Capítulo XI: Still Don't Know My Name
•|Capítulo XI: Still Don't Know My Name|•
"Nadie dijo que sería fácil estar juntos, nadie dijo que nuestro camino sería un sendero agradable. Deberías saber desde el primer momento que me conociste en aquellos años que no sabías de mì, que nosotros seríamos una carrera exhaustiva. Pero podríamos valer la pena, podríamos ser aquello que el mundo necesita para creer en el amor."
....
Izuku había estado pensando...
Y lo había pensado mucho, ¿realmente conocía a Katsuki Bakugō? ¿Realmente sabía qué esperar de él fuera del concepto heróico? Nunca imaginó que recibiría su ayuda porque lo que conocía de él, eran montones de páginas en un cuaderno viejo. Ese cuaderno tenía sus técnicas, el enorme alcance de sus explosiones, las debilidades de su personalidad a la hora de tratar con víctimas y lo mucho que le costaba trabajar en equipo cuando era más joven. Pero, no había ningún encabezado con la pregunta, ¿qué tipo de actitud interpersonal poseía Katsuki Bakugō? ¿Sería el tipo de persona que llamaría a su madre los fines de semana, o lo haría entre semana en necesidad de un consejo? ¿Era el tipo de amigo que tendría tiempo para hacer locuras en la ciudad o solo tiempo para cultivar el estudio? No sabía mucho sobre las relaciones que Katsuki mantenía con sus amigos, los envidiaba por el tipo de relación que poseían pero solo entendía lo que sus ojos alcanzaban a ver. No sabía que Katsuki era capaz de darle su ropa a Mina para que fuera más fácil para ella pasar sus celos. No sabía mucho y eso le preocupaba, tenía todas sus estadísticas y los análisis suficientes para afirmar que sería un gran héroe. Sin embargo, detrás de los héroes también hay personas e Izuku no conocía a esa persona. Sabía todo de Ground Zero, pero...
"¿Quién era realmente, Kacchan?"
En su cabeza estaba la imagen del niño pequeño que lo veía en las esquinas mientras los otros alfas abusaban de él, veía al niño que a veces jugaba con él en un pequeño parque, donde solían clasificar insectos para llenar libros con notas. Porque ambos eran nerds y querían saber mucho más de su entorno. En esos años, dónde no lo conocía bien y solo veía al niño que se dejaba llevar por los comentarios, por la presión social... Era más fácil clasificarlo. Después estaba el Katsuki adolescente que no hacía mucho por él, brillante y con amigos que sonreían ante sus desgracias; un Katsuki aspirante a ser héroe con una sombra lúgubre en los hombros. El Katsuki de la UA era diferente, tenía verdaderos amigos. Ellos se le acercaban y él, en cambio, le entregaba consejos como muestra de gratitud. Pero Izuku no lo conocía, no sabía qué significaba ser su amigo. Era extraño decir que conocía los lunares que tenía su polla, pero no era capaz de responder correctamente si lo conocía realmente. Se sentía un poco triste imaginar que lo único que tenían en común era la carrera de héroe y el sexo. Porque son rivales, Izuku si conoce al Katsuki rival. Al alfa que lo orilla hasta el límite, siempre esperando lo mejor de sí mismo. Era por eso que lo estaba ayudando, no lo estaba ayudando porque fueran amigos, como lo solían ser los veranos de antes. Lo estaba ayudando porque si Izuku no rendía lo suficientemente bien, Katsuki se quedaría sin rival. Y quedarse sin algo que probara su fuerza, era sinónimo de debilidad y el alfa le tenía terror a la debilidad, a que la gente siquiera fuera capaz de formular una oración con Katsuki y débil juntos.
No le gustaba pensar mucho, pero ya lo estaba haciendo y era una mierda.
