Capitulo 1

- Bien. - la mujer se colocó las gafas y miró al chico de reojo - Solo tienes que firmar estos papeles y todo estará listo.

- ¿Así de fácil?

- Así de fácil. - confirmó la mujer con el ceño fruncido. Aún no se hacía a la idea de las intenciones que tenía el muchacho - Tienes que venir los lunes, miércoles y viernes a las 4 y media. Te irás cuando un celador te lo diga. ¿De acuerdo?

Él solo asintió en un suspiro y cogió el bolígrafo.

Eso era lo malo de que todas las asignaturas de la universidad no se te dieran bien. Necesitabas hacer algunos trabajos extras para conseguir créditos. Y Daniel Seavey era uno de ellos.

A sus 19 años, había decidido trabajar como voluntario en un hospital para conseguir los créditos que necesitaba.
Algo que en verdad, no le gustaba en absoluto, pero su madre le obligó.

- ¿Qué se supone que debo hacer? - preguntó con una mueca.

Esperaba no tener que cambiar pañales a ancianos, o limpiar vómito de cualquier residente.

- Distraer a los niños. - contestó ella ordenando algunos papeles. - Como podrás comprender, estar en un hospital no es nada divertido, sobre todo para los más pequeños. Juega con ellos, cuéntales historias, canta canciones... Lo qué sea para que se centren en otra cosa que no sea su enfermedad.

- Entiendo. - afirmó Daniel mirando el largo pasillo. - ¿Cuándo empiezo?

- Mañana.

- ¿¡Mañana?! - exclamó sin aliento.

La mujer le miró mal y el asintió con una sonrisilla nerviosa.

- Vendré mañana. - afirmó - Hasta luego.

(...)

- ¿Llevas todo? - preguntó de nuevo su madre nerviosa.

- Si mamá. - rodó los ojos - Llevo todo.

- ¿Enserio? Porque creo que no has cogido el carnet...

Daniel sacó el pequeño carnet de estudiante de su bolsillo y se lo mostró a su madre.

- Adiós mamá. - besó la mejilla de su madre y salió de la casa antes de que ella le siguiera atormentando.

Colgó bien la mochila en sus hombros y subió al monopatín, directo al hospital.

No quería hacer esto, pero era la única solución para poder graduarse en la universidad.
Filosofía y español habían sido las dos asignaturas que le habían obligado a aceptar está alternativa de los créditos. No se le daban nada bien y eso se demostró en las notas del trimestre pasado.

Había elegido esas optativas al azar, sin darle importancia. Hasta que se dió cuenta de que si no aprobaba esas materias suspendería.

Y ahora, tenía que ir a un maldito hospital para compensar el no haber estudiado lo suficiente.
Ridículo ¿No?

Podría haber aceptado sus suspensos y repetir curso, pero no. Él ya estaba cansado de la universidad, necesitaba salir de allí y empezar su carrera como músico, que era lo único que le motivaba para seguir con ello y poder graduarse.

La música que le proporcionaba los cascos enganchados en sus orejas era lo suficiente para olvidar todos los problemas que tenía.

Llegó al hospital y dejó su monopatín en recepción, bajo la atenta mirada despectiva de algunos adultos.

Su móvil sonó, indicando un nuevo mensaje.

Jack:
Los chicos y yo vamos a ir al parque de skate esta tarde. ¿Te apuntas?✅✅

Iba a contestar cuando, de repente, alguien le quitó el móvil.
La mujer de el otro día.

- Aquí, están prohibidos los teléfonos. - informó ella y metió el móvil en una pequeña bolsa de plástico - Lo recogerás cuando termines tu turno.

Daniel bufó mientras asentía, sin querer tener una discusión en su primer día de trabajo.

La mujer llevó a Daniel a una pequeña sala llena de niños pequeños.
Tenían alrededor de 5 a 11 años.

Todos tenían un pijama puesto, seguramente del hospital.

- Está es tu primera tarea. - dijo la mujer mirando a Daniel seriamente - Acaban de terminar de comer y ahora necesitas calmarlos para que se echen una siesta. Suerte.

Y sin dejar a Daniel hablar, cerró la puerta de un portazo, provocando que todos los niños le miraran.

Él sonrió forzadamente y los saludó con la mano intentando parecer agradable.

- ¡A por él! - gritó uno de ellos y todos corrieron a por Daniel.

- Mierda. - masculló él y se dio la vuelta para abrir de nuevo la puerta de la sala.

Salió corriendo por todo el pasillo con los niños gritando detrás de él.

Todas las personas que se encontraban allí miraban la escena divertidos.

Sin duda sería un trabajo difícil.

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