Pizza
SI VIS PACEM, PARA BELLUM
Autora: Clumsykitty
Fandom: WickUniverse&Marvel (Crossover)
Pareja: WickStark (John Wick x Tony Stark, pueh)
Derechos: a que me baleen.
Advertencias: Pues es una historia que vino a mi mente luego de que estuve en charlas con mis dos buenas amigas, esta historia va dedicada con mucho cariño para ellas, por nunca dejarme caer y enseñarme lo mucho que valen mis historias. Con especial atención para la cumpleañera (you know who is!!).
NOTA: Se ubica entre Chapter 2 y Parabellum de la saga Wick y Homecoming antes de Infinity War. Locuras, mil, ya saben.
Gracias por leerme.
***
She was away from home and lost in the night
Her place was far, too far away, to find
He was alone and happy to see someone new
He said "It's nice to spend the night with you."
Nobody told me
It would be lonely
Maybe we're going were we're supposed to be
Where jellyfish come from, Bee and the PuppyCat.
Pizza.
"Fue el perro, la culpa la tuvo el perro", se dijo Tony mirando al susodicho tumbado sobre la alfombra de un elegante hotel a donde lo había llevado el Señor Wick luego de hurtarle/pedirle prestado su auto deportivo que usó para huir quien sabe a dónde luego de pedirle una habitación en el hotel Continental. El feliz perro no tuvo empacho en entrar como quien se sabe en casa por el recibidor del hotel mientras John Wick hablaba con el recepcionista, un hombre de acento británico, serio y calvo de rasgos afroamericanos llamado Charon. Tony había cedido su auto porque la carita del perro -que tenía por nombre Burton - fue un golpe bajo en su estado de ánimo. De manera no muy agradable le recordó a Peter Parker, lo que hizo que cediera las llaves no sin antes decirle al educado ladrón que iba a lamentarlo porque nadie le robaba a Tony Stark y vivía para contarlo, cosa que le causó gracia al tipo.
Ahora esperaba en ese hotel a que Wick volviera con su auto en una pieza, porque si algo sabía el millonario era que prestar a desconocidos un auto deportivo equivalía a no volver a ver su precioso hijo. El perro le lamió el rostro y las manos cuando estuvieron en la habitación, agradecido o aliviado, no supo decirlo. Tony revisó aquellas habitaciones que fueron de su agrado, aunque tenían cierto toque clásico que le recordó mucho a las películas antiguas, el tipo de hotel que Al Capone hubiera rentado. Con una botella de champaña y unos chocolates belgas, no le quedó más remedio que mirar por la ventana como llovía mientras él estaba ahí esperando por su deportivo y por el mensaje de reclamo de Pepper luego de decirle que un perfecto y elegante extraño le había robado, acabando con su intención de tener una cita con ella. Verdad sea dicha, Tony no esperaba recibir ninguna de las dos cosas, ni su auto ni tampoco leer en su celular el mensaje de Potts.
—Estoy loco —se dijo a sí mismo, destapando la botella para llenar una copa que alzó hacia la ventana— Por el Señor Wick que arruinó lo que seguramente por mí mismo hubiera arruinado.
Burton hizo un sonido raro como de queja, ladeando su rostro al verle beber la copa de champaña. No le hizo mucho caso pues en esos momentos Friday le comunicó el mensaje de Pepper.
—"Jefe, la señorita Potts dice que es usted un mentiroso pues no existe un hotel llamado Continental en Nueva York."
—¿Qué? Friday, no estoy alucinando por mucho que quisiera. Ese perro es real, esta habitación es real. ¿Cómo que no existe este hotel?
—"Es lo que dice."
—Dame un simple dato de Google.
—"Enseguida..." —la IA se quedó callada un par de segundos y luego habló en un todo desconcertado— "Jefe... es cierto, no hay datos sobre el hotel Continental."
—No me jodas, Friday. Eres la mejor inteligencia artificial del mundo. ¡Búscalo!
—"Haciendo búsqueda en niveles inferiores de la red."
El millonario frunció su ceño, sirviéndose otra copa de champaña no fuera que estuviera realmente alucinando, preferiría disfrutar de la ilusión lo mejor que se pudiera.
—¿Linda?
—"Buscando en Fosas Marianas."
—¿Qué? —Tony tosió algo de su bebida— ¿Tanto así?
