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—Te... Traje algo de comer

Me puse de cuclillas frente a Ryo, él no había dicho ni una palabra desde que bajé, ¿me odia tanto?

—Por favor, come... Ayato no sabe que estoy aquí así que.. No quiero que te pase nada — volví a decir, en un murmuro para que así nadie escuchara nuestra conversación secreta

—No quiero — respondió finalmente. Su cabello cubría sus ojos y no podía descifrar que expresión tenía de mí justo ahora.

Le acerqué la bandeja con comida nuevamente, cerca de sus pies. Me daba mucha pena; su muñeca parecía dolerle mucho y su respiración era muy lenta, se notaba que estaba empeorando.

—Quizás... ¡Déjame aflojar eso un poco! — me levanté y me acerque a la cadena que sujetaba su muñeca, quise aflojarla pero era algo difícil — Es muy dura, quizás si consigo la llave...

—¡Basta! — gritó con toda su ira y pateó la bandeja con comida lejos de ahí — ¿¡No entiendes que no quiero nada!?

—Ryo... — apreté los puños y bajé la mirada — Perdón, en verdad lo lamento. Si no fuera por mi...

—Tienes razón —me interrumpió

—¿Qué...? — alcé la mirada, mis ojos estaban a punto de estallar en lágrimas

—Tienes razón; si no fuera por ti, no estaría aquí — hizo una pausa y me vio a los ojos — Si no fuera por... Este estúpido sentimiento, no estaría aquí. Siempre supe que el amor era falso, una perdida de tiempo. Contigo confirmo eso.

—Yo... ¡Ryo, por favor déjame explicarte todo...!

—No quiero escuchar nada, solo... Vete, por favor.. — su voz calmada volvió, perdiéndose en la oscuridad de la habitación.

Ya no iba a poder contener las lágrimas. No podía...

Me levanté rápidamente y corri hacia la salida. Al subir por aquellas viejas escaleras rechinaron, anunciando que estaba ahí, pero.. No importa.

Corrí a donde estaba el jardín, ese lugar me traía una calma inexplicable;no sabía si era por las flores, el lindo detalle que me había dado Ayato o.. Porque era lo más cercano a la libertad que tenía.

Me senté en la banca donde Ayato se había "confesado", ahí... Podía ver el lugar con claridad y tener tiempo para pensar.

Sabía que Ryo me odiaba; cuando vi su "fantasma" en la ventana... Creí que era mi imaginación pero me equivoqué. No fue así.

Yo lo abandoné junto con mi esperanza, me entregué a Ayato y a su enfermizo amor pero... En su momento creí que estaba en lo correcto. Ayato me daba un amor que nadie me daría pero... Ryo era cálido, me amaba y a su modo me protegió, pese a que fue una mentira...

Mi corazón no sabía que decidir, ¿que estaba bien o que estaba mal?

No podía decidir en quién pensar. ¿Ayato, quien me amaba con todo su corazón y me entregaba el mundo? ¿O Ryo, quién me ayudaría y se empeñaria en rescatarme sin importar el costo?

Me odiaba por tener que decidir entre ellos dos. No podía, no podía...

No quiero herirlos.

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