"Coconut passion"


El mundo de Pokémon... El hábitat más maravilloso para cientos y cientos de tipos que van desde los más pequeños insectos hasta enormes dragones, algunos con habilidades tan extraordinarias que sus capacidades les han convertido en deidades, en seres legendarios o simplemente... los acompañantes del día a día, de todos aquellos jóvenes que han decidido seguir el camino de la aventura, para convertirse en entrenadores Pokémon. Como Ash Ketchum, que en su viaje por la maestría Pokémon ha viajado a través de varias regiones, hasta que finalmente, arribó a una, junto a su más fiel compañero Pikachu, donde encontraría no sólo cientos de Pokémon que no conocía y haría nuevos amigos... algo más... estaba por suceder...

POKÉMON XY&Z

Sick Again...

"Coconut passion"

Nuestros héroes se han acercado cada vez más a Ciudad Snowbelle, sede de la última batalla de Gimnasio de Ash. En el camino lograron llegar a un Centro Pokémon, en el cual con la ayuda de la medición de la sincronización por el pulsómetro de batalla, lograron notar como las ondas de Ash y Greninja al unirse, lograban que se desatara el fenómeno vínculo. Sin embargo, todo aquel esfuerzo resultaba extenuante para el entrenador, por lo que Serena preocupada por su estado de salud, solicitó ayuda a la enfermera Joy. Pero... los resultados no fueron los esperados. Una vez más su camino fue detenido por inconvenientes. Sin embargo, la recompensa que obtuvieron al respecto, será un grato momento de relajación en un resort en las cercanías de Ciudad Snowbelle.

—Parece que la enfermera tenía razón... no estaba muy lejos... —mira el nombre en los boletos Clemont.

HAWAIIAN COTON RESORT

—Es aquí... —mira el letro Ash.

—Así parece... —mira también el letrero Serena, cuando sus ojos se abrieron enormes. —No... no puede ser... acaso... ¡BAÑOS TERMALES MIXTOS!

—¡Sí! ¡Entremos ya! —se apresuró a correr hacia adentro, antes que alguno de los tres dijera lo contrario.

—¡Espera Bonnie! —fue tras ella su siempre preocupado hermano.

¿Es que acaso nadie leyó las letras pequeñas? ¡Es un baño mixto! —La sorpresa aún no abandonaba a la artista, por lo que se quedó parada sin hacer un solo movimiento.

—¿Serena?... —volteó hacia ella el entrenador de Kanto, quien ya había empezado a caminar hacia adentro. —¿Vamos? —extendió su mano hacia ella, como siempre lo hacía en los momentos que la notaba dubitativa sobre el siguiente paso a dar, a lo que ella asintió y aceptando su agarre se dejó guiar dentro de las instalaciones.

—¡Todo está enorme! —los ojos castaños se volvieron estrellas al ver los grandes jardines de hierba corta. —¡Esto bien podría servir de arena de batalla!

—¡Tienes razón! ¡Luego de bañarnos, podemos tener una batalla! —lo secundó el rubio, al verlo decidido, Ash soltó a Serena y corrió a colgarse del cuello de su amigo.

—¡Sí! ¡¿Y si tenemos la batalla antes de bañarnos?

—Ay... por favor Ash... ¡Estamos en unas termas! ¿Y qué es lo que se hace en las termas? —llevó sus manos a los lados de su cintura Bonnie.

—¿mm...? —parpadeó al sentir que la respuesta era demasiado obvia.

—¡Bañarse! —le gritó

—Jajaja que mala eres Bonnie —sonrió la futura reina, déjalo, ya sabes como son los chicos, más bien como es Ash, siempre pondrá primero las batallas.

—Sí... creo que a estas alturas debería haberme acostumbrado. —asintió la hermana menor.

—¡Denené! —asintió de igual manera el roedor.