Sacaba a relucir todas esas inseguridades que no quería mostrar. Las inseguridades de un joven de dieciocho años, las inseguridades del Izuku que lloraba a veces en las noches por ser omega. Las inseguridades de Deku no tenían nada que ver con Katsuki, al contrario, Deku estaba muy agradecido con Ground Zero por ayudarlo. Por tener el suficiente autocontrol, a pesar de su naturaleza de alfa, de ayudarlo. De gastar tiempo para atender su llamada de auxilio, aunque fuera a través de entrenamiento, consejos y caricias. Pero luego estaba Izuku, siempre preguntándose ¿Qué eran realmente? ¿Rivales? Pero los rivales no serían capaces de pasar horas teniendo sexo, de reír porque el nudo de Katsuki era más rosado que sus pezones. Y se sentía tan extraño siquiera considerar la palabra amantes, porque ellos no lo eran. ¿Amigos? Menos. Al final, parecían estar en un limbo eterno. Un limbo que era más grande gracias al hecho que Izuku no conocía al Katsuki persona.
¿Por qué pensaba así?
Porque sabía que su madre no era una mujer estúpida. Sabía que ella tenía dudas sobre su repentina mejora de salud, sobre aquellas palabras que le dijo al doctor en su última consulta. Cuando le dijo que tenía una sola pareja sexual y que eran únicos. Que no era serio pero sí lo suficiente para saber que él estaría ahí hasta el final del tratamiento. Porque lo primero que su madre le preguntó fue: "¿Es el joven Todoroki? Vas a la agencia de su padre, ¿no? Es él, ¿verdad? Es un buen alfa, tiene dinero y es apuesto. Sus cachorros serían increíbles."
No sabía que sería capaz de hacer su madre si le decía que el alfa era Katsuki, porque sabía que ella no era partidaria de él, que lo odiaba por no haberlo ayudado años atrás cuando eran más pequeños. Porque sabía que su madre le preguntaría.
¿Estás seguro de que lo conoces bien?
E Izuku no le quería mentir. No lo conocía bien pero quería conocerlo más que a nadie en la vida. Y estaba un poco emocionado con la idea de conocerlo pero tampoco quería perderlo por sus deseos personales, no quería aburrir con sus preguntas molestas, aquellas que nadie parecía preguntarle. "Kacchan, ¿te gusta más el ramen o prefieres el curry con arroz al vapor? ¿Te gusta más el Allmight de la era dorada o prefieres su era más antigua? ¿Naranja o verde? ¿Por qué usas crema hidratante si tu rostro es terso?" Tantas preguntas y solo podía pensar en su rostro de fastidio al preguntar cada una de ellas. No era una actitud sana pero no sabía qué hacer. Estaba en un espiral que manejaba bien detrás de una sonrisa confiada después del sexo... Sin embargo, de alguna manera él parecía conocerlo más de lo que podía llegar a dimensionar.
—¿Qué tienes en la cabeza que te molesta tanto? Puedo saber que estás haciéndote un jodido caldo de cabeza con solo mirarte—Izuku sonrió, un poco sobrio de la impresión que le provocó la pregunta. Estaban en el borde de la cama, comiendo unos sandwiches que Katsuki había hecho en la madrugada en la cocina de los departamentos. La ducha estaba fresca en sus cabellos húmedos, las bebidas isotónicas y la fruta picada en los platos plásticos daban una imagen de confidencia. Confidentes... Izuku sabía tan bien que no existían etiquetas. Que eran demasiado complicados para darle una etiqueta.
Pero necesitaba una en su relación.
—No es nada, es solo que... No sé cómo decirlo—Katsuki tomó su botella de agua isotónica y lo observó arrugando el entrecejo.
—Siempre eres bueno con las palabras, a veces jodidamente excesivo, pero, ¿qué ocurre? ¿Es sobre Allmight? ¿Es sobre tu madre?—Izuku negó, terminó su sándwich y comenzó a tomar sus cosas, su mochila, su collar y todo lo que había traído a la habitación de Katsuki. El alfa parecía un poco sorprendido—. ¿Te vas?
—Sí, si continúo aquí tus feromonas seguirán contaminando mi sistema y quiero entrenar un poco por la tarde—Katsuki se puso de pie, a pesar de que estaba usando solo unos bóxers, Izuku no podía evitar pensar en todas las marcas que había dejado en su piel. No parecía molesto en lo absoluto pero Izuku por su parte, solo tenía sus nalgas y muslos rojos por la fricción y el choque. No lo marcaba, lo tomaba de maneras increíbles, lo besaba y ahí quedaba. Izuku sabía que deseaba más, lo podía ver en sus ojos cada vez que lo estaba embistiendo. Él mismo alfa lo ignoraba y seguía sobre su cuerpo, tomándolo con firmeza y euforia. Era increíble pero de alguna manera, después de casi un mes haciéndolo juntos, se sentía como si estuviera persiguiendo solo el placer que podía entregar. No el propio.
