Cocoa Kiss...


—¡Pika! ¡Pikapi! —saltó directo al hombro de su entrenador, el eléctrico.

—¿Qué pasa Pikachu? ¿Quieres probar amigo?

—Pikaaaaa —respondió con voz aguda tras un trago, sacando la lengua.

—Creo que es especial para personas enfermas —se encogió de hombros Serena.

—Pues, a mí me parece delicioso —arqueó los ojos mientras sonreía. —Además siempre que te veo en la cocina me emociono.

—¿Ah? —respondió abriendo grandes los ojos en medio del sonrojo.

POKÉMON XYZ

Sick Again...

Capítulo 3 "Cocoa Kiss"

Nuestros héroes siguen su camino hacia Ciudad Snowbelle, sede de la siguiente batalla de Gimnasio de Ash, en la búsqueda por ingresar a la liga Kalos, luego que un par de días atrás Ash cayera víctima de un resfriado. Los planes ahora son retomar el camino y recuperar el tiempo perdido.

Según el mapa de la Pokenav de Serena, un centro Pokémon no muy lejano los aguarda.

¿Entonces debemos seguir en esa dirección? —La pregunta de Bonnie desplegó el panorama frente a ellos, una amplia pradera iluminada radiantemente por el sol.

—Así parece —asiente la dueña del instrumento y cerrándolo lo guarda dentro de su bolsa.

—¡Muy bien! ¡Entonces en marcha! —levanta el brazo emocionado el entrenador de Paleta. —Por mi culpa perdimos mucho tiempo... ¡Debemos apresurarnos para llegar lo más pronto posible a Ciudad Snowbelle! ¡No podemos detenernos por nada!

—¡Pikapi! —lo secundó su amigo inseparable.

—No puedo creer que apenas ayer no pudiera si soplarle a su propia taza de té con miel... —se acomoda los anteojos el científico y tras estos la mochila. —Supongo que ya todo está listo.

No habían empezado a caminar, cuando de improvisto la pokébola de Chespin, saltó del bolsillo de su entrenador y se abrió tras deslumbrar unos segundos.

—¡Chespin! ¡¿Pero qué estás haciendo?! ¡Ya es hora de irnos! —No pudo terminar de interrogarlo el rubio mayor, cuando la Pokébola de Pancham hizo lo mismo, liberándolo.

—¡Pin pin, ches, pin!

—¡Pancham pan!

Ambos Pokémon usualmente rivales hablaron entre sí y se dispusieron a emprender carrera lo más rápido que podían ir hacia el frente.

—¡Pero qué les pasa a ustedes dos! —corrió tras ellos Clemont.

—¡Espera Pancham! —va también Serena.

—Me pregunto qué pasará... —habla suave el entrenador de Greninja con una sonrisa curiosa y se dispone a seguirlos.

—¡Clemont! ¡Espérenme! —corre también Bonnie.

—¡Denené!

El camino en un principio lejano y tedioso, parecía acortarse cada vez más, tras una intensa carrera por la pradera, el golpe del clima cada vez más fresco, sacudía sus vestimentas y cabellos. Cuando lo notaron la pradera iba convirtiéndose en bosque, por lo que la sombra de los árboles los cubría parcialmente, reflejándose en sus rostros los pequeños hoyuelos de la luz que se filtraba.

—¡Estoy cansada, ya no quiero correr! —se detuvo en el camino la pequeña rubia y doblando las rodillas, cayó sobre el pasto, al mismo tiempo que Dedenne y Blandito, saltaron de la bolsa.

—Dímelo... a... mí... —cayó unos pasos más adelante Clemont. —¡Ya deténganse! —les ordenó tan voluntarioso que ambos Pokémon, se pararon en seco, mientras una gota les apareció al lado de la cabeza.

—Pues, como entrenamiento estuvo bien. —Se deja caer sentado el entrenador de Kanto.

