Capitulo 12(*)

"Todos nos advirtieron,
pero nosotros queríamos que ella nos destruyera en persona."

—¿Cómo diablos piensas que vamos a entrar a una morgue? —cuestiona Norman al parquear el auto a un costado de la entrada de la morgue.

Inmediatamente cuando me recogió del estacionamiento de la universidad supe que no se lo tomaría bien. Pero, no es cuestión de tomárselo excelente, es de ayudarme a entrar y salir de la morgue sin ser vista.

Un poquito complicado, pero no imposible.

—Por Dios, Norman, tampoco es como si fuera imposible entrar.

Resopla.

—¿Estás ciega o no estás viendo los guardias que están en la entrada?

—Si, idiota si los vi. Por eso tú te quedarás aquí afuera mientras yo busco lo que necesito.

—¡¿Estás loca?! —grita. —¿Cómo carajo crees que te dejaré entrar sola? ¿Y si te pasa algo?

Pongo los ojos en blanco.

—Lo peor que me puede pasar es que uno de esos criminales que están ahí muertes revivan y me asesinen, y créeme, Norman, eso solo pasa en la biblia.

Bufa.

—Lo que quieras.

Bajamos del auto mientras nos dirigimos hacia los guardias de la entrada de la morgue.

—Y recuerda, cuando te dé luz verde los distraes mientras yo te espero en el auto ¿si?

—¿Qué maldita luz verde? —cuestiona en un susurro.

Pero es muy tarde para contestarle cundo nos detenemos frente a los guardias. Les doy mi carnet de la universidad probando que soy una estudiante de último semestre de criminología para que me den acceso. Casi sonrío cuando uno de los guardias me asiente con la cabeza y se hace aún lado para dejarme pasar.

Entro a la morgue, al mismo tiempo mi mirada se encuentra con un chico lindo detrás de mostrador y decido empezar por ahí.

—Hmm. Hola, vine aquí a...—Empiezo a

hablar en cuanto llego al mostrador, pero uno de los secretarios ni siquiera deja que termine la frase.

—Si eres una de las voluntarias de la universidad Daunghtler espérame aquí un momento —rápidamente se pierde por un pasillo, dejándome confundida, pero, decido

esperar. Vuelve y me da un formulario. —Tienes que ir el cuarto F y examinar el cadáver que está en la cápsula cinco, pero debes ten cuidado con el cuarto G.

Lo último que sale de los labios del secretario me enciende al cien por ciento. Tendré que ser un poquito más discreta al preguntarle sobre lo que necesito.

Asiento volviendo mis ojos hacia él.

—¿Puedo saber por qué debería tener cuidado con ese cuarto?

Me mira por encima del ordenador, ni siquiera deja de teclear. Se queda en silencio hasta que pienso que no va a contestar. Pero lo hace.

—Acaban de terminar de examinar a un cadáver que trajeron de tu universidad, al parecer es muy extraño —dice despacio. Trato de no demostrar mi felicidad. —Solo ten cuidado con esa área.

Asiento, ansiosa por creer irme.

—Está bien.

Subo las escaleras mientras la adrenalina sube por todo mi cuerpo. Hacía mucho tiempo que no me sentía así por eso ni pienso desperdiciar este momento. Camino mientras voy observando la letra de cada cuarto, en cuanto llego a la planta de esos cuartos me detengo.

Camino por el D, F y por último...

Se me iluminan los ojos y la emoción se enciende al ver el cuarto G. Ahora solo tengo que esperar que los putos guardias que están fuera se larguen. Entro al cuarto F que me corresponde mientras asomo la cabeza por la puerta para ver mejor.

Esos dos policías que están custodiando la puerta deben estar esperando el informe la autopsia para luego seguir haciendo su trabajo, solo tengo que esperar un poco.

Unos quince minutos después la doctora forense sale de la habitación sosteniendo un Unos papeles en la mano izquierda y en la derecha su teléfono. Le da los papeles a los dos policías mientras ella se larga del cuarto con ellos.

Me aseguro de que sus pisadas no se escuchen antes de salir. Cuando entro en el cuarto G me quedo fascinada. En otro cuarto no tuve la suficiente concentración para fijarme en todo lo que había dentro, pero en este sí qué pude fijarme, todo lo que veo están tan grandioso. Me fascina todo lo que estoy bien en este momento.

Pero no tengo tiempo para eso, no me queda mucho tiempo.

Dejo mis pensamientos de lado cuando mi vista se topa con una camilla en donde se encuentra el cadáver que hace rato me dejo con las entrañas en el piso.

Y la ropa también.

En cuento me acerco a la camilla, veo el cadáver con más claridad que esta mañana. Ya no está todo envuelto en sangre y se pueden distinguir algunos de sus rasgos, se pueden contar la verdad, pero al menos son más claros ahora.