—"El Hotel Continental es un lugar consagrado por una sociedad llamada la Orden Suprema, los datos sobre quienes integran dicha sociedad no están disponibles."
—¿Qué carajos...?
—"Señor, le recomiendo salir de ese lugar inmediatamente."
—En cuanto tenga mi auto de vuelta. Y entregue al perro.
La cama estaba demasiado bien arreglada para ignorarla y la lluvia arreció lo suficiente para darle una sensación de cansancio, por lo que tomó la opción de tomar una siesta con Burton echándose a su lado. Ambos respingaron un par de horas después cuando John Wick apareció por la puerta empapado y con unos horribles manchones de sangre en un hombro y costado. Tony recordó lo que le había dicho Friday, pensando de inmediato que estaba en un lugar donde asesinos a sueldo dignos rivales del Soldado de Invierno se reunían y aquel hombre que seguía vistiendo su traje negro era uno de ellos. Se levantó igual que el pitbull para encararle.
—¿Mi auto?
—A salvo, en el callejón —carraspeó el asesino tendiéndole las llaves— Tal vez tiene unos raspones, puedes mandarme la factura. Gracias por tu cooperación.
—¿Eres un asesino, cierto? ¿Ahora me darás un disparo en la frente?
Una automática salió de la nada apuntándole entre ceja y ceja, definitivamente el Señor Wick había llegado con poca paciencia.
—Lo puedo conceder.
—Soy Tony Stark, si me asesinas te buscarán.
—¿Quiénes?
—Pues... mucha gente, gente que no quieres molestar.
John bufó, bajando el arma y quitándose el saco, las heridas eran peor de lo que se veían.
—Mientes, no tienes a nadie.
—Claro que sí.
—Ya hubieras dicho sus nombres.
—Es que no los voy a decir a un desconocido que me ha apuntado a la cabeza.
—Porque tú lo dijiste, ¿te puedes largar ya?
—¿Estarás bien?
—¿Qué? —el asesino se giró, mirándole como si aquella pregunta estuviera fuera de lugar— ¿Te importa?
—Escucha... está bien no estoy siendo cortés, pero es que acabas de echar a perder una cita que tenía con una mujer muy especial para mí.
—Lo siento... puedes alcanzarla.
—No, eso no sirve con ella —Tony suspiró, jugando con sus llaves— ¿Por qué no hacemos esto? Te invito a mi casa, arreglamos esas heridas como es debido y luego me platicas qué es la Orden Suprema y qué significa que este hotel esté consagrado.
John le miró extrañado. —No.
—¡Oh, vamos! No muerdo, Burton sí.
—No ofendas al perro.
—Ya, ya, anda. Estás a punto de sufrir un colapso y si eres un asesino invisible no puedes ir a un hospital donde te atiendan.
—Tengo quien lo haga, ¿no paras de hablar?
—Acepta mi invitación.
—Me pregunto quién está más demente, si tú por hacer semejantes propuestas o yo por querer considerarlas.
El millonario sonrió de oreja a oreja, silbándole al pitbull para que le siguiera. —Vamos, estoy secuestrando a tu perro.
Acaba de ocurrir una de las charlas más ilógicas en la vida de Tony Stark, misma que había comenzado porque le inyectó esa adrenalina que ya no había sentido desde la Guerra Civil cuando todos se habían dividido y ahora cada quien andaba en alguna parte del mundo haciéndose el interesante. Como por ejemplo él, llevando a un asesino misterioso a su penthouse en uno de sus nuevos edificios de Manhattan, directo a su taller donde sacó una pistola cortesía del ingenio de Helen Cho y sus propias investigaciones porque también era un reacio de visitar un hospital. El Señor Wick le miró desconfiado, más de lo usual cuando lo vio con la pistola hasta que le explicó lo que hacía. Un par de heridas de bala y cuchillo que no dejaron más que una finísima cicatriz que apenas si se veía.
—¿Lo ves? Ciencia —sonrió Tony al terminar, sentándose en un banquillo junto a la camilla en la que había prácticamente empujado al asesino— Ahora, puedes contarme más de ti como pago.
—Prefiero la deuda.
—Oh, no seas así, ¿quién me creería sobre un lugar que no aparece en Google?
—Más personas de las que piensa, Señor Stark.
—Tony. Llámame Tony, Tony Stark.
—Ese fue un mal intento de James Bond.