¡No podemos detenernos por nada! —las palabras expresadas por Ash con su partida resonaron en la cabeza de la artista, al sentirse fatigada por tal carrera no planeada. Y no es que no estuviera acostumbrada a ello, pero... ¿Qué le estaba pasando que se sentía tan cansada? Se llevó una mano a la frente, para despejarse el rostro.

—¿Y entonces Chespin, van a decirnos por qué salieron corriendo de esa manera? —lo mira fijo su entrenador, por lo que el tipo planta se encogió de hombros.

—Che...

—¿Pika?... ¿Pika pi ka? —la nariz del Pokémon empezó a moverse en olfateos, al mismo tiempo que cerró los ojos disfrutando el aroma. —¡Pika Pika!

—¡Ches! ¡Ches Pin Pin! —se emocionó al notar que Pikachu había comprendido.

—Cham cham —asintió también el panda.

—¿Sucede algo Pikachu?... —lo miró interesado su compañero de siempre.

—¡Pika! ¡Pika chu pi ka! —Movió los brazos en explicación, mientras se echaba a correr en 4 patas en el mismo rumbo que Chespin y Pancham en un principio.

—No... otra vez no... —se levantó no muy convencido Clemont, al ver como Ash caminaba rápido tras los Pokémon.

—Y aquí vamos de nuevo... —se puso en pie Bonnie y tomando a Dedenne y Blandito en brazos, corrió tras Ash.

La última en levantarse fue Serena, quien por un segundo se sintió mareada, pero se sacudió la cabeza y abriendo los ojos lo más que pudo, corrió tras ellos nuevamente. —No puedo detenerme... no puedo detenerme... —repetía en sus adentros cual mantra para seguirles el paso, abrazaba contra su pecho su mochila, mientras esquivaba las raíces en el piso, pero el esfuerzo a esas alturas resultó enorme para su condición, desde esa mañana no se sentía del todo bien, pero ahora podía sentir como las piernas le temblaban y dando un mal paso, cayó de lleno contra el suelo.

—...Ay...

El sonido de la caída fue audible para los tres que iban más adelante, quienes voltearon a ver de qué se trataba, al verla en el suelo, no dudaron un segundo en regresar sobre sus pasos.

—¡Serena! —corrió desesperada Bonnie

—¡Serenaa! —Trató de apresurarse Clemont.

—¿Serena?... —abrió los ojos asustado y tras un parpadeo, corrió con todas sus fuerzas de vuelta el entrenador de leyenda.

Unos pocos segundos después la habían alcanzado y rodeado entre los tres, ayudándola a levantar y sentarse, su ropa se había estropeado y hasta había un poco de tierra en su mentón. El sonrojo febril se había apoderado finalmente de su tez.

—¿Pero qué fue lo que te pasó?... —los ojos azules de la menor, temblaban en incredulidad, no había nadie con quien se sintiera más en compañía que ella, aunque amara con todas sus fuerzas a su hermano mayor y admirara a Ash, para ella Serena era su ejemplo a seguir y su admiración, por ningún motivo deseaba verla sufrir.

—No... no fue nada... perdón por preocuparlos... sólo me caí... debí haber deslizado con algo. —Aunque su explicación tenía sentido, no cobrara la suficiente credibilidad a los ojos de Clemont.

—¿Estás segura? —la mirada inquisidora del rubio, no iba a dejar pasar una mentira, no si se trataba de su salud.

—No podemos perder tiempo, vamos... —trató de ponerse en pie, pero el dolor acudió a ella en un instante al apoyar el pie.

—Parece que te lo torciste... —le sonríe su entrenador favorito. —Estás hecha un desastre, lo mejor será que descansemos un poco. —acercó su mano al mentón de la artista para despejarla de la tierra, en un afán por ayudarla, sin notar que aquel gesto, abrió grandes y sorprendidos los ojos de ella en medio del sonrojo que no se sabía distinguir entre su enfermedad o su amor por él. —¡Estás ardiendo! —afianzó su rostro con la mano y dándole vuelta a su gorra acercó su frente a la de ella, cuyo sombrero había caído de su cabeza en el momento de la caída.

