XVII: "Vida Normal"

Dipper Pines

Nos instalamos en el refugio subterráneo, pasábamos ahí la mayor parte de nuestro tiempo, cogiendo, mirando tele, contando cuentos, sabíamos entretenernos, sin mencionar que había una gran cantidad de libros para leer y cosas con las cuáles entretenernos. El plan inicial de Bill era que nos quedemos ahí temporalmente, sin embargo, ese "refugio momentáneo", terminó siendo nuestro nuevo hogar.

Salíamos a veces, había un lago cerca al que nos gustaba ir a nadar, sin embargo, debíamos cuidarnos siempre de que nadie estuviera cerca, lo último que queríamos era que alguien nos viera en aquél lugar, sabíamos por la televisión que ya éramos noticia nacional, nuestros rostros estaban en todos los noticieros, incluso en volantes en Las calles, como en esas películas del viejo oeste, cuando ponen la foto del criminal con el letrero de "se busca".

Bill estaba algo ansioso, últimamente no había hablado mucho, decidí que no molestarlo sería la mejor idea. Aquella tarde se nos antojó por salir, no sabía que esa sería la peor idea de toda mi vida...

Salimos del refugio con nuestra nueva apariencia, ambos nos habíamos tintado el cabello, yo de color caoba y él de negro, conseguimos lentes de contacto negros y con un poco de ropa que no solíamos usar nos camuflabamos, salimos de la casa, asegurándonos de que nadie nos vea, tomamos el autobús que pasaba por la carretera para ir a la cuidad más cercana. Nuestro dinero lo conseguíamos de algún que otro robo a alguna cafetería, no, no entrábamos con pistolas a lo loco, teníamos un mejor método, en la madrugada, cuando el lugar estaba totalmente cerrado, cegabamos las cámaras de seguridad y con ayuda de una ganzúa lograbamos entrar, sacando todo el dinero de la caja fuerte.

Estábamos en el centro comercial, podía notar que Bill seguía pensativo, me miraba fijamente un par de segundos cada tanto, algo un poco escalofriante, sin embargo, viniendo de él, no era algo que me preocupara.

—Cariño— lo llamé, tomando su mano para que me viese a la cara —Quiero un frapuccino, ¿Me llevas al Starbucks?—

—Vamos— besó mi mejilla suavemente, llevándome al local, no podía evitar notarlo nervioso, ansioso, se me hacía que estaba escondiendo algo, y obviamente eso no me agradaba, por lo que lo arrastré por la muñeca hasta los baños, encerrándome con él en un cubículo.

—Bill, ¿Qué pasa? Has estado actuando muy raro estos últimos días... ¿Es por la policía? Descuida, no podrán encontrarnos... Amor...— abracé su cuello suavemente —Amor dime algo, me preocupas...—

—Dipp... Compremos tu frapuccino y volvamos a la casa...— mordí mi labio, nuevamente, no me decía nada y me dejaba con la duda.

—¿Por qué?¿Qué está pasando Bill?—

—Nada bebé— besó mis labios suavemente, acariciando mi cabello, podía notar que su mirada me recorría atentamente, como si estuviera memorizando cada detalle, eso definitivamente si me ponía nervioso.

—Dime, no nos iremos de aquí hasta que me des una explicación de lo que está pasando—

—¿Qué quieres saber Dipper? La policía está cerca de encontrarnos y yo no tengo ningún plan para que escapemos, al menos no juntos...— pasé saliva al oír eso —He estado pensando, y quiero que armes tu mochila, tomes todo el dinero que tenemos y que te vayas lo más lejos posible, busca en los bares gente que pueda hacerte documentación que acredite que tú no eres Dipper Pines y lárgate del país, vete, a donde sea, pero lárgate—

—Ni de broma— negué con la cabeza —¿Tú qué harás mientras tanto?—

—Yo dejaré un rastro para que la policía siga, ellos me atraparán, pero nunca sabrán lo que sucedió contigo y estarás a salvo...—

—¿En que rayos estás pensando...? Billgard— con los ojos húmedos lo abracé con fuerza —Jamás accederé a eso, te dije que te seguiría hasta el final y es lo que haré. Además, si te declaran culpable como autor intelectual, además de asesino, te condenarán a muerte... Bill... No, nos iremos juntos—

—No, ya está decidido, tú te irás, yo atraeré su atención, Dipper por favor... No quiero que algo malo te pase, ya demasiado te arruiné la vida arrastrandote conmigo a la casa de Phill...—

—Yo fui porque quise, ahora no me jodas y vamos por un puto frapuccino, iremos a casa, vamos a coger, tomaremos el dinero y nos largaremos juntos—

—Será más fácil que nos encuentren estando juntos Dipp...—

—Pues que nos condenen estando juntos entonces, porque yo no me voy a ningún lado sin ti— salí furioso del baño, sin dejarle tiempo a nada, salí del centro comercial, mirando hacia atrás cada tanto para ver si me seguía pero... Él no estaba, no parecía tampoco que tuviera la intención de seguirme...

Volví a la casa, no me importaba volver solo, estaba muy molesto con Bill por su horrible plan de separarnos y sacrificarse por los dos, definitivamente yo lo acompañaría a la silla eléctrica si así podría estar con él siempre, porque la verdad es que jamás en mi vida había tenido a alguien tan raro, macabro, obsesivo, celoso, dulce y protector como él, definitivamente no quería perderlo.

***

Ya era de noche, Bill seguía sin volver a casa, empecé a preocuparme, encendí el televisor para calmar mis nervios, encontrándome con lo peor que podía haber visto en mi vida.

Ahí estaba yo, frente al televisor, viendo en las noticias de última hora que habían capturado al asesino de Phillip como sea  que se apellide y William Cipher... Me mordí el labio con fuerza, ¿Cómo rayos lo habían encontrado? Necesitaba hacer algo rápido... Tenía que sacarlo de ahí a como dé lugar, no quería que me separen de él... No podía permitirlo....

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