Su cuerpo, donde ahora es más fácil distinguir qué es mujer, aunque la verdad no estoy segura, pero eso me parece. Su cuerpo está cocido por absolutamente todas partes. Es normal que un cadáver quede así en cuanto terminan la autopsia. Visualizo el expediente de ella a un costado de la camilla.

Lo tomo en mis manos y antes de leer escucho como la alarma contra incendios llega a retumbar en mis oídos y a recordarme que no tengo tiempo de estar inspeccionando, así que entro el expediente a dentro de la mochila que siempre traigo conmigo.

Por la desesperación y la prisa de querer salir de la habitación, por accidente terminó dejando caer la pequeña bandeja que contiene los pocos órganos que le quedaban. Si no me llamara la atención no me arrodillaría a ver de qué se trata, pero me arrepiento al instante en que mis dedos tocan lo que queda de un cerebro el cual tiene incrustado un pequeño papel ensangrentado.

Es extraño que la doctora no se percatara de esto, o quizás si lo hizo y decidió dejarlo cómo está.

En todo caso tomo con cuidado el papel con unas pinzas.

—Te necesitamos, Phoenix—Susurro. Mi voz se vuelve ronca mientras el nudo en mi garganta crece.

Qué me llevé el diablo.

El sonido de la alarma contra incendios me empieza a retumbar en los oídos. Guardo el papel en un pequeño bolsillo de mi mochila y corro directamente a la puerta de la habitación. Al encerrarme en otra de las habitaciones, veo todo el caos que se hace en los pasillos de la morgue.

¿Cuándo será el día que la suerte esté de mi lado?

Los minutos transcurren mientras lo único que ir hago en dar vueltas sin tener la menor idea de que hacer. Podría salir y mezclarme con todos ¿no? Pero los guardias podrían revisarme y darse cuenta del expediente que acabo de robar. No, esa no es una puta opción. Tengo que hacer algo ahora.

—¿Phoenix? —Me volteo con sorpresa al escuchar la voz de Devon. Cerrando la puerta detrás de él, me observa con curiosidad—. ¿Qué haces aquí? —Preguntamos al unísono.

Pongo los ojos en blanco.

—Responde, yo pregunté primero. —Le insisto. Obviamente sabe que es mentira, pero le da exactamente.

Trato de no suspirar. Es tan dulce el imbécil enfermizo.

—Tenía que venir a examinar a un cadáver de este piso —Sonríe. —Pero sabía qué estudiabas lo mismo que yo, eso es una sorpresa.

Resoplo.

—No te hagas el chistoso conmigo. Vine porque tenía que hacer algo muy importante, cosa que no es asunto tuyo.

¿Se habrá notado que su presencia me pone nerviosa?, no creo que no.

Asiente. Devon con su aire tan relajado, tan hipnotizante avanza unos pasos hacia mí mientras yo doy dos más hacia atrás. Bueno, al menos Intenté disfrazar mis nervios.

—¿Te vas a quedar toda la noche aquí? —Pregunta después de quedarse con una ceja alzada, mirándome con gracia. —¿Phoenix?

Sacudo mi cabeza. Vamos, Phoenix, pensará que estás delirando.

—¿Qué está pasando afuera, Devon? —inquiero.

Entrecierra los ojos antes de contestar.

—Nada, solo encendí la alarma contra incendios. —Su confesión me deja totalmente descolocada.

—¿Qué hiciste que?

—Solo fue algo de improvisación, Phoenix, nada grave —Contesta totalmente relajado.

—¿Por qué? —Pregunto sin poder comprender a qué quiere llegar.

Se encoge de hombros.

—Norman me pidió investigar si estabas bien aquí dentro, luego caí en cuenta de todos los policías que están aquí —Sus ojos azules se oscurecen. —Nunca lograrías salir con ellos ahí afuera, Phoenix, no cuando revisan a todo el que sale o entra de la morgue.

Ladeo la cabeza. Jodida mierda, si no fuera porque todavía tenemos que salir de aquí ya le hubiera besado la boca con todo y el cuerpo incluido. Me lo guardaré para más tarde.

Le sonrío.

—Entonces lo primero que se te pudo ocurrir fue encender la alarma contra incendios ¿eh?

Niega. Mi sonrisa se cae, incapaz de sostenerle la mirada azulada. Devon da otro paso hacia mí, pero esta vez no soy capaz de alejarme.

—Incendie todas las cámaras frigoríficas a excepción de esta —Mientras más se acerca, más tengo que levantar la mirada hacia su rostro. —Todas menos esta, Phoenix, y solo porque aquí estás tú.

—¿Incendiaste toda la puta morgue por mí?—cuestiono incrédula, aunque con cada palabra que sale de su boca mi corazón va latiendo más y más rápido.

¿De dónde demonios salió Devon?

