelto en tantos pensamientos, en tanta mierda que no podía procesar bien pero que se estaba obligando a tragar. La puerta de su habitación, le hizo recordar que estaba vacía. Al cerrarla detrás de sí, los recuerdos de las últimas semanas lo hicieron caer de rodillas. Izuku, él ya no estaba ahí y seguramente ya estaba de camino a una escala en Europa. Lo quería imaginar feliz, lo quería imaginar cómo si fuera un alma libre que solo necesitaba de sí mismo para seguir adelante. No quería imaginarlo triste, llorando por sus decisiones, quería verlo feliz, muy feliz. Estuvo tentado en tomar su celular y enviarle un mensaje pero no quería confundirlo y hacerlo volver, él debía quedarse allá.
Pero habrá alguien que te lo quitara, ya no será tu Omega.
—Nunca fue mío...—le respondió a su alfa interno. La sub consciencia de lo que eran sus deseos más profundos se calló al instante, no produjo ninguna palabra y menos una sensación. Simplemente se quedó ahí, viendo una habitación llena de recuerdos agridulces. Katsuki tomó las fuerzas restantes que le quedaban y fue hasta su cama, las mantas impregnadas del dulce aroma de Izuku. Al recordar todos esos momentos y como las lágrimas de sus ojos parecían ser de tristeza, todo en su cabeza comenzó a encajar. Si estaba triste por irse a América, ¿por qué no le dijo?
Quizá tenía miedo de tu reacción, después de todo, la mayoría de sus recuerdos son de tu ignorando su dolor y en otros aumentando ese sentimiento.
Su alfa interno tenía razón, normal que no le dijera. Le dolía, por supuesto que le dolía pero lo entendía. Su relación no había sido duradera, apenas dos meses y un poco más. Izuku todavía no le tenía la suficiente confianza para decirle sus cosas o sus grandes proyectos, su corazón le ardía por la realización de ello pero no podía evitar sentir que era su culpa. Tomó entre sus manos las mantas y las llevó hasta su rostro, las lágrimas cayeron junto con las gotas de sangre. Se sentía como si la piel de su cuello fuera a desprenderse, era un dolor horrible pero se lo merecía. Hawks tenía razón, podía anular la marca pidiéndole a otro Omega feromonas de poder pero no quería, el dolor tenía que ser el recordatorio innato de que le había fallado al hombre que amaba.
Ante eso, fue hasta una caja debajo de su cama, Izuku no tocaba sus cosas, era respetuoso con las cosas personales que no tenían que ver con el sexo. En esa caja de zapatos tenía fotos de sus padres, fotografías de su cumpleaños número dieciocho cuando Kaminari, Kirishima y Mina decidieron que era buena idea hacer una fiesta. Había varias de sus compañeros, pero ahí estaba Deku en algunas. Delgado y con una expresión de dolor pero que para las fotografías sonreía con honestidad. Katsuki las acercó a su pecho, y ahí sus ojos vieron el brillo de la llave. El departamento que había comprado no tenía llaves antiguas, pero compró una como símbolo. Un símbolo de lo que pudieron haber tenido. Guardo todo con dolor… Era momento de ver la crueldad del mundo de los héroes. Si así podía salvar a Deku de un destino cruel, entregaría sus guantes y vida por ello. Porque su corazón ya lo había entregado.
…
Katsuki no tenía palabras para dimensionar lo asqueado que se sentía al leer toda la información que Hawks le había entregado en sus manos. Cómo algo tan pequeño e inofensivo podía contener tanto dolor y crueldad. Sus ojos rojos veían temblorosos niños, pequeños bebés en incubadoras, las cuales limitaban sus signos vitales para fortalecer el gen que los hacía más fuertes. Muchos niños no sobrevivían pero los que lo hacían, parecían querer morir. Ojos hundidos, marcas en su cuerpo que fácilmente parecían hechas con maquinarias médicas. Agujeros en sus cabezas que nunca parecían cerrar, tatuajes hechos con tinta rastreadora. Soldados en cuerpos de niños, sin vida, sin voluntad. Katsuki cada vez que leía un párrafo escrito por el líder de la comisión, a cada segundo se sentía más asqueado de estar cerca de forma parte íntegra de ese mundo. Pero lo peor vino en el apartado "información sobre omegas y metodologías de formación". Los hacían abrirse de piernas para mostrarse, presentarse a hombres mayores para conquistar con la dulzura. Ellos no buscaban placer, ellos buscaban poder. Katsuki más de una vez se detuvo para ir al baño donde dejó nada más que lágrimas y bilis. Por momentos miró hacia el cielo y pudo escuchar como un dios, si es que existía uno, se reía en su cara. Él era un producto de ese orden social, él era un alfa. Nacido desde un privilegio que no podía entender. Sus manos más grandes que las de los omegas, su cuerpo con músculos más fuertes, su propia biología de dominar… Todo era repugnante.
Izuku había hecho muy bien en huir, a cada momento aunque le doliera dejarlo ir, se convencía de que debía ser así. América era para él.