—¡Ahí están! ¡Oh Dios! ¡Qué tarde llegan! —estaban a pocos pasos de la recepción, cuando una mujer de elegante vestido de noche y adornada con muchas joyas, corrió desesperada hacia ellos. Por lo que se pararon en seco.

—¿Nos estaban esperando?... —se sorprendió el entrenador de Pikachu, que le sonrió al mencionado.

—No estoy...seguro de eso... —se acomodó los anteojos el científico.

—La enfermera Joy no nos dijo nada al respecto. —puntualiza Serena.

—Quizás el servicio es muy bueno y nos quieres dar una gran bienvenida. —el sonrojo de felicidad en forma de chapitas rosas apareció sobre las mejillas de Bonnie.

—¡Holgazanes! ¡Malagradecidos! ¡Cobran de antemano! ¡Y Aún así no llegan a tiempo! ¡Pasen! ¡Pasen a vestirse! ¡El espectáculo está por comenzar! —Tomó a Ash y a Clemont del brazo y los haló tras de ella.

—¡¿Eh?! —se le pusieron los cabellos de punta a la pelimiel, que no dudó en ir tras de ellos, junto a Bonnie.

Llegando hasta dos guardaropa, en donde fueron prácticamente aventados por la mujer y recibidos por otras más.

—¡No! ¡Espere!

—¡Por favor! ¡Ahhh!

Trataban de escapar los chicos pero la puerta azotó en sus rostros.

—Ustedes pueden cambiarse aquí —se dirigió a Serena y Bonnie y las metió en el otro cambiador, cerrándoles la puerta en la cara.

—Vamos, vamos chicas, tenemos poco tiempo, —las miró rápido la mujer que parecía comandar adentro y con dos chasquidos de sus dedos, otras más buscaron ropa en un perchero.

—No... creo que ha habido un error, nosotros solo... —no pudo seguir hablando la entrenadora de Sylveon, al ver que la rodearon entre tres. —¡Ahhh!

Al poco tiempo, las puertas se abrieron y con ellas los gritos de Clemont se hicieron audibles.

—¡No! ¡No puedo salir así! ¡Es demasiado vergonzoso! ¡No! —lo empujaron hacia afuera, seguido de Ash.

—Más... con el frío que hace... ¡¿Qué les pasa?! —levantó su brazo molesto el entrenador legendario, luciendo su figura desnuda de la cintura hacia arriba, llevando solamente una falda hawaiiana, descalzo, al igual que Clemont, cuya blancura de piel resaltaba con la oscuridad de la noche al exterior.

—¡No! ¡No! ¡No por favor! —salió entonces a empujones Serena, de la habitación contigua. Abriendo grandes los ojos de ambos chicos al verla, el sonrojo nubló los anteojos de Clemont, mientras Ash inspiró profundo sin notarlo.

—¡La princesa coco no puede ser tan tímida! ¡Niña, devenga tu salario!

—¡PERO YO NO SOY ESA! —le gritó molesta a la encargada, para entonces darse cuenta que Ash estaba mirándola, lo que la sonrojó cual picante potente, haciéndola humear, al estar consciente de como iba vestida, dos tapas de coco sirviendo de top sobre su pecho y una faldita hawaiiana al ras de su ombligo, prácticamente lo mismo que ellos y al ver a su amado con aquella facha, implotó cual disparo de rifle, demasiadas emociones.

—¿Serena? —la llamó de vuelta a la realidad el aludido.

—¡No! —se tapó con los brazos el pecho.

—¡Pero si te ves muy bonita! — Exclamó Bonnie que venía vestida de exeggutor de Kanto. —¿Verdad que sí Ash? —no dudó en preguntar con una sonrisa ladeada, a lo que Serena, con suma discreción dirigió su mirada azul a su entrenador favorito esperando respuesta.

—La verdad te ves muy linda, me gustan los cocos —dijo descuidadamente para luego voltear hacia Clemont que lo tocó por el hombro, dejándola con los ojos redondos y en blanco.