—Le prendería fuego al mismísimo mundo solo si me lo pides, Phoenix, ni siquiera tienes que preguntarlo. —Suelta una risita escalofriante y sexy. —Haría absolutamente todo.

Suspiro.

—Deberíamos irnos —Susurro, soltó un suave sonido, pero esta vez su aliento mentolado le hizo cosquillas a mis labios por nuestra cercanía. La acción mandó un escalofrío tan excitante a todo mi cuerpo que me asusto así que me aparte de golpe de él.

Trago saliva.

—Totalmente —Se aleja, mientras la creciente burbuja de hipnotización me explotó en la cara.

Me acompaña sigilosamente al bajar todos los escalones. Mis sentidos bien alertas a su alguien decide atravesarse en mi camino o detenerme. Cuando vamos por el segundo piso, juraría lo que sea que vi una pila de cámaras totalmente destruidas, le lance una mirada a Devon, pero solo se encogió de hombros.

Dios mío, este hombre es lo mejor del mundo. La próxima vez que me pacen pensamientos así como este de venir aquí traeré a Devon conmigo, sin duda la mejor persona del puto mundo.

En cuanto bajamos al primer piso caminamos con paso decidido hacia la salida de la morgue. Nadie nos detiene, no aparece ningún policía en la entrada mientras el caos de los gritos de auxilio resuenan por toda la morgue. Mierda, ya quiero ver la cara de Norman cuando le diga que tengo el maldito expediente del cadáver de la mujer.

Al entrar al estacionamiento rápidamente mis ojos dan con los de Norman, que al vernos mira al cielo y formula algunas palabras que no puedo entender.

—¡Estás viva! —exclama cuando nos acercamos.

Sonrío.

—¿Por qué pensaste que estaba muerta?

—¡Literalmente la morgue está prendida en llamas! ¡¿Qué diablos hiciste ahí dentro?!

Conduzco rápidamente hacia su auto, mientras le indico a Devon que suba también. Gracias a él tengo todo lo que quería, así que es justo de mi parte decirle que estaba haciendo aquí ¿no? Eso no se vería como un intento de mantenerlo cerca ¿verdad?, no, creo que no.

—No hice nada, Norman, se encendió sola o que sé yo —miento. —Larguemos de aquí antes de que nos vean.

Asiente. La ansiedad todavía adornando su rostro, pero de todas maneras enciende el auto.

Media hora después estábamos en mi habitación intentábamos revisar el expediente de la mujer, pero lo grandioso era todo lo que había en él.

Su físico no era nada extravagante, ojos cafés y piel pálida. Lo suficientemente aburrida como para no ser relevante. Entonces, si nunca la he visto ¿por qué su jodido cerebro contenía una nota con mi nombre? Dudo que sea una coincidencia.

—Ah, no era tan linda —bufa Norman.

Devon se ríe mientras yo pongo los ojos en blanco.

Continúo pasando las demás hojas, nada relevante. Nada que pueda especificar o responder mis preguntas.

—No, Espera, mira ahí —Devon posa su mano caliente y suave en la mía mandándome una sensación de electricidad a todo el cuerpo y tengo que respirar muy profundo para poder seguir en calma.

Bien, mantengamos la calma.

En cuanto mis ojos se topan con una fotografía de al parecer de la espalda de Tinsley Vincent, cómo realmente es su nombre. Un tatuaje de una X qué se fusiona con una E ¿qué demonios? Mis ojos se abren al contemplar el dibujo.

Es exactamente igual al tatuaje que tengo tatuado en la nuca.

—¿Qué es? —inquirió Norman bastante concentrado en la fotografía.

Estoy podría traerse de un meta coincidencia, pero sería estúpido no sospechar, ya que este maldito dibujo lo cree yo misma cuando estaba adolescente. ¿Por qué tendría ella esto?

—Es como un símbolo —Responde Devon con obviedad. —Existe una mafia bastante secreta en Turquía que usa ese mismo símbolo para marcar a sus "guerreros"

Me vuelvo hacia él, sedienta de información y bastante interesada en el tema.

—¿Hace parte de una mafia de Turquía? No lo entiendo, si es así como dices ¿qué hace aquí? —inquiero con duda.

—Solo es una teoría, Phoenix. Pero quizás lo hicieron sus enemigos para dejarle algún tipo de advertencia, si ese fuera el caso el cuerpo estaría en Turquía, no aquí en Suiza. Aunque de esa ellos en la actualidad no se sabe absolutamente nada. Es muy poco probable que ella esté relacionada con ellos, aunque yo no diría imposible. —Trato de asimilarlo todo y prometerme que investigaré de esto más tarde.

Asiento. La verdad, no estoy entendiendo nada de lo que está pasando en todos últimos días y probablemente tampoco lo entenderé.

Pero cuando un pensamiento se me sube a la cabeza, aunque sea peligroso, termino encontrando la verdad.

Cueste lo que cueste.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top