Stark rió, alzando ambas cejas. —Eres como la segunda persona en entender mis referencias.
—¿Me debo sentir especial por ello?
—¿Sabes? Deberías bajar tus muros un poco, no pienso invadir tu vida.
—También lo deberías hacer tú —replicó John, levantándose y mirando su piel prácticamente regenerada como sus músculos.
—¿De qué hablas?
—Usas tu sarcasmo y falsa alegría para ocultar tu verdadero rostro.
—Así que además de asesino eres psicólogo.
—No —Wick le miró fijamente— Solo reconozco lo que veo en mi mundo con regularidad.
Tony rodó sus ojos, negando y desviando su mirada de la inquisitiva del asesino. Encontró con qué desviar la conversación al notar la camisa manchada y arruinada por los ataques, que levantó con la punta de un destornillador para mostrársela a su invitado.
—Ya no sirve, creo que tengo unas que pueden servirte.
—Demasiada confianza y ayuda... Tony.
—Demasiada desconfianza y recelo... John.
—Hm.
—Ah, los gruñidos. Creo que nuestra amistad acaba de florecer —bromeó el millonario, tronando su cuello— La lluvia sigue arreciando, creo que lo mejor será que pases la noche aquí. Está tu perro, puedes descansar sin pensar que otro asesino te caiga encima porque tengo un excelente sistema de seguridad, aunque no lo creas y además... es la casa de Tony Stark.
Wick se encogió de hombros, tomando su saco y arma. —Valdrá la pena.
—Uf, dos pasos adelante, uno atrás. Ven conmigo.
Tony le llevó a una de las habitaciones del piso, abriendo un clóset con trajes sastres en color negro, camisas blancas, entre otros accesorios que llamaron la atención del asesino por lo caro, lo fino y el buen gusto que tenían.
—¿Tenías contratado otro asesino?
—Ja, que buena broma. No, eran... —Stark apretó los labios— Eran de alguien que se marchó.
—¿Una pareja?
—¿Qué? No, no, ¿no escuchaste lo que dije sobre mi cita?
—Eres un millonario solitario. Debes tener cientos de citas.
—Okay, oficialmente el Señor Wick me ha dicho un zorro.
—Gracias por la ropa.
—Espero que te quede, St... él era ligeramente más ancho, más músculo.
—Demasiada masa muscular resulta contraproducente para movimientos veloces.
—A menos que tengas un super suero.
—¿De qué hablas?
—Nada, bueno... iré a pedir algo de cenar. ¿Tienes alguna sugerencia, Johnsy?
—John.
—¿Pizza?
—¿Por qué preguntas si ya lo decidiste?
—¡Argh! Me debes la explicación, quiero escucharla cuando llegue la pizza, me lo debes.
—Nunca acepté un trato.
—Se supone que los asesinos deben ser carismáticos y seductores.
—Se supone que los millonarios deben ser pedantes y solitarios.
—¡Pediré las pizzas! Burton, ven conmigo muchacho. Este hombre no es una buena influencia para un ser tan puro y bueno como lo eres tú.
John Wick era un hueso duro de roer y probablemente esa era la razón por la que Tony estaba teniendo esa actitud de benevolencia. Tenía un serio problema con los hombres que eran un peligro para el mundo, él era o había sido uno de ellos, no supo decir. Al menos la ropa de Steve Rogers que no había querido desechar tendría un uso al fin y no estaría ahí empolvándose en espera de un milagro imposible de ver llegar a corto plazo. O a largo. Burton era un compañero genial, caminando fiel a su lado sin dar problemas más que para beber agua, comer unas donas que le dio en compensación por no tener croquetas y el uso del baño para sus necesidades. El millonario se preguntó por qué nunca había tenido una mascota, luego pensó en Dum-E y Friday, eran suficientes para mantenerlo ocupado.
—¡La pizza ya llegó! —canturreó para que aquel asesino le escuchara.
Ya estaba en la segunda rebanada para cuando el hombre en cuestión se decidió a aparecer, reprochándole con la mirada que alimentara a su pitbull con una rebanada de pizza.
—¿Qué?
—Nada.
—¿Ahora si me hablarás de ti?
—¿Cuál es el interés por ello?
—Te alimento, te curo esas horribles heridas y te proveo ropa nueva.
—Pude arreglármelas solo.