—Deku, si hay algo de lo que necesites hablar, solo dímelo—y ahí estaba, naturalmente podía saber lo que estaba pensando, él sabía que poseía un problema en su cabeza al cual le estaba dando vueltas intermitentes. Mientras que Izuku lo veía y no sabía qué pensar más allá de lo que sus feromonas decían. Y eso era superficial, un instinto bajo que se le enseñaba a los niños en los primeros años de la infancia para poder comunicarse mejor.
Del hecho que Katsuki estuviera tomando tanto y entregando tanto sin realmente hacerlo lo estaba molestando. Se limitó a sonreír y se fue. Sin etiquetas, sin etiquetas.
Katsuki había estado en celo, no él, pero cada vez que podía evocar un recuerdo del día y noche anterior veía los ojos rojos de Katsuki y todas esas veces que le preguntaba si podían seguir con algo en específico, porque el consentimiento era muy sexy para él y su polla. Y su opinión y consentimiento era más importante que el fulminante deseo natural ebullendo en su interior.
Izuku sabía que eran irracionales todos esos pensamientos, porque ellos mismos habían acordado que no tendrían etiquetas, pero no podía evitar molestarse. Estaban teniendo sexo como amantes desenfrenados y no sabía casi nada de él. Nada, solo cuadernos llenos del grandioso héroe Ground Zero, el increíble alfa que tenía a más de media UA detrás de su nudo. Y solo él lo había obtenido... ¿por qué se sentía tan miserable por ello? Entonces recordó las palabras de su profesora del kinder, esas que la mujer le entregó a su madre durante una de las tantas citas en consecuencia de su comportamiento.
"Su hijo será un Omega desagradable, un Omega que no será marcado de ninguna manera. Un Omega que solo estará destinado a fracasar, a ser usado para mero placer por una seguidilla de Alfas irresponsables. Nunca tendrá un real vínculo emocional con ningún alfa. Ese es el destino de su hijo si sigue comportándose de esa manera."
Siempre había pensado que su madre era el tipo de Omega desechable, que su padre la había usado para su propio placer. ¿Estaba usando a Katsuki para su propio bien? ¿Katsuki era un ser desechable en su vida al no poseer las etiquetas necesarias? Su cabeza dolió al pensar en ello, era estresante porque muy en el fondo sabía que se estaba ahogando en un vaso de agua. Uno tan pequeño que no sabía cómo ignorarlo porque se sentía demasiado grande flotando alrededor de él. Y tenía más cosas en las que pensar porque lo primero que acordaron antes de las etiquetas fue nada de amor. El amor era sinónimo de debilidad en la vida de los héroes, y las etiquetas llevaban a ello. Al amor mutuo que ambos rivales podrían llegar a desarrollar si vestían una etiqueta. Una molesta etiqueta que podría evitar si no fuera tan sensible. Comenzó a enojarse e inevitablemente soltó feromonas de ira y sus colmillos afilados sobresalieron de sus labios. Pudo probar el veneno en ellos. ¡Qué frustrante!
—Vaya, si sigues así alguien podría sacar malas conclusiones sobre tu género secundario. Hueles a omega lleno de frustración e ira—Todoroki estaba detrás suyo, con el uniforme bien puesto. Se le había pasado tan rápido la hora que su mente olvidó por completo que debía ir a clases. Y Todoroki parecía listo para ir, con una bufanda roja alrededor de su cuello. Una que ocultaba unos cuantos chupetones que no le molestaban pero ardían con la sensación del frío.
—Todoroki, lo siento. Es solo que estoy un poco estresado, nada más—el alfa se acercó, olisqueando su espacio personal.
—Es mucho estrés si tienes las feromonas fuera de control de esa manera. Créeme, porque anoche aspire unas dos líneas y aún así puedo sentirte a la perfección—Izuku le iba a argumentar que no se había tomado sus supresores pero tenía razón, no lo estaba controlando bien—. ¿Quieres hablar sobre ello? Creo que te haría mejor que guardarlo en tu mente tan turbulenta.
