Capitulo 7

- ¿Todo listo?

- Listo. - aseguró el ruloso.

El castaño asintió y silbó llamando a los demás chicos.

Corbyn y Jonah llegaron al lado de Daniel, mientras Zach solo levantó el dedo pulgar tirándose al suelo.

- ¡Ahhh! - gritó dramáticamente.

Daniel y Jack se escondieron tras los arbustos.
Corbyn y Jonah corrieron hacia Zach y gritaron por ayuda.

Pronto una docena de enfermeros salieron a la calle ante los gritos desgarradores de Zach.

Jack y Daniel corrieron a la entrada del hospital intentando no llamar la atención con un gigantesco piano rodando junto a ellos.

Solo algunos pacientes les miraron sorprendidos, pero ellos siguieron su camino al aula 6.

Tenían un plan para hacer que Dana volviera a bailar. Animarla a seguir con sus sueños y no rendirse: traer un piano al hospital.
Algo loco y arriesgado, pero así eran ellos.

Daniel tuvo que pasar bastante tiempo contándole a los chicos todo el tema de Dana, y ellos al saber su plan se unieron de inmediato.

¿De dónde habían sacado el piano?
Fácil; el garaje de Jack.
Básicamente, allí podrías encontrar cualquier cosa.

Era viejo y de color blanco sucio, pero seguía sonando perfectamente.

Trasladaron el gran piano por el hospital intentando no parecer sospechosos. Algo totalmente imposible.

- Un enfermero. - avisó Jack nervioso - ¿Qué hacemos?

Daniel miró a los lados asustado. Hasta que encontró algunas batas de hospital. Las cogió con rapidez y cubrió el piano con ellas, simulando una camilla.

Después los dos amigos se colocaron delante del piano tapando un poco la visión del gigante armatoste.

El enfermero pasó delante de ellos sin prestarlos ninguna atención y cuando él se alejó suspiraron relajados.

Siguieron su camino, haciendo el mismo procedimiento de esconderse cuando una enfermera o enfermero venía.

Llegaron a la sala 6, la cual estaba llena de niños, entre ellos Harper, que tenía esta vez la cabeza totalmente rapada. Una recaída, pero a ella parecía no importarle.

- Mi madre dice que pronto me curaré. - siempre repetía - Solo hay que esperar.

Y eso hacia. Esperar con sus amigos del hospital y con la sonrisa más grande.
Estaba claro que ella saldría de aquí pronto.

- ¡Dan! - gritó la niña feliz de verle - ¿Qué es eso?

- Una sorpresa para Dana. - susurró él con una sonrisa - ¿Querrías ir con Tommy a una misión especial para mí?

Ella asintió interesada y se acercó más para oir mejor.

- Tienes que traer a Dana aquí. - explicó - Luego pasará la magia.

- ¿Es un piano? - cuestionó la niña al ver como Jack quitaba las batas de encima. Miró a Daniel con ilusión - ¿Vas a hacer que vuelva a bailar?

Daniel asintió sonriente y Harper se tiró a sus brazos riendo.

Luego cogió a Tommy de la mano y salió corriendo por el pasillo hacia la habitación de Dana.

Jack sonrió al ver a todos los niños alrededor de él y del piano.
Estaban asombrados.

Comenzó a alardear delante de ellos mientras los niños reían y él tocaba algunas notas.

Daniel sonrió al ver esa escena y comenzó a mover las mesas para dejar un gran espacio libre, dónde Dana pudiera bailar.

Cuando terminó sus manos comenzaron a temblar. Tenía miedo de que el plan no saliera bien y que Dana no quisiera bailar.

El miedo desapareció cuando la vio entrar en la sala al lado de Harper y Tommy. Los ojos de la chica se abrieron de la sorpresa y una gran sonrisa apareció en su rostro al ver a Daniel allí parada en medio de "la pista de baile".

Él la tendió la mano, y ella confusa avanzó hacia él agarrándola cuando llegó a su lado.

- ¿Que está pasando? - preguntó ella con una sonrisa de lado.

- Vamos a bailar. - susurró Daniel agarrando su cintura con delicadeza.

Los ojos de Dana demostraron todo su desconcierto y Daniel solo le guiñó un ojo. Miró a Jack y le hizo una señal para que comenzara.

Jack empezó a mover sus dedos a lo largo de todo el piano, creando una bonita y suave melodía.
Los niños se colocaron alrededor del ruloso revisando cada uno de sus movimientos.

Entonces Daniel comenzó a moverse alrededor de la sala, llevando a Dana con él.
Era una especie de balls no muy bien cordinado, que Harper y Tommy observaban con una sonrisa.

Dana soltó alguna risa con los torpes movimientos de Daniel, lo que causó una sonrisa al castaño.

Después de algún tiempo, los niños se unieron al baile y se colocaron riendo en la pista de baile.

Dana soltó una pequeña sonrisa antes de apoyar su cabeza en el hombro de Daniel, lo que casi provoca que al chico le diera un paro cardíaco.

El plan había funcionado correctamente.


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