Capitulo 29

- ¿Por qué mierda he aceptado hacer esto? - se lamentó Daniel apretándose el arnés con fuerza.

- Porque me quieres. - gritó Dana sonriendo emocionada.

- Yo no te quiero. - gritó él de vuelta - Te amo, pero aún así no debería haber accedido.

Dana rió colocándose el casco.
Daniel hizo lo mismo soltando un suspiro nervioso.

El avión cada vez estaba más alto y pronto deberían saltar.

- No tengas miedo. - le tranquilizó ella - Es como cuando tiras tu móvil, siempre lo coges ¿No?

- Pero antes de eso se me cayó muchas veces. - susurró Daniel aterrorizada.

El paracaidismo le daba demasiado miedo. Pero Dana quería hacerlo y... No podía negarle nada.
Era débil tomado decisiones cuando se trataba de ella.

- ¿Estás preparado? - preguntó el hombre a su espalda.

Daniel tragó saliva, imaginando que era todo su miedo y asintió.

- Listo.

Dana sonrió al verle y se colocó enfrente de la puerta ya abierta.

- ¡A la cuenta de 3 saltamos! - gritó el hombre a su espalda y ella asintió - 1, 2, ¡3!

Saltaron del avión y Daniel ahogó un grito al verla caer. Pero lo que más le asustaba todavía no había ocurrido, él era el siguiente en saltar.

- 1, 2, 3.

Daniel no dejó de gritar los siguientes 60 metros, mientras Dana soltaba algún gritito de felicidad y sonreía constantemente.

- ¡Mami! - gritó el chico cuando el paracaídas se abrió haciendo un movimiento brusco.

El hombre a su espalda se estaba partiendo de risa al ver las reacciones del rubio. Por suerte Dana no le podía oír.

Aterrizaron en el suelo y Daniel se abrazó a la tierra en cuanto el hombre pudo soltarle.

- Prometo no volver a dejarte de esta forma. - le susurró al suelo y la ojiverde rió.

- ¡Ha sido alucinante! - exclamó ella a los hombres que les habían acompañado - ¿Podemos repetirlo?

- Cuando quieras. - rió un hombre y Daniel negó poniéndose de pie.

- Yo no vuelvo allí.- se negó rotundamente y Dana le sonrió besando su mejilla. - Sí, sigue haciendo eso porque creo que me lo merezco, y mucho.

Los hombres rieron recogiendo el equipo y Dana hizo lo mismo.
Agarró su rostro entre sus manos y recorrió toda su cara con besos.

Daniel cerró los ojos sonriendo. Eso había conseguido calmarle.

Paris, Francia
5 p.m

- ¿Dónde vamos? - preguntó por tercera vez la chica.

- ¿Sabes? Pensaba que esto de darte una sorpresa sería romántico y emocionante, pero me estoy dando cuenta de que eso pasa en los libros y películas. - rió un poco y ella frunció el ceño - Solo espera un poco, ¿Si? Te prometo que te va a gustar.

Dana asintió resoplando y se acomodó en el taxi mirando por la ventana aburrida. Paris era hermoso y solo quería salir y recorrer toda la ciudad sin detenerse.
Pero parecía que Daniel tenía otros planes para aquel día.

El taxi paró y supo que habían llegado. Alzó la vista al edificio de enfrente y sus ojos casi se salen de sus órbitas.

Estaban en el Centre de Danse du Marais*, la mejor escuela de baile en París y para ella, la mejor en todo el mundo.

- ¿Vamos a entrar? - preguntó ella emocionada.

Daniel asintió con una gran sonrisa y Dana saltó a sus brazos.

- ¡Gracias! - besó rápidamente sus labios y él rió encantado con su reacción.

Dana salió del coche amarillo con rapidez, observando el edificio con los ojos brillando de emoción.
El rubio agarró su mano y la llevó dentro corriendo, como si fueran niños pequeños preparados para ver a Santa Claus.

Entraron en el edificio, y después de que Daniel hablara con un encargado, un guía les enseñó toda la academia de artes.

Dana no paraba de sonreír a cada cosa que le enseñaban, pero su sonrisa aumentó al ver el gran escenario, donde el guía les dejó.

- ¿Por qué se fue? - preguntó Dana confundida.

- Porque vamos a bailar. - dijo Daniel y un montón de bailarinas corrieron hacia la chica para llevarla al vestuario.

- ¿Qué...? - ni siquiera le dió tiempo a formular una pregunta cuando todas las bailarinas con hermosos tutús la rodearon - Hola. - saludó nerviosa.

Las chicas rieron coreando un saludo y empezaron a ordenarle que se pusiera las mallas, el tutú y los zapatos de ballet.

- Tu novio es un cielo. - dijo una.

- Y un desastre. - rió otra - Fue muy difícil enseñarle el baile.

- ¿Qué? - Dana estaba muy confusa - ¿Qué vamos a bailar?

- El Cascanueces. - dijeron todas a la vez.

- Oh Dios.

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* Centro de danza del pantano
Jajajaja ponía Marais y yo casi muero xd

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