—¡¿Qué?! ¡Ahhh! —era imposible no gritar en sus adentros ante tal acción de su amado.

—¿Tienes fiebre?... —preguntó sin dejar su actitud preocupada Bonnie.

—Bastante... —respondió el mismo Ash al alejar su rostro del de ella, cuyos ojos se habían convertido en espirales.

—Seguramente fue porque ella estuvo mucho tiempo en contacto con Ash cuando se resfrió, debió haberse contagiado. —mira al grupo con los brazos doblados sobre su pecho el científico.

—Claro... cualquier persona normal se enfermaría de soplar la taza del enfermo... —le sonrío en medio de una pequeña risa la futura entrenadora, a lo que Serena bajó la mirada apenada.

—¿Pero por qué no nos habías dicho que te sentías mal?... No hubiéramos corrido así... —la miró preocupado Ash.

—Yo... no era mi intención preocuparlos, ni mucho menos que detuviéramos nuestro viaje... sé lo importante que es para ti que lleguemos pronto a Ciudad Snowbelle...

—Pero es más importante para mí que todos mis amigos estén bien —le colocó la mano en la cabeza en señal de comprender su equivocación.

—Entonces por lo pronto nos quedaremos aquí, no es bueno movernos mucho con este clima o Serena podría empeorar, tú quédate con ella Ash, mientras Bonnie y yo iremos por Chespin, Pancham y Pikachu. —Prácticamente ordenó la sucesión de eventos, el líder de gimnasio.

—¡Claro! —asintió decidido.

Yo... quedarme aquí sola con Ash... —lo miró de reojo, aún ruborizada, para entonces abrir grandes los ojos en sorpresa al ver como bajaba el seguro de su camisa azul y sacándosela, quedó sólo con la camiseta negra de mangas grises.

—Toma —extendió la prenda hacia ella. —Está empezando a helar aquí...

—No... —bajó la mirada sumamente consternada por el suceso, desearía tomar esa camisa y no soltarla jamás, pero... —No te preocupes, estoy bien.

—Serena... discúlpame —esta vez fue él quien bajó la mirada, sorprendiéndola.

—¿Eh?...

—Fue por mi culpa que llegaste a enfermarte... a veces puedo ser muy imprudente, en verdad lo siento mucho...

Su respuesta tan falta de malicia inundó su rostro con una sonrisa. —Es normal enfermarse Ash... —ladeó el rostro, pero tuvo que borrar su sonrisa, al sentir venir un estornudo, no quería hacerlo frente a él, pero era inevitable, él no dejaba de verla. —Ah... ah... ¡chu! —estornudó en un segundo y casi insonoramente entre sus manos, de las que no podía levantar el rostro segundo siguiente, al sentirse completamente apenada.

—Jajajaja que bonito el sonido que hiciste, aunque fue muy pequeñito sonó como a Pikachu jajajaj —se rio abiertamente en su cara, sonrojándola.

—¡¿Qué dices?! ¡¿Cómo puedes ser tan lindo hasta en una cosa cómo esa?! —Gritó dentro de sí, para luego suspirar y seguidamente volver a sorprenderse al sentir como la tela azul, caía sobre sus hombros y espalda cual capa, por lo que levantó el rostro hacia él.

—Te dije que estaba helando...

No podía negarse más, por lo que simplemente asintió, llegó el punto de sentirse tan débil que apenas y podía mantener los ojos abiertos para él, su fiebre debía ser muy alta ya que hasta tragar la poca saliva que tenía en la boca le dolía.

—Me sentaré a tu lado, mientras Clemont y Bonnie regresan, así podrás descansar. —Dicho y hecho, se sentó en la base del árbol junto a ella, quien a los pocos minutos quedó dormida y arrastrándose sobre el árbol con la espalda, cayó a apoyar la cabeza en el hombro de su entrenador favorito, que sólo la miró y sintiéndose preocupado, la arropó un poco más con su camisa.