—Tal parece que tendremos que salir al escenario... No puedo Ash... nadie me dijo que haríamos esto... ¡Yo soy un científico, un líder de gimnasio! —empezó a sudar desesperado.

Al escuchar la palabra "escenario", Serena entrecerró los ojos.

—Si estamos metidos en esto... lo mejor será completarlo de la mejor manera posible... —habló seria.

—¡Es verdad! ¡Serena! ¡Tú puedes guiarnos, porque eres una experta en las presentaciones Pokémon! —apretó sus manos en puños emocionado Ash.

—Bueno... lo que dices experta... —se encogió de hombros. —Pero estoy segura que podremos hacer algo bueno, confíen en mí. Ahora seleccionen uno de sus Pokémon para que les haga compañía en el espectáculo.

—Oh... pues, supongo que tú, ¿no amigo? —le habló a su hombro.

—¡Piiika!

—En mi caso... creo que... Ches...pin... —dijo no muy convencido, porque Bunnelby es demasiado correcto... y Luxray... muy grande...

—¡Dedenne irá conmigo! —levantó el brazo derecho entusiasmada.

—¡Denené! —saltó sobre la cabeza del disfraz.

—Y yo llevaré a Pancham —sonrió.

Cuando se dieron cuenta, estaban bailando con un ritmo incierto en el escenario, tras ser presentados como los artistas Coconut passion.

—¡Ahora Pancham, pulso oscuro! —tras comandar a su amigo, miró hacia Ash, quien asintió.

—¡Y tú Picachu, electro bola!

—¡Cham cham!

—¡Chupi!

Ambos poderes chocaron, estallando en brillos morados y dorados.

—¡Chespin, tu turno! ¡Misil aguja!

—¡Dedenne! ¡Impactrueno! —lo secundó Bonnie.

El impacto de ambos ataques, terminó en misiles de luz destellante que se dispersó entre el público, dándole un gran final, aplaudido y emocionado.

—¡No puedo creerlo! ¡Me habían dicho que eran fabulosos! ¡Pero no pensé que tanto! ¡Haremos tanto dinero! Digo... ¡Espero contar con ustedes todos los días! —los recibió la dueña, una vez bajaron del escenario.

—Sí... bueno, la verdad es que nosotros no... —estaba por explicar Serena, cuando cuatro jóvenes con apariencia de cansancio extremo llegaron al resort.

—¡Lo sentimos mucho! ¡Tuvimos un percance con nuestra casa rodante! ¡Pero ya estamos aquí!

—¿Eh?... los miró asombrada la mujer.

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—Así que de eso se trataba... ustedes no son Coconut Passion... ya decía yo que estaban muy chicos... —se cruzó de brazos. —Pero aún así salvaron mi espectáculo, se los agradezco mucho, aunque en verdad son muy buenos, deberían dedicarse a eso.

—Eso es gracias a que con nosotros hay una de las aspirantes a Reina de Kalos —la presentó Bonnie. —Ella es Serena y ya tiene las tres llaves de la princesa.

—¡¿Qué?! —la miró de pies a cabeza. —¡Es verdad! Por las prisas ni les vi los rostros... —el comentario sacó una gota en las cabezas de todos.

—Bueno, por como actuaron, estoy segura que llegarás muy lejos jovencita.

—¡Muchas gracias! —la reverenció.

—Bueno... ahora serán mis invitados de honor, podrán tener derecho a la habitación VIP, a todo el bar, a las termas sin restricciones y al servicio a la habitación, ¡Todo lo que ustedes gusten!

—¡Qué! —se alegraron ante tal invitación.

—¿Y podemos pedir una langosta? —preguntó animada Bonnie.

—¡Claro!

—¡Bonnie! —le puso una mano en la cabeza su hermano.

—Solo... tengo un pedido... —recobró su seriedad la mujer.

—Claro... —parpadeó Serena.