Cuando volvió a su habitación después de unos cuantos momentos de agonía en su retrete, sus ojos estaban cansados pero ahí se mantuvo. Leyendo lo que hacían con niños, cómo trataban sus cuerpos. Antes de acabar con los archivos de los Omegas, vió las ofertas que sus compañeras de curso había recibido a lo largo del año. Ochako, Harakuge, Tsuyu, Jirou, todas ellas… Pero le llamó la atención que Mina estuviera fuera de ese grupo hasta que leyó la palabra impura. Era obvio que ellos iban a tomar la virginidad como algo de valor. Mientras más leía, más se convencía que ellos eran la parte más oscura de Japón. Los villanos mataban, pero la comisión condenaba de por vida. Ambos eran grises oscuros, pero la comisión era peor porque se dejaba entrever ante los demás como una causa llena de esperanza, cuando era lo oscuro del corazón de los omega. Dolor, miedo, culpa, desvalorización, todo en uno. No eran hombres, eran bestias que solo usaban traje como caracterización.
"Héroes y próximas promesas."
Y ahí comenzó lo peor. Mirko no mentía, todos tenían un precio sobre sus cabezas. Katsuki sintió cómo su mundo se venía abajo al ver cómo todos eran nada más que una porción de muchos más. Genes, expectativa de vida y valores de genética para una generación próxima. Sabía que su mundo estaba al borde del abismo, pero nunca lo imaginó así. Lo que había en las calles solo era un reflejo tácito del corazón de los líderes. Y su corazón se rompió al ver cómo Denki y Deku eran parte de esos planes. Cómo Denki tenía un útero prodigioso y muchos alfas estaban detrás de él por ello, como la comisión preparaba a sus trabajadores para drogarlos y obtener con dolor esos genes. Katsuki tenía miedo por sus amigos, por los omegas de su alrededor pero tenía que ser fuerte. Terminó de leer muy entrada la mañana siguiente, su celular vibró con la alarma. Izuku en ese momento debería estar llegando a Nueva York. Encomendó su corazón en ello y le deseó lo mejor antes de ir al baño.
Cubrió su marca con vendas, un supresor bajo de ellas y con su traje de héroe de invierno y cabello húmedo por su reciente baño, se fue a la oficina de Endeavor por una asignación de trabajo. No estaba preparado para el dolor pero el mundo tampoco estaba preparado para su poder. Para lo que podría ocasionar con sus manos a través del pesar.
…
"Con cada paso que des, estaré ahí."
Solo tenía que estar ahí, siempre para él. Por la promesa que le había hecho a Allmight.
Con eso en mente entró al despacho de endeavor en dónde sintió el horrible aroma de Shigaraki, antes de entrar ya lo había sentido en el pasillo pero en ese momento no estaba pensando con su alfa interno que se sentía amenazado por el alfa de cabellos blancos, en ese momento él estaba para Izuku en mente y alma, con él en América y soñando con el increíble momento donde él fuera feliz, sin él. Si Izuku podía dormir en la luz del mundo, Katsuki feliz podía maquinar con fuerza en las sombras para hacer su sueño reparador. Convertirse en un monstruo para él, pecar por él, asesinar para que viviera con sus grandes sueños y memorias agradables. Cerró los ojos y ahí estaba Shigaraki solo que no parecía él, al lado de Miruko no era él. No parecía ser el mismo alfa que combatió meses atrás. El hombre frente suyo no tenía malas intenciones, y por ese instante sintió que podía bajar la guardia. Solo un momento antes de pararse al lado suyo con brío para recibir instrucciones. Endeavor no estaba cómodo con ambos ahí, no conocía la historia completa pero por lo que Hawks le había dicho, habían cosas que no tenían respuesta y era mejor así.
Se aclaró la garganta y comenzó con las instrucciones, lo básico fue hablar sobre el control de las calles. Cómo algunos de los cuidados habían tomado acciones que la comisión encontraba ventajosas para mantener a los pocos héroes que quedaban ocupados mientras seguían con su comercio de niños al norte. Miruko se veía realmente afectada por las palabras de Enji pero la mano de Shigaraki fue hasta la suya, apretándole completamente la piel. Había control en su particularidad porque ella no estaba asustada en lo absoluto, al contrario, había confianza en sus feromonas. Katsuki sintió su corazón doler pero levantó su vista, no había que dudar en nada. La situación era compleja.
Enji informó que todos los servidores de Japón estaban comprometidos por la comisión. No había seguridad en los suyos, por eso la implementación de Izuku en América era clave. El héroe sería una especie de salida de información, con el expediente de Izuku en servidores americanos, Endeavor podría guardar información sobre la investigación a través de una copia de seguridad que serviría como fuente de información. Gracias a cierta tecnología militar que consiguió hace unos años en el extranjero, todos los involucrados podrían conectarse sin necesidad de involucrarse en servidores japoneses. La idea era parecer que estaban entregados con el trabajo de la comisión para no levantar sospechas. De otra forma, toda la operación sería un fracaso.
Había una fotografía de Izuku en la mesa, en ella estaba sonriendo tímidamente a la cámara con su corbata mal amarrada. Aún sin estar ahí, seguía siendo un pilar fundamental. Katsuki no se arrepintió de nada, no se arrepintió de haberlo bloqueado en todas sus redes sociales. Porque al final del día Inko tenía razón, para amarlo debía dejarlo ir. Y si tenía que hacerlo lo haría bien, lo dejaría ir para siempre. Con un último suspiro puso su alma en esa habitación esperando que el destino no fuera tan cruel con las consecuencias de lo que iba a hacer. En esa habitación dejó de ser el alfa enamorado de su amigo de la infancia, del hombre que amó en la UA y en su pequeña habitación en esa misma agencia. Simplemente se volvió un soldado de la felicidad de Izuku. Alguien solitario. Dolía, pero debía ser así.
Ser el monstruo, el pecador, el asesino. La oscuridad de su alma, solo por él y aquellos que no podía proteger en sus brazos.
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