Tal vez, y solo tal vez, solo los dioses del cielo pueden saberlo, el lobo estaba enamorado de la luna.

Él hablaba todas las noches con ella, contándole su vida, su felicidad y sus penas. La luna escuchaba, contenta, y también ella contaba los secretos de las estrellas; el lobo la escuchaba con deleitación hasta quedarse dormido con su dulce y embriagadora voz.

Las noches en las que él se ponía más feliz era cuando ella estaba blanca como el marfil y parecía llenar el cielo con su parecencia porque significaba [parecía] que podía estar más cerca y podía abrazarla y besarla.

Y por eso el lobo también lloraba cuando la única presencia en el cielo eran las estrellas y el negro infinito. Porque la luna se había ido. Él no era ciego mas si tonto, sabía que no era el único. Muchos la tenían como amante y la luna hacia lo mismo que hacía con el lobo: se besaban, se cantaban, se hablaban. Pero, ¿Cómo no hacerlo? Si ella era hermosa, solo un necio diría lo contrario.

El lobo era tonto porque la extrañaba sabiendo todo eso. Y lloraba. Y ella volvía. Y el ciclo se repetía.

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Okay, esto no tiene mucho sentido, pero necesitaba publicarlo xD.