—No tengo una mente turbulenta, es que... No lo entenderías, eres alfa y los alfas son un poco más insensibles con ciertas cosas.
—¿Problemas con Bakugō, no? Parecía ir todo bien, después de todo pasaste un celo con él—Todoroki vió los ojos de Izuku abrirse con sorpresa—. Tranquilo, nadie sabe que estuviste con él. Yo, Mina y tal vez Kirishima que parecía claramente perturbado por tu insistencia a pasar el celo con Katsuki siendo un beta. Pero, supongo que tiene su manera de pensarlo.
Comenzaron a caminar por los pasillos, Izuku tenía tantas cosas que decir que su esófago estaba atascado con montones de preguntas sin responder. ¿Mina sabía sobre ellos? No era importante, tenía consciencia que ella era una persona tranquila a pesar de su personalidad fuerte. Los meses que Katsuki le estuvo dando su propia ropa fueron bastantes y nadie en la UA se enteró, y si alguien lo hizo, no fue capaz de divulgarlo. Kirishima... Era un problema manejable, su verdadero problema y pregunta era porque su cabeza no le estaba dando un pequeño respiro. Simplemente disfrutar de su pequeña zona de confort donde él y Katsuki podían disfrutar de su vida sexual sin sentimientos, sin nada. Solo deseo y compañerismo para alcanzar la cima de su carrera heroica. Nada más, pero no, su cabeza lo estaba castigando por estar nervioso y recordar a su madre y las palabras de todos los superiores que alguna vez lo despreciaron por su género secundario.
Inútil.
Omega destinado al placer.
Omega desechable.
Omega sucio.
Omega que nadie querría marcar.
Omega destinado al fracaso.
—Midoriya, puedo faltar a clases y ser tu pseudo psicólogo temporal si quieres—Izuku lo observó, una leve sonrisa dibujaba sus labios, se notaba que tampoco quería ir a clases y que estaba buscando una excusa. Aunque nadie podía culpar su elección, estuvo toda la noche con Mina. Y la Omega era una mujer bastante exigente.
—Está bien, vamos a la ciudad, no quiero estar en la UA. No hoy—habló decidido.
"No quiero ver a Kacchan."
....
Shoto e Izuku salieron de la UA a las nueve en punto, ninguno de los dos fue a clase pero en último año y con el examen final físico muy cerca, era normal ver algunas aulas semi vacías, con profesores haciendo guías de comportamiento sobre el futuro heroico de sus pupilos. Explicando como todos y cada uno de ellos tendrían una parte importante en la historia del país. La mayoría de los pasillos eran un caos silencioso para no molestar a los de primero. Izuku lo encontraba casi romántico como desde pequeño solía imaginar esos mismos pasillos, pero ahora estaba más feliz fuera de la UA, respirando aire fresco y sintiendo el suave olor de la crepes de frutilla en su nariz. No es que fuera un fan de los dulces, prefería lo salado pero Todoroki estaba empedernido en comer algo dulce porque Mina siempre le estaba hablando sobre pasteles, crepes, mochis de fresa, chocolates y panqueques de matcha; y de alguna manera se le había contagiado el gusto. Al llegar a un parque, con parejas en los banquillos, Izuku se dió cuenta que por mucho que quisiera una vida de héroe de alguna manera también quería un romance para divertirse. Era débil, era patético. Y no sabía qué hacer. Quizás era su lado Omega emergiendo después de muchos años reprimido.
—Si no comes, me comeré tu crepe—Shoto lo sorprendió al hablar, estaba demasiado ido. Así que lo observó para distraerse... Su apetito era mayor al de antes pero aún así no engordaba nada. Katsuki siendo un poco más bajo era más corpulento que él, Izuku cada vez que lo veía siendo un joven normal, se sentía nostálgico, las cicatrices en sus manos eran una prueba de que todos poseían un pasado problemático... Y realmente no podía dejar de pensar en Katsuki. ¡Fantástico!—. Bueno, me vas a hablar de ello o tendré que comprarte una figura de Allmight. Aunque no creo que sea posible, las tienes casi todas.