—Mientras estén en las instalaciones deberán permanecer con la ropa de Coconut... es debido a que los clientes se identifiquen con ustedes y deseen acudir nuevamente, aunque claro, el próximo acto correrá por cuenta de los verdaderos coconut.

—¡¿Eh?! —se sonrojó de sólo pensarlo.

—Pues, yo no le veo problema, es cómodo —sonrió Ash, a lo que la artista no tuvo más que resignarse con los hombros caídos y una lágrima aguada.

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La cena estaba siendo... devorada, luego de todos los acontecimientos por los que habían pasado.

—¡Todo está tan delicioso! —movió la cabeza de un lado a otro muy feliz, el entrenador legendario, lo que le sacó una sonrisa al verlo, a la artista.

Clemont disfrutaba de su tazón de arroz y sopa mizo cuando la voz de Bonnie, llamó la atención de todos.

—¿Y vamos a entrar a las termas mixtas?

El arroz de la boca de su hermano, había ido a aterrizar en la cara de Ash.

—¡Pero qué dices! ¡Claro que no! —la regañó el rubio.

—¿No? —preguntó el joven venido de Kanto, mientras se sacudía el cabello, el corazón de Serena se aceleró.

—¿Entonces si?... —se le nublaron las gafas al rubio, mientras los triángulos rosas se dibujaron en sus mejillas.

—Pues, ¿no para eso vinimos a las termas? ¿Qué importa que sean mixtos? —preguntó sin entender el problema. —¿Tú que opinas Serena? ¿Podemos entrar todos juntos?

—Eh.... ¡¿Eh?!

—¿Qué?...

—Pues... la verdad está haciendo un poco de frío... —bajó la mirada, para luego desviarla. —Podríamos... tomar un baño caliente.

—¡Sí! ¡Así se habla! ¡Ya quiero meterme en ese caldero! —levantó los brazos emocionado.

—¡Piika! —lo secundó su amigo.

Mientras el rubio y la artista tragaron saliva, con la mirada baja y Bonnie sonreía.

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Tranquila Serena... es sólo un baño... un baño caliente... ¡Un baño caliente con Ash! —gritaba en sus adentros en los vestidores.

—¿Pero si sabías que en este baño se lleva traje de baño verdad? —la miró sonriente Bonnie, al ver que estaba solo en toalla.

—¿Ah?... ¡Claro! ¡Claro! Ahora entiendo porque todos estaban tan tranquilos... es como una piscina... caliente pero piscina al fin de todo...—suspiró y luego de vestirse, caminó hacia afuera, encontrando las termas, pozas de varios tamaños, se asomó a la orilla de una. —Se ve un poco profundo.

—¿Ah sí? ¡Déjame ver! —corrió hasta la orilla y se tiró el entrenador de paleta, salpicándola un poco.

—¡Ash, antes debías lavarte! —corrió hasta la orilla Clemont.

—¡Ya lo hice! —se sacudió el cabello, despejándose el rostro. —No está muy profundo, ven —se dirigió entonces a Serena, quien se acercó un poco más a la orilla, con un poco de miedo de deslizarse. —Te ayudaré. —Se acercó a la orilla lo suficiente para tomarla de la mano y sin querer sujetarla contra su pecho al ayudarla a bajar al agua.

Clemont y Bonnie se miraron y sonrieron, pero no dijeron nada más.

—Está tibia —se soltaron, ella con un sonrojo pronunciado por el reciente contacto.

—¡Vamos Bonnie! ¡Yo te atrapo! —le grito ahora a la hermanita del grupo.

Mientras Bonnie se tiraba y era sujetada por Ash para salir a flote, Serena llevó una mano a su pecho al verlo de espaldas, cada vez aquella calidez que sentía al estar con él era más grande.

Continuará...

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Wow!! Esto de retomar mis fic es lo máximo, segunda actualización de la semana e insisto amo los Longfic.

Gracias por llegar hasta aquí!!!

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