Capitulo 5

(Viernes)

- Y recordar, el proyecto se entregará a final de curso. - terminó de dictar el profesor.

Daniel apuntó la tarea en un posit y comenzó a recoger sus cosas.

- ¿Qué vas a hacer? - preguntó Jack ya fuera de clase.

- No sé. - dijo el castaño en un suspiro - Supongo que una canción.

- Eso está claro. - rió Jack - Pero hay que representar la música y añadir un espectáculo.

- ¿Qué vas a hacer tú?

- Un teatro. - dijo el ruloso satisfecho.

- ¿Quienes van a actuar? - preguntó confuso.

- Mis hermanas.

- Oh, - exclamó pensando. Jack tenía todo preparado y él ni sabía cómo empezar - ¿Y ya tienes la canción?

Jack asintió con una sonrisa.

- Se llama Liar. Representaré toda la letra en el escenario.

Daniel asintió asombrado. Por una vez, su amigo tenía las cosas más preparadas que él.

(...)

El castaño corría deprisa por las calles sin detenerse. Llegaba tarde.

Aún seguía con la guitarra en su espalda por la clase que había tenido a las 3, una de las causas por las que llegaba tarde. La otra había sido el perder su monopatín y tener que venir corriendo.

- Lo siento, lo siento. - se disculpó con la encargada de sus turnos - Tenía clase de guitarra.

La mujer rodó los ojos y le dió la hoja para que firmara su turno.
Él lo hizo y con rapidez fue corriendo al aula de juegos.

- Hola... - se sorprendió al ver solo señores mayores ahí - ¿Esta no es el aula de juegos?

- Lo es. - dijo una señora asintiendo - Pero hoy nos toca jugar el ajedrez aquí, los niños se encuentran en la sala 6, al lado de los baños.

- Gracias. - susurró y corrió de nuevo por los pasillos hacia la sala 6.

En cambio al aula de juegos, la sala 6 era mucho más grande y sin puertas, dejando un gran espacio abierto por donde las personas podían ver todo.
Había sillones en vez de sillas, mesas grandes y un gran televisor.

- Wow. - exclamó dejando su guitarra encima de una mesa.

- ¡Daniel! - Harper corrió a tirarse a sus brazos - Pensé que no venías.

- Pues he venido. - sonrió de lado.

Su sonrisa aumentó aún más cuando vio a Dana sentada en una de las grandes mesas, hablando con un niño.

- Hey. - saludó acercándose - ¿Qué pasa?

- Hola Daniel. - sonrió y miró al niño - Este es Tommy y hablábamos de lo que podríamos hacer hoy. Ya nadie quiere pintar.

- Oh. - el castaño miró a todos los niños - ¿Y qué queréis hacer?

Todos levantaron los hombros en signo de interrogación. Parecían aburridos.

- ¿Qué es esto?

Daniel se giró de inmediato al oír como chillaban las cuerdas de su guitarra.

- Es grande. - comentó el niño mientras Daniel quitaba la guitarra de sus manos.

- ¿Tienes una guitarra? - preguntó Harper emocionada.

- Emm... Sí. —respondió con rapidez apartando el instrumento de las curiosas manos - No pude dejarla en casa, así que aquí está.

- ¿Nos puedes tocar algo? - cuestionó Tommy sentándose a los pies de Daniel.

- Emm...

Daniel estaba nervioso. Demasiado.
Normalmente sólo tocaba para sus amigos, hermanas o madre, y cantar enfrente de más gente le asustaba.

- Por favor. - rogó Harper con ojos de cachorrito, a lo que toda la clase se unió. Incluso Dana.

- Vale. - aceptó Daniel en un suspiro y se sentó en la mesa - ¿Qué queréis que toque?

- ¿Sabes tocar Country? - preguntó Harper con los ojos entrecerrados.

- Eso creo. - sonrió - ¿Queréis eso?

Todos los niños asintieron con una sonrisa.

- Pues aya va.

Daniel comenzó a tocar los primeros acordes, y los niños prestaban mucha atención. Sobre todo Dana.

La cosa subió de marcha cuando un niño de la clase comenzó a palmear el suelo a ritmo, uniéndose a la guitarra de Daniel.

Harper agarró a Tommy de la mano y comenzó a dar vueltas, simulando un baile vaquero.

Las risa inundaban el aula cuando toda la clase se unió al baile.
Tommy agarró la mano de Dana y la condujo a la pista de baile improvisada.

Dana reía mientras giraba de la mano de Tommy y Harper, mientras Daniel observaba la escena con una sonrisa.

El ruido de las risas y de la guitarra se extendió por toda la planta baja, y algunas personas decidieron unirse al baile.

Un hombre con una larga barba y un sombrero vaquero tocó el hombro de Daniel y al momento el paró de tocar,  ganándose miradas confusas por parte de todos.

- ¿Me dejas? - preguntó el hombre con voz grave agarrando la guitarra.

Daniel se la dio con cuidado algo extrañado, pero sonrió de nuevo cuando el señor comenzó a tocar otra nueva canción Country más rítmica.

- ¡Vamos Daniel! - gritó Harper agarrando su mano - ¡Ven a bailar!

Comenzaron a girar por la pista de baile sin parar de reír, hasta que las miradas cómplices de Tommy y Harper se encontraron y soltaron a sus parejas para que ellos mismos bailaran juntos.

Fue un movimiento brusco lo que provocó aquella separación, por lo que Dana y Daniel estaban frente a frente algo aturdidos.

- Hola. - saludó él con una sonrisa tímida.

- Hola. - rió Dana agarrando su mano para continuar con la danza.

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