—No todas, solo las que pude comprar cuando estuvieron en internet—probó el primer bocado y se quedó viendo las hojas de arce caer cerca de sus pies mientras degustaba la frutilla fresca con la salsa de chocolates y avellana. Todoroki lo quedo viendo, esperando atentamente. Porque sabía que su amigo necesitaba alguien con quién hablar, con los años había aprendido a leer sus feromonas casi inexistentes—. Verás, mi cabeza me ha estado castigando desde hace unas horas y es más que suficiente para sentirme miserable. Me di cuenta que no conozco a Kacchan de una manera que esperaría conocer, solo conozco al héroe pero la persona en realidad es totalmente desconocida para mí y no quiero agobiarlo con preguntas incómodas sobre mis dudas banales. La sexualidad, es fantástica, no voy a mentir, pero hoy después de que pasamos un celo juntos... Llegué a la conclusión de que no me dejó ninguna marca en mi. Ninguna mordida, solo besos y lamidas... Sé que nuestro acuerdo hizo que sacrificara horas de su sueño y tiempo, sé que está dando lo mejor pero algo falta...Y realmente estoy sintiendo vergüenza por hablar de esto contigo.
Le faltó el aire y Todoroki siguió con su expresión taciturna. Cómo si nada de lo que había dicho fuera grave o relevante.
—No tiene nada de malo hablar de sexualidad, es natural que dos jóvenes que pasan mucho tiempo juntos tengan sexo. Yo y Mina tenemos mucho últimamente y nos ha funcionado.
Ahí, al nombrarla sonrió. Y a Izuku le llamó la atención. Nunca lo había visto así. Era una sonrisa amable y evocando buenos recuerdos de noches que nunca podría olvidar.
—Pero, ¿qué son ustedes? ¿Cómo se supone que puedes estar tranquilo si algún día aparece tu destinada y arruina todo? ¿Qué pasa si pierdes el control de tu vida por ello? ¿Qué ocurre si Mina encuentra a su alfa?—Todoroki lo pensó por unos instantes antes de levantar los hombros con indiferencia.
—Primero, somos amantes. Y yo y Mina hablamos sobre el tema, ella siente cosas por Kirishima y por mi. El sexo no marca una diferencia, es bueno y nos ayuda a estar enfocados en otra cosas, nos queremos y ya. No hay más ciencia, yo amo a Momo pero entiendo bien que si algún día aparece mi destinada, no significara nada. He amado a Momo y no la quiero a mi lado porque entiendo que ella no me ama y quiero mucho a Mina a pesar de que ella tiene unos sentimientos muy profundos por Kirishima. Eso es todo, no hay necesidad de complicar las cosas. Nos hemos estado conociendo, y eso se obtiene con el tiempo... Honestamente, solo tienes que hablarlo con él.
—Todoroki, ¿Realmente qué pasaría si algún día aparece tu destinada? ¿No sería todo el tiempo que vivieron juntos en vano...?—Todoroki negó.
—No, porque no puedo vivir en alguna expectativa de lo que podría pasarme. Los destinados solo son biología, pero tu corazón y mente son los que mandan. Tu mismo deseo de ser héroe contra todo es el que te mueve, ¿por qué negarlo? Más allá de lo físico, somos deseos y ya.
Izuku no lo entendía. Su cabeza estaba llena de ideas irracionales pero que ahora le parecían coherentes.
—Pero el amor te hace más débil, las etiquetas llevan al amor y eso te hace más propenso a ser dañado. Quizá solo estoy muy confundido y necesito probar algo diferente, no lo sé... Quizás deba tener sexo con un extraño para entenderlo.
—Entonces, ten sexo conmigo—Shoto lo soltó con simpleza, detrás de sus ojos había cierta negación, solo esperando la reacción de Izuku para ver cuan realmente estaba comprometido con el alfa de cabellos rubios.
—Todoroki yo no sé si pueda...—y ahí estaba la duda. Todoroki ya lo sabía. Lo entendía pero quería presionar más fuerte, quizás así Izuku entendería su propio corazón.
—Entiendo, ustedes son exclusivos.
—No, no lo creo, no lo sé. No hablamos sobre ello—era la primera vez que Izuku se planteaba el tema.
—Entonces, ¿cuál es el problema? No son nada, no hay que preocuparse. Ten sexo conmigo y después dices si sientes algo diferente, no hay forma de probarlo si no lo sabes.
—Pero... ¿Cómo se sentiría Kacchan con ello?—Todoroki llegó al punto.