No pudo disfrutar el momento de estar tan cerca de él, pero muy en sus adentros... dentro de su sueño, algo le decía que no quería despertar.

—Serena...

—...Serena

—...Serena...

El llamado constante, la trajo de vuelta a la realidad, en sesiones de parpadeos obligados tras abandonar su apacible y cálido puesto en el hombro de su amado, tras notar la posición que habían compartido y sudar frío de los nervios.

—Bonnie... —reconoció entonces a quien la llamaba.

—Siento despertarte... ¿Ya te sientes mejor? Te trajimos medicina —le muestra el blíster de medicamentos en la mano.

—Gracias... —entonces voltea temerosa y apenada hacia Ash. —Lo lamento tanto...

—Descuida —le sonrió, mientras abría y cerraba la mano tratando de recuperar la circulación. —Jajajaja por poco y me dio calambre.

—¡AHHHHHH! —gritó para sus adentros la artista, en medio del inminente sonrojo que no la dejaba un segundo. Apretó fuerte los párpados y al abrirlos se fijó en los alrededores, era prácticamente el atardecer que saludaba la noche, las tiendas de campaña estaban puestas y el olor de la comida flotaba en el aire. —Lo siento... no ayudé en nada.

—Tú no debes preocuparte por eso, es más, te tenemos una sorpresa —la miró animosa la rubia.

—¡Despertaste! —se acercó también Clemont.

—¡Pika pi! —saltó sobre ella Pikachu.

—Perdón por preocuparlos a todos... —los reverenció.

—¡Braixen Brai! —la recibió también su amiga.

—Pues resulta que lo que Chespin, Pancham y Pikachu sintieron era el dulce olor del chocolate —le explica Ash, mientras estira el brazo tras de su cabeza.

—¿Chocolate?... —parpadea sin comprender.

—No muy lejos de donde estábamos, había un puesto ambulante de tabletas de chocolate para hervir. —explica el científico.

—Con que fue por eso... —sonríe emocionada por la bebida.

—Pues... no será té con miel, pero estoy seguro que te sentirás mejor, —le sonríe arqueando los ojos el pelinegro.

—¡Voy por él! —corre Bonnie.

—¡Espera, te puedes quemar! —corre tras ella su hermano.

No había transcurrido casi nada del tiempo, cuando el rubio, le brindó la taza con el líquido caliente, ella la tomó y sin afán de decepcionarlos, se dispuso a probarla, pero no se sentía con las suficientes fuerzas, por lo que sus ojos parecían vidriosos, como si el mar oleara en su mirada. Ash que recién había pasado por lo mismo, pudo percatarse de su sentir, por lo que sin dudarlo le ofreció su ayuda.

—Dame acá, voy a soplarle por ti —haló la taza hacia él, rodeando las manos de ella sobre la misma y sopló despacio.

—Bonnie no pudo pronunciar palabra ante la escena. Hasta que abrió grandes los ojos con una idea. —¡Pruébalo Ash! ¡No puedes dárselo caliente!

—¿Si verdad? —asintió de lo más diligente y le dio un sorbo. —¡Está delicioso! —le sonrió a la artista. —Si le bebes de este lado, no está tan caliente —señaló el lugar donde él posó sus labios en la taza y se levantó, mientras a ella el corazón le dio un vuelco, de pensar... que podría darle un beso de cocoa, pero no se atrevió, cerró fuerte los ojos y dándole vuelta a la taza bebió por el otro lado. Le faltan agallas aún... pero algún día lo haría... estaba segura y no sería... un beso en una taza con chocolate.

. . . . .

xD me vino la idea del beso indirecto por todo lo que se dice de la botella de agua jajaja, sé muy bien que el beso indirecto ya se lo dieron por la botella xD pero me pareció demasiado lindo que ella lo notara esta vez.

Y ahora sí, creo que este fic se terminó, pero no pongo la palabra FIN porque pues ya ven que la imaginación no se puede controlar, si poseen alguna idea con respecto a este tema, no duden en compartirla!

Gracias a todos por leer!


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