—Ajá, entonces, ¿por qué aceptaste mi ayuda?
—Secuestraste a mi perro.
Tony parpadeó mirando a Burton y luego a John. —Espera, ¿secuestro a tu perro y aceptas mi ayuda para rescatar a tu perro?
—No todo funciona como piensas.
—¿Qué clase de asesino eres?
—Soy John Wick.
—Demonios, eres una jodida...
—Hey, no maldigas frente a mi perro.
—Te importa más el perro que yo.
—¿Te importa? —el asesino le miró conteniendo una sonrisa al ver la cara de ofendido de Stark.
—¡Argh!
—Burton es lo más importante para mí. ¿Tienes algo que sea tan importante que puedas luchar contra el mundo por él, Tony?
—Claro, muchas cosas.
—De nuevo las mentiras.
—¡Apenas iba a decirlas!
—Es lo que haces, rodeas el tema y tratas de desviar la atención haciendo bromas. Nunca dices las cosas directamente, no al menos las que son importantes.
—¿Ves? Tengo cosas importantes.
—No, no las tienes.
—Que sí.
—No.
—Tú no me conoces.
—Tampoco tú.
—¡Suficiente! —Tony se puso de pie, terminando su gran bocado de pizza muy aprisa, señalando a Wick con un dedo acusador— Tú vas a dejar de analizarme.
—Entonces deja de preguntar por mis secretos.
—Puf, cálmate Lohengrin.
—Eso te convertiría en Elsa de Brabante.
La respuesta desconcertó a Tony, nadie -no al menos alguien común- podría haber reconocido su referencia de manera tan puntual y además devolverle el golpe con ella. Tosió ligeramente, sintiendo que sus mejillas iban sintiéndose más calientes bajo la mirada fija del asesino, quien al fin sonrió, mordiendo con fuerza su pizza. John Wick era realmente peligroso y lo tenía ahí en su sala cenando con un pitbull que quizá estaba entrenado para matar igual que su dueño. Se había vuelto loco de remate. Mientras tanto, el asesino estaba ahí sentando tranquilamente comiendo indiferente a sus tormentas mentales. Cierta rabia se apoderó de Tony. No era justo, ¡él era Tony Stark! Perder ante semejante charla era una ofensa que llegaba a sus ancestros homínidos.
—Para ser el asesino perfecto que pretendes mostrar, eres muy confianzudo —atacó, sentándose en un sillón al costado de Wick, buscando su bebida que tomar despreocupadamente— En eso no te pareces al Caballero Cisne.
—Una réplica después de minutos de la primera intervención ha perdido valor.
—No estamos en una clase de retórica.
John bufó. —Es buena pizza, pero conozco una mejor.
—¿Disculpa? —Tony casi infló sus mejillas ante semejante ofensa, era su local favorito y perfecto de pizzas como los shawarmas— ¿Tú qué sabes?
—Cosas que tú no.
—Seguro, típico pretexto. Confianzudo.
—Mal perdedor.
—¡Que no lo soy! ¡Argh!
Burton gimió, sacudiendo sus orejas como si estuviera en desacuerdo con aquella pelea pasivo agresiva que se traían esos dos. El millonario le miró con una ceja arqueada, dando un mordisco salvaje a su rebanada de pizza en tanto su mente de genio pensaba en una manera de atacar y fulminar al pelmazo llamado John Wick. Seguro que ni era su nombre real, siendo un asesino debía estar usando un alias para proteger su identidad.
—Johnsy, ¿tu nom...?
—"Tiene una llamada de emergencia de Peter Parker, Jefe."
—¡Qué carajos! —Stark casi se ahoga con su bocado— ¡Baja esa maldita arma!
El asesino había reaccionado al escuchar la voz y no encontrar un cuerpo físico a quien atribuirla, sacando de quien sabe dónde su automática que levantó girándose alrededor. Su perro aprovechó para robarle su trozo de pizza mientras Tony se levantaba para darle un manotazo en el brazo para que bajara el arma, al paso que le señalaba el hurto.
—Es mi inteligencia artificial. No te hará daño. Tranquilo, ¿quieres?
—Creí que tu inteligencia era natural.
—Qué malísima broma. ¿Estarás quieto?
—¿Tu computadora controla todo?
—Inteligencia artificial, inteligencia, no computadora. Y sí. Friday, altavoz.