—Más importante, ¿cómo te sentirías tú si Bakugō hiciera lo mismo? ¿Qué sentirías si un día te dice que quiere tener sexo con Uraraka para probar cómo se siente estar con otra persona? No sé, imaginalo.
—Kacchan no es así, el sexo para él es irrelevante.
—Y si es un interruptor, si algo dentro de él se activó al estar contigo. Al principio solo era masturbación, ¿no?—Izuku tenía miedo de dónde estaba yendo—. Y ahora es sexo, qué pasaría si mañana quiere estar con otra persona porque ustedes dos no tienen las etiquetas suficientes para proporcionar un poco de seguridad a la relación. ¿Cómo te sentirías?
—Yo...
En realidad se sentiría devastado, la sola imagen de Katsuki con otra persona y más con Uraraka le entregaba una sensación tan desagradable que no sabría cómo asociarla a un dolor específico. Porque nunca antes lo había sentido, un ardor tan fuerte que sentía sus intestinos escocer. Retorcerse de dolor con la cruel imagen que su cabeza le estaba entregando, Ochako encima suyo, gimiendo, Katsuki mordiendo su piel, marcando cada parte de su cuerpo porque realmente quería estar con ella. Encontrando sus confines más bonitos porque era más fina, con caderas más redondas y no un pecho plano con músculos masculinos y pecas arruinando todo. La realidad, es que podrían hacer una bonita pareja. Sus hijos tendrían un potencial genético increíble y la verdad, su pecho dolía con la sola idea. Porque la posibilidad era mínima pero tampoco de cero. Trató de esconder su molestia y dolor pero Todoroki se acercó, tomando sus manos llenas de cicatrices, con una de ellas en su mentón para verlo directamente a sus ojos.
A pesar de que no sentía nada con sus feromonas, del hecho que estuviera tratando de calmarlo, era tranquilizador.
—Si siempre tienes miedo de que te dañen, ¿realmente te estás cuidando o estás siendo egoísta contigo mismo al no darte la posibilidad? No conocer a Bakugō es algo que debes aprender, háblalo con él y el tiempo lo hará posible. Se ha estado esforzando mucho, mínimo hablarlo sería lo mejor.
Y es como si Izuku hubiera olvidado como respirar.
—¿De qué hablas?—una fuerte brisa corrió sus cabellos, las hojas rojas de su alrededor acariciaron sus zapatos. Como una leve advertencia.
—¿Realmente no lo has notado?—Todoroki acarició su mejilla, había cierta amabilidad en su rostro. Cómo si lo entendiera mejor que nadie, como si solamente los que realmente le prestaban atención lo hubieran visto—. Katsuki desde primer año ha estado tratando de ayudarte lo mejor que puede, no lo habla directamente con nadie pero ha estado tratando de redimirse por todo lo que te ha hecho en el pasado. Yo me di cuenta porque era como ver a mi viejo... Y ese día que te enfrentaste a Tomura se hizo más evidente, no creo que lo haya hecho pensando en sobrevivir. Por eso, no creo que para él sea un problema el amor y mucho menos las etiquetas. Yo creo que no se siente merecedor del sentimiento, por eso lo dejo en claro desde un principio. Se siente culpable por todo, porque honestamente si fuera solo por el amor, no amaría la idea de ser el número uno y créeme, Katsuki está lleno de amor por las cosas que todo el mundo ignora.
Izuku no sabía qué decir, estaba en shock. Toda la información tan repentina en su cabeza lo hizo darse cuenta que realmente no lo conocía y quería hacerlo. Tener miedo por algo así era irracional considerando todas las palabras que ambos se habían dicho a lo largo de los años. Sobre todo con el Ofa, porque él era lo suficientemente confiable para guardar el secreto y si eso no significaba que de alguna forma estaba comprometido con él, no conocía otro motivo.
Y además, porque muy en el fondo de su corazón, quería hacer al alfa suyo, solo que aún no lo sabía bien. Y es que Katsuki lo hacía sentir como si estuviera en otra galaxia y que él no sintiera lo mismo era realmente injusto por eso su Omega interno estaba obsesionado con tomar el control de su psique. Para salvarse a sí mismo del destino incierto que su retorcida destinación le deparaba.
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