¿Qué sucedería si todo esto hubiera sido al revés? Si el culpable hubiera sido otro, si hubieran muerto otros...

—¡Es el chico nerd! Todos alejense de él — gritó uno de los muchos que me molestaban

Uno de ellos me empujó y yo caí al suelo. La correa que sujetaba mi cámara a mi cuello se salió, causando que cayera lejos de mi.

—¿Una cámara? ¿Y para qué la quieres? — preguntó burlón Kuro, sujetando la cámara entre sus manos y encendiendola.

Al encenderse, saltó el logo de la marca y poco después las últimas fotos que había tomado. Al verlas, su cara cambió a una de asco y molestia. Me volteó a ver y gruñó

—¡Maldito pervertido! — en un arranque de ira la lanzó al suelo, estrellando la pantalla y rompiendo por fin la cámara

Yo no podía decir nada, tenía miedo. Me senté en el suelo, con la cabeza baja, aguantando toda mi ira y ganas de matarlos.

—¡Ven aquí, imbécil! — me sujetó del cuello de la camiseta. Él me llevaba una cabeza de alto y obviamente era más corpulento que yo.

—¡Apresúrate, no queremos que tu "novia" llegue! — gritó otro de los que me molestaban.

—Escucha esto: — se acercó a mí oído y sonrió — es mía, jamás la tocaras. Y quiero que sepas que la llevare a mi casa, y tú te quedaras sabiendo que jamás será tuya.

No resistí más, mi enojo salió. En un ataque de ira le lancé un puñetazo al rostro, dejandole roja la mejilla y haciéndole sangrar.

—¡Cállate! — grité. Él me soltó y yo caí al suelo para luego darle más y más puñetazos en el rostro.

Me había subido encima suyo, lanzando golpes algo torpes. Los demás chicos se abalanzaron sobre mí, sujetandome de los brazos y apartandome de Kuro.

—¡Sueltenme! ¡Ahh! — comencé a lanzar patadas al aire. ¡Quería matar a ese imbécil!

—Tsk — escupió sangre y se limpió el labio, luego sonrió. Se acercó a mí y de un momento a otro, me dio un puñetazo en el estómago, sacándome todo el aire —. Eres un nerd muy valiente, ¡Ten tu premio!

Siguió lanzando golpe tras golpe, haciéndome escupir sangre y casi perder el conocimiento. Todo daba vueltas, sus risas entraban en mis oídos y daban vueltas en mi cerebro.

Todo eso fue hasta que vi su silueta y unas voces discutiendo. ¿Qué era eso...? No entendía nada, solo veía borroso a dos personas discutiendo.

Los chicos que me sujetaban me dejaron caer y se fueron poco después. Una de esas siluetas se acercó a mi y colocó sus manos en mis mejillas

—¡Ey! ¿Estás bien...? ¡Ey! — me agitó un poco, luego gritó por ayuda. Los pasillos estaban vacíos para ese entonces —. Bien, necesito que hagas todo lo que puedas para estar de pie, ¿si? Iremos a la enfermería.

Asentí, pero aún no entendía bien sus palabras. Me ayudó a ponerme de pie y yo coloqué mi mano alrededor de sus hombros, apoyando la mitad de mi peso en ella.

—Agh, bien... Son solo unos cuantos metros de aquí a la enfermería, es poco... — dijo quejándose un poco y luego siguió caminando

Solo escuchaba su voz a la lejanía, hablando de cosas sin sentido. Poco después llegamos a la enfermería y me recostó en una camilla. Fue por unas cosas para mis heridas y comenzó a limpiarme la sangre de la cara

—Lo lamento — dijo en un suspiro —. Es mi culpa, siempre supe que Kuro era... Alguien malo, pero jamás quise aceptarlo... Por cierto, mi nombre es _____

Ya lo sabía... Sabía cual era tu nombre, tu grado, edad, donde vivías..

Sabia todo de ella, te amaba.

Todo comenzó por una simple venganza, quería dañar a la gente alrededor de ese maldito de Kuro, pero cuando la encontré a ella...

No pude hacerle daño, me enamoré de ella. Y bueno, aquí estoy, junto a ella, en una habitación.

Ella encerrada, atada y amordazada, justo como me gustaba verla siempre. Ella gritando, yo frente a ella y con una sonrisa

La había hecho mía muchas veces, jamás nadie se dio cuenta de que estaba aquí.

Lloraba, gritaba y rogaba para que la soltara ; eso jamás sucedería porque ella es mía y no permitiré que nadie me la quite.

Jamás...