—"A la orden..." —hubo un ligero pitido y luego la voz temblorosa e insegura de Peter Parkes se dejó escuchar en la sala—"¡Señor Stark! Sé que es muy tarde, pero usted me ha dicho que trabaja de madrugada y estaba pensando en que bueno... ¿usted cree que pueda venir a mi escuela a dar una charla? Es que... lo que pasa es que necesito unos puntos, no porque esté a punto de reprobar ni nada. Solamente quiero conservar mi beca y que tía May no vaya a regañarme como MJ... bueno, la cuestión es que nos pidieron que lleváramos a... a... ejem... aunpadreparaexplicarloquehaceensudíadetrabajo, yo entiendo que esto no es..."
—Iré, envíame la hora y fecha.
—"¿De verdad? ¡Genial! ¡Muchísimas gracias! ¡Señor Stark, yo...!"
—Buenas noches, Parker.
—"Okay, sí, ya debería estar dormido, bueno... ¡que descanse, Señor!"
Wick arqueó una ceja, chupándose sus dedos. —¿Eso qué fue?
—Oh, nada, un nuevo integrante de los Vengadores. Sí sabes qué es eso, ¿verdad?
—Desafortunadamente para ti, sí.
—¿Por qué desafortunadamente?
—Porque ustedes no saben nada de mí.
—Si me dijeras....
—Debo marcharme. Tú debes planear tu visita paterna.
—No es... —Tony torció la boca— No como lo estás poniendo.
—Se escucha como un mocoso al que apenas le saldrá bigote. Más que un Vengador, me suena a que es como un hijo postizo de Tony Stark.
—Esto de que me analices ya me está fastidiando.
—Por eso me voy.
—¡Hey, espera, no! —el millonario levantó ambos brazos, corriendo a estorbarle el camino de salida hacia el elevador— Realmente eres muy difícil. Escucha, uff... ¿al menos puedes decirme si podemos charlar sin estarnos atacando mutuamente?
—¿Por qué?
—Y que dejes de preguntar.
—Es cansada la evasión, ¿no es así?
Stark entrecerró sus ojos, gruñendo bajo. —¿Por favor?
—Mmm —John se puso su saco, la verdad era que la ropa de Steve le quedaba apenas un poco grande, nada que lamentar. Tenía el porte de los hombres que sabían llevar esa clase de ropa— Puedes buscarme en el Continental si quieres que responda algunas preguntas, no te puedo prometer nada ni tampoco estar disponible.
—Al menos es un avance. Por el auto, la pizza y por Burton, ¿al menos me puedes decir qué te hizo aceptar toda esta ayuda de mi parte?
John cerró de golpe sus labios, mirando a Tony quien dejó ver una expresión de sincera duda, no más sarcasmos o altanerías. Quiso decirle la verdad, que había sido porque a veces le miraba como solía hacerlo su esposa. Quiso decirlo, más su garganta se cerró como si fuese alguna de las bodegas de Winston en su hotel. El asesino desvió su mirada hacia Burton quien estaba frente a las puertas del elevador ya esperándole para partir. La lluvia había cesado y las luces nocturnas de Nueva York brillaron una vez más para despedir lo que restaba de la noche. Todavía dolía. Wick tomó aire antes de volverse hacia el millonario, torciendo sus labios en un intento de sonrisa amistosa, apenas si dando un golpecito a un hombro del más bajo.
—Lo dijiste, eres Tony Stark. Tenía curiosidad. Adiós.
—Hey, eso...
Las puertas se abrieron y cerraron con John Wick desapareciendo junto con su perro casi de la misma manera en cómo había chocado con su auto. Tony suspiró, negando para sí mismo. Bien pudo haberle dicho a Friday que lo detuviera hasta que le respondiera, sin embargo, estaba seguro que aquel elegante como misterioso asesino tendría un plan para evadirle de la misma forma en que él lo hacía. El millonario dejó caer sus brazos a sus costados, chasqueando su lengua mientras veía los rastros que había dejado su invitado humano y el invitado canino. Sonrió sin darse cuenta porque era la primera vez desde la Guerra Civil que había gozado de la compañía de alguien que no fuese Pepper o Rhodey.
—¡Joder! ¡Pepper!
Definitivamente había algo en ese hombre que lo hacía olvidarse de lo demás. Y tenía que averiguar qué.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top